Capítulo 1: "Las memorias que me ahogan"
26 de febrero de 2016
Alcohol... Humillaciones... Golpes... Sus días constaban de esas tres situaciones en conjunto, al abrir la puerta de su hogar la realidad azotaba de manera turbulenta la vida de Namjoon, afuera los días eran vibrantes, llenos de luz y con algo de paz, sin embargo, al entrar en su casa la oscuridad dominaba y los miedos salían a jugar.
Los viernes eran su pesadilla y este no parecía ser la excepción, su padre regresaba del trabajo, no sin antes pasar a tomar lo que según él eran "unas cervezas para celebrar su jornada laboral". Ya lo tenían todo listo la modesta pero deliciosa cena reposaba en la mesa, su madre terminaba rápidamente de servir los refrescos pues todo debía estar pulcramente colocado para cuando el jefe del hogar llegara. Los minutos pasaron lentamente hasta que el azote de la puerta trajo consigo su infierno personal.
Su padre al entrar se dirigió directamente a la mesa con toda la furia combinada con el alcohol dominando su sistema.
– "¿Ésta es la mierda que has podido preparar mujer?" – Vociferó alterado al sentarse y ver lo que reposaba en el plato.
– "¡Crees que me parto el lomo trabajando para que al llegar me recibas con esta porquería!" – CRACK. Los pequeños fragmentos de la porcelana blanca se combinaron con la cerámica fría del suelo y el sonido del plato impactando puso a temblar al joven Namjoon, pues él lo sabía.
Sabía muy bien lo que ocurriría a partir de ese momento, ahí venían las humillaciones y golpes de nuevo.
Su madre, esa santa mujer que hacía todo lo que le pedían con tal de evitar su sufrimiento y el de su hijo, se agachó de manera sumisa juntando los pedazos del material blanco, pero ese fue un gran error. Al estar en esa posición quedaba expuesta a las palabras ofensivas y a los maltratos físicos, recibiendo primero una patada impactando en su costilla .
– "Eres una inútil y lo sabes. De no ser por mí estarías en la calle" – Le dijo en el oído mientras la levantada del suelo, luego una cachetada.
– "Y para colmo estás criando a un marica que no sirve para nada, siempre pasa metido en tu falda llorando." – Gritaba cada vez más alterado mientras miraba como Namjoon lloraba del miedo, dejando que el alcohol saliera de su cuerpo en forma de veneno. Los golpes seguían y seguían, los maltratos físicos ya no le dolían a Ha-neul pero las palabras que iban dirigidas a su hijo le estaban quemando fuertemente.
– "Ba..ba..basta." – Susurró Namjoon al ver como su madre comenzaba a sangrar, lágrimas impidiendo verle con claridad. – "¡YA BASTA!" – Gritó consumido en su miedo pero el valor saliendo a flote. Ese valor que le dió un impulso, un impulso que se convirtió en libertad, libertad que se transformó en fuerza.
Su padre estaba tan ensimismado descargando su ira que ignoraba al pequeño adolescente gritando hasta que un golpe recibido por parte de su hijo, lo trajo de nuevo a la realidad.
Y fue cuando Namjoon comprendió que no todos los golpes traían dolor, algunos significaban romper las ataduras que le oprimían.
De las cuales algún día no muy lejano terminaría por librarse.
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