t r e c e

La mañana siguiente el clima se sintió, por alguna razón, más helado.

Estaba haciendo más frío de lo usual o al menos así le pareció al azabache quien al abrir sus ojos lo primero que le recibió además de ese inusual clima fue un dolor punzante en su cuello producto de haber dormido en el descansa brazos de su sofá.

El sofá era bueno para siestas pero no para dormir varias horas seguidas, o al menos el intento de dormir.

— Ah, mierda —dijo quejándose por lo rígido que estaba su cuerpo en ese momento.

Se incorporó tronando los huesos de su espalda con la intensión de liberar un poco de tensión, su cuerpo entero le dolía además de su cabeza. Llorar hasta caer dormido realmente no es recomendable.

Por un momento no hizo más que quedarse quieto hechando un vistazo rápido a su propia sala sin embargo toda la casa parecía tener un ambiente diferente. Era como si aquel clima frío se instalara en las paredes y la casa entera se hubiese convertido de hielo, todo parecía apagado y casi lúgubre o quizás solo se reflejaba ante sus ojos como se sentía por dentro.

Entonces se levantó, no soportaba estar un momento más ahí, estaba seguro que si lo hacía su cabeza comenzaría a dar vueltas sobre lo ocurrido hacía a penas unas cuantas horas atrás y no se creía con las fuerzas necesarias en ese momento para razonar ni enfrentar realidades por lo que se dirigió a la cocina a prepararse el desayuno, nada más complejo que cereal con la poca leche que aún había en la nevera.

Sin embargo cuando estaba a mitad de servirse la leche se detuvo cuando a su mente se le vino el recordatorio que el castaño estaba en casa. Se había acostumbrado de alguna forma a estar solo por esos 3 meses que su mente no había reparado en que ya no lo estaba y que seguramente el chico detrás de la puerta de su habitación siguiese muy molesto con él, probablemente odiandolo ahora.

Dejando todo lo que estaba haciendo de lado se dirigió con cautela hacia la habitación, no tenía ni idea de que horas eran pero sabía que era muy temprano.

Al llegar se quedó parado ahí con los nervios a flor de piel, dudo una y mil veces si debía entrar o dar la vuelta e ignorar el hecho de que su pareja estaba ahí, si es que seguía siendo su pareja. Ese mero pensamiento le dio una punzada a su corazón que le hizo apretar los labios, lo peor de todo es que no tenía derecho a sentirse mal porque él era el único culpable ahí y eso le hacía sentirse aún peor.

Con la mano sudorosa tomó el picaporte de la puerta, juraba que pequeños temblores estaban invadiendo su cuerpo y ya ni siquiera era por el frío de la mañana. Ni siquiera ayer cuando le contó todo estaba tan nervioso como en ese momento, tenía miedo de abrir la puerta y que un objeto sea aventado a su dirección o le empezara a gritar que se largara y que no quería verle la cara nunca más o peor aún, que hiciera como si él no existiese, como si fuese un fantasma en esa ahora lúgubre casa y San no pudiese verlo, o en sí no quisiese.

Nada más doloroso que ser dejado de lado, ser casi olvidado, ser ignorado y ahora podía entender de a poco como se debió sentir el castaño todo ese tiempo. Vaya que era un idiota.

Inhalando profundamente y juntando todo el valor que aún le quedaba giro la chapa y abrió lentamente aquella puerta.

Sus ojos se habían cerrado inconscientemente a la espera de que algo cayese en su cara o un grito sea pegado al cielo, sin embargo lo único que le recibió al entrae fue el silencio mismo haciendo que abriera los ojos rápidamente.

— ¿San? —llamó pero claramente nadie respondió.

En aquella habitación no se encontraba nadie, la cama estaba tendida y parecía como si no la hubiesen tocado en toda la noche, no había signos de que alguien hubiese estado ahí en algún momento cercano. Ni siquiera los zapatos que solía dejar a la orilla de la cama se encontraban ahí.

Silencio y soledad. Nada más que eso.

Aún así se adentro más al cuarto y comenzó a caminar por este tratando de buscarle, por alguna razón se sentía ciego ya que sentía como si el castaño estuviese ahí pero no podía verlo. ¿Realmente se convirtió en un fantasma?, ¿o será que el castaño era el fantasma?

Terminó por sentarse a la orilla de aquella cama y sus ojos recorrieron toda esquina del cuarto. Quizás era que su cerebro aún no asimilaba que el chico no estaba ahí o quizás solo había soñado todo aquello y realmente su encuentro nunca pasó.

¿Se estaba volviendo loco?, era muy probable. O quizás ya lo estaba y no se había dado cuenta.

De la nada escuchó un sonidito que le hizo sobresaltarse, trayendolo de vuelta a la realidad y es fumando aquella niebla en su cerebro que lo estaba frustrando. Volvió a escuchar aquel sonido insistente fuera de la habitación lo que le hizo levantarse e ir en busca de ello. Aunque claro él ya sabía lo que era, lo pudo reconocer cuando sus cinco sentidos volvieron en sí, su alarma del celular estaba sonando indicando que debía ir a trabajar.

Llegó hasta el sofá donde antes había pasado la noche y comenzó a revisar debajo de los cojines encontrando así el aparato. Apagó la alarma ya harto de aquel sonido y estuvo a punto de apagar la pantalla para guardarlo cuando sus ojos lograron dialumbrar una notificación de mensaje. Le hubiese dado igual si hubiese sido cualquier mensaje, pero el nombre del contacto hizo que sus nervios y su corazón volviese a palpitar ferozmente.

Sannie 🌟
– En la tarde hablamos.
enviado 4:40 a.m

Observó la hora por primera vez desde que se despertó, a pesar de que él parecía saberla por su alarma pero su cerebro aún no, notando que eran las cinco y media de la mañana.

Entonces no había sido un sueño después de todo, por fin había dicho lo que le venía atormentando por meses y ahora...se estaba acobardando. La noche anterior había tenido una ola de valor inexplicable que le hizo ir y hablar con San, pero ahora se sentía como un niño que había roto la vasija favorita de su madre y esta le habría dicho "en la casa hablamos".

Pero él ya era un adulto ¿no?, ahora tenía que afrontar las consecuencias de sus acciones sean cuales sean. Ya había abierto la boca y a pesar de que parte de él se sentía aliviado y con una pequeña carga menos en sus hombros aún tenía algunas cosas que seguía cargando y ya era momento de quitarlas.

Su juicio final le esperaba en la tarde y aún con el miedo corriendo por sus venas, sus piernas temblando y un enorme nudo en su pecho y garganta, estaba dispuesto a afrontarlo.

× ☁️ ×

¿Ya fueron a escuchar Loser=Lover de los poderosisimos TXT y Thunderous de los dioses de Stray Kids?

¿No?

¿Y que esperan? 👺🔪

Ok no, amanecimos bravas hoy xd igual vayan a darles apoyo porque el arte se aprecia besties.

Espero les haya gustado este capítulo, creo que es el primer capítulo donde vemos desde la perspectiva de Wooyoung y se vendrán más así, solo aviso.

No olviden comentar o dejar su voto, se aprecia mucho.

Sin más que decir, nos vemos en el siguiente capítulo ✨

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