Capítulo 4

Julieta

Salí de la casa de....no, no recuerdo su nombre, nunca lo hago. Era tarde pero tenia mi moto, eso y el hecho de vivir con mi mejor amiga me dejaban realizar todo a mis anchas.

Siempre era lo mismo, los chicos me llamaban, sabían que no iba a negarme, no lo hacia, no podía, era mi forma de olvidar. De Cristianno. ¿Por qué tenía que recordarlo? Fui una estúpida. Jugó conmigo. Me ilusionó y me enamoró. Yo fui la estúpida que lo acepto, que se acostó con él y que al día siguiente estaba sola. Eso me rompió. No debía recordarlo, aunque aún lo quisiera, el era un mujeriego que no iba a cambiar.

Subí a mi Harley. Mi único amor. En el momento en el que me estaba colocando el casco mi celular sonó.— ¿Que mier....Ja.— Era Cristianno. Me intriga su llamada y de seguro tiene que ver con que este tarde a la fiesta a la que íbamos a ir. Cuelgo. De nuevo llama. Bien esto era raro.— ¿Que quieres Cristianno?

—No pienses que te llamo por ti, es por Arianna.

—¿Que a ella también la desvirgaste y quieres que la pasé recogiendo? Mi respeto hacia ti a caído aún más— Dije con sorna.

—Dios no ¿Te tiraron mal? es como mi hermana. La estoy llevando con Micaela...— ¿Que?

—Solo escúchame, ella esta realmente mal, tienes que ir a la casa de Mica y Enrique, tienes qu...— No necesitaba decirme más.

Encendí mi moto y mi celular volvió a sonar, era Cristianno, reclamandome por haberle colgado, pero era una pequeña satisfacción para mí. Me encaminé hacia la base.

***

Al llegar a su casa habian varios carros estacionados, lo cual no era raro, siempre haciamos las reuniones allí pero hoy no había ninguna, esta semana se cumplían años de la muerte de cada uno de nuestros padres. Estaba obviamente el BMW de Cristianno Castillo, un Lexus LFA y un Ford GT que eran de los dueños de casa, el Audi R8 de Pablo junto a un Ferrari 458 Italia de Ademir, tambien vi el Lamborghini Huracan de Bastian. Que podía decir teníamos el dinero para tener estos autos, eramos un grupo de corredores.
Era nuestra vida, esto compartiamos. Ademas de las muertes y el sicariato, claro.

Me estacione y detrás mio el Aston Martín Lagonda de Antonella. —¿Sabes que pasó?— Ni idea, me llamaron y me preocupe por Aria. No la veo desde la —Lo se, eso es lo que me preocupa.

Entramos a la casa, habia estado aquí mucho tiempo, y se sentía como un hogar. Aquí nos reunimos desde que destruyeron la casa de Aria, lo cual era de esperarse su papá era el líder de nuestra peculiar familia y ella sufrío mucho. Todos tuvimos que madurar para cuidarla. Me encontré con una gran foto, los padres de todos y nosotros de pequeños. Dios esa foto siempre me hacia llorar.—Hola mamá—digo para mi misma.

Siento a alguien acercarseme por detrás.—Siempre me gusto esa foto. — Fueron los buenos tiempos, Cristianno. A todos nos gusta esa foto.

—Oye Julieta podemos...

No lo deje terminar. Vi a Aria con la cara amoratada, su mirada perdida igual que el día que llegó a casa luego de ver como asesinaron a su padre y con toda la ropa rota y ensangrentada, lo cual supuse era su sangre. —Pero que mierda. Amor ¿Estas bien?— Juli...

— ¿Fueron ellos no es cierto? Oh los mataré. No les hemos hecho nada a ellos ¡Como mierda van a hacerle eso a ella! ¡Ya ha sufrido demasiado!— Me dirigía a la puerta pero algo me detuvo, una mano para ser exactos.— Cristianno, suéltame maldita sea.— Hermosa cálmate por favor vamos a pensar que hacer pero lo haremos juntos.

Mientras me calmo veo a Anto y llevamos a Aria hacia la sala, quisiera bañarla pero debemos hablar primero, aun no estoy segura de si ya se lo contaron o no.

—Eso es cierto, hermana calmate. Para algo nos hemos reunido y es por esto. Nosotros no teniamos ningun problema con ellos pero ahora si, somos una maldita familia y vamos a estar juntos en esto. Por nuestros padres, ellos no fueron las mejores personas pero eran nuestra familia y la destruyeron. Los destruiremos— Dice Micaela— Tiene razón, debemos entrar en...

—No. Anto no, podemos resolverlo de otra manera, no quiero ver mas sangre— ¡¿Que otra manera Aria?! Mirate, tú no haz hecho nada y mira como estas—Refuta Pablo y Bastian lo secunda.

En ese momento algo suena arriba y todos nos saltamos. Bastian se lleva a Aria, Pablo y Micaela sacaron dos pistolas y yo con Cristianno estabamos en shock. Espera ¿Tan pronto? —¿Qué demo...—Shh.

Avanzamos hasta las escaleras, y antes de bajar salen Enrique con Ademir, sonriendo como lo hacen cuando dicen no haber tenido culpa alguna. En realidad eran muy molestos.— Maldita sea pudieron decir algo ¿No?— ¿Y perdernos esto? Nunca— Dijo Enrique y Ademir rompío en risa mientras bajaban un gran baúl. Lo recordaba, una vez en alguna fiesta de pequeños vi como guardaban algo allí pero no recordaba que. —Eso es de nuestros padres, lo recuerdo, pero ¿Qué tiene?

—Armas—Dijo Ademir y lo abrió mientras llegaban Aria y Bastian, su cara se descompuso pero no le presté mucha atención, estaba embelesada al igual que todos por tantas armas. —Son demasiadas.

— La familia pensó en todo, hay instrucciones de como usarlo y es para cada uno de nosotros. Ellos lo sabían y trataron de cuidarnos.

— Bueno ya estabamos adentro desde antes de nacer. ¿Seguimos juntos no?— Dijo Bastian.

— Siempre— Dijimos al unísono.

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