❀ Capítulo 30

Cuando JiMin despertó lo primero que vio fue un techo blanco, seguido por muchos aparatos que parecían estar unidos a su cuerpo.

Una mano sostenía la suya, él volteo a su derecha, esperando encontrar a HoSeok y no a su padre, quien al parecer había pasado la noche entera ahí.

Trató de moverse, sin embargo, solo logró que su progenitor despertara y lo viera con los ojos llorosos.

JiMin no entendía nada, no entendía por qué su padre lloraba mientras le abrazaba y decía constantemente "Despertaste", no entendía por qué el doctor entró minutos después y comenzó a revisar sus signos vitales y cuerpo en general.

Lo que tampoco entendió fue por qué el calendario marcaba febrero de otro año.

Y lo que realmente logró desencajarlo por completo fue escuchar a su padre hablar por teléfono y decir que después de seis largos meses su hijo había salido de coma.

No entendía nada, estaba más que confundido, en especial, porque no creía haber dormido tanto, tampoco haber llegado tan profundo con aquella navaja. No podía creer que su padre estuviera ahí, en vez de HoSeok.

- ¿Dónde está HoSeok? - no evitó preguntar por su pareja, a lo que su padre solo esquivó la pregunta, diciéndole que era mejor descansar. Sin embargo, el mas bajito insistió, obteniendo una respuesta muy mala de su padre.

- ¡Olvídate de él! - sentenció el hombre mayor antes de salir de la habitación. Pero JiMin no quería olvidar a HoSeok, él quería recuperarlo y pedir una explicación para no haberlo hallado ahí, junto a él en el hospital.

La mañana junto a su padre fue aburrida, pues este solo le contaba los sucesos acontecidos en los últimos meses, desde las fiestas de cumpleaños hasta la navidad y año nuevo que pasaron juntos, obviando en todo momento la presencia de su hermano, algo muy extraño para el más bajito.

Cuando la hora de visita terminó, exactamente a la 1:00 p.m, el padre se despidió y prometió que vendría a recogerlo al día siguiente, día en que saldría del lugar.

JiMin asintió con una sonrisa en el rostro, sonrisa que se borró al ver a su padre lejos de él. Y es que cuando la puerta fue cerrada, el pelirrojo se bajó de la cama y desconectó todo lo que podía estar unido a su cuerpo.

La única suerte que tuvo fue el de encontrar la chaqueta de su padre en el sofá de la habitación y de hallar algunas ropas del servicio de limpieza en el baño. Se colocó todo lo necesario para pasar desapercibido y cuando notó que tenía la oportunidad de salir corriendo, lo hizo.

Corrió por todos los pasillos hasta dar con la salida al estacionamiento. Sonrió al ver el atardecer y no tardó en caminar hacia el paradero del autobús. Agradeció tanto encontrar algo de dinero en la chaqueta.

JiMin estaba listo para ir a su casa, enfrentar la verdad y ver por última vez a su mellizo, pues en sus planes estaba empacar todas sus pertenencias y escapar junto a HoSeok.

Quería un nuevo comienzo y él creía que lo tendría al lado de su ex novio.

[✿]

Al ver su casa, se quedó totalmente anonadado, algo había cambiado, él lo sentía, en especial al ver como su ex novio salía de esta para despedir a sus padres, quienes parecía iban a un lugar muy importante.

Se quedó al frente de la casa por un largo rato, para luego observar a ambos lados y correr hacia a esta.

Se agachó para recoger la llave que su madre siempre escondía debajo de una maceta y prosiguió a abrir con cuidado la puerta, la cerró de la misma manera y con pasos sigilosos comenzó a subir las escaleras. Podía escuchar risas y gritos más cercanos con cada paso que daba.

Ya estaba temiendo, por lo que en un impulso mal intencionado caminó, casi corrió, hasta la habitación de sus padres.

Sabía que debajo de la cama se hallaba una arma, mas nunca esperó encontrarse con una caja vieja, que era utilizada anteriormente por TaeHyung para guardar "recuerdos" de ambos. ¡Estúpido! Ahí no había ningún recuerdo de los mellizos, solo se hallaban cartas y notas, todas parecían hechas por su persona. Todas contenían la letra de JiMin.

