Entrega de amor.

Cuando vi a Jin de ese modo, lo alejé un poco: "No puedo ayudarte".

"Te necesito, alfa", me acerqué a él y, estando muy cerca, mordí levemente su cuello con mis colmillos.

No pude resistirme más y lo besé, pegándolo a mí como si quisiera fundirme en su piel.

Mi omega y yo estamos muy ansiosos y gustosos de corresponder a su beso, nos sentíamos completamente cómodos con Namjoon.

Jin gimió suavemente contra mis labios, correspondiendo al beso con la misma intensidad. Sus manos buscaban explorar mi cuerpo, acariciando cada rincón con deseo.

Nos fundimos en un abrazo apasionado, entregándonos el uno al otro en ese momento de pura conexión. El deseo y la pasión nos consumían, cada beso, cada caricia era como una llama que encendía nuestra pasión. Nos entregamos al momento, sin pensar en nada más que en el placer mutuo que estábamos experimentando. El tiempo parecía detenerse mientras nos perdíamos el uno en el otro, explorando cada sensación y emoción que surgía de nuestro encuentro.

—Puse mis manos alrededor del cuello de Namjoon, mientras mi aroma se hacía más fuerte al liberar feromonas. Mi deseo descontrolado me decía que necesitaba más, de un momento a otro la ropa que solo nos estorbaba estaba en el piso, y yo sobre él, dejando besos en su cuello y rozando la entrada llena de lubricante natural en la punta de su miembro duro. —Me empecé a excitar mucho más y a gemir suavemente— Alfa, entra en mí, si no entras, juro que moriré.

Namjoon me miró con deseo y una sonrisa lujuriosa, me penetró lentamente, haciendo que un gemido escapara de mis labios mientras me aferraba con fuerza a las sábanas. Pero no pasó mucho tiempo cuando nuestros cuerpos ya se movían al ritmo del placer, buscando el éxtasis juntos. Cada embestida era más intensa que la anterior, llevándonos al borde del abismo del placer. En ese momento, todo lo que existía era el calor de nuestros cuerpos unidos en un acto de pasión desenfrenada. Namjoon me tomó con fuerza, haciéndome sentir su aliento cálido en mi oído mientras me susurraba palabras que encendían aún más el fuego que ardía entre nosotros. Y así, en un torbellino de sensaciones y emociones, alcanzamos juntos el clímax, dejándonos llevar por la intensidad del momento. Abrazados, jadeantes y sudorosos, nos miramos a los ojos, sabiendo que ese fue solo el comienzo.

Sentí la tibia esencia de Jin mojar mi abdomen y yo anudé en su interior. Me puse debajo de él, dejándolo encima de mí para que baje el nudo. Aún podía escuchar nuestras respiraciones aceleradas. —Jin, te amo —dije de forma sincera.

—También te amo, alfa.

Observaba cómo sus ojitos cansados se cerraban y sonreí. Yo tampoco creía poder seguir despierto. Lo mejor era descansar juntos, abrazados, sintiendo el calor de nuestros cuerpos fundirse en uno solo. Un ambiente de paz y amor nos arrullaba. En ese momento, supe que estábamos destinados a estar juntos, compartir cada momento, bueno o malo, en el futuro. Y en ese instante, sentí una profunda gratitud por tener a Jin a mi lado, por amarlo y ser amado por él. Juntos, superaríamos cualquier obstáculo que se interpusiera en nuestro camino, porque nuestro amor era más fuerte que cualquier adversidad. Y en ese momento, en su abrazo seguro y reconfortante, supe que había encontrado mi hogar en sus brazos, en los brazos de mi omega.

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