08 de abril del 2005

Kim Dae-hyun era un hombre honrado, trabajador y generoso. Sin embargo

su vida había dado un giro hace siete años con el nacimiento de su primogénito, su padre llevaba años rogándole que se uniera a su geondal, a lo que él siempre se negaba primero con la excusa que él no cometería ningún acto desleal y luego usando a Seokjin como escudo, porque con un hijo jamás haría algo que fuera un mal ejemplo. Sin embargo, la vida daba muchas vueltas, pues la crisis económica le estaba afectando excesivamente, aún recordaba como el primer año de su hijo lo tuvieron que vivir llegando a pasar días sin probar alimento por lo que no pudo aguantar más y con su orgullo en el suelo le pidió una oportunidad a su padre.

Pero esos momentos amargos no duraron mucho; la vida de Dae-hyun era completamente otra, se había convertido en un empresario muy prestigioso aunque ya no era más un hombre honrado.

– "Señor ha llegado el nuevo recluta." – Interrumpió su asistente los recuerdos lamentables.

– "Hazlo pasar." – Ordenó haciendo un movimiento con su mano.

– "Buenas tardes señor, me presento soy Min Seung" – Extendió su mano esperando.

Desde ese día y hasta la actualidad, Seung se había convertido en su mano derecha tanto en los negocios legales como en los ilícitos. Su relación iba más allá de lo laboral, su amistad avanzó tanto que hasta sus familias eran cercanas, sus hijos se querían como si fueran hermanos.

– "Algún día nuestros hijos seguirán nuestros pasos." – Declaró Seung mientras veía a su pequeño Yoongi jugar con Seokjin en el jardín. Las dos familias comenzaron una tradición de verse para cenar cada quince días y hoy no sería la excepción a la regla.

– "Y tendrán un futuro aún más próspero que el de nosotros." – Proclamó Dae-hyun chocando su copa con la de su camarada.

Dejaron a los niños jugar tranquilos y se adentraron a la sala de estar, se sirvieron otra copa y se sentaron en el sillón que estaba posicionado justo al frente de las puertas corredizas de vidrio, vigilando así a sus hijos.

– "Aún me cuesta creer que ya llevamos seis años formando parte de los Mik, pensé que me matarían a las semanas." – Bromeó Seung levantándose al ver que su hijo venía llorando pues se había caído. Lo alzó rápidamente para inspeccionar su rodillita que se encontraba con unos ligeros raspones.

– "Y yo pensé que te mataría a los días, eres bastante irritante" – Se burló mientras secaba las enormes lágrimas de su ahijado, quien se encontraba haciendo un tierno pucherito al tratar de aguantar el dolor que sentía.

Sus dos esposas admiraban la preciosa escena desde lejos para no llamar la atención, viendo como esos dos hombres que transmitían un aura de rudeza e imponencia, se encontraban haciendo cuanta tontería se les ocurriría para ver reír al pequeño niño que seguía llorando sin parar, las mujeres se encontraban enamoradas de esa situación tan dulce, pero quedaron completamente flechadas cuando vieron como Seokjin se acercaba tímidamente y le entregaba su peluchito favorito, para luego esconderse entre las piernas de su padre.

Las lagrimitas de Yoongi fueron reemplazadas por una preciosa sonrisita dejando ver sus encías rosadas sin algunos de sus dientitos. Agradecido se abalanzó para abrazar a su mejor amigo, dejando al muñequito de nieve en el medio de los dos. Solamente se escuchó los suspiros de los cuatro adultos ante tan conmovedora escena.

*Foto de Seokjin abrazando a su mejor amigo Yoongi*

Nota: Hola soy Montse, espero que estén bien :D me gustaría saber que les va pareciendo la historia y más adelante muchas cositas irán saliendo a la luz, espero que juntos hagamos muchas teorías n.n