Capítulo 24: "Mi hogar en Daegu."

15 de noviembre del 2018

No sabía cuánto tiempo había dormido, ni cuantos kilómetros habíamos pasado, pero al menos el alcohol ya se estaba despidiendo de mi cuerpo, me moví lo suficiente que me permitió el asiento del copiloto, estiré mis músculos y escuché como tronaban algunos huesos de la espalda. Seokjin se notaba relajado, iba escuchando la radio y tamborileaba con sus dedos el volante siguiendo la tonada de la canción.

– "¿A dónde vamos?" – Pregunté acomodando mi cinturón de seguridad.

"A tu hogar..." – Respondió sin desviar la vista ni un segundo del camino.

"Pero estamos en..." – Traté de visualizar alguna señal de tránsito. – "¡¿Daegu?!" – No estaba entendiendo nada de lo que pasaba.

– "Así es." – Sonrió emocionado y cerró uno de sus ojos en un gracioso guiño para rápidamente seguir concentrado manejando.

Según Seokjin las tres horas previstas se convirtieron en dos y media debido a la falta de tráfico, ni siquiera me di cuenta en qué momento me había quedado dormido, pero los dos nos sentíamos mejor a como estábamos hace unas horas atrás, la música y escuchar a Seokjin rapear o al menos intentarlo, hizo del trayecto mucho más divertido. Me sentía como si nada hubiera cambiado entre nosotros.

Nos encontrábamos en la parte central de Daegu, pero a partir de un momento Seokjin comenzó a pasar los edificios y las casas, giraba cada cierto tiempo adentrándose más y más, las viviendas iban disminuyendo hasta que solamente quedaban unas cuantas cada ciertos kilómetros. A lo lejos se podía distinguir una casa distinta a las demás, era pequeña pero se notaba bastante lujosa, el material color crema de las paredes, contrastaba con los tonos oscuros de la madera que se encontraban en las ventanas y la puerta. Un gran portón pesado nos impidió avanzar por lo que Seokjin tuvo que estacionarse justo ahí.

– "Antes de seguir debes entender que esto fue por el bien de todos." – Habló completamente serio. – "Se supone que aún no podíamos hacerlo, pero ya hemos pasado por mucha mierda."

Se bajó del carro dejándome solo adentro, así que velozmente lo seguí. Mi corazón se sentía extraño latía como hace mucho no lo hacía, era como si me hubieran dado una descarga de adrenalina y no podía pararlo hasta dentro de varias horas, Seokjin seguía acercándose hacia el portón y yo solo podía secar el sudor de mis palmas en la parte trasera de mi pantalón, me sentía expectante ante lo que se encontraba detrás de ese gran portón de madera, me cuestionaba mentalmente qué tan peligroso era lo que resguardaba ese lugar que aún no podíamos acercarnos según la advertencia de mi amigo.

Luego de escuchar como Seokjin decía su nombre por el interfono bastaron al menos dos segundos para que nos abrieran, la pesaba madera se abría lentamente sumándole un suspenso exagerado a la situación. No podía negar que tenía miedo, pero no dudaba ni un segundo de que estaba seguro al lado de Seokjin.

Mi vista no era tan buena para observar a lo lejos, por lo que me costó notar que había una persona parado en la entrada principal, un poco lejos de donde estábamos, así que tuve que entrecerrar un poco los ojos para poder enfocar.

Mi cuerpo entero comenzó a temblar, era imposible lo que estaba viendo y quedaba comprobado que necesitaba unos lentes con urgencia, solamente podía restregar mis ojos para ver si realmente era quién yo pensaba, me sentía eufórico pero a la vez asustado y enojado, quería sonreír pero mi cerebro se había desconectado de mi cuerpo, por lo que no podía procesar nada. Mis emociones estaban haciendo un cortocircuito en cuestión de segundos, todo dentro de mí se estaba volviendo loco pero el tiempo parecía que se había detenido, ni Seokjin ni los sonidos los notaba, nada me importaba solo la persona que levantaba tímidamente su mano haciendo una señal para que me acercará. Era Yoongi... Yoongi estuvo vivo todo este tiempo y yo le estuve llorando a un fantasma, me sentía estúpido, humillado y profundamente molesto, pues me veían sufrir y aún seguían sosteniendo la mentira. Me sentía asqueado, solo quería correr y alejarme de esa cruel broma que jugaron contra mí. Di la vuelta sin ver a Seokjin y comencé a correr cuesta arriba sin parar, la distancia no era tan exagerada, pero corrí como si se tratará de la carrera más larga de mi vida, todo en ese momento se sentía más distante y más difícil, mis pulmones si tuvieran la capacidad de hablar me gritarían por aire pero necesitaba poner una considerable distancia, por lo que no les di tregua y seguí corriendo adentrándome a un pequeño bosque que comenzaba a mostrarse ante mí. Sin importarme que solo la luna funcionaba como luz, la noche oscura combinada con mi mirada que me impedía ver con claridad.

