87: En busca de un nuevo hogar
White Hat iba en compañía con Slug, ambos miraron las ruinas, había pasado un par de días desde el incendio y solo quedaban cenizas de lo que había sido una antigua mansión. Aun así se adentraron.
Slug se apresuró a entrar y miró de un lado a otro, no había nada para rescatar.
—Esto debió ser obra de Black Hat, toda pista ha sido borrada— aseguró Slug, pero su compañero no dijo nada, él solo miraba atento de un lado a otro con una extraña expresión, cuando Slug se dio cuenta preguntó si estaba bien.
—Lo estoy, es solo que tengo muchos recuerdos de este lugar.
Slug se detuvo en seco.
—¿Qué tú qué?— preguntó alzando las cejas sin ocultar su sorpresa.
White se dirigió a él y suspiró. —Es algo difícil de aplicar, pero tengo los recuerdos más significativos de Alger en mi cabeza, y muchos de ellos fueron en este lugar.
—¿Cómo que tienes recuerdos... De qué me perdí?
—Cielo, no deberías preocuparte. Te explico; yo quería romper con la maldición de Alger, pero no podía asesinarlo, así que traté de hacer que lo olvidase..., tal como el plan con Black Hat, aunque no fue tan fácil, no funcionó, pasó algo extraño en ese momento, y en vez de borrarle sus recuerdos vi muchas de sus memorias, creo que el también vio algunas de las mías. Es algo muy incómodo porque miro este lugar y siento que yo he sido el que vivió esos recuerdos que saltan en mi mente... Yo sabía sobre lo que Black Hat hizo con su esposa, pero ahora lo veo a detalle y me hace estremecer... Hay mucha sangre y su olor se disuelve en el ambiente con un olor fresco de manzanilla, sus gritos de súplica ensordecen...
Slug tomó el brazo de White y ese toque trajo de regreso a White quien se había quedado mirando en una dirección fijamente y hablaba como si estuviese en un trance.
—¿Quieres ir afuera?— preguntó Slug. Él quería saber un poco más a detalle sobre eso de las memorias, pero había muchas cosas importantes que saber primero.
White tomó su mano y asintió.
—Sí, creo que me haría bien, sé que puedes encargarte de esto, yo buscaré pistas afuera.
White salió mientras Slug buscó dentro sin tener éxito. No mucho después White lo llamó y le mostró una espada corta y el gran charco de sangre seca que se encontraba al lado.
—No estoy muy seguro, pero puede ser de Alger— dijo White.
Slug se inclinó para inspeccionar.
—Es demasiada, pero no hay cuerpo, ¿crees que fue una herida mortal? Si no es así, ¿dónde está?... No tienes idea de cómo me gustaría saber todo lo que pasó.
—Por ahora solo nos queda suponer. Dices que Flug había regresado a la mansión antes de irte con la niña, ¿cuánto pasó después de eso?
—Dos días, pero no creo que en ese tiempo haya regresado aquí con Alger, se notaba arrepentido...
—Hubo muy poco tiempo en el trayecto que lo viste y en el cual te quitaron a la bebé, sabemos que ese fue plan de Alger... Entonces él la tomó como chantaje y Flug vino aquí...
Slug regresó a su lado, pensando en más teorías.
—Tal vez Flug asesinó a Alger... o fue Black Hat. No lo entiendo, si Black estuvo aquí, ¿por qué ella tomó el alma de Flug?
—Quizá Flug encontró a la niña primero y Black Hat vio lo que pasó..., pero si fue así, ¿dónde está ella?
Ambos se miraron con duda, no sabían lo que pasó.
Slug se despeinó con frustración.
—White, tengo miedo...
—¡Ey!, no, no, no. Aún podemos saber la verdad, debemos encontrar a Alger. Ya sabemos lo escurridizo que es, solo debemos ser pacientes.
—¿Y si él también está muerto?
White suspiró.
—Entonces solo nos quedamos con la palabra de Black Hat.
White Hat se acercó a su prometido y lo abrazó cuando notó que sus palabras no lo confortarían.
—Lo lograremos Slug, confía en mí.
Slug correspondió al abrazo.
—Ya sabes que siempre lo he hecho.
━━✧❂✧━━
Alger había caminado por un sendero que iba al pueblo cercano, pero sus piernas temblaban y su visión se tornaba borrosa tras cada paso. Él trataba de estar firme, luchaba por mantenerse y no caer mientras atraía más a la pequeña niña que cargaba en sus brazos. Ella se encontraba en calma después haber llorado por un largo tiempo, se había acurrucado y estaba profundamente dormida, eso era extraño para Alger porque no hacía mucho se encontraba llorando sin consuelo.
La pequeña olía a humo, pero por suerte no había sufrido ninguna quemadura, ningún daño..., excepto por aquella extraña cortadura en su ojo. Esa herida había sanado, sin embargo, Alger temía que quedara una cicatriz porque había sido profunda y a pesar de sanar aún se notaba.
