85: "Después de todo, juntos"
—¡No lo hagas! —había gritado White cuando las garras de Black Hat engrandecieron.
Clemencia miraba la escena con miedo, nunca había visto a Black Hat tan cerca y con esa expresión de furia y desesperación, era realmente aterrador. Sus labios temblaban, sin embargo, cada uno de sus músculos se encontraban paralizados mientras que su corazón latía tan fuerte. Era extraño, la presencia de Black Hat afectaba todos sus sentidos.
Slug estaba en el suelo, él trató de acercarse y tocar a Flug, pero Black Hat se lo impidió pisoteando su mano. Slug lloraba y Clemencia podía simpatizar con él, ella tampoco asimilaba la muerte de Flug... No podía ser posible, no él... En el poco tiempo que lo conoció supo que era una agradable persona, era cómico, inteligente y audaz. Pero lo más impactante había sido escuchar que él, Black Hat, asesinara a su propia hija, una inocente bebé...
Una ola de sentimientos azotaba el corazón de la pobre chica, sin embargo, pudo al fin reaccionar cuando el villano habló:
—Sí te importa, aun estás ahí, White.
—¡No! ¡Basta! ¡Él es mío! —le respondió White en un grito desesperado mientras intentaba soltarse de las cadenas. Él se movía con fuerza, intentando liberarse a toda costa. Clemencia lo miró con sorpresa, su rostro reflejaba preocupación y, habría jurado que su voz era la de antes.
Pero Black Hat lo ignoró, él pateó a Slug haciendo que rodara y quedara boca arriba, en un instante el villano se inclinó para tomarlo y sin dudar le traspasó el pecho con sus garras.
Clemencia miró las garras negras de Black Hat ir directamente hacia su corazón, vio la sangre salpicar y entonces se impulsó hacia él tras un ataque de furia y adrenalina, ella dejó de lado su miedo, no le importaba que se tratase del villano más atroz, que su fuerza contra él no significara nada, solamente había reaccionado para proteger a su hermano. Sabía que no era rival para él y aun así trató de atacarlo, aunque, cuando demonio la miró acercarse sacó su mano ensangrentada del pecho de Slug, él quedó ahí, inmóvil, sin vida.
Black Hat detuvo el puño de ella, en un ágil movimiento y con un solo golpe la arrojó lejos. El cuerpo de Clemencia golpeo contra un árbol, ella quedó un poco aturdida, pero aun así pudo levantarse y lo que miró la volvió a dejar en shock.
White había roto las cadenas y en cuanto pisó el símbolo que había debajo de sus pies este destelló con una luz azul que iluminó todo a su alrededor, luego se consumió lentamente. Una vez que la luz desapareció lo único que deslumbraba eran los ojos de White, sus ojos brillaban al mismo tono de la luz, de un azul celestial. Aunque su apariencia aun fuese monstruosa Clemencia supo que no debía tener miedo.
White dio un paso al frente con un temple de valentía y coraje, su hermano lo miró y agitó su mano salpicando de la sangre que aún tenía en ella, pero no dijo nada. White, en cambio, fue tras él con una velocidad sobrenatural para atacarlo, Black Hat ni siquiera intentó defenderse, él se quedó inmóvil con su postura firme listo para recibir el golpe, y así fue, White atravesó su estomagó, y casi enseguida sacó su mano. Para su sorpresa su hermano ni siquiera dio una expresión de dolor.
White miró que la herida que provocó se cerró al instante y que incluso el traje negro de su hermano se regeneró, luego observó su propia mano, esta se cubría de sangre, pero aquella sangre pronto perdería su color rojizo convirtiéndose lentamente en un líquido negro y viscoso, después comenzó a evaporarse hasta desaparecer por completo.
White comprendió el significado del cambio de la sangre, alzó su mirada a Black Hat y negó con la cabeza.
—Te consumió, el odio te regresó tu naturaleza maligna.
