34. Lo necesario
Eithan
Voy a una de las casas que tiene el líder de la mafia inglesa en Argentina y me decido a tocar su timbre. Me costó encontrar la dirección, pero ya sé que él está aquí. Me estoy metiendo a la boca del lobo, pero no me importa, me sacrificaría por Belle de ser necesario.
Las puertas automáticas se abren y yo trago saliva. Dos hombres con lentes negros y traje me acompañan hasta la entrada principal además del pasillo, luego me quedo a solas en el despacho con el padre de Belle. Ya me dio un escalofrío, está demasiado serio, no es para menos, la última vez que nos vimos visualizó como hice llorar a su hija.
Deja de leer su libro y se acomoda en la silla de su escritorio, hace una señal para que me siente en la del frente de él.
—Señor Brayton yo... —Sonríe y me sobresalto —verá... no sé qué le dijo su hija, pero seguro es una mentira para protegerme.
—¿Protegerte? —Alza una ceja —Mira Eithan, te conozco hace tiempo, te abrí las puertas de mi casa y me las pagas haciendo sufrir a Belle ¿Te parece correcto?
—No, señor —Niego moviendo la cabeza nervioso.
—Eithan, tú sabes que puedo ser muy, pero muy amable al extremo, también puedo ser lo contrario al extremo, soy conocido por hacer todo en exceso, así que sabrás que mi enojo contra ti desborda.
—Entiendo —Asiento y me pongo firme —pero antes que decida qué hacer lo que sea conmigo, por favor mande a despedir a Vlad.
Alza una ceja.
—¿Al manager de mi hija? ¿Por qué?
—Se está aprovechando de ella porque sabe un secreto mío.
—¿Qué clase de secreto? —Entrecierra los ojos.
—Antes de que se lo diga, jure que lo despedirá —exijo.
Suspira.
—Por supuesto que lo haré, no tienes porqué pedírmelo, si ya me parecía que ese hombre no era de fiar. Entonces, ¿vas a decirme cuál es tu secreto?
—Soy el hijo de Dasha Collins.
Belle
Dos meses después...
Corro por los pasillos de la casa de mi padre y abro las puertas irrumpiendo en su despacho sin importarme nada.
—¡¿Dónde está?! —le grito.
Papá deja de estar parado frente al ventanal y baja su copa de vino a la mesa, entonces se acerca hasta mí.
—¿Qué sucede?
Frunzo el ceño.
—¿Dónde está Eithan? —expreso más calmada, aunque luego me angustio —Alaric me dijo que no lo ha visto en mucho tiempo, mando a su escolta a averiguar si había viajado a su país y nada, no hay información, dime qué hiciste —Presiono los dientes —. Algo hiciste porque despediste a Vlad por alguna razón ¡Dime, papá!
Sonríe.
—Eso es un secreto.
—Papá... —Mis labios tiemblan —dímelo.
—Es mejor que no lo sepas.
—¿Lo mataste?
—No lo sé.
—¿Lo encerraste?
—Ni idea, como dije, es mejor que no lo sepas —repite.
—¡¿Por qué?! —grito desesperada.
—Soy el líder de la mafia, si algún día te conviertes en la jefa, lo entenderás, hay cosas que deben quedar en secreto, es inevitable.
Esto no quedará así, si es necesario, hablaré con Dasha Collins, no me importa nada.
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