Capítulo #38
Después de aquella alocada y sumamente peligrosa aventura desperté viva en medio de una pesadilla que se fue formando en mi destino desde que nací, pues ya nada podía ser peor luego de ser prostituida a la fuerza en África mientras que mi familia rezaba por mi al estar "muerta", y si, aunque aún tenía cáncer como antes literalmente me hallaba cansada de luchar y lo único que deseaba era fallecer de verdad, ya que mi regreso podría ser el inicio de un gran trauma para mi familia real, con quienes no tuve la oportunidad de conocerlod mejor, sin embargo ahora podría darme ese glorioso chance tras permitirme volver a sonreír, pues ahora no iba a separarme de mis padres & hermanas por nada del mundo.
Justo cuando alertaron a la policía de fronteras que yo había sido rescatada sana & salva de una banda criminal que prostituía mujeres ellos mismos me ofrecieron absoluta protección junto a Perla quien también era americana, ya que ella al fin se iría hacia otro país bajo una nueva identidad para evitar ser perseguida por repesalias en su contra al haber ayudado a capturar al del Señor de la Sierra y con respecto a mi me permitieron volver nuevamente a mi país natal con todo lo necesario para rehacer mi vida, no obstante, aún tenía muchísimo miedo de la expresión de mi familia al verme entrar por la puerta principal, ya que para ellos yo tenía más de 3 meses de haber muerto a causa del cáncer.
-¡Ohhhhh!, señor oficial, ¡Tengo demasiado miedo de entrar ahí!, ¡Mi madre Linseth se volverá loca, mi padre Cristian se paralizará y mis hermanas Mariangel & Leslie se asustarán demasiado al verme entrar por su puerta principal pues para ellos morí hace meses!, ¡No se qué hacer o cómo actuar!
-¡Lo se jovencita!, ¡Tú tranquila!, ¡Nosotros les explicaremos todo con lujo de detalles!, ¡Ah!, ¡Ellos se pondrán muy felices al verte con vida otra vez!, te lo puedo jurar.
-De acuerdo, aquí vamos, ¡Ohhhh!, ¡DIOS!, ¡Acompáñanos en esto!, ¡Uff!, ¡Que sea lo que tú quieras! -exclamé estando muy nerviosa y ansiosa, pues fue a mi la que le tocó que sonar al timbre de mi propia casa.
-¿Quién es? -Gritó mi madre Linseth mientras que giró su cabeza hacia la puerta, pues se encontraba leyendo unas revistas de moda invernal en una fina bañera de cerámica cuando yo llegué.
-Disculpe pero los Señores no pueden atenderlos ahora, ¿Desean dejarles algún mensaje? -dijo una de las muchachas del servicio doméstico de mi casa, pues mi madre no podía levantarse al estar bañándose.
-Disculpe señorita pero buscamos a la Señora Linseth Arwen & al Señor Cristian Arwen por razones judiciales, mire, ¡Somos de la POLICÍA!, ¡Hay alguien que quiere verlos y...
-¡Ough!, ¡Lo lamento mucho pero aún así no puedo dejarlos entrar!, ¡Me despedirán si lo hago!, ¡Ohhhh!
-¿Qué rayos?, ¿La policía?, ¡AHHH!, ¡Cristian, ven! -Gritó mi pobre madre tras estar muy asustada, pues literalmente saltó de la bañera para ver lo que sucedía, ya que no quería tener más problemas.
-¿Qué sucede Linseth, por Dios?, ¡Me asustas!, ¿Eh?, ¿Y ellos?
-... ¡Es un oficial de policía y nos están buscando!, ¡Dios!, ¿Y ahora qué sucede?, ¡Ay no!, ¡Si es por las demandas de la Señora Yamilth le advierto que no hay modo de que ella se salga con la suya!, ¡Ohhhh!
-Amor, ¿Eres narcotraficante, lavadora de dinero o tratante de blancas, eh?, ¡Uff!, ¡Tranquila cielo!, ¡No debe ser para "nada importante", ya verás! -Preguntó mi padre sarcásticamente mientras que bromeaba con mi traumatizada madre, la cual estaba tan pálida como un papel cuando llegó la policía.
-¡Basta Cristian!, ¡Desde luego que no soy una delincuente!, además esto es muy serio como para bromear así de cruel en frente de ellos.
-... ¿Señor?, ¿Qué desean?, ¿Para qué nos buscan?, ¡Nosotros no hemos hecho nada malo! -Preguntó mi padre con una expresión de desconfianza absoluta, pues pudo notar como alguien se escondía en el automóvil policial y creyó que eran unos delincuentes farsantes.
-¡Calma!, ¡Yo soy el oficial Maximiliano Barrios, pertenezco a la oficina de migración y hay alguien de su familia que estuvo secuestrado para ser prostituido por casi 6 meses en Sierra Leona, África!, ¡Ah!, si, les advierto que al principio puede ser muy duro de asimilar. -aseguró el policía mientras que les enseñaba unos papeles oficiales a mis padres para que estuvieran tranquilos.
-¿Qué?, ¿Perdón?, ¿De nuestra familia?, ¡Uff!, mire, ¡Esto debe ser un error!, ¡Nadie de mi familia está desaparecido! -aseguró mi confundida madre tras estar muy nerviosa y algo paranoica.