Black Hat apretó los labios, agachó la mirada en dirección al cuerpo de Flug y luego miró a Slug.
—...Y la tristeza te traerá de vuelta..., ahora compartimos el mismo dolor, el mismo destino. Se acabaron las profecías— afirmó Black Hat justo antes de desaparecer junto con el cuerpo de Flug.
Después de irse hubo un profundo silencio. White se ergio, suspiró y miró hacia el bosque, como si pensara en escapar y realizar sus planes de conquista, pero esa idea se desvanecía a cada segundo junto con la maldad que había en él. Dirigió su mirar a Slug y por ultimo a Clemencia, la chica observó sus ojos en busca de alguna respuesta y la tuvo cuando él le sonrió y asintió, aunque sus dientes fuesen afilados y rojizos ya no la intimidaba. White se acercó a Slug y se puso de rodillas frente a él, se quitó los restos de sus guantes y puso sus palmas sobre su pecho sangrante, White cerró los ojos y agachó su cabeza, él susurró unas palabras y entonces esa luz azul volvió a destellar.
La luz cubrió su cuerpo y cuando sus manos se iluminaron el cuerpo de Slug también comenzó a resplandecer pues le estaba dando de su propia vitalidad.
Clemencia parpadeó varias veces para asegurarse de que no fuese un sueño pues a cada momento que pasaba todo cambiaba; el pasto comenzaba a crecer y con él un sin fin de flores, en las ramas de los árboles nacían hojas nuevas, de pronto ya no estaban en medio de un bosque semi seco y siniestro sino en un paraíso perfumado y colorido.
Al final, cuando la luz se fue White ya tenía una forma humana, él era un hombre de cabellos largos y hermosos ojos azules. White miraba a Slug y cuando este abrió los ojos se acercó más a él.
El héroe se notaba confuso, mirando primero a su alrededor, pero cuando encontró esa linda mirada instintivamente sonrió con él. Slug alzó su mano y le quitó el sombrero, en respuesta White mostró el anillo y dijo gentilmente:
—Acepto.
Luego apretó su puño contra su pecho y se dejo caer a su lado.
Clemencia se acercó con dificultad y se dejó caer de rodillas frente a ellos. Slug se incorporó, la miró y no supo qué preguntar, no entendía si era el fin o el comienzo, pero se sentía extraño.
~
Después de eso todo fue aun más extraño, Slug había tomado el cuerpo de White y llevado a casa con la misma convicción y fuerza de siempre, como si no hubiese pasado nada. Clemencia lo siguió y aunque no hubo charlas ni alguna expiación entendía que White había sanado en todo aspecto a Slug ya que no tenía ni un rasguño. Pero a pesar de eso se reflejaba una profunda tristeza en él.
~
White se encontraba en su habitación recostado en su cama con el puño cerrado donde sostenía la argolla, Slug y Clemencia se encontraban ahí, esperando. El héroe tomó asiento y se cubrió el rostro. La pobre chica no sabía que decir, no podía asimilar todo lo ocurrido, pero necesitaba decir algo.
—Slug...
—No, no estoy bien— se apresuró a decir Slug. —Él esta mu-muerto... y su hija también, todo por lo que luché... todo mi sacrificio fue inútil— dijo y en cada palabra su voz temblaba al igual que sus manos.
—Slug, piensa en White, está aquí, él lo va a resolver... Te sanó a ti después de que ese monstruo te atravesara el corazón, si pudo revivirte puede hacer cualquier cosa.
Slug volteó a ver a White y dijo con pesar:
—Lo oíste, no puede traer de vuelta a Flug, además, quedó débil. Tengo miedo que no despierte, debió usar mucho de su poder en mí que incluso adaptó esa forma humana. Estoy pensado incluso que está en ese estado del que jamás despertará tal como Black Hat...
Slug hablaba, pero sus palabras se ahogaron cuando frente a sus ojos ocurrió lo impensable; White se incorporó de manera repentina, parpadeó con rapidez al principio y miró a su palma con un poco de preocupación, pero al ver el anillo en su mano suspiró con alegría pues estaba asustado de haberlo perdido, luego los miró a ellos fijamente.
