1. Curioso

Ya la vida del hunter carmesí se tornaba extraña, se volvía algo apartado al igual que cohibido. En este momento, se encontraba con calma entrenado, destruyendo drones con facilidad y agilidad. Al ver los pedazos de metal caer se detuvo a pensar que un poco en su situación. Tantos años peleando por lo correcto que, sólo en ese momento, se detuvo a pensar en todo lo que había pasado dejando de lado el entrenamiento. El saber se desactivo y miró enrabiado el metal chatarra en el suelo, le daba rabia tener que recordar situaciones en pleno entrenamiento. Eran distracciones molestas, aunque debía reconocer que dolorosas también. Recodar cada aliado con el que pasó un buen momento riendo por algún chiste y, después, viéndole inerte en el suelo con una expresión de dolor inimaginable. Sin duda, ese era el precio de ser maverick hunter. Siempre había vivido así y nunca le importaba, aunque en aquella ocasión fuese el principal raptor de su atención. Un estruendoso ruido metálico taladró sus oídos, regresándolo a la realidad. Miró por encima de su hombro y captó un dron destrozado por un tiro del inigualable E-buster. De la misma manera, captó pasos lentos y sin prisa, al igual que ver como toda la simulación se desvanecía dándole fin al entrenamiento.

- Regla número uno del entrenamiento, señor serio "Pon atención cuando estés en un combate"- se escuchó esa voz que había hecho un poco más "viva" su vida desde un tiempo acá. Miró sobre su hombro para ver a la teniente maverick lobo de armadura gris, cabellos celeste y ojos verdes caminar hacía él- Eso fue un dron. A la próxima, será un cañón volarte la armadura.

Antes de responder, chasqueó la lengua y se giró por completo, encarándola. Sin embargo, fue como dándole la cara hizo que se relajara y dejara su tensión de lado. Apartó la mirada con orgullo y decidió excusarse.

- Estás cosas se me hacen aburridas últimamente, solo quería... un poco de diversión.

-Oh si, lo que digas-rió bajo-¿Qué sugieres? ¿Vamos a sacar a X de su concentración para poder divertirnos? Porque me parece mejor que estar viendo moverte como tortuga.

Cualquiera que le hablara de esa manera al comandante Zero, tenía previsto que se llevaría un golpe en la cara o, quizá, un corte en su armadura. Sin embargo, con ella no podía. Nunca había podido, Guardó su Z-saber en el compartimiento a su espalda sin ver a la reploid de ojos verdes.

-Lo infantil no se te quita, Élan. -masculló el rubio.- Sería mucho mejor con tus lobos.

-Con mis lobos, no te metas. Sino lo haré con tu moto y haber quien llora más.-amenazó Élan con las manos en la cintura.

-Claramente, tú -esbozó una sonrisa de lado al ver la expresión de enojo de la ojiverde. No quería admitirlo pero cuando peleaba con ella era una calma, aunque Élan contraatacara con algo ingenuo pero para él era una distracción. Mucho mejor que está despedazado drones.

Por unos momentos, ambos rieron y siguieron con sugerencias que nunca cumplirían al igual que con suaves y patéticos insultos, tan solo por diversión. Las vistas fijas uno del otro, manteniendo esa conexión especial, con ganas de seguir aunque las cosas nunca salían como el hunter carmesí esperaba o, en este caso, planificaba. Un pequeño hunter se estaba asomando con cuidado y timidez, él tampoco esperaba que la peliceleste se encontrara allí. Zero desapareció súbitamente su sonrisa al verlo y trató de darle señas al niño para que se fuera de allí. Sin embargo, el pequeño no captaba y Élan no pudo evitar notar las señas molestas, aunque ella no dejó su simpatía de lado.

- ¿A quien le hablas?.- se giró aún con su sonrisa a ver al reploid escondido en la puerta

-N-no. nada, nada. - Intentó que el momento siguiera ahí. Sin embargo, Élan ya lo había visto, el más pequeño de los hunters, pelirrojo y armadura azul marino, miraba tímido la situación. -Diablos-masculló el rubio.

-Oww Axl - la ojiverde amplió más su sonrisa al verlo, le dio la espalda al hunter rojo.

-Vamos, Élan, luego te portas como su niñera.Aunque el rubio intentó abrazarla por la espalda, ella no se lo permitió y caminó hacía el pequeño que, obligatoriamente, tuvo que salir de su pequeño escondite. No sabía si quedarse o irse, ya que una cosa le decía la sonrisa de la loba y otra, muy diferente, decía la cara de enojo de Zero. Ella lo invitaba a entrar y él lo obligaba a alejarse a el sitio más remoto que existiera en el mundo posible. Sintió las manos heladas de la ojiverde tomar las suyas con el calor del cariño y llevarlo dentro aunque, a espaldas de ella, el ojiazul le hizo un gesto bastante obvio de que la soltara, que se diera media vuelta y que se fuera. Élan conocía al rubio y le reclamó por los gestos, sin siquiera mirarlo, le aclaró que era un niño y que no quería molestar. El color había abandonado el rostro del chiquillo cuando ambos reploids se detuvieron frente a el espadachín que, a toda costa evitó contacto visual con Axl.

- Solo viene a pasar el rato.

- Élan, - Zero miró de reojo al chiquito.- solo sácalo de aquí.

- Yo... yo... es que... - Axl se notaba confundido, más que asustado.

- ¿Qué necesitas?.- llamó amable la loba.

