Capítulo 19

Pablo

Nuestra prioridad era sacar a Julieta de ahí, todos sabemos de sobra que es una chica que aguantaría hasta que la rescatáramos si no es que ya está empezando a ser una jodida molestia para sus captores. Si de por sí Julieta era un completo dolor en el culo me imaginaba a ella haciéndolo a propósito. "Hasta sentía compasión por los pobres imbéciles" Pensé.

En primer lugar Quique y yo manejamos la hipótesis de que los idiotas se equivocaron de víctima, pensamos que querían ir tras Aria. No duró mucho la idea al darnos cuenta del poco parecido que tienen ambas.

Luego nos dimos cuenta que ella fue el blanco desde el principio: Nos hicieron creer que querían a Aria y en el momento que nos descuidamos pusieron en marcha su verdadero plan. Podía ser bastante obvio que quisieran a Julieta, aparte de ser una Blass —una de las familias más sanguinarias y con bastante influencia hasta su completa desaparición hace varios años—era la novia de Cristianno, la futura nuera de David Castillo y ese seguro era el porqué. Querían atemorizar al viejo de mierda ese. Sin saber que el tiro les salió por la culata.

Para que ese viejo le pidiera a su hijo que se deshaga de ellos es porque hay algo importante ahí, algo que cree que vamos a obviar y que de seguro haría Cristianno si fuera solo. "Y por obvias razones ese tarado no va a ir solo" Apuntó mi conciencia.

El jefe de piso se negaba a darnos el alta y tuvimos que "aportar" a su cuenta personal para poder salir de ahí, de cierto modo tenía razón, las chicas tenían que quedarse en observación como una semana más y nosotros hasta mañana, de todas maneras, el dinero movía montañas. Salimos en el auto Aria y el de Lucas que al ser una camioneta tenía más espacio. Yo, Quique y Cristianno vinimos con Aria, pues teníamos que dejar todo casi listo además, teniendo en cuenta que éramos corredores Aria llego a la casa grande en veinte minutos antes que Lucas.

Al momento de llegar a la casa cada uno fue a su cuarto a preparar las cosas necesarias, quedamos que iríamos al cuarto de Quique y Mica apenas llegaran los demás. Decidí ir con Aria a su cuarto, últimamente me estaba quedando ahí así que no era problema. Quería estar con mi novia un poco más de tiempo, algo podría salir mal y quería pasar un tiempo por ella. Mierda ¿En qué momento me hice tan sensible?

Sujete la mano de Aria de camino a su cuarto y ella la aprieta, no esperé que dijera nada pero me sorprendió cuando dijo: —Sigo algo molesta por lo de Mariel, pero entiendo que tendrán sus motivos, me encantaría que me lo contarás Pablo. Lo último que quiero es enterarme al final como toda esta cosa de la organización y de más, me lo contarás ¿No?

Asentí con la cabeza y entramos a su cuarto. Tengo toda la intención de acurrucarme con ella en su cama en todo el tiempo posible pero sé que no se va a poder, de seguro quiere que le explique a detalle la situación, debe de estar ansiosa y nerviosa, es entendible, yo estuve así en mi primera misión, y eso que tuve preparación paramilitar.

Me siento en el pequeño sofá que hay delante de su cama, ella en lugar de sentarse empieza a rebuscar en su ropero cosas, cierro los ojos y me relajo un momento hasta que escucho su voz decir: — ¡Ahg! No sé que ponerme para lo que me has mandado hacer. Tengo que parecer una perra ¿No es así? Creo que veré las fotos de Julieta en Instagram para poder darme una idea. Aunque a ella se ve mil veces mejor.

Río por que se que se siente nerviosa, sin pararme le respondo: —Con que te pongas algo jodidamente apretado está bien, tú sabes muy bien que tienes un cuerpo muy bien formado— la noto sonrojarse pero sonríe—obviamente tendré que aguantarme el hecho que esos imbéciles te estén mirando pero es por el bien de Julieta.

Al decir lo último suspiro y vuelvo a cerrar los ojos, siento su peso al lado mío unos segundos después al susurrarme: —Solo piensa que al final del día estaré en tu cama, no en la de esos ¿Sí?— Me besa el cuello y regresa a la búsqueda de la ropa adecuada. Es una promesa amor.

Escucho como los cajones se abren y se cierran mientras repaso el plan en mi cabeza, pienso en Quique, en Cristianno, en todos, ya no vivimos la vida tranquila y segura, sé muy bien que tenemos a algún infiltrado en la casa, de no ser así no estarían en todo lugar donde estamos. No es solo Mariel y por eso también dejé a Lucas aquí. Tengo tanta mierda en mi cabeza que ya no sé cómo organizarla. — Pablo— escucho a lo lejos la voz de Aria— Pablo, se que estas despierto, explícame exactamente qué haremos, quiero saber si hay algún plan B o una salida en caso no salga según lo acordado.

