Futuro Imperfecto

N/A: Hola chicos, la vez pasada les avisé que Punto sin Retorno entrará en un hiatus indefinido y para compensarlo les pedí que eligieran entre dos proyectos en los que trabajo en fanfiction para traerlos acá. Este se trata de un fic en el que estoy trabajando en conjunto con Sonikdc, los dos esperamos que esta idea les guste.

Eran ya las siete de la noche, hora de salir. La semana había sido particularmente larga y Lincoln ya quería que su fin de semana empezara, pues continuaría sus proyectos personales además de que estaba al pendiente de la reunión que se haría en casa de una de sus hermanas.

Se encontraba ansioso, tenía tiempo de no ver a varias de sus hermanas y no recordaba la última vez que habían logrado reunirse todos, tal como en el pasado hicieran en la habitación de Lori y Leni, pues debido a los compromisos y responsabilidades que tenían ahora en su vida adulta, les era prácticamente imposible que coincidieran. En esta ocasión Lincoln se había valido de su astucia, sus planes y su habilidad de convencimiento para lograr que todas sus hermanas lograran hacerse un espacio en sus apretadas agendas para reunirse ese fin de semana.

Estaba emocionado, aunque por el cansancio no lo demostraba. Caminaba por entre las calles de la ciudad con dirección a su hogar, ya que su auto se encontraba en el taller y no se lo entregarian hasta el día siguiente; aquello le molestaba un poco pues el camino era largo y hubiera preferido evitarlo.

Pasados unos minutos de camino, volteó hacia la audiencia con expresión cansada.

- Hola - su tono era apagado. Dió un par de pasos más antes de caer en la cuenta - ¡Hey! Hola. Cuanto tiempo sin verlos chicos - su rostro expresaba sorpresa y alegría; siguió su camino- Lamento no reconocerlos. Ha sido una semana pesada y estoy bastante agotado. En todo caso, me alegra volver a verlos, ha pasado un tiempo y creo que debería ponerlos al día. Así de paso no se me hace tan largo el regreso a casa.

Al decir aquello, una débil sonrisa iluminó su rostro. A su alrededor algunas personas lo miraban con extrañeza por andar hablando sólo pero aquello lo traía sin cuidado; estaba ya bastante acostumbrado a las miradas y comentarios sobre su "extraña costumbre". Le importaba más actualizar a sus lectores.

- Pero antes ¿Como se encuentran ustedes? ¿Todo bien?... Espero que si. Yo por mi parte sólo puedo decir que he tenido tiempos mejores - soltó un suspiro y continuó - ¿Cuánto tiempo ha sido ya desde que no hablaba con ustedes? Me parece que la última vez fue cuando aún tenía once así que serán unos... dieciséis años.

Dio un silbido a la vez que pasaba la mano por su cabello.

- Vaya, el tiempo si que pasa rápido. Han pasado tantas cosas en estos años. ¿Dónde se habían metido? - trató de simular un tono enojado, pero la risa le ganó - Es broma. Seguro estaban ocupados. Es entendible, yo también lo he estado. Aunque supongo que quieren que sea más específico. Por ahora trabajo en el periódico local "RoyalDay" como fotógrafo; se que suena como un trabajo de lo más tedioso pero déjenme decirles que tienen razón.

Rió por su comentario.

- Se lo que estarán pensando y les diré que sí, antes intente dedicarme a la creación de cómics, a la animación e incluso trate de dedicarme al cine como guionista, pero no es fácil. La competencia es dura y difícilmente dan oportunidades a novatos como yo. Si bien realice un comic en mi niñez, eso no podía superar a los trabajos que presentaban en los concursos de los estudios de animación o en las editoriales.

Su semblante decayó un poco al recordar aquello, pero rápidamente se recompuso al volver su mirada a sus lectores.

- No me entiendan chicos. Mi meta sigue siendo ser un creador de cómics reconocido, y sigo creando mis propios cómics de manera independiente sólo que, al no conseguir aún que una editorial acepte mis historias, me vi obligado a conseguir otro empleo para lograr mantenerme - enseñó el estuche de cámara que llevaba consigo - Resulta que soy bueno con la cámara y mi empleo no sería tan malo si no fuera por mi jefe. El es... esta... - trató de buscar las palabras adecuadas - Es un demente. Siempre habla demasiado, o más bien le grita a todos. Es bastante arrogante y exigente, aunque debo admitir que sabe lo que hace. Si no fuera por su actitud un tanto prepotente hasta diría que es un buen sujeto.