-¡Ohhhhh!, mire señor oficial, no se qué demonios hace aquí pero yo no creo que podamos sufrir más con alguien de nuestra familia después de la trágica muerte de mi hermanita Linseth Adriana Arwen, pues nuestro mundo se vino hacia abajo hace 6 meses. -aseguró mi hermana Mariangel de la nada tras estar muy intrigada por aquella visita, pues lloró un poco al recordarme.
-¡Pues yo NO lo creo así, eh hermanita!, ¡Hola!, ¡Al fin he vuelto a casa! -aseguré con una gran sonrisa y los ojos brillantes al momento de entrar por la entrada principal de mi casa, pues me encontraba pálida, con las manos sudorosas, el corazón a mil por hora y muchas lágrimas.
-¿QUÉ?, ¿QUÉ? -exclamó mi madre tras hallarse completamente en shock, pues al verme de nuevo se desmayó durante un breve momento.
-¡Ohhhhh! -exclamó mi hermana Mariangel con la boca abierta al estar completamente helada frente a mi, ya que no pudo decir ni media palabra al paralizarse sus 4 sentidos.
-¡ES IMPOSIBLE! -exclamó mi viejo padre con miles de lágrimas en los ojos, pues debido a la fuerte emoción casi sufre de un paro cardiaco.
-¿Qué les sucede?, ¡Estoy viva!, ¿A caso no les gusta eso? -aseguré encontrándome muy feliz y con mucha taquicardia, pues pude notar como mi familia sufría mucho.
-Mamita, ¿Dónde está mi blusa de fresitas?, ya le pregunté a las empleadas y no saben, ¡Ohhhh!, ¡Wow!, ¡No lo creo! -exclamó mi hermana Leslie con una expresión de sorpresa y pánico total luego de venir a buscar su dichosa blusa.
-¿Qu-é su-ce-dió a-quí?, ¿Por qué mi hija fallecida está frente a nosotros, ah? -Preguntó mi padre tras estar muy alterado, pues igualmente tenía el rostro pálido y sudoroso.
-¡Oh!, claro, les explicaré todo, miren... Cuando su jovencita "falleció" a causa del cáncer la enfermera a cargo realmente la drogó para fingir su muerte y poder venderla a una banda de trantes de blancas, y si, su hija aún tiene leucemia pero ella actualmente está un poco mejor, pues al "morirse" la enfermedad ya había desaparecido por completo, además ella estuvo secuestrada todo este tiempo mientras que luchaba por manternerse con vida en medio de proxenetas y otras mujeres, ¡Uff!
-... ¿Proxenetas? -Preguntó mi hermana Mariangel mientras que trataba de volver a hablar, pues de la impresión se paralizó.
-Si, lamentablemente ella fue vendida y abusada sexualmente, sin embargo, si no fuera por la doctora clandestina que la cuidaba nunca hubieran logrado escapar con vida de aquellos delincuentes, pues ella la llevó a un hospital y ahí dieron la alerta a las autoridades, por lo tanto es para mi un placer reafirmarles que su hija Linseth Adriana nunca estuvo muerta y ya su acta de defunsión fue eliminada para siempre del registro de este país, ¡Tranquilos!
-¡Ay por DIOS! -exclamó mi pobre madre con un grito desgarrador, pues estaba completamente en shock.
-¡Ohhhh!, ¡HERMANITA!, ¡Esto debe ser un sueño porque no lo puedo creer!, ¡Ay Dios mío!, ¡Finalmente podremos ser felices! -aseguró mi hermana Mariangel mientras que me abrazaba fuertemente, pues ella me amaba y extrañaba demasiado.
-¡Dios!, ¡No lo puedo creer!, ¡Ohhhh!, ¡Hijita de mi corazón!, ¡Haz vuelto a casa, mi princesita! -exclamó mi padre con una voz temblorosa y seca, pues lloró como loco al momento de correr a abrazarme.
-... ¡Linsy, mi amor!, ¡No te imaginas cuánto lloramos por ti!, ¡Ohhhh!, anda preciosa, ¡Entra a casa, tu casa, porque esta vez nadie nos va a volver a separar! -afirmó mi madre mientras que lloraba como nunca antes en toda su vida, pues deseaba que yo estuviera junto a ellos para siempre luego de separarnos.
-¿QUÉ?, ¿A caso me llamaste "hijita de mi corazón y mi princesa"?, ¡Ohhhh!, entonces, ¿Eso quiere decir que ya me quieres, padre?, ¿Ya no me estás engañando? -Pregunté estando muy intrigada y algo sorprendida, pues no recordaba las últimas palabras que Él me dijo en el hospital después de ser secuestrada.
-¡No mi vida!, ¡Es verdad lo que te digo!, ¡Claro que si te AMO con todo mi corazón y esta vez no permitiré que nada malo te suceda porque yo te protegeré como un súper héroe en esta segunda oportunidad que la vida me dio contigo, hijita. -aseguró mi padre con una sonrisa y lágrimas en su rostro, pues se arrodilló sinceramente frente a mi.
-¡Ohhhhh! -exclamé hallándome completamente emocionada e impactada, pues de igual manera lloré como loca debido a la felicidad.
...
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