Reconciliación

Junto a mi esposo veíamos las noticias y quedamos sin palabras al ver todo lo que pasó en la boda de Jin, pero la verdadera angustia la sentí cuando las noticias mostraron a Jin siendo subido a la ambulancia para llevarlo al hospital y su auto inservible siendo arrastrado por una grúa.Sin pensar, salimos con el pequeño NamJin para el hospital.

—Namjoon, ¿cómo está Jin? —pregunté desesperado al llegar al hospital.

—Mamá, creo que está bien. La bolsa del auto se activó, creo que fue más por la carga emocional de algunas cosas que ocurrieron.

No tardé en escuchar el golpe que le dio Soobin a Namjoon en la cabeza. —Lo que hiciste fue algo muy bajo. No pensaste en cómo podía afectar a Jin todo esto.

—¿De qué hablas, papá? ¿Y lo mucho que me ha afectado a mí? ¿Eso no importa? Por favor, mírame, he estado sufriendo por largo tiempo y con un cachorro.

—Pero yo no te he enseñado a ti a que debes pagar con la misma moneda, menos a ser de ese modo con un omega. Espero que te hayas dado cuenta de que Jin fue una víctima más de esa mujer.

Familia Park, el Joven Park Jin ha despertado solo. Tuvo una pequeña contusión en la cabeza y dolor en el cuello por el impacto del choque, pero estará bien.

—¿Podemos verlo?

—Sí, pueden pasar a verlo. Les daremos privacidad.

Entramos y nos acercamos a Jin—¡Mi niño, nos asustaste demasiado! ¡No vuelvas a hacer eso!

P..per..perdón, pero no tienen por qué estar aquí. Yo he sido tan ingrato y estúpido —hablé llorando—

Mi amor, un padre jamás odiará a su hijo por más errores que cometa. Estoy feliz de que no pasó nada y de que al fin se le cayó el show a esa malvada mujer.

—Sí, mamá, aún así cometí muchos errores —Miré a Namjoon con mi cachorro en brazos—. Sé que soy un descarado al pedir esto, pero ¿puedo cargar al bebé?

—No, no puedes. Si vine hasta aquí es para asegurarme de que no murieras, pero nada cambia. Yo soy el único padre de NamJin.

—Hijo deberías...

Interrumpí —Mamá, te amo y respeto, pero esto no es asunto tuyo. —El pequeño cachorro empezó a llorar y creí que quería salir de la habitación, por eso salí. Pero NamJin empezó a llorar muy fuerte, arrugando su nariz y señalando a la habitación. Entré nuevamente y se acurrucó en mi pecho. Entonces me di cuenta de que lloró cuando sintió el olor agrio de Jin.

—Tu hijo ha reconocido a su padre omega —dijo Soobin feliz.

Pues él sabrá que su padre omega no cortó el lazo conmigo, sino con él, y su certificado de nacimiento lo demuestra.

—Por favor, Namjoon, perdóname. Sé que cometí muchos errores, uno peor que otro, pero todos tenemos derecho a una segunda oportunidad. Entiendo si no me quieres a tu lado, pero por lo menos déjame estar al lado del cachorro.

—Está bien, podrás compartir con mi hijo.

Pasaron 6 meses.

Este tiempo con NamJin ha sido maravilloso. Con Namjoon ya lo he intentado todo, le he pedido perdón de mil maneras, pero él me ha dejado en claro que no tiene interés en mí. No lo culpo, todo esto me lo busqué yo, pero no puedo evitar sentir celos cada vez que lo veo arreglarse para salir. —¿A dónde vas Namjoon?

¿Desde cuándo te doy explicaciones?

—No es eso, es que quedamos en que veríamos películas con el niño. Ahora te veo arreglándote para salir y quiero saber si vendrás temprano o no.

No, no vendré temprano.

—¿Cuánto más me harás sufrir? Namjoon, ya te he dicho que me perdones, fui un idiota.

Ya te he dicho que te perdone, pero eso no significa que regresaré contigo.

—¿Ya no te resulto atractivo?

Desvío mi mirada para no ver sus ojos cristalizados. —No puedo creer en ti.

—Yo te amo Namjoon.

Sí, en el pasado usaste mucho esa palabra, pero era algo sin significado para ti.

—Te equivocas, no es así.

Ya déjame en paz.

—Suspiré— Perdón, yo sé que te lastimé mucho en el pasado y no es por excusarme, pero me dejé llenar la cabeza de tonterías.

¿Me lastimaste? ¿En serio? Por tu culpa casi muero... rompiste nuestro lazo como si nada.

—Perdón, ella me dijo que nada pasaría si rompía el lazo—Ya no podía contener más mis lágrimas—Después de que hice eso, me arrepentí y quería correr hacia donde tú estabas, pero no me dejaron y luego no supe qué hacer. Estaba viviendo sin propósitos, sentía que nunca más sería merecedor del perdón de ustedes.

Dime la verdad, ¿que no me amas?

No puedo decirte eso porque sí te amo, claro que te amo. No sabes cuánto sufro estando así y ahora comprendo perfectamente tu dolor. Comprendo lo que sentías con mis rechazos, el saber que yo salía y te ignoraba, y por eso te pido nuevamente perdón.

Tal vez me arrepentiré de esto. Me acerqué a él y empecé a besarlo. Tú eres mi vida entera, Jin...

—Correspondí al beso—. Yo te amo más, perdón por todo lo que te hice —dije llorando.

No te vayas, por favor, no nos dejes nuevamente, Jin. Aunque el mundo quiera separarnos, lucha por nosotros si realmente nos quieres.

—Nunca los volveré a dejar, nunca. Nadie va a alejarme de ustedes, lo juro.