Justo cuando terminó de hablar, carraspeó un poco y decidió pasar al ministro que se encontraba en la esquina para comprar una botella de agua. Saliendo del local, reanudó su camino mientras tomaba un largo trago de agua.

- ¡Ah! Lo lamento - dijo tras dar un suspiro de satisfacción - Mi garganta estaba algo seca. Tenía tiempo de no hablar tanto. Ahora, ¿En qué iba? - se quedó pensativo unos momentos para después chaquear los dedos - Mi historia. Pues, no hay mucho más que agregar, sigo intentando hacer que acepten mis historias y por lo mientras debo tolerar a ese lunático - suelta una risa de resignación - Bien, ¿Qué más? Sobre mis hermanas... las cosas tampoco han sido color de rosa para ellas. Recuerdo que antes pareciera que para ellas todo saldría bien gracias a sus talentos y bueno, lamentablemente no ha sido así. Bueno, más o menos. Siempre, por alguna razón u otra no han logrado triunfar.

Dio un nuevo sorbo a su bebida.

- Bien, esto será largo. Espero que estén cómodos. Empezaré con Lori; ella había conseguido una beca deportiva por sus habilidades en el golf en la Universidad de FairWay, pero desgraciadamente se fracturó la muñeca semanas antes de su ingreso lo que le costó su lugar en el equipo de golf y su beca. Al final tuvo que asistir a una universidad de menor prestigio aquí en Michigan donde estudió turismo y administración. Ahora trabaja como subgerente en el hotel "Great Lakes". Eso no sería tan malo si el gerente no fuera un completo idiota que no sabe administrar ni escuchar, por lo que no falta mucho para que caiga en bancarrota.

Detuvo un momento su relato en lo que cruzaba avenida, evitando ser atropellado por un auto que se había pasado el alto y maldiciendo por lo bajo.

- A Leni no le fue tan mal cuando trabajaba en la tienda de ropa del centro comercial. Recibió el apoyo de la dependienta para ingresar (para sorpresa de todos) a una buena escuela de diseño de modas donde logró graduarse. Incluso había logrado abrir su propia tienda de ropa en el centro comercial la cual fue muy popular - soltó un suspiro - El problema fue que gente mala vio como aprovecharse de ella y robarle incluso la difamaron. Lo perdió todo por culpa de esos estafadores: su tienda, sus diseños, su credibilidad...

Calló por unos segundos, con el seño fruncido a la vez que pateaba una piedrecilla con fuerza y cerraba los puños.

- Honestamente me enoja bastante que haya personas que tomen ventaja de la inocencia de otros para sacar provecho, sobre todo cuando Leni trabajó tan duro - nuevamente suspiró, su expresión se relajó un poco - Aunque supongo que es algo que debimos ver venir - caminó un poco más antes de relajarse nuevamente y decidirse a proseguir - Luna, ella es todo un caso. A los 15 había formado su banda junto con Chunk, Sam y Tabby aunque tiempo después se separaron. Nunca nos dijo las razones aunque por su actitud, supongo que fue algo realmente malo. En fin, trató de seguir como solista pero no tuvo el éxito que esperaba aún con lo talentosa que es. Poco después, durante uno de sus conciertos en un bar cercano, la abordó un sujeto que era agente de una agencia de publicidad; le ofreció un contrato para componer jingles musicales para la promoción de varios productos. La paga que ofrecía era buena, así que aceptó; lamentablemente, las disqueras ya no la veían como una persona sería en cuanto a la música y le negaron cualquier oportunidad de salir adelante en el mundo de la "música verdadera".

Nuevamente, tomó un poco de agua antes de continuar.

- Después de eso, Luna se volvió una persona un tanto... arisca, pesimista, sarcástica e incluso, hedonista - frunció un poco los labios al mencionar lo último - Por supuesto, me preocupo por ella y he tratado de ayudar la para que deje sos malos vicios, pero es algo bastante complicado ayudar a alguien cuando no puede estar cinco segundos sin insultarte - se rascó el mentón - Luan, ella estudió artes escénicas para lograr así ser una actriz y comediante reconocida pero, bueno, el mundo del espectáculo es un lugar oscuro; no han sido pocas las locaciones donde han intentado aprovecharse de ella, ofreciendo oportunidades para crecer. Luan por supuesto que los ha rechazado a todos, aunque debido a eso, esos tipos le dificultan cualquier oportunidad por pequeña que sea. Por suerte aún tiene la comedia; realiza actos de Stand-Up en en un bar dirigido por un buen hombre. No gana mocho pero al menos lo suficiente como para sobrevivir. Es una pena que Hollywood rechace a una estrella naciente de la comedia aunque estoy seguro que Luan terminará por brillar.

