Capítulo 21: "Palabras débiles."

16 de setiembre del 2017

Su cometido era sencillo solamente debía salir, matar a Yoongi y largarse... Largarse tan lejos como le fuera posible de esa falsedad en la que se había sumergido por casi un año, estaba cansado de su vida tanto de la real como la ficticia, necesitaba comenzar de nuevo, lejos de los peligros que le acechaban a su madre y lejos de las mentiras que formaban parte de su día a día. La única oportunidad para esa idealista vida surgiría luego de manchar sus manos una vez, ensuciándose de la sangre de un joven que no lo merecía pero, del cual no podía hacer nada para evitarlo.

Luego de observar como Yoongi se desvanecía entre el tumulto de gente, no dudó en levantarse y comenzar a llevar su plan a cabo, no obstante, la cálida mano de Seokjin le impidió avanzar.

"No te preocupes, no tardaré mucho. Deberían ir a bailar otro rato mientras regresamos" – Le respondió mientras le mostraba un fingido guiño y se alejaba.

Conforme más se iba a acercando a la salida trasera, fue cubriendo su rostro y manos, debía ser lo más discreto posible porque todo tenía que verse como un asalto fallido o sino tendría problemas para irse, al salir sintió como el viento de la noche se desviaba entre su cubrebocas, el callejón se encontraba a oscuras solamente iluminado por un pequeño bombillo en la parte derecha, alumbrando únicamente los basureros pues no existía ningún rastro de otra presencia. Fue caminando cauteloso hacia el fondo, sus sentidos alertas ante cualquier ruido o señal de presencia humana, pero era inútil... Yoongi no se encontraba ahí, situación que lo alteró y su intranquilidad aumentó en cuestión de segundos, no podía irse de ese local sin haber acabado con la vida de ese chico.

– "¿Me buscabas, Lynx?" – Preguntó Yoongi cerrando bruscamente la puerta, llamando por completo la atención de Namjoon.

El nombrado sintió como todos sus vellos de los brazos se erizaban ante la pronunciación de ese sobrenombre, nadie lo conocía lo suficiente como para saber ese detalle tan oscuro de su vida, pero a partir de ahora estaba en completo peligro y matar a Yoongi ya no era un simple capricho de su jefe, pues se había convertido en algo personal.

Aún no se había volteado, seguía de espaldas esperando el momento justo para atacar a su mayor, unas cuantas cuchilladas y se escaparía victorioso protegiendo su identidad y su vida, pero en cuestión de segundos sintió como era jalado por la parte trasera de su hombro, siendo acorralado contra la pared del local.

Yoongi no era lo suficiente ágil ni fuerte y su gran diferencia de tamaño contra el hombre que estaba ahí lo ponía en una clara desventaja, al ver como el desconocido encapuchado no se movía fue cuando decidió que era un buen momento para al menos intentar conocer que era lo que buscaba ese famoso Lynx. El forcejeo de Namjoon para zafarse luego de caer en cuenta de lo que pasaba ya estaba siendo en vano, la presión que estaba ejerciendo el mayor contra su garganta lo estaba agotando prontamente, podía sentir como el aire escapaba de sus pulmones en cada tanteo para alejarse.

La fuerza de Yoongi era minúscula comparada con la de Namjoon, todas sus lecciones forzadas de artes marciales estaban siendo inútiles pues no podía recordar ni el movimiento más básico, sentía como el alto estaba a punto de soltarse debido a sus forcejeos, pero sus intentos casi productivos fueron estropeados debido al rodillazo que fue lo único que se le ocurrió propinarle. Pudo ver como el hombre se agarraba con cuidado su entrepierna, se tiró al suelo intentando apaciguar la falta de aire, Yoongi sentía su adrenalina a tope, para ser alguien que le temía a la violencia había reaccionado como todo un experto. Rápidamente le quitó el cubrebocas, quedando inmovil ante la comprobación de su nuevo descubrimiento.

– "Joder, entonces si eras tú." – Susurró impactado al ver que sus sospechas no habían sido erradas.

– "¿Cómo sabías que yo... que yo era Lynx?" – Preguntó mientras tosía debido a que estaba recuperando de nuevo el aire.

Miedo, era lo que dominaba su cuerpo, en cuestión de segundos todo se había salido de su control, lentamente observaba todo como si se tratará de un ser omnipresente. Podía ver como Yoongi tecleaba desesperado y guardaba su celular torpemente en su bolsillo, Namjoon notaba su propio rostro asustado debido a su fallo, distinguía las estrellas de la noche con más claridad, hasta los sonidos que se encontraban lejos los escuchaba con precisión, todo eso podía sentirlo en carne viva, sentía que su cabeza le daba vueltas, su sangre se percibía espesa entre sus venas, el miedo hacía que sus sentidos se pusieran a trabajar a toda máquina.