Ambos quedaron con la boca abierta, pero no pudieron emitir palabra alguna ya que White se levantó con una gran sonrisa.
—¡Slug!— gritó y con un saltó salió de la cama para llegar a su lado y abrazarlo, White lo alzó y sacudió de tal manera que los brazos del chico se agitaron.
Antes eso habría sido algo muy vergonzoso para Slug, pero había olvidado la sensación de esos abrazos así que correspondió sosteniéndolo con fuerza para jamás dejarlo ir.
White escuchó los primeros sollozos de Slug y el abrazo se convirtió en algo más serio, White dejó de sacudirlo y comenzó a acariciarle su espalda.
—Sabía que tú regresarías. Pero ellos... F-fue mi culpa... se han ido... los perdí, los perdí. Mi familia... N-no soy un héroe, no soy nada— decía Slug entre llantos y furia mientras ocultaba su rostro.
White pensó muy bien sus palabras, sabía que no había nada que pudiese consolarlo, que solo el tiempo curaría una herida como esa, aun así habló:
—Slug, luchaste por ellos hasta el ultimo momento, tu valentía y devoción me demostraron la pureza de tu alma, estoy muy orgulloso de ti. Entiendo tu dolor y estaré contigo en cada momento, en cada lágrima. Entiende que tu lucha no fue en vano, no te lamentes mi amor, estoy de regreso, tal como lo dijiste, tú me trajiste de nuevo, sí eres un héroe Slug, mi héroe.
Estas palabras no consolaron a Slug, él simplemente lloró pues su corazón estaba dividido entre la felicidad de tener a White a su lado y el dolor de perder a Flug y a su hija.
~
Esa misma noche White tuvo un reencuentro muy legre con todos. Habló sobre qué sentía estar atrapado en su propio cuerpo y de las veces que se sintió al borde de la muerte. Para él había sido un tiempo interminable, creía que habían pasado años cuando se trataron de semanas.
También hablaron sobre todo lo que hizo Slug, sus sacrificios y las discusiones con aquel monstruo, pero todas las explicaciones quedaron pendientes porque White quiso tomar un momento a solas con Slug quien se habría portado distante con los demás. White lo llevó afuera, lejos de las cientos de preguntas de Clem y, de los abrazos, gritos de alegría y emoción.
—Debemos hablar— le dijo sin sonreír.
Slug trató de hacer ese gesto, pero era evidente que su sonrisa era forzada. Lo hacía cada vez que se miraban de frente. Sí había mucho de que hablar, pero Clemencia y 6.0.6 no dejaban de ir tras White para festejar su regreso y hasta ahora ambos no habían tenido esa privacidad que rogaban sus miradas. Cuando estuvieron afuera Slug bajó los brazos con desanimo, White tomó su mano y después de besarla comenzó a caminar sin soltarlo.
—¿Hay algo que pueda hacer por ti?— preguntó White al mismo tiempo que el viento agitaba sus cabellos.
—No... No lo sé— respondió Slug con la miraba abajo.
—Slug, todo esto es muy difícil, pero necesito ser muy sincero, también quiero que ya no haya nunca más esa brecha que ambos formamos durante años. ¿Sabes a qué me refiero?
—Sí, jamás te mentiré, no habrá más secretos ni misterios— confirmó Slug con frialdad. —Es algo que prometía cada vez que te iba a ver.
—Sí, lo recuerdo, todo, cada palabra, yo siempre te escuché, tú me mantuviste firme, hacías que no me dejase consumir por la oscuridad— le dijo White, él apretó más su mano y guardó silencio. Lo estaba guiando al bosque en donde solo unas horas atrás aun se encontraba prisionero. —Creo que debería disculparme contigo, Slug, lamento mi comportamiento, mis celos y mi enojo me arrastraron a eso...