Quisiera decir que me sorprende su interés por el plan pero no es así, Aria fue una chica muy madura para aceptar las cosas como eran y en ningún momento dudo en tener que entrenar o aprender a hacer ciertas cosas, al contrario, mejoró mucho su manera de conducir y aprendió a disparar muy bien. Aún tenía debilidades en el combate cercano pero trabajaba en ello. Bastian la entrenaba al igual que yo, ella nunca se asustaría por cómo hemos o hacemos las cosas, al contrario nos apoyo y eso demuestra que tiene los—como decimos vulgarmente— huevos bien puestos.

Aria al no saber nada de nuestro mundo siempre tuvo desventaja, por ejemplo, a mí y sé que a todos nosotros, nuestros padres nos dijeron lo que eran, en mi caso y en el de Del Carpio nos enseñaron cosas. A ella no, es la menor de todos nosotros, nosotros tuvimos dos, y en mi caso tres, años más para gozar de nuestros padres y aprender de ellos. Por esa razón cuando comenzamos nuestro entrenamiento acordamos no decirle nada a ella, siempre ocultándonos, siempre queriendo lo mejor para ella porque su vida se le fue arrebatada muy pronto, sin siquiera saber el porqué.

— ¿Pablo? —Su voz me regresa a la realidad— ¿Pasa algo?

—No, me distraje. Bien, escucha atentamente porque no tenemos mucho tiempo para explicar por segunda vez ¿Bien?

La veo asentir y sentarse a mi lado, expectante, por lo que comienzo: —La idea y base de todo esto es que Cristianno saque a Julieta de ahí y desaparezcan, nosotros seremos los que nos encarguemos de todo, de rescatar la información que quiere David, de matar a todos y dejar todo como si nada. Quique esta pre-grabando escenas donde salga Cristianno para ponerlas en la cámara de seguridad que seguramente este viendo ese viejo. De todas formas solo nosotros entraremos al local y estaremos con pasamontañas, el resto de nosotros se supone que siguen internados, incluido yo, así que será nuestra coartada ¿Me sigues? —Asiente— Necesitamos un grupo pequeño para desplazarnos mejor, los demás se quedarán y tienen como prioridad cuidar a Quique y no dejar que sepan que ya hemos sido dados de alta, aquí entra a tallar la lealtad de los Núñez.

— ¿Qué tienen que hacer ellos?— Pregunta y yo decido no decirle por completo mis dudas, el único que las sabe completamente es Bastian. Pensaba en decírselo a Ademir pero el imbécil esta algo extraño conmigo, con todos en realidad, muy distante, siempre ha sido reservado pero ahora lo es más, incluso con Del Carpio y se supone que son mejores amigos.

—Tengo, perdón, tenemos la sospecha que alguno de ellos sirve de informante para la gente de Montenegro ¿Sabes lo que eso significa no?— la veo abrir mucho los ojos, parece que fuera a decir algo pero no lo hace por lo que sigo— Si llegásemos a ser delatados en esta operación vamos a estar seguros que es uno de ellos—aunque no puede estar haciéndolo solo una persona—por eso se quedarán. Quique y Mica tienen la orden de matar a quemarropa si es necesario. Pero esperemos no llegar a eso.

— ¡Estás loco! ¿Cómo los vas a matar?

—Arianna, no va a ser la primera que mate a alguien, deberías ya saber eso. Antes que cualquier cosa esta la familia y debes grabarte eso en la cabeza, en primer lugar fue un error aceptarlos en casa pero ya está hecho.

—Pe...Pero ustedes se llevan muy bien con Lucas, si bien Mariel es algo fría no quiere decir que sea alguien mala, ellos...—niego con la cabeza, ella solo suspira— Esta bien, será como ustedes digan, pero estoy segura que no pasará nada malo.

La acerco a mí y la abrazo, entiendo porque actúa así pero debe aprender, no debe dejar que su corazón mande en este tipo de acciones. Desgraciadamente todos lo aprendimos a la mala pero ella no tenía porque hacerlo.

Queriendo decirle lo que estaba pensando suena mi teléfono, pongo el altavoz y escucho a Cristianno decir: —Mi padre ya se comunicó conmigo, me dijo que se encuentran en la residencia de La Molina. Ha estado en demasiado movimiento en estos días, como si estuvieran retirando todo lo que tuviera adentro. Mi viejo quiere que averigüe a donde se están llevando eso y que desaparezca, lo haré pero luego de tener a Julieta conmigo. Tenemos que intentar tener esa información antes de destruirla. Tiene que ver con lo que hacía mi papá en el pasado, creo que era asesor o algo así. Estoy de camino al cuarto de Quique, los demás ya están a cinco minutos de llegar, vengan.

