Hoy era otro día. HoSeok se había levantado tarde y lo único que llegó a hacer fue cepillar sus dientes y lavar su rostro antes de tomar sus útiles y salir corriendo de su casa.

Sus padres obviamente lo regañarían por no haber tomado desayuno, pero eso era lo menos importante si ibas retrasado a la escuela y peor aún, si tenías un examen a primera hora con el profesor al que no le caías bien.

Realmente era un día malo para HoSeok o eso llegó a pensar cuando se encontró con la puerta cerrada del salón y con la mayoría de sus amigos tomando el bendito examen.

Jaló de sus cabellos con desesperación y sin siquiera tocar la puerta, se marchó hacia el patio de la universidad.

Se sentó bajo uno de los más grandes árboles del lugar y cerrando sus ojos, echó la cabeza hacia atrás. Sabía que reprobaría esa materia, pero quería creer que la inexistente bondad de su profesor lo salvaría.

— ¡Estoy perdido! — gritó con más enojo del habitual.

— Al parecer somos dos — le contestaron. HoSeok abrió los ojos de inmediato y miró a su nuevo acompañante: el hermano de JiMin, quiso sonreírle y saludarlo como era debido, pero el enojo que consumía su cuerpo y mente no le permitían hacer ninguna de las dos cosas.

— Estoy seguro de que el profesor Kim nos reprobará a ambos. Odio sus clases al igual que tú lo odias a él.

HoSeok pensaba negar aquello, pero sabía que sería mentira si lo llegaba hacer, pues más de cien veces lo había maldecido e incluso, insultado a sus espaldas.

— Ahora mismo estás preguntándote qué hago aquí si se supone que no salgo de mi habitación desde hace meses...

El pelinegro se quedó sin habla esta vez, pues era cierto, él iba a preguntar aquello, pero al parecer su "cuñado" era demasiado inteligente o demasiado... loco. No sabía cómo explicarlo, pero sí sabía cómo empezar una muy buena conversación.

— Ahora mismo estás pensando en si soy inteligente o un simple loco.

HoSeok rió.

— ¿Eres adivino o qué?

— En realidad te conozco demasiado bien y por cierto... toma — El castaño sonrió, nuevamente de aquella forma que le causaba temor al pelinegro, y le entregó el libro de Matemáticas que suponía HoSeok, lo tenía JiMin. — JiMin lo dejo en nuestra repisa hoy en la mañana y pensé que tal vez tú la necesitarías, ya que hoy te toca tres horas con la profesora Soo...

HoSeok detuvo todo movimiento y dejando de lado el libro que yacía metiendo en la mochila, miró a TaeHyung. Este frunció el ceño y colocándose de pie, volvió a sonreír.

— Somos tan idénticos... estoy más que seguro de que eres el correcto.

El pelinegro quería preguntar por aquello, pero se quedó con la palabra en la boca cuando el hermano de su ChimChim se marchó a toda velocidad, casi corriendo.

— Realmente me das miedo — murmuró el mayor, terminando de guardar su libro y aguardando por el cambio de hora.

En el receso se encontró con su novio y este, muy preocupado, lo vio de un lado a otro. HoSeok iba a preguntar qué le sucedía, hasta que las palabras de su novio dijeron todo por sí solas.

— Perdí tu libro de matemáticas — confesó el pequeño con demasiado arrepentimiento.

— Claro que no, tu hermano me lo devolvió, ya que tú lo dejaste en su repisa.

JiMin frunció el ceño de inmediato.

— Eso no puede ser — dijo con enojo. — TaeHyung y yo tenemos habitaciones separadas..

Eso fue como un balde frío cayendo encima suyo. HoSeok quería decirle a su novio que se dejara de bromas, pero este mantuvo su seriedad en todo momento.

— Pero TaeHyung, él dijo que tú te olvidaste esto en...

— Lo está volviendo a hacer — casi gritó el más bajito. — TaeHyung de nuevo esta irrumpiendo en mís cosas y en mi habitación.

HoSeok no sabía qué decir, pues esto no le era demasiado raro, hermanos entrando en tu habitación y tomando tus cosas era algo normal en una familia, pero lo que sí se le hacía raro era que estos hermanos tuvieran una mirada tenebrosa y que tomaran las cosas de tu novio. Eso sí que no le gustaba.

— Prometo que no volverá a pasar — afirmó el pelirrojo. HoSeok solo asintió y dando un beso en sus labios, dio por terminada la conversación y el encuentro.

JiMin estaba enojado y al ver como su novio se marchaba no optó por otra cosa más que ir al salón de su hermano. Corrió cuanto pudo y al encontrarlo sentado en los último lugares, solo atinó a gritar su nombre.

TaeHyung miro con desdén a su mellizo y esperó hasta que este llegará a su lado para recién prestarle atención.

— ¿Qué te sucede? — gritó el más bajito de ambos. — ¿Acaso meterte en mi habitación y coger las cosas de mi novio es algo gracioso para ti?

TaeHyung negó y tomando sus cosas, se colocó de pie.

—  A mí no me hace gracia nada y mucho menos coger tus cosas o las de tu novio, así que mejor la próxima vez cuida bien tus palabras o juro que te arrepentirás...

Jimin entre abrió su boca, pero no logró decir nada, el castaño le parecía algo intimidante, por lo que él se limitaba a mantener la boca cerrada y atender los pedidos de su hermano menor. Cuánto odiaba ser bajito y peor aún, odiaba la actitud que había adoptado su hermano.

TaeHyung, por su parte, caminó el resto del día y se saltó las clases, que según sus padres tenía que recuperar. Poco le importaba recuperar clases o ver a esos viejos, que por haber culminado sus estudios se creían mejor que él o que la sarta de sus compañeros.

El chico rió para sí mismo y al escuchar la campana, que anunciaba la salida, caminó hacia su lugar favorito.

HoSeok seguia observando la nota sin entender esta vez nada. Pensaba que tal vez esto era obra de sus amigos, pues estos eran los únicos que sabían del número de su casillero en los vestidores, además de su contraseña. Nadie más sabía sobre aquello como para introducir la nota en su ropa interior.

❝Amo el color negro y al notar que casi siempre lo llevas me hace amar aún más ese color.❞

HoSeok no arrugó la nota, pero tampoco la guardó, solo cogió su ropa para irse.

Este capítulo, enserio me gustó y no sé el porqué.