Alger se detuvo súbitamente, luego comenzó a toser y en cada estridor le acompañaba ligeras gotas de sangre. No podía más, así que fue a un árbol y se dejó caer de espaladas sobre el troco para así seguir sosteniendo a la niña. Él quedó recostado con la niña sobre su pecho y poco a poco quedó inconsciente por segunda vez en aquel día.
Aunque, al estar inconsciente tuvo un sueño, o más bien una visión reveladora:
Alger se miró a sí mismo en la mansión, en la habitación donde había mantenido a la bebé. Él miro alrededor sin entender, luego contempló que Flug estaba recargado en la cuna, él sostenía a su hija. Flug se quitó su collar y lo se lo puso a la bebé, luego habló con gran emoción y ternura:
—Eres lo que me queda de él, y aunque me duela decirlo, hay un futuro que jamás podré tocar, mi niña, uno donde papi y tú me abracen y compartan la misma felicidad. Lo que hice me perseguirá por siempre, pero podré con eso porque a partir de ahora tomaré tu mano, me mostrarás esperanza, me sacarás de la oscuridad y te juro que siempre estaré a tu lado. Seremos solo tú y yo, no habrá secretos, no habrá más dolor — le dijo justo antes de acercarse y darle un largo beso en su frente mientras un par de lágrimas bajaba por sus mejillas.
Y, después pasó. La pequeña bebé alzó su manita hacia él. Flug se acercó para poderla tocar y cuando su palma tocó su mejilla el cuerpo de Flug comenzó a brillar. Aquella luz desapareció enseguida, o, mejor dicho, fue consumida por ella.
Flug quedó en el suelo con ella en uno de sus brazos, ya no había vida en él. Había muerto sin siquiera saber que había sido un sacrificio escogido por ella.
La bebé rio después de lo sucedido, pero al notar que su padre no reaccionaba comenzó a llorar, tal vez se asustó o quizá entendía lo que había hecho.
Alger abrió la boca con impresión y llevó su mano a su pecho, ahí estaba de nuevo esa sensación que lo había hecho estremecer, ese vació. Ahora lo sabía, ella había tomado su alma. Flug había muerto..., por eso se sentía así, la maldición se había roto, pero dejado estragos.
—No. N-no puede... no mi kenning— se decía una y otra vez. Alger cerró los ojos con fuerza, no era posible que él estuviese muerto. No podía perder a su alma gemela, no otra vez. Su corazón no lo soportaría.
Alger se levantó de golpe gritando y respirando pesadamente. Sus labios temblaban y ya podía sentir sus lágrimas.
Entonces se percató que se encontraba en una habitación sencilla, estaba en una cama y justo a su lado colgaba una bolsa de suero que se conectaba a su muñeca. Sus heridas estaban vendadas, él las sentía sanar de manera lenta. El suero ayudaba, pero lo que necesitaba era sangre.
De pronto la puerta se abrió de golpe y un par de personas entraron deprisa. Alger parpadeo para enfocar bien encontrándose a aquellas personas que lo contemplaban, al parecer era una familia, ellos le dieron expresiones de alivio y grandes sonrisas de alegría.
—No te preocupes— le dijo la madre con tono dulce. —Estás bien y tu bebé también, se están encargando de ella, necesitaba un baño, un cambio de pañal y descansar, también la han alimentado. Ella está en perfecto estado, pero nos preocupas tú, ¿te sientes bien? Tú... eres un héroe, ¿verdad?
Alger miró de un lado a otro para examinar el ambiente, luego fijó su mirar en las personas que al parecer se trataban de pueblerinos, personas de buena fe que habían caído en su plan; que lo tomaran por un héroe.
Alger habló con la voz más solemne que pudo fingir:
—Sí, lo soy.
—¿Y qué hacías, por qué terminaste así?— preguntó de inmediato una chica.
Alger guardó silencio por unos segundos, se acomodó en la cama y habló con seguridad.
—Me enfrenté al villano que habitaba en la mansión, pero pude derrotarlo, ahora está muerto, pero no quiero hablar de ello. Necesito reponerme.
La chica se llevó la mano a la boca, uno de los hombres cruzó los brazos.
—¿Lo asesinaste! —preguntó ella con gran sorpresa.
El hombre habló por fin, con incredulidad.
—Ese monstruo es inmortal, ha vivido desde que mi abuelo era niño... No creo que...
Pero fue interrumpido por un golpe que le dio la chica.
—¡Cállate! Solo míralo, está muy mal herido, algo así solo lo puede hacer un súper villano. Mira su traje, está claro que es un súper héroe. Por cierto, hemos curado tus heridas, pero dejamos intacta tu mascara, respetamos a los héroes y sus identidades, ¿necesitas llamar a alguien? Puedes quedarte aquí si gustas. Nos haremos cargo de tu hija y de ti.
—También puedes decirnos qué hacías inconsciente en medio del bosque con un bebé— añadió el hombre, pero recibió otro golpe.
Alger llevó su mano a su rostro, era verdad que aún tenía la máscara, era un alivio, los tontos no se habían dado cuenta que él era un vampiro..., o de que había estado llorando. De igual manera, comenzó a pensar en algo convincente.
—¿No es obvio? Ese villano tomó a mi bebé.