Volvió a tomar algo de agua.

- Lynn... creo que fue ella quien más ha sufrido de todos nosotros. Ella tenía todas las posibilidades a su favor, varios agentes deportivos le habían puesto el ojo encima al igual que varias universidades en su momento. Sin lugar a duda se hubiera convertido en la mayor deportista de todos los tiempos; siempre fue la mejor en todo lo que se propusiera. Desgraciadamente durante un partido de fútbol, un jugador del equipo rival la derribó en una jugada ilegal, fracturando su pierna derecha. La operaron; duró poco más de 5 meses con tornillos y placas en la pierna y su rehabilitación le llevó varios meses más. Habíamos pensado que se repondria y volvería a jugar, pero su doctor nos avisó que ella ya no podría volver a realizar ningún deporte ya que podría volver a lastimar su pierna por el esfuerzo, además que corría el riesgo de que sufriera un derrame de líquido sinovial, lo que le causaría, además de un terrible dolor, la pérdida de la movilidad de su pierna.

A estas alturas, Lincoln apretó con fuerza la botella que llevaba en la mano, derramando un poco sobre ella.

- En ese momento el rostro de lynn mostraba su incredulidad, pero no pasó mucho para que la ira la reemplazara; de haber estado ahí la chica que la lastimó, apuesto que la hubiera hecho puré. Y luego pasó a la devastación total y la impotencia. Tuvo que abandonar sus equipos de manera definitiva y optó por trabajar en la escuela primaria de Royal Woods como maestra de educación física, donde sigue trabajando hasta ahora, conocida por su dura actitud con lo chicos.

Soltó un nuevo suspiro. Caminó una calle más en silencio hasta el parque, donde se apresuró a tomar asiento. Seguía agotado y caminar mientras hablaba no le ayudaba mucho. Dio un sorbo a su bebida, esta vez más largo que los anteriores antes de volver a ver a sus lectores.

- Lucy... ella, logró cumplir su sueño de ser escritora, pero no de la mejor manera. Sus escritos solían ser bastante oscuros y con temáticas que no a muchos les terminaba de agradar. Cuando decidió escribir un antología de horror infantil fue cuando su carrera cayó. Muchos padres y madres la demandaron por "incitar a los niños al suicidio y al satanismo". Trató de explicar sus razones para escribir ese libro, así como el que no estaba incitando a los niños a nada. Al contrario, trataba de instruirlos - hizo una pausa - Perdió el juicio, Tuvo que pagar una multa además de que su libro fue retirado de circulación. Sus demás obras, junto con las que escribió posteriormente fueron bastante censuradas, por lo que prácticamente no salen del estado. El único punto bueno de esto es que tiene su propio club de fans aquí en la ciudad, que comparten sus mismos gustos.

- El amor por los animales de Lana la hicieron escoger la carrera de veterinaria en la Universidad y fue este mismo amor el que le causó su expulsión en su tercer semestre. Causó todo un caos al liberar a varios animales de las instalaciones de la Universidad e incluso de un zoológico cercano. Decidió entonces valerse de su talento como mecánica para trabajar en un taller de autos. Durante ese tiempo, lana fue contactado por Bobby Fletcher. ¿Recuerdan a la piloto que Lana ayudó cuando tenía seis y que pidió que fuera su mecánica cuando alcanzará la mayoría de edad? - Lincoln tomó agua mientras esperaba que respondieran - Bueno, la integró a su equipo de Pit's y fue en su debut cuando Fletcher sufrió un accidente que casi le cuesta la vida, pero si su carrera automovilística. Muchos acusaron a Lana del accidente a pesar de que Bobby aseguró que había sido ella la causante al no maniobrar bien. Aún así, muchos siguieron pensando que fue su culpa, por lo que ya no confiaban en si trabajó. Ahora sólo pocos son los que la contratan para trabajos de plomeria o mecánica.

El peliblanco terminó su botella. La aplastó y guardo entre sus ropas. Aún así, continuó un rato más en la banca.

