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HoSeok no tardó ni medio minuto en correr al socorro de su novio. JiMin se había lanzado a llorar y con sus pequeñas manitos se cubría el rostro.

TaeHyung sabía que su hermano siempre quedaba como el inocente ante todos y en esta oportunidad no sería la excepción. Ya veía venir los regaños o los gritos que recibiría por parte de HoSeok.

— ¿Qué sucedió? — preguntó por segunda vez, HoSeok. TaeHyung no contestó nada y solo se limitó a ver como su hermano se escondía en el pecho del mayor y este último no dejaba de protegerlo entre sus brazos.

Ese amor parecía puro y muy verdadero, pero para Tae no lo era, no mientras JiMin siguiera siendo el que recibiera el cariño que se le fue arrebatado.

— JiMin, amor, todo estará bien — susurraba el pelinegro, mientras Tae sentía envidia, ganas de llorar y de separarlos... sin embargo, no lo hizo, jamás lo hubiera hecho. — ¡TaeHyung! ¡¿Qué coño le hiciste?! — volvió a gritar.

JiMin solo sollozaba y no dejaba de protegerse en los brazos de su novio. HoSeok, por su parte, ya se estaba alterando y la vena de su cuello sobresalía demasiado, su rostro estaba rojo y sus ojos no solo demostraban enojo,  sino también desesperación.

— ¡Contesta! — insistía el mayor de ambos chicos.

Ninguno le contesto o lo quiso oír, pues uno de ellos escapó de la habitación y el otro solo se limitaba a llorar entre sus brazos.

Un suspiro salió desde lo más profundo del pelinegro y al ver que el “causante” de las lágrimas de SU novio había huído, no hizo nada más que acariciar la espalda de JiMin y susurrar lo mucho que lo amaba.

[❀]

— ¿Qué sucedió? — HoSeok volvió a insistir.

JiMin ya se había calmado minutos atrás y ahora solo desempacaba con ayuda del mayor. El pelirrojo no quería profundizar el tema, pero muy en el fondo sabía que tendría que decirlo o inventar algo para no hacer quedar mal a su hermano o incluso, a sí mismo.

— JiMin, tenemos que hablar — esas fueron las palabras que detuvieron de todo movimiento del menor y le dieron la señal que él necesitaba. Ya era hora. — Enserio, quiero saber que ocurrió, acaso... ¿Él te golpeó?

La realidad llegó ante los ojos de JiMin y de inmediato negó.

Las manos de HoSeok se colocaron en la cintura del menor y este por instinto, llevó las suyas al cuello del mayor.

— Sé que te golpeó, los vi.— musitó el mayor, con la mirada fija en el más bajito, este, por su lado, no hizo nada más que bajar la mirada.

HoSeok había creído dar en el punto, pues por más que lo haya visto, él quería que JiMin se lo dijera, que tuviera la suficiente confianza para contarle todo lo que sucedía y los problemas que tenía en su familia.

— Amor... puedes contarme to... — iba a decir que confiara en él, cuando el pelirrojo lo interrumpió.

— Sí lo hizo, sí me golpeó... — Eso fue lo suficiente para que HoSeok hiciera puños con sus manos y tratara de correr en busca del agresor de su novio; sin embargo, no lo hizo, pues JiMin se apresuró a apresar su rostro entre sus pequeñas manos y negar. — Yo lo provoqué... Él no lo hubiera hecho si tal vez yo...

— ¡¿Tú qué?!... ¡Joder! Él no tiene derecho a tocarte por más que le hubieras hecho algo. ¡Eso va más allá de toda simple discusión de hermanos! — HoSeok nuevamente se encontraba enojado y el más bajito no podía estar más feliz. Creía que si al revelar que todo fue su culpa quedaría mal, estuvo equivocado, pues todo estaba saliendo a la perfección. — Hablaré con él, le diré que nunca más vuelva a tocarte o yo...

Los ojos de JiMin se abrieron en par al escuchar los planes que tenía su novio y que lamentablemente incluían a su hermano y de inmediato se llenó de miedo; ellos no podían hablar, si lo hacían, él estaría perdido.

— No lo hagas, HoSeok, él me odiará más y yo no quiero que me odie, es mi hermano — musitó con tristeza.

La simple súplica de su pequeño novio, pudo con él. JiMin siempre ocasionaba eso en él, siempre era lo mismo, todo lo que el pequeño quería, HoSeok lo hacía.

— Está bien — susurró el mayor. El pelirrojo sonrió. — Solo lo haré por ti... y porque quiero un beso.

El más pequeño rio y asintió antes de pegar sus labios a los del más alto. Las manos de HoSeok seguían en la cintura del menor y este ya iba descendiendo las suyas por su fuerte y amplia espalda.

Caminaron juntos en retroceso hasta llegar a la orilla de la cama y separarse para ver los ojos ajenos. Ambos lo querían, ambos lo deseaban y esta vez, HoSeok no se arrepentía de nada.

JiMin cayó en la cama y el mayor encima de él, los besos comenzaron a ser más rápidos y bruscos, la camisa del mayor ya había sido retirada y la del menor iba en proceso de hacerlo, pero no todo dura por siempre.

— ¡HoSeok, hijo! — gritó la única mujer de toda la casa, espantando a ambos chicos y haciendo que se separaran en ese mismo instante. El mencionado rápidamente se levantó de encima de su novio y buscó su camisa, que yacía en el suelo, la recogió y se la colocó, evitando demostrar lo avergonzado que se encontraba.

La madre del chico solo miraba con preocupación a su hijo, había aceptado el noviazgo de este, pero no pensaba que la cosa fuera tan seria, ella ya estaba acostumbrada a ver como su hijo salía con muchos chicos y chicas anteriormente, pero al parecer, JiMin iba más alla de toda salida.

— M-mamá... y-yo l-lo pue...

La mujer negó y sonrió. No podía hacer nada más, tenía que apoyar a su hijo en todo.

— Solo venía a avisar que hay un lago muy cerca de aquí y que TaeHyung salió demasiado rápido, que ni tiempo tuve de preguntarle a dónde iba. ¿Saben si le pasó algo?

JiMin ya estaba de pie y con la cabeza gacha, sentía demasiada vergüenza para mirar a su “futura suegra” a los ojos.

— Si desean tener privacidad, les recomiendo que cierren la puerta con seguro. — la mujer sonrió como si nada hubiera ocurrido y se fue sin decir nada más.

HoSeok miró a JiMin y viceversa; ambos estaban con las mejillas sonrojadas. Una risita se escapó del mayor y esto a su vez hizo reír al menor.

— Vamos a ese lago — emocionado, así se encontraba HoSeok. Con JiMin, sus días siempre eran entretenidos, no podía volver a vivir sin él.

Nota actual:

Maratón 8/10