Las personas dieron un gesto de ternura. Luego de un rato todos ellos se fueron. Alger les agradeció, pero alegaba que no podía estar mucho tiempo ahí.
Horas después la chica entró con la niña en brazos, aunque Alger al verla dio un claro gesto de rechazó, él no aceptó cargarla. Sentía gran enojo hacia ella. ¿Cómo podía ser ella la responsable de la muerte de su propio padre? Solo era un bebé.
No quería tomarla en brazos de nuevo pues ahora le tenía un sentimiento de desasosiego. Alger se justificó diciendo que ella debía ser atendida por ellos.
+
Una noche después Alger se puso de pie, sus heridas no habían cerrado por completo, pero ya demostraba gran mejoría. Él quería escapar de ahí, aunque no tuviese ni la menor idea de que hacer o a donde ir. Ya no le quedaba nada.
Tomó sus pertenencias y agradeció a la familia por ayudarlo. La madre le entregó a la niña.
—Es una bebita hermosa, fue un placer cuidar de ella— le dijo con ternura.
Alger la acogió y la miró por un largo tiempo. Luego la mujer preguntó:
—Por cierto, no nos has dicho su nombre.
Alger se sobresaltó.
—Ella, emm, ella se llama... Eileen— dijo él con tartamudeo, luego se arrepintió de llamarla así, ese era el apodo de su esposa. Ni siquiera supo por qué se molestó en cambiarle el nombre si planeaba deshacerse de ella pronto.
Alger se marchó sin más que decir. Durante el último día se había sentido pésimo, el dolor de su corazón era demasiado grande para ignorar, se sentía tan desdichado. Había perdido a su amor de nuevo, volver a comenzar le sería difícil. Ya ni siquiera sentía las fuerzas para continuar. No podía pensar en la venganza, eso ya no valía la pena, ya no había nadie por quien luchar, no había un final feliz para él.
La bebé que llevaba en brazos comenzó a quejarse, y él la miró con recelo. Tenía en sus manos a la responsable, debía hacer algo al respecto con ella. Y aunque no estaba en su naturaleza matar a un bebé ya deseaba deshacerse de ella.
Alger caminaba con la mirada baja, era muy temprano y las calles estaban vacías, él agradeció eso pues se acercó a una casa y puso a la bebé frente a la puerta. Dio media vuelta y comenzó a caminar, pero ella comenzó a llorar.
Alger se detuvo. Apretó los parpados y sus manos se hicieron puños. Después habló con la voz temblorosa.
—Tomaste su vida, ¿cómo podría perdonarte? Me quitaste a mi alma gemela, por quien luché tanto. Tú siempre fuiste uno de los impedimentos para que pudiese amarme, eres un gran error, la culpable de todo— dijo mientras comenzaba a llorar al mismo tiempo que el llanto de la bebé aumentaba. Alger miró atrás y contempló su carita. Ella tenía un poder demasiado grande sobre él que siempre le hacía ceder ante su encanto.
Alger se quitó la mascara que cubría su rostro, suspiró pesadamente y después le dijo con más tranquilidad:
—... Y aun así eres lo único que quedará de él... Sangre de su sangre. Si mueres de verdad ya no quedará nada de su recuerdo... Y si te abandono sería negar el amor que le juré.
Alger aflojó el apriete de su mano y regresó hacia ella, se inclinó y volvió a tomarla mientras acariciaba su carita para detener su llanto.
—Además, no lo sabias, ¿cierto? Solo estabas feliz de volver a ver a tu papá. Necesitabas un alma, pero tu inocencia lo escogió a él, ahora lo entiendo... No puedo culparte.
La bebé lo miró atentamente y dejó e llorar mostrándole una carita tierna con los labios temblorosos.
Alger suspiró de nuevo y miró el cielo por un leve momento, comenzaba a amanecer.
—Sabes, me he quedado solo una vez más, eso es algo que tenemos en común; no tenemos hogar... Tal vez me arrepienta de esto después, pero ¿te gustaría quedarte conmigo?
La bebé balbuceo, ya no se encontraba triste.
—Bien. Tomaré eso como un sí. Ok, vamos Eileen, busquemos un nuevo hogar, comencemos de nuevo. Además, ¿qué tan difícil puede ser cuidar a un bebé?
Alger la acogió de nuevo a su pechó y comenzó su viaje, no sin antes buscar una presa, estaba hambriento.
━━✧❂✧━━
Adelantos:
+Se corrió el rumor de la muerte del villano Alger Pendragon, pues jamás se le volvió a ver.
+La organización de Black Hat Org. volvió a su función pero se dice que Black Hat ya no era solamente un ente de maldad y odio, nunca más se le vio mostrar su risa malvada, ahora solo era un gesto sin vida y una locura que nadie comprendía.
+White en conjunto con Slug hicieron publica su organización la cual tuvo éxito. White jamás volvió a esconder su apariencia. Sin embargo, ahora era Black Hat quien se alejaba de él porque desde entonces no se volvieron a encontrar.
Se dieron cuenta que mejor Alger perdonó a la bb que su papá malo? que coraje.
jsjsj OH no. No es el final, empiezan las choco aventuras de papá Alger y de esta cosita.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top