Malentendidos
Desde de esa noche–madrugada–de reconciliación entre ambos. Se presentó un ambiente más cálido y agradable en el hogar de ambos héroes profesionales, era cuestionable como, en algún punto de inflexión de una persona, los verdaderos sentimientos de ellos terminaban siendo revelados y fluyendo como el agua cristalina de alguna cascada que en algún punto de su trayecto, terminaba uniéndose al mar conformando un cuerpo de agua de un tamaño mayor y por supuesto explorable hasta algunos lugares permitidos para el hombre, todo aquello que quedaba inexplorado era un abismo profundo donde los secretos de la historia podrían pasar desapercibidos y nunca ser descubiertos. En el caso de los sentimientos de una persona es lo contrario en ese pequeño aspecto, después de todo, en algún momento, la verdad siempre iluminará la oscuridad que consuma a cualquier persona, sin importar lo inocente o lo culpable que pueda ser. Esa verdad sólo arrastrará consigo los verdaderos sentimientos de las personas y es por esta razón que el misterio que engloba el cuerpo de agua más grande del mundo no es comparable con el de los humanos, somos demasiado vulnerables para poder ocultar todo lo que nos hace daño en nuestro interior.
La reconciliación entre ambos fue la adecuada, al expresarse y escuchar la opinión del otro sentían que habían dado otro pequeño paso en su relación, permitiendoles pensar que la idea del matrimonio propuesto-pero pospuesto-no era tan lejana como lo imaginaron en algún punto, solo... Había que vivir el día a día con la intención de seguir vivos, protegiéndose entre sí y sin olvidar la fresa del pastel, la cual era, amarse sin restricciones.
El día de la dichosa misión, ambos chicos pasaron el día anterior juntos, pidieron comida a domicilio, la preferida del símbolo de la paz, después de comer se dedicaron a estar abrazados en la cama dándose pequeños mimos y besos. Shouto no quería alejarse del lado de su prometido, simplemente quería mantenerlo entre sus brazos y no dejarlo escapar, pondría resistencia si era necesario, pero sabía que tendría una respuesta opuesta a lo que su corazón deseaba.
- Shochan...- abre los ojos al escuchar el susurro de su voz.
- ¿Qué ocurre?
- Después de esta misión...- podía sentir como su cuerpo se tensaba- ¿Nos casaremos?
- Izuku...- le llama demostrando su sorpresa, era verdad que el tema de su matrimonio había quedado en un tercer plano con todo lo que había sucedido entre ambos.
No podía evitar pensar que antes de la proposición, su vida profesional y sentimental marchaban de la manera adecuada, ambos eran felices, cumplían cada uno de los caprichos de sus agencias como las propias cuando estaban trabajando, las peleas, los desacuerdos... Eran menores, si se presentaban lograban encontrar la manera de arreglarlo, siempre con el pensamiento de querer ver feliz a la otra persona pero... Después de ese viaje, era como si las desgracias decidieran amontonarse en su puerta para irse manifestando una a una, la bomba, la pérdida de memoria, el distanciamiento... En lugar de seguir avanzando hacia el futuro que ambos deseaban, era como si algo los quisiera arrastrar y no permitirles seguir adelante.
- Creo... Creo que deberíamos hacer nuestro matrimonio oficial- dice acercando una de sus manos a aquella que le sostenía por la cintura- No hemos planeado ni hablado nada de ello desde que nos comprometimos.
- ¿Estás seguro de querer hacerlo?- le pregunta dudoso.
- ¿Eh?- pronuncia- Acaso...- se remueve en la cama para alejarse del abrazo, darse la vuelta y encarar al semialbino- ¿Acaso estás dudando Shouto?- al no recibir una respuesta de inmediato entiende la situación- Pero... ¿Por qué estás dudando?, tu me lo pediste y yo acepte, quiero decir... Ambos estábamos de acuerdo en dar ese paso en nuestras vidas, ¿Qué ocurre Shouto?