"¡Hobi regresa, no entres ahí!" – Gritaba detrás de mí pero su voz sonaba extraña como si fuera la primera vez que la escuchaba. – "Hoseok por favor, ven conmigo." – "Su voz se falseaba ante su respiración agitada.

La linterna de su celular me iluminaba la espalda, dándome un poco más de visión sobre el camino de piedras y ramas, me resbalaba cada vez más seguido pero al menos podía tomar de nuevo el equilibrio y seguir corriendo, no podía saber cuánto había avanzado pero el agua chocando con las piedras sonaban cada vez más cerca, fui desacelerando para evitar una caída pues no la daría el gusto a Yoongi de ser tan estúpido como para lastimarme, ya había sufrido bastante como para que mi dolor ahora fuera físico. Mis pasos fueron haciéndose más pesados para anclarme al suelo, justo en ese momento una mano jaló la tela de mi chaqueta, impulsándome hacia atrás y cayendo encima de un suave, cálido y conocido cuerpo.

– "¡Pudiste caer en el acantilado!" – Me regaño Yoongi como si fuera un niño travieso.

"¡YA LO SÉ!" – Grité molesto tratando de alejarme de la calidez que irradiaba su pecho. – "No soy tan imbécil como piensas" – Conseguí levantarme después de forcejear.

– "Solecito no digas eso." – Su mano atrapó mi muñeca e intentó darme la vuelta para verlo a los ojos.

Gracias al jalón de su brazo, me impulsé lo suficiente y dando la vuelta mi mano viajó hacia su rostro, mi palma abierta impactó en su mejilla que se encontraba más rellena. El sonido de nuestras pieles chocando sonó bruscamente.

– "No me digas así." – Amenacé moviendo ligeramente mi mano que comenzaba a arder debido a la fricción, su mejilla pálida se fue ruborizando debido a la cachetada.

– "Eso me lo merecía." – Respondió haciendo una mueca, la pequeña sonrisa se evaporó quedando esparcida en su cara. – "Y tú mereces una explicación, así que regresa a la casa y escúchame." – Se acercaba con cuidado examinando sus posibilidades de vivir, como si yo fuera una bomba a punto de explotar.

Esos árboles fueron testigos de como mi coraza se resquebrajaba, de como las últimas lágrimas dedicadas a mi único amor salían descontroladas, la luna le enseñó la audacia a Yoongi, él con vigor me atrapaba entre sus brazos y luego con sus manos cobijaba mi rostro, ese pequeño y silencioso bosque nos permitió la privacidad de unir nuestros labios. En ese lugar ambos tuvimos una revelación, ese bosque era la metáfora de como había sido nuestra vida en ese año pues nos habían separado por lo que no sería fácil volver a encontrarnos, pero aquí estábamos... Al fin la pequeña nube perdida regresaba a ser compañera del sol, haciendo que yo brillara de nuevo.

"Que bien se siente sentir el calor de mi solecito de nuevo" – Susurró Yoongi mientras me pegaba más a su cuerpo.

Dejando de lado el shock inicial pude detallar que Yoongi había cambiado se notaba más fuerte y maduro, la parte superior de su cuerpo se encontraba más trabajada, su sonrisa seguía siendo mi perdición, en esos minutos que estuvimos tan cerca no pudimos despegar la vista ni un solo segundo, sus pulgares trazaban círculos en mis brazos mientras que mis manos no se habían separado de su espalda baja. Era imposible negarle que lo había extrañado tanto y gracias a la vida o a quien fuera podíamos unirnos de nuevo.

"Tienes el cabello color menta..." – Susurré al ver varios mechones que tapaban su frente.

"¿Te gusta?" – Preguntó con voz ronca mientras posicionaba su mano detrás de mi cuello y se acercaba a mis labios.

– "Me encantas, Yoongi." – Respondí acortando la distancia. 

– "Ok, creo que llegó la hora de dar una explicación." – Habló Seokjin mientras se desplomaba en el sillón.

"Baja los pies de mi puto sillón." – Yoongi lo golpeó en la rodilla y se alejó a la cocina.

"Necesito un poco de agua para procesar lo que me van a decir... O alcohol si hay." – Dije mientras me sentaba a la par de Seokjin.