- Irse.- Se adelantó el rubio.

Axl se escondió detrás de la reploid lobo, ésta llevó un brazo atrás y acarició sus cabellos rojizos con intensión de calmarlo. Le comentó un "Eres muy rudo con él" y sacó al niño para volverlo a colocar entre los adultos. Chilló bajo cuando miró a Zero y luego buscó alguna seguridad en la mirada de la peliceleste.

-Oh, tranquilo, cariño. No ha sido tu culpa-dijo Élan haciendo que el rubio entrecerrara los ojos y, ahora, la mirara con molestia-Sabes que Zero ya está algo "pasado" de años así que todo le molesta.

Dicho esto, el pequeño reploid soltó una risita que fue silenciada cuando los ojos azules del mayor acuchillaron al pelirrojo. Un momento a solas con ella y era interrumpido por el mas travieso de los hunters ¿Qué tanto lo tenía furioso? Si las miradas matasen, claramente, Axl ya estaría en el depósito de chatarra. La peliceleste se agachó hasta quedar a su nivel para envolver al pequeño en sus brazos, el chiquillo sintió el frío que lo hizo sobresaltarse.

-Asombroso. - el rubio rompió el silencio. - El mejor momento para romper con mis pensamientos besando a Éls y llega Axl a arruinarlo todo. - dijo irónico.

Élan gruñó bajo y soltó al pequeño para hacer un ademán con su mano, formó una ligera capa de hielo debajo de los pies del ojiazul. Cuando él lo notó intentó apartarse pero al ser tan resbaloso, bailoteó intentando mantener el equilibrio, causó la risa de Axl y también la de Élan hasta que dio al suelo.

-Ay, Zero, disfruta el momento.

- Disfrutaría si las cosas que planificó salieran bien. ¡Pero, no!. - se levantó saliendo con cuidado del hielo antes de irse.- Nada sale como quiero...

Y se fue pisando con rabia el suelo. Élan rodó los ojos ante la actitud, sabía que Zero era temperamental pero por aquello no había que formar tal escandalo. Axl le tomó la mano y bajó la mirada con tristeza.

- Disculpa, yo hice que se fuera.

- No te preocupes, últimamente hace berrinches.

Axl se sobresaltó y se puso notablemente nervioso, miró a ambos lados, soltó la mano de Élan para jugar con las suyas entre sí. La loba le plantó un beso en la frente y lo reconfortó, aunque solo lo puso más nervioso, el pelirrojo trató de hablar, generar palabras pero al final optó por salir casi corriendo de allí. Élan quedó en su sitio, pensando en las actitudes de ambos y pensando si ella tenía algo que ver; así que, ante la situación, decidió investigarlos; como si se tratara de la misión más importante de su vida. Primero, comenzaría con el que hizo un escándalo la curiosidad del pequeño. Salió caminando tranquilamente del área de entrenamientos para alcanzar al rubio. Pensaba que quizá se pasó un poco al querer hacer reír a ambos cuando sólo consiguió que se alegrara Axl y ella. Su búsqueda por esos misterios tenía que ser como si fueran preguntas naturales, quizá el niño le digo la verdad pero primero comenzar con la verdad.Encontró al rubio afuera de la base, con las palmas de las manos apoyadas sobre el frío barandal de metal mirando el atardecer. A ella siempre le resultó fascinante como caía en cascada su cabello hasta unos centímetros arriba de sus pies.

-Zero.

-¿Qué quieres?. - preguntó enrabiado el hunter carmesí.

-Conversar contigo, dime que no estás molesto por lo que hice.

-No, Élan. - se giró a verla - Me molesta que no puedo tener un momento contigo

-Pues lo estás teniendo ahora, cariño. - La peliceleste se cruzó de brazos. - Y estás enojado.

-Terca como tus lobos. - le volvió a dar la espalda.

-¿Qué tanto te ocurre?.

-Nada que te pueda importar. - respondió de una manera fría. Élan frunció el entrecejo y se aceró al barandal para apoyar sus antebrazos metálicos encima.

-¿Bonita vista, no?

-No me cambies el tema.

-¿Y de que hablamos entonces? ¿De Axl? ¿De tu vida antes de ser maverick hunter? ¿De cuantas veces te mueres y revives? A todo esto ¿Cómo le haces? Quiero que me enseñes.

-¡No, tonta!.

Por un momento, el enojo desapareció del rubio mayor y se le fue encima a la peliceleste para derribarla. No lo hacía para atacarla, al menos no a golpes pero haciéndole cosquillas en el abdomen, la loba comenzó a reír a carcajadas mientras intentaba escapar de sus manos, a Zero se le pasó el enojo para unirse a las risas. Élan daba manotazos y pataleaba pero él no le soltaba.

-¡Por favor, jajajajajajajaa, lo siento...para, para!. - chilló con una voz ahogada en risas.

-¡Di que soy el mejor!.

-Nunca, colorado. - siguiendo con las risas hasta que decidió dejarla. Élan se abrazó el estómago y los costados. Se limpió las lágrimas que le logró sacar y tiró de uno de los "cuernitos" de su casco.-Tonto.

-También te quiero, lobita.

Ella rió bajito para después acercarlo y darle un beso en los labios, algo corto y dulce haciendo que todo enojo del rubio se esfumara. Los dos sonrieron con sinceridad mientras que a lo lejos, Axl miraba como ambos se habían "reconciliado".


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