Se queda unos segundos en silencio, Izuku al denotar la expresión y la mirada en sus ojos, no logra evitar hacer la comparación de aquel Shouto adolescente que había conocido años atrás, la misma expresión de tristeza y sobre todo de dolor.
- Izuku sabes que no quiero perderte.
- Y no lo harás- lleva su mano a la mejilla contraria, acariciandola con cuidado- Quiero pasar el resto de mis días junto a ti, con la persona que más amo.
- Siento lo mismo- pero a pesar de sus palabras su mirada estaba en desacuerdo- Tengo miedo de perderte, de perder la única cosa que me ha hecho feliz después de tanto tiempo, después de tanto odio y rencor hacia mi padre, después de que mi familia se fragmentara de esa forma... No quiero recibir nunca, la noticia de que algo te ha pasado, no sé que haría sin ti.
- Mi amor...- le llama con un tono dulce- Nuestro trabajo es el mas complicado de todos, se que ambos somos conscientes de ello, pero este fue nuestro año, ambos queriamos ayudar a las personas a nuestra manera, queríamos convertirnos en la versión de héroes que creíamos que era la mejor, pero sobretodo, estoy seguro que durante cada día desde que formalizamos nuestra relación, hemos sentido ese miedo en nuestro interior, después de todo, siempre nos vimos involucrados en problemas desde que estuvimos en la academia, ese miedo aumentó en mi interior cuando nos graduamos y por supuesto, comenzamos a ejercer, he repetido muchas veces las mismas palabras cuando comienzo un día de trabajo "Deseo volver a casa y que Shochan me esté esperando" ese ha sido mi mantra durante mucho tiempo, siento que me da la fortaleza necesaria para seguir adelante, me asegura que tanto tu como yo volveremos a encontrarnos en casa al caer el sol- se acerca para juntar su frente con la contraria- Es normal sentir miedo, puede que confíe en tus fortalezas, en tus destrezas, en tu trabajo como héroe, pero sin importar ello, el miedo no desaparece del todo.
El semipelirrojo le abraza por la cintura.
- Prométeme que no harás nada imprudente y no intentarás hacer las cosas solo- le pide con un tono de voz autoritario que terminó por romperse.
- Lo prometo Shochan- dice cerrando los ojos, mueve su mano para acomodarla en el pecho de su pareja, sintiendo el rítmico corazón del contrario, era tanto así su preocupación que podía sentirlo tan fácilmente- Se requiere trabajo en equipo para todo tipo de trabajos, es por eso que no debes preocuparte, conoces las habilidades de nuestros compañeros, mientras estemos juntos, nada nos pasará... Es por eso que volveré a casa, volveré a tu lado, con la persona que extraño durante el tiempo que estamos separados.
- Un mes...- dice en un susurro- Será el mes más largo de mi vida, pero, volverás junto a mi y después de eso, nos casaremos.
Abre los ojos encontrándose con la mirada de colores dispares sobre él, sus iris no le transmitían su miedo y dolor, ahora intentaban decirle lo importante que era en su vida, lo mucho que lo amaba.
- Suena bien para mí- sonríe ante su aceptación, terminan de acercar sus rostros para besarse profundamente, demostrando que no querían separarse y por supuesto, recordarse que todo estaría bien.
...........
Si sólo un Shouto del futuro hubiera aparecido con las claras intenciones de decirle que aquel mes sería el tiempo más largo, pesado, aburrido y desesperante que tendría en la vida...
No estaría justamente dispuesto a asistir a una cena familiar, donde todos-incluyendo a su molesto viejo y a su madre, bajo un mismo techo-comerían como una familia feliz, lo cual era demasiado extraño, después de todo, desde la dada de alta de la peliblanca mayor, ellos nunca se cruzaron o hablaron desde entonces.
- No estoy de cuerdo- habla con su tono de voz neutro- ¿Acaso papá solicitó su opinión?
- Bueno... Yo fuí quien le dijo a mamá sobre la invitación de papá, le dije que lo pensara, que no tenía que forzarse a ir... Pero ella aceptó, según sus palabras quiere estar junto a toda su familia incluyendo a papá.