Escuchaba con detenimiento toda la historia que me contaba Yoongi, su voz se percibía distinta a como yo la recordaba, era un poco más grave pero seguía teniendo el mismo efecto tranquilizador que tanto extrañaba y necesitaba. La historia de Kim Namjoon era realmente negativa, fundamentaba totalmente su comportamiento tan retraído, recuerdo que fue muy difícil poder entablar una conversación de al menos dos palabras con él, pero conforme nos acercábamos más mostraba ser otro adolescente diferente. Fue muy extraño imaginar que también era parte de una organización criminal, conocía un poco del tema debido a mis amigos, pero imaginar a un débil Namjoon de dieciséis años golpeando a matones o repartiendo drogas me hacía sentir lástima por la vida que tuvo que sobrellevar. Seokjin escuchaba todo sin mostrar ninguna expresión, miraba fijamente a la pared pero lo conocía bastante como para reconocer que la estaba pasando mal al recordar todo lo que tuvo que saber de golpe, aún no podía perdonarse a sí mismo por entregarse tan rápido a una persona que solo se había acercado con el propósito de lastimar su vida.

– "Pero la bondad fue más fuerte que su deseo de maldad." – Murmuré mirando de reojo a Seokjin mientras Yoong terminaba de explicar lo que pasó en el bar.

"¿De qué hablas?" – Cuestionó Seokjin hablando por primera vez en todo ese rato.

"Sí, los dos fueron muy maduros, tuvieron la oportunidad de deshacerse de Namu y no lo hicieron, de hecho le ayudaron a buscar una oportunidad para comenzar una nueva vida." – Comencé a explicar.

"Una vida de la cual no fuimos parte..." – Resopló molesto mientras mostraba en su rostro una señal de total desagrado.

"Sus razones tendrá Jin, Namjoon necesitaba amor y nosotros tres se lo dimos por al menos un corto tiempo, le hicimos entender que él no vino a este mundo para hacer cosas de este tipo, lo obligaron a ser una persona que no debía ser, sabes lo importante que es el amor en las personas." – Acerqué mi mano a su espalda para mostrarle un poco de apoyo.

"Tú y esa filosofía rara de que el amor cambiará el mundo." – Se burló Yoongi.

"¡Y es cierto!" – Hablé ofendido.– "Si las personas se preocuparan un poco más por demostrar amor, ya sea a sí mismos, o a las cosas, personas y a la vida, todo sería diferente, el amor movería al mundo, ese amor se convertiría en respeto y el odio sería mínimo, no haría falta lastimar a las personas." – Para mí era importante que el mundo mostrará más empatía por los demás.

"El amor solo te hace vulnerable y distraído, por lo tanto te hace un débil." – Manifestó Seokjin con el rostro rojo por el enojo y se levantó llevando su vaso a la cocina.

Pasaría tiempo para pudiera perdonarse y abrirse de nuevo a alguien más. Yoongi al observar como Seokjin se apoyaba en el lavabo, tocó ligeramente mi mano y me hizo una seña con su cabeza para irnos y darle un poco de privacidad, la requería con urgencia aunque no sé quien la necesitaba más, él o nosotros. La última puerta del pasillo contenía una pequeña habitación, las distintas tonalidades del color azul, daban una sensación relajante, me recordaba al mar de noche, calmado pero imponente. Los pocos muebles eran del mismo material de la fachada, la madera oscura le daba un toque de madurez, una estantería en la esquina estaba repleta de varios libros, contenía desde ciencia ficción, hasta unos cuantos libros de cálculo. Era una habitación bastante diferente a la que tenía Yoongi en Seúl, lo único que seguía igual era el perfume inundando el pequeño lugar.

"¿Sigues usando el perfume que te había regalado?" – Lo abracé para poder oler un poco más. Mi nariz quedó cerca de su cuello así que comencé a rozarla para hacerle un poco de cosquillas.

– "Tuve que decirle a Jin que me comprara otro, acá no lo había podido conseguir." – Respondió entre risitas al sentir mis toques y con sus brazos me acercó más a su pecho. – "Perdón por todo lo que has tenido que sufrir, te he extrañado cada día y juro que estaba a punto de volverme loco." – Habló en voz baja mientras besaba mi frente.

– "Me siento en paz de tenerte de nuevo, así que eso no importa ahorita." – Alcé mi rostro para besarlo.