Cada una de ellas revelaba un mensaje tenebroso, uno de matanza, otro de amenazas y otro simplemente de sufrimiento.

No se detuvo a leer o profundizar el significado de alguna de ellas, solo tomó el arma con ambas manos y se dirigió hacia la habitación de su mellizo, ya estaba todo decidido, su parte racional no funcionaba, y es que las emociones se anteponen ante la inteligencia.

¿No les ha pasado que en un ataque de rabia no han logrado pensar con claridad y solo han actuado por mero instito, al igual que un animal que acecha a su presa? ¿No han sentido que al parecer lo tienen todo controlado, sin embargo, al recordar todo el daño que le han hecho, vuelve la rabia y con ella los impulsos irracionales? Pues así se sentía JiMin, una parte de su mente estaba siendo controlada, pero al recordar todo el "daño" que le había hecho su mellizo, la ira regresaba y con ella, los pensamientos pecaminosos.

Un suspiro salió de sus labios y se detuvo al frente de la habitación, que tenía la puerta semi-abierta.

Observó todo, a su hermano y a HoSeok. Mientras tanto, estos se miraban como si nadie más estuviera en ese momento.

Ambos se miraban con ternura, ninguno quería salir de la burbuja en la que se encontraban. Ninguno de los dos quería separarse, no después de tan maravillosa noticia.

Mientras tanto, desde el umbral de la puerta, JiMin se encontraba observándolos, analizando el momento y sintiéndose engañado, usado y por sobre todo, triste. Sus manos se mantenían sujetando el arma, ya recargado, que su padre mantenía escondido debajo de su cama. Muchas lágrimas amenazaban con salir de sus ojos y lo único que quería hacer era entrar y destruir aquella felicidad que se le fue arrebatada.

Silenció con su diestra un sonoro sollozo que iba soltar, al ver como ellos se besaban y sonreían, y pensó en las caricias que alguna vez se le fueron dadas a él y las comparó con las que ahora recibía su mellizo, llegando a la conclusión de que no había punto de comparación. Esas caricias que ahora eran proporcionadas a su hermano eran falsas.

- ¡Esas caricias me pertenecen! - Gritó, irrumpiendo a la vez en el dormitorio de su mellizo y levantando el arma, apuntó a HoSeok, quien muchas veces le había dicho "Te amo". Apuntó directamente a su frente.

Su hermano, por otro lado, solo trataba de tranquilizarlo, diciendo que todo era un malentendido, pero él sabía y había escuchado sobre la existencia de aquel bastardo, incluso lo podía ver, pues el vientre de TaeHyung se encontraba demasiado hinchado.

¿Cuántos meses tendría? ¿Siete? ¿Ocho?, No lo sabía a ciencia cierta, solo sabía que todos los pagarían, pagarían por hacerle daño.

— ¡No soy tonto! ¡Los escuché y sé que me engañaron! ¡Ambos son unos malditos y les juro que lo pagarán! — Gritó más que alterado el pelirrojo.

Sus lágrimas ya no se retuvieron por más tiempo y ahora las soltaba sin miedo de verse patético ante alguien.

— Tranquilízate, lo arreglaremos juntos.— Habló su ahora ex novio, pero él hizo caso omiso de sus súplicas y sin pensarlo siquiera, disparó directamente a la cabeza.

TaeHyung soltó un gran grito al ver cómo el ahora cadáver caía al piso y sin pensarlo mucho, se arrodilló junto al cuerpo inerte para llorar.

JiMin solo lloraba y reía al mismo tiempo, tal y como aquellos orates que estaban en un centro psiquiátrico, con la diferencia que él no estaba encerrado, él seguía libre y ahora cometería un acto tan impuro que no tenía perdón ante los ojos de sus padres y de Dios.

Volvió a levantar el arma y apuntando a aquel pequeño con el que había compartido vientre por nueve meses, cumpleaños, prendas, juguetes, gustos, sueños y en estos momentos, al mismo hombre, disparó. Le disparó a su propio hermano, a su mellizo... a TaeHyung.

Al percatarse de lo que había hecho, dejó caer el arma y miró a ambos lados, como si estuviera asustado, mas su sonrisa reflejaba otra cosa.

Se acercó hasta el cuerpo de HoSeok y se arrodilló al lado de este para susurrarle:

— Si tú no eras mío, no eras de nadie.

