Capítulo #24
Luego de que Mariangel lograra llegar a la escena donde estaban Yamilth y Alina se despejaron muchísimas dudas y misterios que al final la pobre de mi hermanastra no pudo resolver, pues fue asesinada a sangre fría como Katherine, no obstante, la ley se encargó de Yamilth y pronto sería castigada por todos sus crímenes al igual que el padre de Mariangel, quien de igual manera estaría preso por haber regalado a su hija, además, la Calle de la Amargura fue cerrada para siempre después de que hubieran tantas muertes ahí y el siguiente paso fue el funeral de mi pobre hermanastra Alina.
—Descansa en paz, ¡Mariposita!, ¡Juro que voy a extrañarte muchísimo!, sin embargo se que estarás ahí para Alejandra y yo cuando observemos juntas las estrellas, pues su brillo resplandeciente me recordará tus hermosos ojos azules. —aseguró Mariangel tras estar muy triste, pues lloraba intensamente al momento del funeral de su amiga.
—Mi amor, ¿Cómo fue que llamaste a tu valiente amiga? —Preguntó la Señora Cecilia Belly con una expresión de sorpresa, pues estaba muy impactada.
—¡Mariposita!, ¡Oh si tía Cecy!, ¡Ella sí era tu hijita perdida, tu bolita de azúcar después de todo! —aseguró mi hermana Mariangel mientras que seguía llorando sin parar.
—¿QUÉ?, ¿Qué fue lo que dijiste Mariangel?, ¡No!, ¡Eso no puede ser posible!, ¡Mi niñita pequeñita jamás apareció en todos estos años!, ¡No ella por favor!, ¡NO DIOS MÍO!
—Como lo siento tía pero la bruja que la robó se lo confesó antes de morir tras prometer que te abrazaría fuertemente al decirte mamá otra vez, sin embargo ella fue la mejor guerrera y protectora para Linsy, pues dio su vida por mi hermanita la cual no ha aparece aún, pues parece que se la tragó la tierra pero yo la voy a encontrar. —afirmó mi hermana Mariangel encontrándose muy triste y desconsolada, pues apretó una rosa blanca contra su pecho en señal de que dejaba descansar a Alina.
—¡No Dios mío!, ¡NO!, ¡Mi hijita bella!, ¡NO!, ¡Ohhhh!, ¡Quisiera verla a los ojos por última vez!, ¡Ay no!, ¡Qué dolor tan grande!, ¡Ahhh!, ¡Adiós mi bolita de azúcar!, es hora de despedirnos porque jamás podré volver a tenerte conmigo entre mis brazos!, ¡Ay Nanita!, gracias por decirme la verdad pero, ¿A caso dijiste tu hermanita?, ¡Ohhhh!, ¿La pequeña Linsy apareció?, ¿Y dónde está ella?, ¿Será como mi fallecida hija Alina?, ¿Tendrá los mismos caprichos o delirios que tú, ¿A caso está con tu madre?, ¡Por favor Mariangel!, ¡Necesito verla para poder luchar con mi dolor!
—Por desgracia no se dónde está ella y enserio quisiera adivinarlo porque también deseo abrazarla fuertemente y llamarla hermanita después de tantos años, ¡Ohhhh!, ¡Ah tía Cecy!, mi mamá no sabe nada de esto aún porque yo la encontré y quiero que cuando aparezca sea una sorpresa para ella. —Respondió mi hermana Mariangel mientras que aún lloraba desconsolodamente.
—... Claro, entiendo mi amor, ¡Tú tranquila!, ¡No le diré nada a tu madre!, lo prometo.
Ese entierro fue de incesantes lágrimas, gritos y lamentos, pues al Cecilia enterarse de la verdad casi se arranca los cabellos debido a la desesperación e impotencia, pues habían pasado 15 largos años sin verla y cuando al fin se iban a reencontrar como madre e hija la misma mujer que se la había robado acabó con su vida de una manera muy cruel de tal modo que su madre biológica cayó en depresión tras saber que jamás la volvería a ver con vida en este espantoso mundo.
—Mi madre sabe que ella vive solo que no dónde ni quién es porque no pudieron verse de nuevo, de hecho eso nadie lo sabe, pues mi hermanita fue renombrada como Alejandra y era la chica a la cual molestaba todos los días por estar "loca" sin saber que esa pobre chica era parte de mi, además tu hija fallecida era la hermana adoptiva de la mía, ¡Ohhhh!, ¡Eran primitas de verdad y no lo sabían!, ¡Dios mío!, tía Cecy, ¡Linsy esta muy enferma en algún lugar y ahora después de odiarlas las amo con todo mi ser!, ¡Maldita sea!, ¡Desearía que Alina & Alejandra regresaran a casa!, sin embargo se bien que solo Ale podrá volver junto a nosotros, pues por culpa de esa demente mujer perdimos a nuestra mariposita, ¡Ahhh!, ¡No puedo más! —dijo Mariangel con una voz entrecortada y las manos en un temblor, pues se sentía inútil ante mi búsqueda.
—¡Cómo lo siento mi amor!, ¡Ohhhh!, ¡Quisiera saber cómo es esa mujer!, ¡Uff!, de verdad hay que estar muy loca para primero robarse las niñas y después asesinarlas sin piedad, ¡Se supone que los niños se roban para llenar los vacíos del alma y amarlos, no para despreciarlos o hacer que se odien mutuamente!, ¡Ah si!, ¡Cuando vea a esa mujer de frente no se de lo que sea capaz! —aseguró Cecilia Belly tras estar muy enojada y llorar debido al dolor de haber perdido a su preciosa hijita menor.
—¡Ay tía!, ¡Cómo lo siento!, ¡Alinita debía de gozar su nueva vida a tu lado junto a Alejandra, pero no!, ¡Por culpa de esa sucia señora eso será imposible!, ¡Ohhhh!, ¡Mi hermanita tiene que aparecer!, si, tiene que hacerlo o si no yo moriré de angustia y de culpa, ¡DIOS!, ¡Linsy tiene que volver a nuestro lado y no se cómo rayos haré para poder encontrarla pero lo haré muy pronto!
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