Yoongi rápidamente me tomó desde los muslos y me alzó, sin perder en ningún segundo el equilibrio fue acercándose a su cama, me aferré a su cuello sin romper nuestro beso, me sentía como en una nube, mi cuerpo se estaba relajando con cada caricia, cada centímetro de mi piel reaccionaba ante el toque preciso de sus fuertes manos, era como si estuviera despertando de un largo sueño, todo eso lo provocaba solamente el toque de mi querido Yoongi... Con mucho cuidado sentí como me depositaba en el colchón y el mismo se hundía ante nuestro peso, todo se sentía como una primera vez, los mismos nervios y la expectativa ante lo que podía pasar me recordaban a los momentos que pasábamos juntos en nuestras habitaciones. Me veía con sus pequeños ojitos que brillaban emocionados, su mirada felina me pedía permiso y mis labios uniéndose a los suyos fueron la confirmación que necesitaba para avanzar. Su mano se coló por la tela de mi chaqueta, levantando de paso un poco mi camisa, su pulgar comenzó a trazar pequeñas figuras y mi piel ardía cada vez que pasaba su uña arañando mi cadera. Todo estaba siendo muy lento, pero ninguno tenía necesidad de ir más rápido pues lo que más nos sobraba por ahora era el tiempo.

– "Maldita sea Hoseok, como extrañaba tu risa." – Gruñó mientras hacía cosquillas con sus labios que rozaban mi clavícula ahora descubierta.

Ya no podía seguir en ese lugar, no quería ser egoísta pero la felicidad y el amor que se profesaban mis amigos era como miles de agujas penetrando mi piel, era de noche pero el lugar era lo suficiente tranquilo como para salir, las luces de las casas me acompañaron en mi rápida caminata por el lugar, detrás de algunas viviendas se encontraba un pequeño río, en el cual la luna bailaba en el reflejo del agua, verla de esa manera me hacía recordar a Namjoon, tan distantes y enigmáticos al mismo tiempo. Desde que escribió el último mensaje no supe nada más de él, mis detectives lo buscaron por unos meses pero fue inútil, había desaparecido y yo no pude preguntar por una explicación pues no tuve oportunidad, él me había bloqueado de todas las redes sociales que compartíamos, así que solamente escribí un "eres un imbécil y te odio." que por supuesto él no pudo leer mientras yo no paraba de llorar porque esa mentira no había logrado que doliera menos... Y aún dolía, la punzada de su indiferencia seguía adentrándose más a mi corazón, pero estaba seguro que si él algún día regresara y me diera una explicación de porqué se fue sin decirme nada esa herida podría sanar y con ella vendría el perdón que yo ya le había otorgado.

Pero me odiaba a mí mismo por mi debilidad, yo necesitaba sentir total desprecio por Kim Namjoon, debía buscarlo y hacerlo pagar, era bastante irritante el ver como los demás lo perdonaron por lo que yo no podía darle el lujo de bajar la guardia, mis emociones y pensamientos estaban en un conflicto constante, estaba cansado de cargar con todo un problema en el que no debía estar involucrado, Lee Kwan era quien debía pagar todo, no Yoongi que tuvo que desaparecer por un año, no Hoseok que pensó que su pareja había muerto, no Namjoon que era maltratado de nuevo y no yo, Seokjin que no podía permitirse querer como un hombre normal.

"¡¡ESTOY HARTO!!" – Grité con todas mis fuerzas, cayendo de rodillas al suelo de piedra y dejando caer mis hombros en señal de rendición.

Necesitaba sacar de mi sistema este odio que manchaba mi alma, que me consumía hasta quedar solamente cenizas cargadas de rencor, necesitaba ser libre de esa negatividad que me dominada, las cadenas del desprecio debían ser quebradas, quería ser libre y poder volar. No tenía problema con acercarme al sol si era necesario, quemaría mis propias alas si con eso podía superar este sentimiento amargo que molestaba mi paladar. Estaba dispuesto a ir al infierno y regresar sin nada o quedarme si era necesario, pero no dudaría ni un segundo en darle una oportunidad a Namjoon si tan solo me dejará una señal de vida.

Porque yo estaba seguro que no solo yo estaba sufriendo, los dos estábamos atrapados en diferentes lugares y nos necesitábamos el uno al otro para poder escapar, se sentía como si una cadena nos dejaba volar cierta distancia, pero jalaba al otro hacia al fondo y así sucesivamente, era por eso que no nos podíamos reencontrar tan fácilmente, pues las cadenas siempre estarían presentes en nuestras vidas, hasta que uno de los dos fuera lo suficientemente fuerte como para romperlas.

Después de la intensa reflexión y de dejar salir mis pensamientos, regresé más tranquilo a la vivienda luego de tomar mi chaqueta y mis llaves, caminé escribiendo un conciso mensaje y cerré la puerta principal, dejando adentro a dos personas que si pudieron encontrarse.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top