- Sigo pensando que es mala idea.
- Shouto... ¿No crees que ya es tiempo de que comiences a perdonar a papá?
- ¿De qué demonios hablas Fuyumi?- dice molesto.
- Se que los más afectados por las acciones de papá han sido mamá y tu, pero si ella decidió dar el primer paso, ¿Deberías hacerlo tú también no?, ¿Por mamá?
- El que debería dar el primer paso es el viejo, no yo o mamá, él debería buscar nuestro perdón, no nosotros acercarnos a él de forma deliberada.
- Shouto...- le llama con un tono triste- Se que te preocupa mamá, pero no tienes porque hacerlo, estaremos los tres con ella, no dejaremos que papá la lastime.
- Está bien Fuyumi- suspira pesadamente- Iré a la cena, pero lo haré por el bienestar de mamá, no será por el viejo.
- Gracias hermanito- dice la mujer con voz dulce, ese tono de voz lograba recordarle a su madre- Entonces te esperamos esta noche.
- Bien...- responde seco para colgar la llamada.
Si contaba este inconveniente con la necesidad de saber algo de su pareja e incluso de aquellos quienes le acompañaban, podría considerarse como el peor mes que pudiera tener después de tanto tiempo. Estaba cansado, cumplía con sus patrullas, con el tedioso papeleo, con arrestar a los villanos y detener las fechorías menores o mayores que estuvieran ocasionando, pero, se sentía solo.
Después de la primera semana se dió cuenta que la influencia de Izuku en su vida era mucho más marcada de lo que pensaba. Quedaba menos de una semana del tiempo estipulado de aquella misión, estaba cansado, incluso, se había encontrado a un par de sus ex compañeros de clases y notaron sus marcadas ojeras, como el cansancio que descansaba sobre sus hombros.
Al comprender la situación en la que se encontraba, sabía que debía llevar algo a la dichosa cena, es por eso que decidió salir de casa-aprovechando su día libre-en busca de una pastelería para buscar el postre favorito de su madre, quería consentirla un poco y tener un plan bajo la manga para subirle el ánimo si a su odioso padre se le ocurría hacerle algo. En el camino a su destino, al pasar cerca de un callejón un ligero ladrido seguido de un chillido llama su atención, se detiene por un momento para adentrarse en el lugar, al buscar cerca de unos botes de basura, encuentra a un cachorro en una caja, por el aspecto del cartón, no debía llevar ahí mucho tiempo, pero sabía que un simple cachorro lejos de su madre no podría sobrevivir lo suficiente si nadie le prestaba atención.
Se agacha por un momento para poder acercar su mano hacia el pequeño ser que soltaba chillidos, entendía que este buscaba a su madre, pero, no podía encontrarla, en especial si lo habían abandonado en ese lugar a su propia suerte. El pelaje de las patas era blanquecino aunque se notaban algo sucias, el lomo como parte del rostro del can eran de un color caramelo suave, como si apenas se estuviera manifestando el color. Acarició con cuidado su cabeza, teniendo miedo de dañarlo, el pequeño al sentir el contacto mueve un poco su cola y se deja hacer. Shouto decide llevarlo a un veterinario, no podía dejarlo ahí e ignorarlo luego de que notó su existencia, recoge la caja teniendo cuidado de no dejar caer al cachorro, tuvo que desviar su camino, pero no le importó demasiado, podría decirse que el haber encontrado al pequeño can era lo más interesante que le había pasado en ese mes.
...........