Mientras tanto, Yoongi veía como Namjoon estaba en el suelo petrificado, sus pupilas se dilataban y su mirada se movía de un lado a otro, parecía que se iba a volver loco y el mayor tenía miedo de lo que podía pasarle a él mismo y al chico que estaba respirando frenéticamente, estaba a punto de levantarlo cuando escuchó el chirrido de la pesada puerta de metal, asustado se volteó rogando que no fuera nadie desconocido quien los había descubierto.

– "¿Qué está pasando aquí Yoongi?" – Preguntó Seokjin agitado tras correr al recibir el mensaje de su mejor amigo.

Soltó el aire que tenía contenido y luego maldijo a su amigo – "¡El puto susto que me has pegado, Seokjin!" – Caminó dos pasos a la derecha mostrándole a su amigo quien estaba en el suelo. – "Necesito decirte algo importante."

El mayor de los tres no podía creer lo que escuchaba, se recostó en la pared y se fue deslizando hasta quedar sentado en el sucio suelo, sus manos descansaron en su cabeza mientras procesaba toda la información que estaba recibiendo de golpe. Le costaba asimilar que la persona a la cual quería tanto era como él, no podía entender como había confiado tanto en un enemigo.

– "Papá me había dejado la tarea de revisar unas bases de datos sobre sus socios, debía infiltrarme en sus cuentas para revisar sus movimientos, descubrí que tenían un compañero que gastaba demasiado dinero en una página infantil sobre niños que eran explotados." – Seguía explicando Yoongi mientras se arrodillaba cerca de su amigo. – "La página tenía un dominio web japonés, pero los niños eran de todas las nacionalidades y edades, Jin era horrible ver las fotos que se encontraban, nuestros padres no podían creerlo que alguien de nuestro clan pudiera consumir esa porqueria." Yoongi al recordar esas imágenes no pudo evitar derramar unas pequeñas lágrimas.

"¿Esto que tiene que ver con Joonie? ¿Por qué lo tienes acorralado?" – Seokjin no comprendía como la noche podía haberse estropeado tanto.

"Recuerdo haber visto la foto de un chico que tenía marcas de cigarrillo en toda su espalda, la descripción de la foto mencionaba que era un nuevo miembro y que su nombre era Lynx." – Yoongi observó como la mirada de Namjoon se agrandaba ante esa confesión. El temor y la vergüenza danzando en su mirada, él no sabía nada de lo estaba hablando el otro. – "Cuando confrontamos al socio, nos dijo la verdad de esa página, era alguien de la mafia de los Yakuza, su líder formaba parte del clan Aka Manto y Namjoon era un miembro nuevo de la organización."

"¿Cómo supiste que yo era Lynx?" – Esa era la única duda que tenía Namjoon y la cual quería conocer cuanto antes.

– "Una vez que te quitaste tu suéter del uniforme, se levantó un poco la camisa y reconocí algunas de las marcas." – Explicó Yoongi avergonzado y pidiéndole perdón al moreno con su mirada.

"¿Ahora que haremos?" – Se levantó Seokjin velozmente acercándose a su mejor amigo. – "Debemos matarlo." – Le susurró cerca evitando ver a Namjoon.

"¿Qué mierdas te pasa?" – Preguntó aterrorizado ante la idea. – "Es nuestro amigo..."

– "¡El maldito nos ha mentido, Yoongs!" – Gritó Seokjin molesto ante la inocencia de su amigo. – "Tu mismo dijiste que te quería matar." – Seguía gritando mientras movía sus manos exageradamente en el aire.

– "Hay una explicación para esto, pero baja la estúpida voz..." – Amenazó Yoongi. – "¿Verdad que la hay?" – Habló esta vez dirigiéndose a Namjoon.

"Mi jefe me amenazaba con matar a mi madre." – Respondió bajito Namjoon viendo directo de los ojos del pálido, pues le avergonzaba ver como Seokjin lo juzgaba duramente con su mirada, le era difícil soportar como la única a la que él quería lo viera con desprecio.

"¡Ay por favor!" – Resopló el mayor. – "No creerás esa mierda ¿O sí?"

– "Es cierto Jin, mis guardias lo han estado vigilando." – Se avergonzó de decirlo en voz alta. – "No sé que vamos a hacer, pero matarlo no está en los planes." – Siguió repitiendo la misma idea, tratando de tranquilizar a su amigo quien se encontraba demasiado enojado y decepcionado.

Yoongi estaba manejando la situación con demasiada madurez, pensaba en todas las soluciones y los posibles escenarios, intentando buscar una respuesta que fuera un beneficio para todas las partes, también pensaba en el bienestar de Namjoon, no podía negar que se encontraba un poco ofendido de lo que quería hacer su amigo, pero sabía la vida que llevaban los miembros de una organización criminal, por lo que no podía culparlo de todo lo que estaba pasando, pues Namjoon solamente era un peón más, una pequeña marioneta que debía proteger a su madre y él no era nadie como para negarle ese deseo a su compañero. Y él también hubiera hecho lo mismo si estuviera en esa situación. Después de varios minutos dando vueltas pensativo, recordó que Hoseok se encontraba solo y fue en ese momento donde se le ocurrió una idea un tanto descabellada pero ayudaba con el plan inicial que tenía el menor de los tres.