Corta la llamada y le digo a Aria que después de cambiarse me diera un par de zapatillas para que pudiese cambiarse luego, ella corriendo con tacones era considerablemente más lenta y no podíamos darnos el lujo de esperarla.

Diez minutos después estamos todos en el salón principal. Mica les ha dado el resto de la semana libre al servicio, para prevenir alguna que otra baja. Los mellizos están aún arriba, le dijimos a Lucas que viera la forma de que Mariel se mantuviese con ellos hasta que la misión sea satisfactoria.

Vi como Anto bajaba las escaleras en brazos de Ademir, quien estaba algo avergonzado por la escena, ella cargaba un pequeño maletín y al ver a Cristianno dijo: — Esclavo, déjame donde el idiota de allá— levantando su mano y pareciéndose mucho al emoji que siempre usa de la muñequita con "pose de diva" como ella decía.

Al llegar a él, se bajó y le entrego al moreno el pequeño paquete, lo abrazo mientras decía: — Trae a mi sista de vuelta ¿Oks? Pero antes dale esto cuando ya estén a salvo, hay algo que debes ver tu primero antes de dárselo, no lo olvides ¿Bien? Oh, y dile que quiero todos los sucios detalles—. Este se sonroja al escuchar las últimas palabras y yo tengo que disimular mi risa.

Cristianno nos explica a detalle que es lo que le dijo su padre y Quique nos lo confirma: Julieta tenía que estar en la casa de La Molina, no sería muy difícil entrar allá, Aria se va a encargar de burlar a la seguridad para que podamos entrar y luego los cuatro acabaríamos con todo. El resto se quedaría en la casa y fingirían estar en una tarde familiar—porque Mariel no debe enterarse— mientras Del Carpio nos indicaría el camino y cualquier otra dificultad.

Para ser sinceros no era la primera vez que nos infiltrábamos en alguna casa para matar a alguien, pero siempre lo hacíamos en grupos reducidos, lo más reducido posible para poder escapar de ser necesario. La distracción siempre la hacían Julieta o Antonella por lo que siempre tenían que ir de alguna u otra forma, ahora la que tenía que jugar ese papel era Aria. Ella va a poder, lo sé.


***


Eran cerca de las 7 de la noche cuando llegamos a las inmediaciones del lugar, era uno de los lugares más pudientes de la ciudad por lo que casi no había gente fuera de sus casas, todos se transportaban en caros vehículos y siempre tenían esa cara de mierda de autosuficiencia, como si fueran los dueños del mundo. Me jodía que tuvieran esa cara. Yo tuve el privilegio de crecer con dinero, en una posición cómoda pero no por eso voy a ser un creído de mierda.

Estábamos en el Bugatti de Aria, obviamente ocultos, de seguro los imbéciles habían prevenido a la seguridad para que no nos dejaran pasar, pero Aria con una capa de maquillaje y con la ropa que traía puesta era una muy buena distracción. Mierda, ese pantalón iba a ser el protagonista de mis sueños las siguientes dos semanas.

Luego de recibir un golpe en la cabeza por parte de mí mejor amigo me doy cuenta que el auto está estacionado cerca a la entrada al gran condominio, algo normal por estos lares. La pelinegra sale del auto y se acerca a la caseta de seguridad meneándose y jugando con su largo cabello. Espera esto no va de acuerdo al plan. Hago el intento de ponerme de pie pero el brazo de Bastian me lo impide mientras murmura: — Yo ya sé lo que planea, está bien, hay que esperar a Castillo.

En ese momento sentimos dos pequeños golpecitos en la puerta, la abro y veo al moreno escabullirse hasta ocultarse por completo detrás del asiento, voltea a vernos y menciona: —Tuve que dejar mi auto bastante lejos de aquí, ya vi una ruta por la que puedo llegar sin mayores problemas pero por si llegase a pasar algo me llevaré el Bugatti ¿Bien?—ambos asentimos—Mi auto está a doscientos metros de aquí, si algo llega a pasar les dejaré la llave en ese árbol—señala hacia atrás—esperemos que todo salga bien de...

Dos golpes secos nos interrumpen y los tres levantamos la cabeza para ver como dos cuerpos se chocan en las pequeñas ventanas de la casete. Mierda, Aria. Empujando a Castillo salgo del auto sin importarme nada, pistola con silenciador en mano abro la puerta y me encuentro a Aria colocándole una inyección a uno de los dos cuerpos, me ve y gira los ojos para luego apuntar: —Creo que he encontrado mi propia forma de hacer las cosas amor.