- A Lola le fue bien en los certámenes de belleza de Royal Woods, pero por alguna razón, nunca logró triunfar fuera de la ciudad. Aquello la frustró mucho y su comportamiento empeoró hasta llegar a ser casi insoportable. A diferencia de Lana, ella si llegó a la Universidad donde estudia administración. Planea ayudar a Leni para que su negocio prospere y que nadie intente volver a timarla. Obviamente, también planea ser la modelo exclusiva de Leni - sonrió levemente, pensando en su hermana menor. Si bien tenía esa actitud de niña mimada, se preocupaba por las demás - Lisa... - un suspiro pesado - ¿Que puedo decir de ella? Sigue impartiendo clases en la Universidad de Royal Woods. Se lo que van a preguntar ¿Por qué ella, teniendo una mente tan prodigiosa, continua dando clases en vez de dedicarse a crear la cura contra el cáncer o los viajes interdimencionales? ¿A caso prefiere impartir su conocimiento a las futuras generaciones con el fin de mejorar el futuro del planeta, sentando las bases de una buena educación? Pues no, eso es una estupidez.

La sonrisa de Lincoln desapareció. Se colocó de pie y retomó su camino. Aprovechó para tirar la botella vacía en un contenedor del parque.

- La verdadera razón de esto es que los demás científicos se rehusan a trabajar con ella debido a su personalidad tan fría y antipática, y su menosprecio por todos aquellos menos inteligentes que ella. Además que muchas de sus investigaciones suelen rayar en lo inmoral, por lo que nadie está dispuesto a financiarlas. Por ahora vive con Darcy, su antigua compañera de escuela mientras trata de conseguir el dinero suficiente para financiarse con su trabajo de docente - calló por un momento - Y Lili, bueno, ella es ahora la única de nosotros que aún vive con nuestros padres. Se encuentra cursando el último año de preparatoria y espera convertirse en una gran artista. Y yo, espero de corazón que pueda lograrlo.

- Como pueden ver, nos ha costado bastante salir adelante en el mundo; no es tan fácil como algunos dicen. Es debido a esto que nos es difícil encontrar tiempo para vernos, además que pareciera que algunas de ellas no quieren verse - frunció los labios antes de suspirar - En lo particular me gustaría que nuestra relación volviera a ser como antes - al decir esto, guardo silencio un momento, recapacitando - Quizá sólo omitiendo las peleas.

Rió ante su propio comentario.

- Pero cada vez que hacíamos el intento por volver a vernos, varias salían con excusas: hay mucho trabajo, mi jefe no me dio el día, estoy enfermo, surgió algo... o simplemente no quiero ir. Sin embargo, esta vez logré hacer que todas confirmaran para vernos mañana en casa de Luna - observó su reloj de pulsera, más de manera simbólica que para ver ma hora - Han sido ya varios años desde que no nos vemos - sonrió - Ya quiero que sea mañana.

Lo último lo dijo más para sí. Finalmente, llegó frente a un edificio bastante deteriorado de seis plantas, la pintura blanca y verde que lo decoraba, se encontraba ya en muy mal estado por el tiempo. Al entrar, pudo notar que el interior no diferia mucho del exterior, la pintura desquebrajada y la humedad acumulada en las esquinas no ayudaban a dar una buena impresión del lugar pero para Lincoln aquello no le importaba mucho.

Subió por las viejas escaleras de madera, que rechinaban al sentir su peso, aún si intentaba ser cuidadoso. Al llegar a la tercera planta, trató de no hacer mucho ruido hasta estar frente a la puerta de su habitación, marcada con el "3-D". Sacó sus llaves con cuidado pero antes de colocarla en la cerradura, escucho como una puerta era abierta con brusquedad a la vez que quien la había abierto, le gritaba.

- ¡Loud! ¡Renta! - Lincoln se giró ante el gruñido del hombre tras de él.

Se trataba de un hombre de entre cincuenta o sesenta años, sin cabello en la corona de la cabeza. De tez blanca y robusto. Dentro de su cuarto se podía ver a otro par de hombres alrededor de una mesa jugando póker y un poco más atrás se encontraba una joven mujer, de no más de veinte años; era delgada, de piel clara y cabello rubio atado en dos trenzas. En la mano llevaba un cucharón de madera y se encontraba al pendiente del horno de la cocina mientras que por el rabillo del ojo veía a Lincoln.

