Hola, ¿Hay alguien aquí o sigo sola como desde que llegué a este miserable mundo?, en fin, para que me entiendan mucho mejor mi nombre era Alejandra Druvalet, o al menos eso era lo que creía hasta que mi vida dio un vuelco enorme del cual fue casi imposible volver a levantarme, ya que literalmente todos a los que conocí alguna vez me odiaron sin haber hecho nada malo porque desde que tenía memoria mi infancia fue muy solitaria, pues mi hermana mayor tenía todo el amor de nuestra madre y yo simplemente era su sombra en media oscuridad.

Por desgracia, este era el crudo destino que me tocó tener, ya que estaba completamente sola y olvidada cuando más necesitaba de atención & cariño, pues tuve que cuidarme sola a temprana edad al encontrarme rodeada de hipócritas que fueron robando mi alegría y entusiasmo por vivir, incluso en mi propia familia de fantasía, pues cuando aún no tenía ni idea de que me habían mentido durante largos años mi propia madre siempre fue una mujer fría, una legítima bruja que jamás le importé de verdad y mi hermana mayor de 14 años de edad ni la menciono, pues la princesita caprichosa de Alina jamás me amó o tomó en cuenta a pesar de que teníamos la misma sangre, y si, así comienza esto, como un vacío sin fin lleno de lágrimas brotando de mi interior, pues no podía decir que fui feliz alguna vez durante mi infancia porque desde que fui concebida por mis padres reales ambos misteriosamente me odiaron sin ninguna razón aparente.

09/05/2005.
12:58 AM.
Ciudad de San José, Costa Rica.

-Mamita, mami ven... -Llamé a mi madre durante una fría y larga noche de tormenta eléctrica, pues en ese momento solo tenía 5 añitos de edad y le tenía miedo a los relámpagos.

-¡Ashh!, ¿Para qué me despertaste?, y bueno, ¿Qué es lo que quieres niña tonta eh? -Preguntó mi madre con una expresión de furia y cansancio sin ninguna razón aparente.

-Es que yo quería que te vinieras conmigo a mi cama y me dieras un besito de buenas noches, además tengo mucho frío y la tormenta me asusta, por favor mamita, ¡Es solo por hoy, lo juro! -dije estando muy triste y con esperanzas de que por fin ella me abrazara y se escondiera bajo las cobijas de mi cama junto a mi.

-¿Qué?, ¿Enserio pensaste que yo te iba a besar o estar contigo?, ¿De verdad?, ¡Ishh niña!, ¡Olvídate de esas locuras porque yo jamás lo haré por más que el demonio se te aparezca en persona justo aquí!, ¡Ah!, más bien iré junto a tu hermanita Alina, ¡Ohhhh!, mi pobre niña debe estar aterrada por la fea tormenta, ahora adiós, y ya duérmete. -dijo mi madre mientras que me veía con asco y absoluta repulsión, pues se fue muy rápido de mi habitación y cerró las cortinas para que así tuviera más miedo.

-¡AHHH!, ¡No mamita, no!, ¡Le tengo mucho miedo a la oscuridad!, ¡No te vayas por favor!, ¡Yo haré lo que quieras pero por piedad no me cierres las cortinas!

-... ¿Enserio harías lo que fuera porque yo te tome en cuenta?

-Si mami, si.

-Bien, necesito que me traigas de afuera una caja llena de manzanas, anda, ¡Muévete ya, niña!

-Mami pero es de noche y hace mucho frío allá afuera.

-¿Entonces no quieres que duerma contigo esta noche y te besitos?

-¡Si, si quiero mami!, okey, ya voy.

En ese instante, cuando salí de la casa sin abrigarme por la dichosa canasta de manzanas que no existía mi estúpida madre me cerró la puerta de un empujón para que no pudiera volver a casa apesar de que gritara como loca durante largas horas y en consecuencia de esto tan inhumano terminé empapada por la helada lluvia, con el corazón destrozado, la piel arrugada y una espantosa neumonía infantil que casi me mata pero sobreviví de milagro, por lo tanto ahora, a mis tempranos 5 años de edad sentía como si nadie dentro de mi familia me quisiera tan si quiera un poquito y la verdad es que durante ese corto transcurso de mi horrible vida me dolió muchísimo el tener que aceptarlo porque yo sí los amaba de verdad, más por ende, esa espantosa y quemante sensación de portar espinas clavadas al alma y el corazón destrozado en mil pedazos se convirtieron en mis fortalezas para afrontar la vida aunque fuera pisoteada incontables veces por las personas que eran la única "familia" que tenía con vida hasta hacía poco tiempo cuando todo se reveló.

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