—Por favor, no te culpes, yo te di esas razones. Mis secretos, mis traiciones...
—No quiero que cargues con culpas, estás hiriendo tu corazón, ya está demasiado roto como para castigarlo por algo que está fuera de tus manos— le respondió White. Su voz tranquila pero firme le daba esa paz a Slug que tanto buscaba.
Hasta ahora para Slug todo era como un sueño, como si todo pasase de forma tan rápida o tan lento que se sentía fuera de sí. Eran tantas cosas que tenía que entender y se abrumaba.
Hubo silencio, ambos llegaron al punto donde todo había pasado y quedaron mirándose de frente iluminados solo por la luz de la luna.
—Sabes..., siento que nada de esto es real, que voy a despertar y tú tampoco vas a estar, que es una ilusión antes de mi muerte— dijo Slug, luego tocó el rostro de White con duda.
—Pero estoy aquí, y te alejé de la muerte por siempre— le contestó con triunfo. —Estamos juntos, no volveré a irme, no volveré a dudar... Es nuestro nuevo comienzo Slug, porque ya no somos los de antes, cambiaste, eres más de lo que nunca imaginé.
Slug dio una sonrisa discreta.
—Sí, eso de morir y revivir te hace pensar demasiado.
—¡Ja, ja, ja! No, hablo enserio, fue desde antes— contestó White dándole un codazo en su hombro.
—También me asombras tú, ahora eres... real, te siento parte de mí... Ni siquiera sé cómo explicarlo, pero lo entiendes, creo que sientes lo mismo— dijo Slug tocando su pecho, White hizo lo mismo.
—Se siente bien, ¿verdad? Es tan lindo sentir mi corazón latir de nuevo, comenzó a hacerlo cuando el tuyo despertó de nuevo, cuando mi parte maligna murió.
Slug se sobresaltó. —Por cierto... ¿De verdad 'él' se fue? No le agradaba en lo más mínimo.
White sacudió su cabeza afirmativamente.
—Es difícil de explicar, cielo, siento que él siempre estuvo ahí, pero ahora se fue, de verdad se fue. Rompí la brecha de odiar y amar, ahora solo soy yo... Eso mismo debió pasar con mi hermano.
—Sígnica que... ¿ahora puedes odiar sin convertirte en ese monstruo?
White sostuvo su cabeza con sus manos y pensó profundamente.
—Supongo, y también significaría que Black puede amar de nuevo, porque ya no estamos sujetos a esa regla divina que no lo prohíba, pero dudo que Black ame de nuevo, vi su alma, estaba tan roto y vacío.
Slug cerró los ojos y negó, luego habló entre dientes.
—Lo odio, c-cómo pudo hacerlo... Era su niña, su hija.
—Slug, tienes que comprender que nos fortalecimos al romper esa ley que nos sentenciaba por oponernos a nuestra naturaleza . Me siento mejor que nunca y mis poderes incrementaron. Eso significa que el poder de Black Hat ahora es ilimitado, ahora más que nunca temo de su alcance de destrucción. También temo de su venganza, no sé qué hará ahora, es solo cuestión de tiempo.
—... Supongo, supongo que su primer acto maligno fue acabar con la vida de su hija... ¿Estás seguro que lo hizo? ¿De verdad la asesinó?— preguntó Slug con lágrimas en los ojos.
White suspiró y caminó hacía un tronco caído para sentarse.
—Sus mano tenía su sangre... Su voz era firme y su corazón fue sincero, además, no puedo sentirla, es como si simplemente desapareciera... Ya no está.
Slug fue a su lado y posó su cabeza sobre el hombro de White, ambos quedaron ahí por un largo tiempo, en silenció y sin más que mirar a lo lejos entre un hermoso jardín.
—Aunque —dijo White con un tono sutil. —No creeré en su muerte, no perderé la esperanza, no hasta ver sus ojos sin vida.
