❀ Capítulo 25
Los baños del primer piso se convirtieron en un cuarto de hotel, los gemidos de TaeHyung se intensificaban más y las embestidas de HoSeok no se detenían, el mayor tomaba por las caderas al menor, intentando llegar más profundo que cualquier otra vez.
El cuello del pelinegro se encontraba siendo succionado por TaeHyung, quien no aguantaba el dolor y placer combinados, hallando, en aquellas succiones a la piel ajena, una distracción. Ambos, concentrados en sus asuntos y a punto de estallar de placer, gritaron el nombre del otro y se dejaron consumir por el orgasmo que los invadió.
Tae trataba de recuperar el aliento mediante bocanadas grandes de aire y HoSeok solo respiraba con dificultad, apoyándose en la encimera del baño y plasmando el placer mediante una sonrisa.
Al dejar atrás el orgasmo, ambos pasaron a vestirse rápidamente, pues las horas se les había pasado y ya era un poco tarde como para estar cumpliendo con un castigo que solo era hasta las 5:00 p.m y no hasta las 7:00 p.m.
HoSeok sujetó la mano de TaeHyung antes de salir del baño y le rogó para que no hablara nada de lo ocurrido con JiMin. Tae se sintió algo dolido por ello, pero asintió con pocos ánimos.
Ambos se despidieron con un beso en los labios, Jung tomó un camino contrario al de Tae, quien no tardó en comenzar a correr hacia el paradero de buses.
Ya se había hecho de noche, las luces de los postes eran lo único que entregaban un alumbramiento a las calles, TaeHyung se aferraba a su mochila y mordía con fuerza su labio inferior, no debería sentir miedo al estar en ese lugar, casi toda su vida había estado acostumbrado a hacer las cosas por sí solo, a pesar de tener un mellizo, o a andar hasta altas horas de la noche. Sin embargo, algo no le gustaba aquella noche, y no era claramente la tardanza del bus.
Buscó su móvil en uno de sus bolsillos y al sacarlo se dio cuenta de la hora que era. Iban a ser las ocho y media de la noche, y a pesar de parecerle un poco temprano, seguía sintiendo algo de temor.
— Las horas pasan más rápido cuando uno no lo quiere así, ¿cierto?. — TaeHyung conocía esa voz y cómo no hacerlo, si aquella voz pertenecía a Taemin, el novio de MinHo.
El pelicastaño se alejó un poco, sin embargo, no se atrevió a decir algo.
— MinHo me dijo que la última vez estuviste en su casa. — volvió a hablar. No obtuvo respuesta.
Taemin era una persona muy paciente con todo el mundo, pero no con TaeHyung, pues este fue el novio de MinHo, de la persona que ahora le "pertenecía", y esa era suficiente excusa como para detestarlo.
— Sé que te acuestas con el novio de JiMin.
— ¡CÁLLATE! — TaeHyung no había hablado nada hasta ese momento y es que prefería evitar todo tipo de contacto con un alcohólico y para colmo, el novio de su ex, pero el que metieran a HoSeok o la relación clandestina que llevaban solo lo hacía enojarse más.
Taemin rio y negó con la cabeza, su mirada estaba fija al frente, a un punto perdido, pero podía ver de reojo como el pelicastaño perdía la paciencia con simplemente escuchar la verdad salir de otros labios.
— Agradece que no le he dicho nada a JiMin. Estoy seguro que te mataría si se enterara que te acuestas con su gran trofeo.
TaeHyung caminó con total firmeza hasta su compañero de clase, tomó una de sus manos y lo obligó a verlo. Taemin tenía el ceño fruncido, pero eso no quitaba la burla que reflejaba su rostro.
— Te va a matar, aléjate de HoSeok. — Tae se asustó de inmediato y soltó la mano ajena.
Incluso sus palabras se habían quedado atrapadas en su garganta, había perdido las ganas de expresar todo el odio que sentía.
— N-No lo pienso hacer, prefiero morir antes de dejar algo que me pertenecía desde antes.
Taemin escuchó atentamente, miró de la misma manera cada movimiento que ejerció Tae para alejarse de él, y es que realmente le causaba gracia ver que los mellizos más unidos de toda la primaria se habían convertido en rivales.
— O tal vez tú termines matándolo. — susurró al perder de vista al pelicastaño.
[❀]
Llegar a su casa no fue algo sencillo, TaeHyung no había dejado de pensar en las palabras de Taemin y en el temor que infudieron estas en su cuerpo y mente.
Su madre fue quien lo recibió y regañó por llegar a altas horas de la noche, el pelicastaño hizo caso omiso de todo lo que la mujer le decía, solo se mantuvo callado y acató el castigo que le entregó su padre: una semana sin salir de casa. Un castigo que, para TaeHyung, era el mejor de todos.
Subió las escaleras con rápidez y cuando pensaba adentrarse en su habitación se dio cuenta que esta ya se encontraba con la puerta semi abierta.
Grande fue su sorpresa al presionar el interruptor de la luz y ver a su hermano sentado en su cama.
— Vete. — musitó el más alto.
JiMin rodó los ojos y negó para luego colocarse de pie y caminar hasta su mellizo, se detuvo delante suyo y le tiró una bofetada.
— ¡ERES UN IDIOTA! ¡SÉ QUE SEDUCES A HOSEOK! — el grito de JiMin se hizo escuchar por toda la habitación y TaeHyung sonrió a más no poder.
Ya era tiempo de decirlo.
— Ni creas que lo dejaré, lucharé al igual o incluso más que tú. — no gritó, TaeHyung no alzó la voz en ningún momento, solo se mantenía tranquilo y esa era su técnica: quedar como el inocente.
— Vete al demonio, no pienso dejar a mi novio y mucho menos compartirlo con una basura como tú. Haré hasta lo imposible para quedarme con HoSeok, ¡HARÉ DE TODO! ¡ME OÍSTE! ¡DE TODO! — y con esa advertencia, JiMin se fue. Eso fue lo único que le dijo y que juró cumpliría para que TaeHyung dejara en paz a la persona que él amaba.
Tae comenzó a reír ante la desesperación de su hermano, no entendía por qué se comportaba de esa manera, HoSeok era un chico como cualquier otro, sin embargo, era SU chico, solo de TaeHyung.
El pelicastaño caminó hasta situarse delante de su cama, se arrodilló y pasó a buscar algo debajo de esta. Una caja algo vieja y llena de polvo fue la que sacó de ahí abajo.
Se colocó de pie nuevamente y se sentó en la orilla de la cama, abriendo la caja y observando las cientos de notas que se encontraban dentro de esta. Adentró su mano y comenzó a buscar lo que necesitaba en esos momentos, al encontrarlo, sonrió y pasó a extraerla.
Una pistola, sí, era la pistola de su padre, la que debería situarse de bajo de la cama de sus progenitores, no de él. Sin embargo, TaeHyung ya había pensado muchas veces en deshacerse de lo que tanto interrumpía en su camino, jamás lo tuvo tan claro hasta esos momentos, en los que ya había tomado en serio todo lo que haría para ganar a HoSeok.
❝Disfruta a tu puta, pero asegúrate de que él no lo descubra, pues ten por seguro que a nadie le gustaría morir por amor.❞
TaeHyung arrugó la nota y la tiró al suelo.
Nota actual:
Las confundí, ¿Cierto?
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