Lo tomé del cuello para besarlo, pegándolo a mi cuerpo mientras mi alfa enloquecía.

Correspondí a su beso muy desesperadamente, mi omega saltaba muy emocionado y soltaba su aroma.

Me separé de Jin—. Debo irme antes de que termine haciendo el amor aquí.

—Pero... eso es lo que quiero —dije avergonzado.

Vayamos con calma, Jin. No quiero cometer errores esta vez.

—¿Qué errores? Ya no somos unos niños y estoy seguro de que quiero que estemos juntos para siempre.

Lo sé, pero no quiero hacer las cosas así.

—Está bien, entiendo.

Dos semanas después y aquí estoy, nervioso para una cena con mis padres, Namjoon y Jisoo.

—Mi vida, se ven tan hermosos como una familia.

La verdad, sí se ven hermosos, primo, y me hace feliz verlos juntos.

Me siento feliz de que Namjoon me dio otra oportunidad.

Papá Jin, ¡Papá Jin!

—Mi vida —dije sonriendo y cargándolo en mis brazos.

Papi, ¡tú eres solo mío!

Me reí a carcajadas porque Namjin miraba a Namjoon desafiándolo: —Sí, mi vida, solo tuyo.

—Heee, mira, pequeño rival, Jin es mío, primero es sábado que domingo. Mami, ¿pueden encargarse del niño hoy?

—Por supuesto, Namjoon, nosotros felices de tener a este bebé en casa —dijo la madre de Namjoon.

—Manejen con cuidado entonces, y yo iré por la mañana.

—No, yo quiero estar con mi hijo —dije abrazándolo—.

Quité al bebé de los brazos de Jin y se lo di a mi mamá: —Sí, ya tendrás tiempo para eso —lo cargué para llevarlo a la habitación—. Los amo a todos.

—Ay, qué vergüenza —dije tapándome la cara—.

¿Así que le dijiste a un pequeño que eras suyo? Eso no lo perdonaré - riéndome...

—Tienes razón, eso merece un castigo —me acerqué a Namjoon y comencé a besarlo.

Claro que lo haré, quité rápidamente su ropa y apreté sus muslos, bajando mis manos hasta su trasero para alzarlo y tenerlo más cerca de mí, mientras él me desvestía ansioso con sus manos temblorosas.

—Por favor, alfa, no me tortures más y entra en mí.

Rozaba mi miembro empinado por su rosada y apretada entrada. Estaba tan apretado que lo estimulé con mis dedos, viéndolo arquear su espalda y sintiendo sus dedos agarrados a mis brazos.

—Por favor, lléname de ti, quiero tenerte en mi interior.

Entré en él de una vez, dando un gemido ahogado y ronco por la placentera sensación de mi pelvis chocando con su entrada.

Cuando entró, lo sentía tan grande y fuerte en mi interior que parecía palpitar dentro de mí. Gemi algo fuerte y lo tomé de su cabello para susurrarle al oído: —Hazme nuevamente tuyo.

Ahg~ Jin, te extrañé mucho...

Te amo, ah, ah, ah ¡Qué rico! Mi entrada se contraía apretando aún más su falo en mi interior mientras él golpeaba con fuerza mi punto dulce, llenando con su longitud mi interior hasta sentirlo en mi vientre.

Lo tomé por el cuello, haciendo que su entrada y mi pelvis se golpearan con fuerza. Nuestros gemidos ahogados se escuchaban cargados de placer. Ambos nos estábamos entregando con desespero y deseo de alcanzar el delicioso clímax.

Sentía tanto placer que clavaba mis uñas en la espalda de Namjoon sin querer que se alejara ni un poco de mí. —Mar... márcame, quiero volver a tener tu marca, ser tuyo... —dije entre gemidos.

Me sorprendió escuchar eso, pero sonreí feliz. Dejé salir mis colmillos y lo marqué para luego lamer la poca sangre que salió. Puse sus piernas en mis hombros y lo embestía más y más fuerte, acelerando el ritmo.

Más, más, más, dame más —grité excitado sintiendo que pronto me liberaría por cómo golpeaba mi próstata.

Golpeaba más y más su interior hasta sentir un cosquilleo en mi cuerpo, mi orgasmo estaba cerca y es que él gemía tan fuerte mientras dejaba sus besos que me excitaba más y más y sobre todo cómo se contraía su entrada como si quisiera hacerme prisionero dentro de él.

Amor, quiero estar encima de ti —dije excitado besándolo.

Me di la vuelta dejándolo sobre mí y gimiendo ante su primer salto.

Cuando quedé sobre él, empecé a saltar muy rápido sintiendo mi vientre contraerse y seguía gimiendo —¡Apriétame hacia ti, mi amor!

Me senté con él sobre mí y apretaba sus caderas ayudándolo a saltar y creando más fricción en cada salto.

Amor, ya no aguanto, dije, viniéndome sobre nuestros abdominales.

Lo levanté un poco y apoyé mis manos, embistiendo un poco más hasta dejar mi nudo dentro de él y darle un beso, regulando mi respiración. —Te amo...

Estaba muy agitado, tratando de regular mi respiración. —Amor, yo también te amo. —Dejé caer mi cuerpo sobre él.

—¿Quieres que te pida una pastilla de emergencia? ¿No quieres tener más hijos conmigo? —pregunté triste.

—No quiero dañar tu carrera.

Amor, no se va a dañar, porque primero está mi familia —dándole un beso—.

Lo abracé. —Descansa para la segunda ronda.

—¿Qué? ¿Cómo que segunda ronda? Ya me dejaste agotado.

¡Ja! Esto será toda la noche, tienes descansos de diez minutos, así que aprovecha, dije riéndome.

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