"¿Y si me matas?" – Preguntó tocando su barbilla como si estuviera imaginando todo a la perfección. – "Obviamente no de verdad..." – Corrigió nervioso, pensando si era una buena idea.

– "¡Por Dios! Yoongi esto no es una película o algo así, esa idea es demasiado trillada, por supuesto que no funcionará." – Seokjin ya no tenía ni una pizca de paciencia y solo veía como su mejor amigo había perdido la cordura.

– "No es mala idea." – Intervino Namjoon quien seguía sentado en el suelo. – "Mi jefe no me dejará en paz hasta que le enseñe pruebas de que Yoongi está muerto de verdad." – Habló un poco incómodo y arrepentido al ver como Seokjin le devolvía una mirada cargada de rabia.

– "Entonces ya está, fingiremos que me heriste y listo." – Sonrió Yoongi triunfante.

– "¿En serio son tan estúpidos?" – Seokjin se agarró el puente de la nariz mientras negaba. – "Conoces como son las mafias Yoongi, no descansarán hasta ver tu cadáver en un río." – Le molestaba que su amigo fuera tan ingenuo sabiendo quien era su padre y lo que hacía.

"Por eso estoy diciendo que deben herirme, Jin." – Explicó Yoongi. – "Nam hará lo que sea que fuera a hacerme, tú le dirás a todos que me morí y por supuesto le pagan a algún doctor para falsificar un acta de defunción." – Se acercó para quitarle la faja que tenía las manos de Namjoon aprisionadas, una que Seokjin había puesto como precaución y para evitar que el menor se pudiera escapar.

"¿Pensarás estar muerto toda la vida?" – Preguntó Namjoon mientras se acariciaba las muñecas.

"Obviamente no, será por unos meses mientras desmantelamos a nuestros enemigos." – Ayudó a levantar al menor. – "Jin es tu oportunidad de ser el líder que tu padre quiere que seas." – Habló buscando seducir a su amigo con esa propuesta.

– "Maldita sea Yoongi, nadie puede saber de esto." – Aceptó desganado, pues no estaba convencido al cien por ciento. – "Solo nuestros papás sabrán sobre ti."

– "¿Y Hoseok?" – Preguntó nervioso arrepintiéndose de la idea.

"Entre menos gente lo sepa, mejor..." – Opinó Namjoon desde lejos.

Yoongi ya no quería llevar a cabo nada, no pensó en lo serio de la situación y en lo loca e impulsiva que había sido su idea, casi se desmaya cuando vio que Namjoon sacaba una cuchilla dorada, aproximadamente de diez centímetros de largo, nunca había confesado que le daba pánico la sangre, el solo hecho de pensar en ella le provocaba arcadas y saber que sería su propia sangre le daba escalofríos. El pelinegro vigilaba que nadie los estuviera viendo, debían apresurarse pues según sus cálculos llevaban media hora hablando, estaba seguro de Hoseok en cualquier momento comenzaría a llamarlos.

– "Por favor no me dañes ningún órgano." – Suplicó mientras tomaba a Namjoon de los brazos.

"Solo te haré una cortada superficial para que salga algo de sangre y así poder llamar una ambulancia." – Explicó Namjoon, de nuevo.

"No quiero que salga mu...mu...cha, con solo pensarlo me dan ganas de vo...mitar." – Balbuceaba Yoongi poniéndose pálido. – "Creo que deberíamos probar otra ehmm... otra cosa." – Hablaba completamente nervioso, necesitaba secarse el sudor que brotaba de su frente.

"¡Joder dame eso!" – Seokjin le arrebató la cuchilla y tomó del brazo a su amigo.

En cuestión de segundos sintió como el objeto filoso le penetraba la piel, el frío del material le provocó un temblor en todo el cuerpo, el ardor de la cortada se fue expandiendo, la sangre se le escapaba caliente y espesa, bajó su mirada hacia su estómago y vio como el mango de la cuchilla se sostenía en su cuerpo. Al menos no necesitaron otra cortada más pues Yoongi se desmayó producto del shock emocional y un poco por el dolor.

– "Apurate, llama una ambulancia y mancha tu ropa con la sangre." – Ordenó Seokjin mientras hacía presión en la herida ensuciando sus manos del líquido rojo. – "Y ni se te ocurra pensar que voy a confiar en tí, te tendré vigilado." – Lo amenazó con su mirada cargada de odio y asco.

El plan de Namjoon no había salido como él lo había esperado pero ahora no podía arrepentirse, pues un nuevo conflicto se acercaba y debían prepararse. Entre morir o vivir entre una falsedad constante, la respuesta era clara. Estaba cansado de fingir ser alguien quien no era y estaba dispuesto a comenzar a decir la verdad, era hora de confesarle a Seokjin quien era realmente Kim Namjoon... 

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