De fondo podía escucharse música extranjera, posiblemente rusa.

- Hola - saludó Lincoln al darse la vuelta, con una sonrisa nerviosa y el semblante agotado.

- ¿Hola? ¿Hola? - exclamó el hombre con rudeza y un marcado acento ruso - ¿Qué es eso? ¿A caso eso sirve para pagar?

- Me pagan esta semana y...

- ¡Otra vez con la misma historia! Me debes dos meses muchacho.

- Le prometo que en cuanto me paguen yo...

- ¿Me prometes? Si pudiera comer a base de promesas mi hija sería gorda - reclamó el hombre señalando a la chica que parecía incómoda ante el comentario.

- Lo lamento señor Ditcovich, sólo tengo estos veinte dólares para la semana y... - no terminó, le había mostrado el billete que aún llevaba en la mano y el hombre se lo había arrebatado de un jalón.

- Sentirlo no va a pagar la renta muchacho. Tienes suerte de que sea tolerante contigo y te acepte sólo esto - mostró el billete que le arrebató antes de meterlo en su bolsillo - Cualquier otro ya te hubiera echado a la calle. ¿Y sabes por qué? Porque me agradas muchacho, a pesar de que eres algo irresponsable. ¡Pero ni se te ocurra tratar de escabullirte de mi! Tengo oídos de halcón y ojos de roedor - finalizó haciendo una extraña mueca que confundió a Lincoln.

- Hola Linc - lo saludó la joven con la mano en que llevaba el cucharón. Saludo que Lincoln imitó, haciendo un ademán.

Cuando la chica bajó la mano, accidentalmente golpeó una olla que había en la estufa, derramando un poco de lo que tenía en su interior y haciendo que por unos momentos el fuego se avivara a la vez que hacia algo de ruido como de gorgoteo. Ella había gritado a la vez que intentaba apagar el fuego con ayuda de la cuchara. El señor Ditcovich gritó algo en ruso antes de volverse y cerrar la puerta para evitar que el albino viera el caótico espectáculo que su hija había armado.

Soltando un suspiro, Lincoln se volvió para dirigirse a su propia habitación a la vez que se dirigía a los lectores.

- Bien, ese "agradable" hombre es el señor Ditcovich, el casero del edificio. Es un tanto excéntrico y, aquí entre nos, me recuerda a un personaje de una serie mexicana bastante popular. Creo que se llamaba "Señor Barriga" - rió por sus propias palabras a la vez que por su curioso intento de español - Se que su hija se llama Anesha, es bastante bonita, pero un poco torpe - dijo haciendo aluvión a lo que acababa de pasar - Y ni se les ocurra empezar a shipearme con ella, ya tengo suficientes problemas con eso.

Aquello último lo dijo un poco enojado. Finalmente, abrió la puerta y entró a su cuarto. Este era pequeño, tenía una cama individual, a lado una pequeña cómoda y enfrente se encontraba el armario. Al otro lado de la cama, cerca de la ventana que daba al balcón, se encontraba la calefacción. Había ropa regada por todos lados, incluso en el la pequeña mesa redonda del centro. El lavamanos sé encontraba fuera del baño, a un lado de la puerta por donde entró Lincoln.

- Se lo que estarán pensando - dijo el albino cerrando la puerta y colocando su cámara sobre la mesa - "Lincoln, vives en un agujero". Se que no es un hotel de cinco estrellas pero al menos es un lugar que puedo considerar mío. Y bueno, mi paga no me da para algo mejor que esto, así que tengo que conformarme.

Se dirigió a su cama, donde se quitó los zapatos y las calcetas para después acostarse. Estaba a punto de dormirse cuando su teléfono sonó. Por un instante pensó que se trataba de alguna de sus hermanas pero se alegro al ver que se trataba de Clyde. Rápidamente se sentó en la cama y contestó.

- ¡Hey Clyde!

- Hola Lincoln - se escuchó del otro lado de la línea, bastante animado - ¿Cómo has estado?

- Bien amigo. Algo cansado ¿Sabes? El trabajo ha estado algo pesado últimamente.

-Si, te entiendo amigo. Estamos en las mismas - Clyde soltó un suspiro - De hecho, es por eso mismo que te llamé. Quería ver si querías acompañarnos a mi y a los muchachos a Flip's. Quizá a descansar por fin este fin de semana y divertirnos.

