Lucía

Me despido de Nina que se va a su clase de ballet y ahora el que me intercepta en el camino es Evan.

—¿Qué quieres? —digo molesta —Estoy llegando tarde a clases.

Se ríe.

—No le dijiste eso a Nina.

—Nina es mi prima y sabes como es, así que no puedo echarle mi malhumor a ella.

—Ah, ¿y a mí sí? —Vuelve a reír.

—Lo siento, no dormí bien ¿Qué pasa? —Bufo.

—Sobre lo que ocurrió entre nosotros —dice en un susurro lo que me viene causando insomnio.

—¿Sí? —Alzo una ceja.

Suspira.

—Quiero disculparme, fue un error, somos amigos y yo estaba...

—Olvídalo —lo interrumpo —no te preocupes, se salió de control, pero ya no importa.

—Bueno sí pero... —Se rasca la cabeza —me siento culpable, deberías haberlo hecho con alguien que te gustara o algo así.

—Tranquilo —expreso con mi clásica cara de póker —, no soy de esas que la primera vez tiene que ser especial, solo pasó y ya.

—Bueno, como me contaste lo de tu anterior novio, yo pensé que...

—No es importante, Evan —insisto —. Mejor finjamos que no pasó y listo, problema solucionado.

Suspira de alivio.

—Que bueno, esto se estaba volviendo demasiado incómodo.

—Sí, como sea, me iré a clases ahora —Asiento y me giro ignorándolo.

Tengo un maldito nudo en la garganta, quiero desaparecer.

—¡Lucía! —me llama y me detengo.

Aguanto la respiración para no llorar y me giro poniendo mi mejor cara sin expresión.

—¿Sí?

—Creo que deberíamos terminar... digo, ya sabes, con este asunto del plan, se nos fue de las manos, dejémoslo.

Suspiro.

—Me parece una buena idea, terminemos.

—¡¿Qué?! —Oigo un chillido de Priscila —¡¿Ustedes también?!

Me giro, entonces veo a una Pri devastada y llena de lágrimas.

—¿Qué pasó? —digo sorprendida —¿Cómo que terminaron?

Asiente hecha un mar de lágrimas.

—¿Han visto a Tristán? No lo encuentro —Se refriega los ojos —. Díganle que lo siento, por favor.

La envidio tanto, poder expresar cualquier emoción sin importarle cual sea. Soy tan hipócrita, debería estar preocupada por ella, es mi amiga después de todo, pero estoy tan pendiente del dolor en mi pecho que no puedo concentrarme. Soy egoísta, he perdido toda empatía al sentirme mal. Lo peor es que Evan corre en su auxilio sin importarle nada, los detesto, detesto a todo el mundo.