Sabía que al llevar al cachorro al veterinario existía la posibilidad de que tuviera que asumir la responsabilidad por él, pero no pensó que terminaría aceptándolo-con los brazos abiertos-en su hogar y sin consultarlo con su pareja, era eso, o dejarlo encerrado en una jaula mientras hacían alguna jornada de adopción de cachorros para que encontrara un hogar, quizás había tomado una decisión apresurada, pero creyó que era la mejor. Pasó alrededor de tres horas en la veterinaria informándose acerca del cachorro que había decidió llevar a casa, era un Akita Inu Japonés, una raza muy conocida, por ello, no tardó en reconocerlo. Se informó acerca de la comida adecuada para la edad del cachorro, los cuidados que debía tener, según el veterinario, el cachorro debía contar con cuatro o cinco semanas de nacido así que, decidieron hablar sobre el esquema de vacunas que este necesitaría por lo cual, esperarían dos semanas más desde la fecha para comenzar con ello, al mismo tiempo, le dieron un baño, no sabían con exactitud que tiempo duró en ese callejón así que lo mejor era bañarle para quitarle la suciedad. Tuvo que hacer compras para el pequeño can, desde algunos juguetes, comida para cachorros, leche adaptada para su cachorro-la cual estaba en polvo-y que por consiguiente, tuvo que comprar un par de biberones con la boquilla adaptada al can, una cama para este, un collar, correa hasta un guacal*. Tuvo que observar y aprender como debía darle la leche para evitar alguna complicación en el cachorro. Al verse lleno de bolsas, tuvo que pedir un taxi para poder regresar a casa, por la situación, tendría que llevarse al cachorro consigo a la cena familiar, por el momento, al verse alimentado, pudo notar que este se quedó dormido en el guacal* por lo que decidió dejarlo dentro del bolso y sobre la cama de su habitación para volver a salir e ir a comprar su primer objetivo en tiempo récord.
- Supongo que ese cachorro será lo más cercano a un bebé- murmura al ver al can durmiendo plácidamente.
...........
- Eh... Shouto... ¿Has traído un cachorro contigo?- le pregunta su hermano mayor Natsuo al notar el guacal*, una mochila y los chillidos del can.
- Si- responde con simpleza- Lo encontré abandonado en un callejón cerca de casa así que decidí adoptarlo- responde entrando a su antiguo hogar, deja a un lado el guacal* para quitarse los zapatos.
- ¿Y así de fácil decidiste quedarte con él?- le pregunta asombrado- No me esperaba eso de ti, ¿Izuku lo sabe?- al no recibir respuesta entiende la situación- ¿Lo adoptaste y no le dijiste?
- Izuku no está en la ciudad y contactarme con él ahora es difícil, así que se llevara la sorpresa cuando llegue.
- ¿Cómo puedes decirlo tan calmado?- pregunta sorprendido el peliblanco observando como toma de nuevo el guacal* para adentrarse en la casa.
- No es como si hubiera adoptado a un bebé de verdad.
- Pero sigue siendo algo parecido, sigue siendo un cachorro Shouto- le recuerda- ¿Qué raza es?- le pregunta mientras lo sigue hacia la sala de la casa.
- Un Akita Inu Japonés- responde llegando a su destino, encontrándose con su hermana mayor y su madre en el lugar, antes de acercarse a saludar, deja a un lado su mochila donde traía los dos biberones ya preparados, como la leche de fórmula, una cobija y por supuesto, el postre favorito de su madre.
- ¿De qué hablan Natsuo?- pregunta Fuyumi sin notar la presencia no esperada en aquella casa de estilo japonés.
- Shouto es padre- responde sin medir sus palabras, ambas mujeres se asustan al escuchar eso.
- Shouto... hermanito...- habla su hermana nerviosa- Es... ¿Es cierto lo que dice Natsuo?
- Puede decirse que sí- responde sin encontrarle el doble sentido a esas palabras.
- ¿Cómo puedes decirlo tan tranquilo Shouto?- le reprende su madre un poco molesta, ella era consciente que por parte de su hijo menor no tendría nietos, pero que de un momento a otro le dieran esa noticia- ¿Izuku lo sabe?, ¿Sabe lo que hiciste?
- No puedo decirle hasta que vuelva de su misión- responde sin notar todavía el problema que estaba por explotar en su casa por esas simples palabras.