Le parecía una muy buena idea, tanto que estuvo por aceptar, pero recordó el compromiso que tenía con su familia.

- Eso suena genial Clyde, pero...

- Ahí vas otra vez con tus "peros" - interrumpió Clyde - Lincoln, ¿A caso ya no eres nuestro amigo?

- Por supuesto que lo soy Clyde. No se trata de eso, es que...

- Es que así lo parece Lincoln - volvió a interrumpir - Ya son más de dos meses desde que nos vi mis. Si no fuera por mi, los muchachos ya te darían por muerto. No contestas nunca sus llamadas, apenas y me contestas a mi. ¿De verdad ya no te agradamos?

- No Clyde, escucha. No es que no quiera pasar tiempo con ustedes, es sólo que he estado bastante ocupado estos días.

- Nosotros también estamos ocupados Lincoln, nuestros empleos son exigentes y aún así logramos hacernos del tiempo para vernos al menos una vez a la semana para hablar, relajarnos, divertirnos como los viejos tiempos. Todos excepto tú.

La culpa invadió al albino. Sabía que lo que le decía Clyde era verdad y el parecía actuar como si no les importara y su tiempo no valiera nada para él.

- Lo siento de veras Clyde. Créeme, de verdad quisiera ir mañana con ustedes pero no puedo.

- ¿Por qué no?

- Por que finalmente logre hacer que mis hermanas se reunieran Clyde. Nos veremos mañana.

- ¿En serio? - Clyde de pronto olvido su enfado y estuvo genuinamente sorprendido. Estaba al tanto de lo que pasaba con las hermanas de su mejor amigo - Amigo, eso es grandioso. ¿Como lo lograste?

- Bueno, no fue fácil. Tuve que cobrar varios favores y usar algunas técnicas de convencimiento - sonrió al notar el cambio de humor de Clyde - Por eso no puedo ir mañana con ustedes Clyde. Sabes mejor que nadie lo mucho que esperado (e intentado hacer) esta reunión.

Del otro lado de la línea, escucho como su amigo soltaba un suspiro.

- Lo entiendo Lincoln. Pero también me preocupo por ti, por nuestra amistad. Han sido dos meses desde la última vez...

- Lo se, lo sé. Lo entiendo. Sabes que quiero verlos pero simplemente no he encontrado el momento.

- Entonces tu dí.

- ¿Qué?

- Di cuando puedes, cuando sería ese momento. Seguro que los chicos y yo podremos mover nuestros pendientes para vernos.

- Hummm - lo meditó unos momentos - ¿Qué te parece el domingo en la tarde? Ya estaré libre entonces.

- ¿El domingo?

- Si, a eso de las cinco en las Hamburguesas Gus ¿Estará bien? ¿O prefieres un día con un poco más de anticipación?

Hubo silencio por unos segundos del otro lado de la línea. Finalemte y después de otro suspiro por parte del Moreno, este contestó.

- Esta bien Lincoln. Hablaré con los chicos. Creo que podremos vernos finalmente.

- Gracias Clyde.

- No es nada amigo. No me vayas a defraudar - lo último lo dijo con un tono que pudo incómodo a Lincoln.

- Eso nunca amigo.

- Adiós Lincoln.

- Adios.

Finalmente cuelga el teléfono, dejándolo a un lado y volviendo su mirada a sus lectores.

- Como pueden ver Clyde y yo seguimos siendo amigos después de todo este tiempo. No sólo el, toda la pandilla a logrado seguir unida; ya saben: Rusty, Liam, Zach e incluso Stella. Se que le dije a Clyde que no los había ido a ver por trabajo, pero no es del todo cierto. No me malentiendan, no es que no quiera verlos, pero estos últimos meses estuve muy al tanto de esta reunión a demás de mis hermanas, claro. Las he apoyado en lo que puedo cuando necesitan una mano.

Nuevamente volvió a acostarse en su cama, dispuesto a dormir toda la noche.

- Bien, creo que ya están al tanto de todo... - se quedó pensativo unos momentos, mirando al techo con las manos bajo la cabeza - No se si me haya faltado algo, pero si quieren saber, no duden en preguntarme - dio un bostezo - Pero será cuando despierte. Buenas noches chicos.

 Se terminó de acomodar para por fin caer en brazos de Morfeo. Nesesitaba descansar, manada sería un día importante donde finalmente vería a su familia reunida, aunque el no sabía que esa reunión iba a jugar un papel crucial en su vida.

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