Rio por última vez y se abrazó a sí mismo.

Lo que sus padres habían olvidado decirle a JiMin fue que la transfusión de sangre logró estabilizarlo aquel día, mas la pérdida de sangre, como las heridas que tenía, fueron las causante de que cayera en un coma, sin contar que su mala alimentación no fue de gran ayuda. Lo que su padre tanto escondió ese día fue que TaeHyung, su hermano, estaba esperando un hijo de HoSeok, que ambos habían formalizado, que se casarían, que habían conseguido una casa en donde vivir y continuar agrandando la familia.

Lo que tanto temió el señor Park fue decir que TaeHyung estaba siendo feliz con HoSeok.

Una felicidad que fue destruida por JiMin.



[❀]



- 🌼 cinco años 🌼 -

Me gustaba el muñeco de Hulk, lo quería para navidad. JiMin, sin embargo, pedía a gritos que le compraran el muñeco de Pororo.

Para navidad, él me arrebató mi muñeco, y cuando le dije que era mío, el se negó a dármelo y comenzó a llorar.

Papá dijo que no sea envidioso y comparta con mi mellizo.

- 🌼 Diez años 🌼 -

Pedí una bicicleta para nuestro compleaños número 10, JiMin quería el nuevo iPhone que había salido.

Nuestros padres nos complacieron, sin embargo, JiMin se adueñó de mi bici, nisiquiera me permitía tocar su nuevo celular.

Mamá dijo que JiMin era especial, que teníamos que compartir porque ambos éramos especiales... porque éramos hermanos.

- 🌼 Quince años 🌼 -

JiMin comenzó a tomar mi ropa "prestada"; siempre utilizaba mis prendas sin permiso alguno.

Al principio lo acepté porque era mi hermano y teníamos gustos diferentes, algo muy bueno, pues me encantaba combinar ropa, estilos. Mas cuando quise tomar prestadas sus zapatillas, él me empujó.

- 🌼 Veinte años 🌼 -

Le conté a JiMin que me atraía un chico de sonrisa bonita, sabía que ya tenía dos años más en la universidad, por lo tanto era mayor.

En ese instante todavía salía con MinHo, con quien anteriormente también había tenido problemas, no solo por la falta de sexo, también por sus constantes quejas y mentiras que implicaban a mi hermano coqueteándolo. Era un total mentiroso. Sin embargo, sus mentiras​ no eran tan falsas; JiMin llegó con su nuevo novio a casa, no sé cómo, pero nuestros padres lo aceptaron. Ese novio era HoSeok. Obviamente no bajé a cenar ese día.

En ese preciso instante me di cuenta que nosotros no éramos especiales​, tampoco parecíamos hermanos, pues un hermano no te quita todo lo que tú tienes o quieres. Incluso compartíamos el gusto por la misma carrera.

[❀]

- Hablé con tu hermano hace unas semanas atrás. Él es muy simpático.

JiMin sonrió y cerró sus libros con fuerza para luego mirar a HoSeok.

- Yo no tengo ningún hermano.

- ¿Dé que hablas?, Tu hermano, Park TaeHyung. Hablé con él la vez pasada.

El más bajito negó.

- Él no es mi hermano, es adoptado. ¿Acaso no te das cuenta de la diferencia que tenemos?... Nisiquiera somos familia, papá lo trajo de la calle.

HoSeok abrió sus ojos en par y asintió no muy convencido. Sin embargo, toda duda quedó despejada cuando aquel día, de conocer a los padres de novio, no encontró a nadie más que a una familia de tres integrantes.

Creyó que estaba enloqueciendo, mas cuando preguntó por TaeHyung, JiMin solo contestó:

- Se fue de casa.

Qué hipocresía la de Park JiMin, fue tan hipócrita que luego, después de tres meses, presentó a TaeHyung como su mellizo, como su verdadero hermano.

HoSeok en ese instante no dijo nada, mas ya presentía que algo andaba mal con su novio pelirrojo, solo por esa razón accedió a estar con TaeHyung.

El próximo capítulo es el epílogo :c

Nota actual:

Ya tienen sus respuestas, bebés. Para que algunas comprendan un poquito más: JiMin sufre de mitomanía, él era el mellizo malo.

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