White se movió con incomodidad, era horrible para él decir semejante cosa, pero era la única forma en la que estaría seguro. Había visto el cuerpo sin vida de Flug, pero jamás el de la bebé. Necesitaba verla para confirmar su muerte.
Slug alzó su mirada a él.
—Sabremos la verdad.
Luego se abrazaron fuertemente como si pactaran una promesa.
~
Después de una breve platica en la cual hablaron sobre ellos, sobre sus errores, sus sentimientos e incluso sobre aquel diario Slug se quedó dormido en los brazos de White y él lo contempló por algunas horas. Cuando despertó se levantó y estiró. Miró al cielo y quedó hipnotizado por los colores naranjas, era un amanecer dulce y cálido. Él se sentía un poco aliviado de hablar con franqueza, se había librado de un gran peso, pero aun estaba triste, miraba el cielo y solo podía pensar en Flug, en el niño que soñaba con planear todos los cielos en busca de libertad.
—Nunca habías contemplado un amanecer— dijo White.
Slug volteó a verlo y le sonrió. White se levantó y al estar de pie cambió su forma, ya no tenía la imagen de humano sino su forma real y elegante de siempre. Slug se quedó apreciándolo con rubor en las mejillas, el viento sacudía su traje, su linda sonrisa... Ahora no podía negar cuanto lo amaba.
White metió su mano a su bolsillo y comenzó a hablar con emoción.
—¿Sabes por qué te traje aquí? Porque aquí me pediste matrimonio y aquí acepté. En este lugar ambos nos vimos morir... Aquí debe ser nuestro nuevo comienzo.
Slug se llevó la mano al estomago sólo por instinto, sentía cosquillas en todo su interior.
—Es verdad... Y ni siquiera te he agradecido por eso de traerme de nuevo a la vida, no sabía que podías hacer eso— contestó sin sospechar lo que haría White.
White negó, guardó silencio y se detuvo para ponerse rodillas y tomar su mano. —Eso ya no importa, hice lo que debía, me pediste que compartiera cada momento de tu vida y así lo haré, mi única necesidad es estar a tu lado Slug, tienes que estar conmigo, a partir de hoy eres mi compañero de vida, mi otra mitad por eso, amor mío; me entrego a ti este día. Puedes confiar en mi amor porque es real. Prometo ser un esposo fiel, compartir y apoyarte en tus esperanzas, sueños y metas. Mi voto estará contigo para siempre. Cuando caigas te levantaré, cuando llores te confortaré, cuando rías compartiré contigo tu gozo. Todo lo que soy y todo lo que tengo es tuyo desde este momento hasta la eternidad— le dijo mientras le ponía un anillo, luego le dejó en su palma aquel que Slug le había dado.
Slug ni siquiera podía tragar su propia saliva, el nudo de su garganta se lo impedía, White acababa de decir sus votos y había sido tan adorable, único y empalagoso como solo él podría serlo.
Slug tomó el anillo y lo colocó en el dedo de White, luego lo ayudó a ponerse de pie. Ambos se miraron a los ojos y se acercaron lentamente para besarse.
Fue un beso ligero en el cual apenas sus labios se tocaron, pero fue especial, se sentía como el primer beso para ambos aunque no lo fuera.
—White...— dijo Slug con vergüenza. —Maldición, no esperé tanto para esto— reprochó, luego lo sujetó, lo empujó para atraerlo a sus brazos y lo inclinó hundiendo sus labios en los de White para un beso más profundo.
Ambos carcajearon como si estuviesen jugando y regresaron a casa con un sin fin de planes en mente. Aunque ese día se olvidaron de todo y festejaron su unión porque era lo que habían deseado durante tanto tiempo. Después de todo, ahora estaban juntos.
꧁ ________ ꧂
NOTAS:
Yo: *llorando* Al menos ellos tuvieron su final feliz... :')
Hola mis bebés tristes. Por fin estoy de regreso. Es bueno volver por aquí con más de mi drama. Nos vemos de nuevo en unos días.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top