d o c e

Ambos salieron del local, Wooyoung se dirigió al auto y de un salto se sentó en el capo de este acomodándose mientras lamia su helado. San solo le siguió y se apoyó en este posando su mirada en el suelo y sintiendo como una gota de helado se deslizaba por su dedo.

— Si te sientas ahí vas a abollarlo —le dijo mientras limpiaba su mano.

— No peso tanto ¿sabes?, pero si llegaras a sentarte si que se abollaría.

Volteó a verlo indignado, achicando sus ojos en señal de molestia.

— ¿Dices que soy pesado?

— No tonto, seríamos dos personas sobre el capo y eso ya sería mucho peso, es como en Titanic. Jack cabía en la puerta pero no podía subirse porque la puerta se hundiria. A eso me refería.

— ¿Y me trajiste aquí para secuestrarme y hablar de teorías del Titanic? —dijo sarcástico.

— No, creo que ya sabes porque te hablé.

Un pequeño silencio se instaló entre los dos. San se ponía cada segundo más nervioso, estaba casi rezando porque pasara algo que les evitase esa platica como un meteorito cayendo a la tierra o que lloviera granizo o incluso que el mismo Jesucristo baje del cielo una vez más.

Cualquier cosa servía para sacarlo de ahí y evitar su realidad pero claro, esta era la vida real, no una historia ficticia ¿no?

— Habla entonces —dijo queriendo ya terminar con eso de una vez por todas.

— Yo-...no sé cómo comenzar —por primera vez en todo ese extraño momento que han compartido Wooyoung mostró emoción alguna y no fue nada más que: miedo.

— ¿Qué tal si comienzas por el inicio? —sugirió impaciente sin embargo el azabache solo juqueteaba con el cono a medio terminar de su helado y no volteaba ni de reojo a verle— Ok, te daré un empujón. Comienza contestándome esta pregunta...¿hay algo que te está molestando?

El azabache levantó la vista y posó sus profundos ojos negros en los del castaño, le observó por unos cuántos segundos antes de asentir lentamente.

— Ok, hay algo —también asintió una y otra vez antes de acercarse más al azabache y darle un pequeño, pero doloroso, golpe detrás de su cabeza— ¡¿No pudiste haberlo dicho antes pedazo de idiota?!, ¡¿tenías que hacerme sentir mal todo este tiempo?!

— En primera, ouch —dijo sobando su cabeza— Y en segunda...lo siento, ¿si? —soltó un suspiró— Yo...no sabía cómo lidear con eso y estando cerca tuyo no me ayudaba en nada, sé que fui un imbécil y lo lamento, solo no sabía qué hacer.

— ¿Y por qué no me lo dijiste?, pudimos haber buscado una solución juntos.

Wooyoung se relamio los labios y estrujo la servilleta en sus manos, luego volteó a verle con ojos extraños, un sentimiento que San no sabía descifrar en ese momento y de verdad quiso haberlo hecho, quizás así hubiese estado preparado para la bomba que iba a caer.

— Conocí a alguien —soltó entonces.

San pudo jurar que justo en ese preciso momento el tiempo se congeló y todo se paralizó, o quizás solo fue él.

— ¿Qué? —fue lo único que sus labios pudieron soltar.

— Que conocí a alguien —repitió, esta vez con la voz más rasposa y pesada.

— Yo-...¿me haz estado engañando?

—el asabache suspiró y con su mano arrastró los cabellos que molestaban en sus ojos— No realmente. Jamás haría eso.

— Pero conociste a alguien, ¿eso no es engañar para ti? —dijo con un hilo de voz.

— San, no he estado saliendo con nadie más que no seas tú —su mirada estaba fija en los ojos del castaño haciendo que éste se sintiera más débil— Déjame explicarte, por favor.

Tenía un remolino de sentimientos que en ese momento no se molestó en descifrar, no podía. En su mente pasaban mil y un ideas pero a la vez era como si no pensara nada.

Sin embargo, asintió.

— Yo...hace 8 meses llegó alguien a la panadería, no le había prestado atención la primera vez pero empezó a llegar más seguido —comenzó a relatar— Casi tres veces por semana. Comenzamos a hablar, al inicio era un simple saludo luego eran preguntas básicas, "¿qué tal?" , "¿cómo haz estado?", "¿cómo ha ido tu semana?" y entre otras.

Cruzó sus piernas y mantuvo su mirada en el suelo mientras relataba su historia. San, por otra parte se había apoyado otra vez en el auto pero su mirada estaba en el cielo, sus ojos paseando por las estrellas.

— Poco a poco comenzamos a hablar más y una noche me esperó hasta que cerraramos la tienda, fuimos a cenar juntos —San creyó suponer de cuál día hablaba el contrario, se dio cuenta que fue quizás el día en que su pareja comenzó a tratarlo distante, una noche que llegó tarde sin avisar y al llegar solo fue a la cama a dormir sin dirigirle palabra alguna. Que tonto fue el creer que simplemente había tenido un mal día, cuando fue todo lo contrario— Esa noche nuestra conversación se hizo más profunda de lo habitual y...comencé a sentir algo.

— Alto ahí —interrumpió al fin— Para justo ahí.

— San yo-

— Dije que pares ahí —demandó con un tono casi agresivo pero retenido, se estaba conteniendo— Dime solo una cosa.

Hubo un pequeño silencio donde solo se escuchaba la respiración pesada de ambos.

— ¿Estás enamorado?

—Wooyoung apretó su mandíbula junto con sus puños— No lo sé.

Por primera vez en todo el relato San le volteó a ver con ojos cristalinos y con su mandíbula también apretada, se notaba la enorme tensión que había en esta.

— No me refiero a sólo esa persona. Wooyoung, ¿estás enamorado, en general, de alguien?

