Personaje: Minerva McGonagall

Castillo de Hogwarts, 2 de mayo de 2028

Querida Augusta:

Casi no me creo que por fin el calendario haya marcado la fecha. Sé que esperas esta carta desde hace muchos, muchos días. Lo sé, porque yo llevo el mismo tiempo deseando poder redactarla. Quizás has temido en algún momento que no lo hiciera, pero yo no iba a faltar a mi promesa. Nada más lejos de la realidad, querida, pero como te dije, necesitaba que llegara este momento exacto.

Sé que comprendiste mis deseos de esperar hasta este momento, aunque eso reducía y reduce sobremanera el tiempo que nos queda para estar juntas... también a mí me pesa más de lo que quisiera. Ser la Directora de Hogwarts es un privilegio y un honor pero la responsabilidad es extenuante. Lo hago con orgullo y de la mejor manera que sé, porque así se me encomendó. Soy escocesa y los escoceses no dejamos de luchar nunca.

Hasta hoy he trabajado duro, muy duro, para dejarlo todo dispuesto y preparado. No iba a permitir que nada me impidiera llevar a cabo mis planes, nuestros planes.

Ahora, por fin ha llegado la fecha que yo fijé aquel día -hace ya tantos años- en el Lago Negro, uno de mis sitios favoritos de todo este paraje. Quizás el único que echaré de menos no volver a ver. He soñado y sueño con ese día a menudo. Incluso cuando no estoy dormida... Porque, Gustie, tus palabras, tus gestos, tu mirada... se grabaron para siempre en mi cabeza y en mi corazón.

En este basto tiempo, he visto crecer a tantos magos, brujos, animagos, aurores, hechiceros... La mayoría fueron alumnos excepcionales, otros no tanto... pero todos han servido y sirven a la magia con lealtad.

Sigo llorando a todos los que hemos perdido. A todos esos seres fantásticos, a esas maravillosas personas, a esos amigos extraordinarios, que dieron la vida en las guerras mágicas, y por supuesto en la gran batalla contra el que no debía ser nombrado y ahora ya podemos hacerlo, aunque no me haga ninguna gracia. Aunque él ya no tenga ningún poder e incluso haya desparecido, la vida me ha enseñado que nunca deben darse las cosas por sentadas...

Muchos años después de esa maldita guerra seguimos padeciendo las consecuencias. Nuestra propia escuela, nuestro hogar, tuvo que ser reconstruido piedra a piedra... Y no me olvido de los que por causas más o menos naturales seguimos perdiendo... Nunca dejaré de hacerlo. Entiendo que es la ley natural que rige por encima de todos, que la muerte también es vida... Elphinstone me lo enseñó.

También a él le sigo llorando. Sabes que nunca he podido regresar a Hogsmade, ni podré hacerlo nunca más. Sé que mis sobrinas cuidan la vieja granja, pero yo no he querido volver a saber de ella. Demasiado dolor.

Mas en este tiempo, también han habido sonrisas y alegrías. Celebro con entusiasmo cada vez que entran nuevos alumnos, aunque -cómo bien sabes- me guardo mucho en demostrarlo. No se va a romper ahora la fama de la Profesora McGonagall.

Tu Neville está haciendo un trabajo excelso como profesor, hiciste un gran trabajo con él. Sé cuanto te costó ser tan estricta... En esto, tú y yo siempre nos hemos parecido, escondiendo nuestros sentimientos bajo una capa de rectitud y frialdad. Pero Neville es muy querido entre los alumnos.

Los hijos de nuestro querido Harry y la pequeña Ginny le adoran, así como esos dos preciosos pequeños Granger-Weasly.

Los cinco son unos chicos maravillosos y van a ser unos grandes brujos y hechiceros, sobretodo la pequeña Rose. Apunta las mismas maneras que Hermione. Sí, sí, por supuesto, la Ministra Granger.

Tan parecidas son que también a ella le he regalado un giratiempo, como hice en su día con su madre. No necesito "las artes" de la profesora Trelawney para saber que va a hacer grandes cosas.

Incluso Scorpius Malfoy promete mucho, Astoria hizo un trabajo increíble con ese muchacho y con Draco... Es una verdadera pena que se fuera tan joven.

Los ciclos de la vida, que con magia o sin ella, no alcanzamos a comprender y sólo podemos acatar sus giros y designios.

Por eso hoy, justamente hoy, que se cumplen 30 años del final de la guerra es cuando yo voy a cerrar este gran capítulo de mi vida. Y sí, voy hacer lo que te prometí.

Regreso a Caithness. Creo que ya he servido suficiente a Hogwarts, a Gryffindor, a la Órden del Fénix, a la Órden de Merlín y a la mismísima magia...

Se acabó. Seré siempre una bruja, también una animaga (aunque ni recuerdo la última vez en que pude transformarme en mi gata. Aunque yo siempre he sido un poco... felina, ya me conoces.)

Pero se acabó. Lo que me quede -lo que esté escrito para mí- será sin magia, sin poderes. Regreso a mis raíces, al origen. Y como te prometí, no sólo eres más que bienvenida sino que te estaré esperando, con ansias.

No he llegado hasta aquí para rendirme, Gustie. Ni de broma. La magia se puede ir al carajo, todo lo que fui ya pasó, ahora soy una mujer. Solo una mujer dispuesta a no volver a renunciar a sus deseos por el bien común. Ya sacrifiqué demasiado.

Amé a Dougal y renuncié a él por la magia, amé a Elphinstone y la magia me lo arrebató. Te amo, Gustie. Esta vez la magia se queda al margen.

Así que sí, cómo hablamos, he presentado mi dimisión irrevocable. No habrá retrato mágico para mí, porqué así lo he decidido y cuando la lechuza te entregue esta misiva, mis maletas y pertenencias ya descansarán en su lugar definitivo porque desde esta misma noche, duermo en la casa nueva. Allí te estaré esperando, para que como tú me pediste y sea por el tiempo que sea, podamos hacernos compañía y recosernos mutuamente nuestras almas heridas.

Tuya,