- ¡Shouto!- le vuelve a llamar su madre esta vez más seria, no podía creer que su hijo estuviera tomando tal responsabilidad a la ligera y peor aún, pensar que pudo haber sido infiel a su yerno cuando le profesaba su amor puro y completo a este- ¡¿Cómo puedes hablar de esa forma?!- se le notaba molesta, ambos hermanos voltean a verse sin entender la reacción de su madre.
- ¡Mamá tiene razón!- la secunda la de lentes- ¡Izuku-kun se sentirá traicionado al enterarse!, ¡¿No dijiste que se casarían después de que volviera?!
- Eso dije- responde frunciendo levemente el ceño- Pero no entiendo su reacción, no he traicionado a Izuku- siente como el cachorro se remueve en el guacal* se arrodilla en el suelo para poder abrir el pequeño bolso.
- ¡¿Entonces como explicas el que eres padre?!- el hermano mayor comprende la situación y se rasca la nuca nervioso, tal parece que tal situación era su culpa- Y tu Natsuo, ¿Acaso lo sabías y mantuviste silencio?
- Mamá yo puedo...- es interrumpido por un chillido audible. Todos voltean a ver al menor de los Todoroki encontrándose con el cachorro en sus brazos.
- Natsuo se acaba de enterar- responde levantándose del piso- Dijo que era padre, pero es de este cachorro de Akita que he adoptado hoy.
Ambas mujeres no pueden evitar sonrojarse por la penosa escena que estaban por crear en aquella casa, ahora no podían evitar pensar que ellas mismas estaban creando una historia de infidelidad por parte de Shouto Todoroki, integrante de la persona, que tenía una vida sentimental más sólida que la de todos juntos en esa habitación. Fuyumi se lleva sus manos a cada lado de su rostro, estaba avergonzada por lo que llegó a pensar.
- ¡Debiste decir eso antes Shouto!- lo reprende nerviosa.
- ¿En serio?- pregunta acariciando al cachorro quien se remueve entre sus brazos buscando acomodarse- Iba a hacerlo pero no comprendo porque dijeron que traicioné a Izuku.
El semipelirrojo sabía que debía estar fuera de sus facultades para que eso pasara, pero aún así no permitiría que su relación con el ojiesmeralda se destruyera de esa forma ni de ninguna otra. Natsuo se acerca a su hermano para ver más de cerca al cachorro.
- Para haber sido encontrado en un callejón tiene un buen aspecto- menciona mientras le acaricia la cabeza con cuidado.
- Eso mismo dijo el veterinario cuando le llevé- dice- Afortunadamente fue menos tiempo y así no murió de hambre o se debilitó demasiado para enfermarse- el cachorro se remueve un poco- ¿Puedes sostenerlo un momento Natsuo?
- ¿Eh?... Claro- dice para tomar al cachorro en sus brazos.
Rei y Fuyumi se acercan al de cabellos bicolores para posarse a cada lado de este. Aún se sentían avergonzadas pero el sentimiento de ira y traición desapareció de inmediato.
- No esperaba que adoptaras un perro Shouto- dice la peliblanca con mechas rojizas abrazándolo por le brazo- Supongo que debo disculparme por haberte dicho esas cosas- ríe nerviosa.
- Yo también cariño- dice la peliblanca mayor- No me esperaba esa noticia así de la nada- sonríe intentando disimular el nerviosismo.
El rostro serio del Todoroki menor se mostraba impacible, seguía sin entender del todo el contexto de la situación, pero al notar que no era nada grave, decidió dejar de prestarle atención al tema en cuestión.
- ¿Dónde está el viejo?- pregunta al notar que su no presencia en la sala.
- Se está dando un baño- responde Fuyumi- No hace mucho llegó de la agencia.
- Entiendo.
Y como si hubiera sido invocado, Enji Todoroki hace acto de presencia en la sala, su propia aura perturbaba el ambiente tranquilo y hogareño que se sentía minutos atrás.
- Veo que ya estamos todos.
..........
Guacal*: Es una especie de bolso especial para perros en el cual pueden ser transportados en algún transporte público.
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