57. Cámara instantánea
Eithan
Voy por los pasillos de la universidad, sin mirar mucho el camino, ya que estoy escribiendo algunos poemas. Me choco con alguien y se me cae el anotador. Rápido lo agarro y lo guardo, luego alzo la vista para ver con quién me topé para así disculparme.
—¡Nina! —digo en alto viéndola llorar —¡Lo siento! —La ayudo a levantarse antes de que su novio me mate por agarrar primero mis notas —De verdad lo lamento, no llores —expreso avergonzado.
—No es por eso —Se refriega los ojos y noto que tiene algo en la mano.
—¿Qué tienes ahí? A ver —Alzo los dedos para que me lo dé.
—Mira —Me lo entrega.
Es una foto. De Alaric sobre Belle ¡¿Pero qué rayos está pasando aquí?!
Adler
Cámaras instantáneas, las mejores. Capto el momento en el que Eithan levanta a Nina del suelo, y esto no me pudo salir mejor. Voy a matar dos pájaros de un tiro.
¿De qué estoy hablando? Pues...
Rato antes...
Sigo a Alaric por los pasillos de la universidad, sin que note mi presencia y visualizo que se encuentra con Belle, así que rápidamente se me ocurre algo. Voy por el otro corredor para que no me vean, entonces de mi mochila saco los libros de contabilidad. Para algo tenían que servir. Apoyo uno en el suelo y lo pateo, este se desliza hasta Alaric y logro mi cometido cuando el rubio tropieza cayendo sobre Belle. No pierdo tiempo para sacarles una foto. Luego corro hasta ellos y me disculpo, fingiendo porque estaba frustrado por desaprobar la materia, que obvio es mentira.
Regreso por el camino que vine y sonrío al ver a Norita mirarme.
—¿Me estás siguiendo? Que emoción —declaro.
Ella rueda los ojos, luego me observa fijamente y ya hasta está acusándome.
—Da la casualidad que nos vimos, nada más ¿Qué pretendes? —acota, creo que visualizo lo que hice.
—Negocios, preciosa.
—Sí, claro —expresa con sarcasmo y se gira para retirarse, pero la detengo agarrándola del brazo —¿Qué quieres? Deja de molestarme, arrastrado —me insulta y me río.
—Yo no me arrastro por las chicas, ellas se arrastran por mí —declaro.
—Sí, por supuesto, y por eso tienes que usar trucos sucios, ¿no?
—No, eso lo hago para divertirme, pero si quieres hacer cosas sucias no me quejaría.
Hace una mueca de desagrado.
—Que pedante, te pondré una perimetral, así ya no podrás molestar a nadie en esta facultad —amenaza.
—Que linda —Jalo de su brazo, acercándola hasta mí, entonces la agarro de la cintura —. Toda una heroína.
—Quítame las manos de encima o gritaré —declara y dudo, así que me lo recuerda —. Sabes que lo haré.
Mierda, es cierto, la suelto rápidamente, antes de que me juzguen por acosador, vaya a la cárcel o me expulsen de la universidad.
Y no queremos eso, soy encantador.
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