Ruiz y Castillo llegan detrás de mí y observamos la situación: Aria literalmente durmió a los dos vigilantes. Si, es oficial, amo a mi flaca. Bastian es el primero en reírse y acercarse a ella para chocar los puños, Cristianno solo me palmea el hombro y comenta divertido: — Creo que deberías enseñarle a Julieta tu método.

Aria sonríe y regresa al auto para ponerse sus zapatillas, mientras nosotros tres ponemos a los dos vigilantes como si estuvieran durmiendo, Aria le colocó un anestésico a cada uno, tardaran como dos horas o más en despertar así que no tendremos mayor problema con ellos. Bastian abre la comunicación y dice: — Carpio, desactiva las cámaras cuando quieras, los vigilantes no serán mayor problema.

—Bien, felicita a Aria de nuestra parte—. La comunicación se corta.

Cuando Aria vuelve ya tiene el cabello amarrado en una alta coleta, los cuatro cerramos la puerta y nos dirigimos a la base, en el camino abro la comunicación para decir que debemos ponernos los pasamontañas, lo hacen mientras seguimos avanzando. Cien metros antes del lugar abro la comunicación y digo: — Aria ¿Tienes más de esas inyecciones?

—Sí, tengo dos más y una especial para Julieta en caso este malherida—. Escucho a Castillo gruñir y se adelanta un poco a nosotros.

— ¿Quién te las dio?—le pregunto antes de entrar.

—En uno de los diarios de mi papá menciona que en la clínica hay un departamento especial que el financiaba para desarrollar medicamentos para cualquier necesidad. Antes de salir lo recordé y pasé por allí, luego de unos cuantos papeleos y que supieran que de verdad soy una Bianchi se pusieron a mi disposición.

Sería poco decir que solo yo estaba más que sorprendido, hasta Castillo había detenido sus pasos para prestar atención de lo que Aria decía.

—Tianno ven—el moreno se acerca— esta pastilla hará que Julieta no tenga mayor dolor en caso haya sido golpeada, dásela apenas puedas, también sanará un poco más rápido cualquier herida interna que tenga.

Castillo solo asiente y sujeta la mano de Aria como señal de agradecimiento. La pelinegra corta la comunicación y nos ponemos en posición. Cristianno delante seguido de mí, Bastian cuidará a Aria de cualquier cosa. Tenemos dos repuestos cada uno y dos pares de cuchillas. Sé que Aria tiene un par de anillos especiales en sus manos para poder causar más daño para sopesar su falta de fuerza.

Hago señas con mis manos y cuando llego al tres Castillo tumba la puerta. Todos entramos y no encontramos mayor complicación. Parece deshabitada. Castillo avanza con pistola en mano, entramos a un cuarto que debería ser la sala de la casa, completamente vacía y a oscuras, hace señas para que nos percatemos de dos cajas con varios papeles a la izquierda, Aria se acerca y comienza a revisarlo. Bastian ralentiza el paso para cuidarle la espalda, yo tengo que avanzar con el moreno.

De repente escuchamos un gruñido a lo lejos, todos nos quedamos en silencio y esperamos que el sonido se repita. Cristianno es el primero que empieza a desesperarse por lo que sujeto su brazo para detenerlo, él lo entiende y se queda de pie. El gruñido se vuelve a escuchar. A la derecha, arriba. Hago señas de que es arriba y mientras subimos la escaleras tratando de no hacer ruido se escucha más claramente una voz gruesa bramar: — ¡Dilo zorra! ¡Tú sabes la ubicación de tu suegrito!— se siente un golpe y el gruñido vuelve a hacerse presente— ¡Dilo mierda! ¡O te juro que voy a hacer que sufras tanto que quieras que te mate!

La escena que nos espera es más que horrible: Julieta está sentada en una silla, con su cabello cubriéndole medio rostro pero se ve claramente las ojeras y uno que otro arañazo. Esta amarrada y sus dedos están morados, parece que le hubieran querido arrancar las uñas, sus pies están llenos de sangre ya seca.

Ella nos ve antes que el imbécil que la está golpeando, intenta sonreír y en una voz mucho más ronca que la de ella se queja: —S-Se han tardado.

Cristianno asimila la escena y se abalanza hacia el hombre, quien no tiene tiempo de reacción y es llevado al suelo mientras el moreno lo golpea. Sentimos como otras cuatro personas se dan cuenta de nuestra presencia y comienzan a correr hacia nosotros, uno de ellos comienza a disparar.

Las balas comienzan acorrer y con ella, la sangre.     





Holaa! 

Solo quería avisarles que la siguiente semana no subiré capítulo, estoy en exámenes y se me hará bastante difícil, lo siento ♥ 

También decirles que la historia ya tiene mas de 1k lecturas, gracias a todos. Sin más que decir, los leo pronto ♥

~L

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