Eithan

Sigo a Belle fuera de la universidad y se detiene. Me observa con esa mirada fría que a veces muestra, hasta que una sonrisa preciosa se forma en su rostro. Ella es hermosa, pero yo estoy enamorado de su personalidad. Es una guerrera y es digna de valorarse.

—Así que... ¿Le darás una lección a Adler? —Alzo una ceja.

Se ríe.

—Sí, aunque no creo que me estés siguiendo por eso.

—Bueno, continúo un poquito desilusionado de que no te hayas puesto celosa.

—Ya te dije que me afectó un poco, pero que lo pensé en frío.

—Quizás no era lo que estaba esperando —Hago puchero.

—Soy bastante calmada, y lo sabes.

—Nunca vamos a volver, ¿cierto?

—Esperabas que me ponga celosa para que me diera cuenta de mis sentimientos, pero yo ya sé lo que siento por ti, puro amor —declara al explicar mis intenciones y mi corazón palpita a gran velocidad —. Que lindo, no te sonrojes, no podemos regresar, eso está prohibido, te matarían.

Frunzo el ceño.

—No me importa —Agarro sus manos de repente —¡Huyamos, casémonos, vivamos juntos lejos! —propongo en alto.

Se queda un segundo quieta mirándome impactada.

—Eso...

—Si es porque piensas que mis padres te quitarán el dinero, podemos firmar un poder para que eso no ocurra, hacer un documento que diga que no pueden transferir nada a mi nombre.

—Eithan... estás...

—Loco, loco de amor por ti —Termino su frase y la abrazo.

—Pero mi papá...

Me aparto un poco para mirarla directo a los ojos.

—¡¡Huyamos, Belle, huyamos!! —insisto.

Sus mejillas se ruborizan, se queda muy pensativa, luego se muerde el labio y me responde animada, regalándome una sonrisa.

—Sí, escapémos, vámonos lejos.