Wooyoung entonces comprendió a que se refería el castaño y bajando la mirada contestó:

— No lo sé.

× ☂️ ×

El carro estaba en silencio, ninguno se atrevía a decir ni una sola palabra.

Después de la respuesta del azabache San se había quedado en blanco sin decir nada, pasados unos minutos con un tono de voz tan ligero como una pluma solo dijo "Vámonos" antes de caminar hacia el lado del copiloto y esperar a que el contrario abriera la puerta. El azabache no rechisto, acató la orden y ambos se metieron al auto para luego emprender la marcha.

Ni siquiera habían dicho a donde ir, ambos estaban ocupados pensando y a la vez no pensaban nada así que instintivamente Wooyoung manejó hasta el hogar que ambos compartían, el castaño ni se molestó.

El menor bajó del auto sin esperar que el contrario si quiera pusiera el freno de mano y se dirigió a la casa, afortunadamente siempre llevaba la llave de ésta donde sea que fuese, una costumbre que había adquirido a pesar de que sabía que su pareja también llevaba siempre la suya pero uno nunca sabe.

Cuando abrió la puerta y estuvo a punto de entrar se congeló entonces, tenía casi 3 meses sin haber estado ahí y a pesar de que para algunos quizás no sea la gran cosa para él era casi un golpe en la cara. Ahora veía con otros ojos aquella casa que antes era su lugar favorito en todo el mundo, ahora ya no estaba tan seguro de eso y la realidad entonces le golpeó haciendo que su cerebro y todo él se descongelaran.

—¿Vas a entrar? —le preguntó el azabache detrás de él con una voz suave.

El castaño volteó bruscamente quedando cara a cara, entonces Wooyoung se dio cuenta de las lágrimas silenciosas que comenzaron a correr por las mejillas de su pareja.

— Woo —dijo con la voz temblorosa y decaída— Te amo.

Ambos quedaron estáticos, uno con el corazón en la mano y el otro queriendo arrancarselo, irónicamente esas descripciones quedaban perfectamente con ambos.

— Te amo —repitió— Yo de verdad te amo.

— San- —el azabache se quedó callado, no sabiendo qué decir.

—más lágrimas comenzaron a caer de sus ojos sin que éste pudiese evitarlo— ¿No dirás nada? —silencio, doloroso silencio— Bien, así será entonces.

Está vez dio la vuelta y se metió a la casa decidido. Sus lágrimas seguían cayendo pero algo más comenzó a burbujear en su pecho, un fuego que él quería apagar desesperadamente porque no llevaría a nada bueno si le dejaba crecer. La ira se inyectó en sus venas y estaba recorriendo su cuerpo más rápido de lo que quisiera.

— San, por favor escúchame.

— Ahora no estoy de humor —contestó con un tono agrio.

— No me haz dejado contarte todo, escúchame por favor.

— ¡Me importa una mierda lo que tengas que decir! —explotó, no quería explotar, pero lo hizo— Cierra la maldita boca, ya escuché suficiente por hoy.

— San, debemos hablar —intentó de nuevo.

— ¡Oh, ahora sí quieres hablar!, claro no importó hace unos meses cuando me tratabas de la mierda sólo porque no podías enfrentar tu realidad pero ahora si podemos hablar, ¿verdad? —soltó una ligera risa pero en esta había ni pizca de gracia— Púdrete.

— ¡Lo siento!, ¿si? —tomó el brazo del contrario para impedir que se fuese— Sé que fui un idiota y lo sigo siendo y sé que te lastime, pero por favor escúchame. Te lo ruego.

Con un movimiento brusco se soltó del agarre contrario y le miró directamente a los ojos, aquellas iris desprendían fuego. Era la primera vez que el azabache vio tanto odio e ira en los ojos de aquel chico.

— ¡No quiero hablar ahora mismo!, por mi puedes irte a la mismísima mierda.

— ¡No quería hacerte daño!, nunca quise hacerlo créeme pero es que estaba tan confundido-

— ¡Te dije que no quiero escuchar una maldita cosa que salga de tu boca!

— Por favor, San —esta vez las pequeñas lágrimas que caían eran del azabache— No quiero perderte.

Una ligera sonrisa que no llegó a los ojos salió de la boca del castaño, desprendía ironía y burla pero no había nada de gracia en ella.

— Debiste pensar eso antes de meterte en toda esta mierda.

Sin más que decir y dejando solo al azabache en la sala se dirigió a su cuarto y cerró con un portazo.

Wooyoung por su parte arrastró las manos en su cara en frustración y jaló sus cabellos intentando calmarse. Se sentó en el sofá y dejó salir un largo suspiro sin saber qué hacer en ese momento, todo parecía haberse derrumbado, como si un tornado hubiese pasado por aquella casa, pero ahora todo estaba estático ni siquiera una mota de polvo se lograba divisar.

La gran tormenta había caído y ahora solo quedaron escombros. El silencio después de la tempestad, ninguno de los dos sabiendo qué hacer consigo mismos ni con la situación.

Se sintieron perdidos a pesar de estar juntos. ¿Qué mayor dolor que eso?

× ☁️ ×

Funfact: me tomó como 3 semanas poder terminar de escribir este capítulo. No sé porqué pero me estanque mucho y no sabía cómo continuar narrando las cosas a pesar de que sabía qué iba a pasar y a donde se dirigía todo. Pero bueno, pude terminarlo.

Creo que es el capítulo más largo que he escrito en esta historia hasta ahora, ¿les gustaría que siguiese así de largos o prefieren cortos?

Haganmelo saber please, su opinión es también importante.

No olviden votar o dejar algún comentario, se agradece mucho el reconocimiento.

Sin más que decir
Nos vemos en el próximo capítulo ✨

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