81: Último intento
Hola :3 Pos ya llegué con nuevo cap
~
Inspiración para la escena de Alger:
https://youtu.be/7IpYU6TKU-Q
https://youtu.be/HQgYuvzMpZg
꧁________꧂
Creyó que lo había superado, que nunca más le volvería a atormentar, pero después de mucho Alger volvía a ver aquella escena traumática. Era una pesadilla, una que había vivido y se repetía mil veces, parecía real, más que un recuerdo. El aroma de la habitación era la mezcla de manzanilla del té que se preparaba y de la sangre de Helene que goteaba. Y ahí estaba ella, mirándolo con terror, suplicando y pidiendo a gritos su ayuda mientras Black Hat estaba inclinando hacia su cuello, desangrándola. Una vez más él estaba inmóvil, con miedo e impotencia, sin poder ayudarla, aunque esta vez tampoco podía hablar, simplemente sentía sus lágrimas sobre sus mejillas.
Cerró su ojo con fuerza, se engañaba a sí mismo diciéndose que ya era cosa del pasado, pero aún le dolía en el corazón.
Entonces todo se detuvo, hubo silencio y Alger se atrevió a abrir los ojos, esta vez miraba al mismo rostro, los mismos ojos, pero ahora el color verde en ellos brillaba como el cielo estrellado.
El chico de los ojos verdes sonreía con júbilo mientras lo sujetaba suavemente para guiarse en su danza. Poco a poco Alger sintió paz y felicidad hasta que la dulzura de esos ojos verdes cambió. Una sonrisa maliciosa se marcó en su rostro, justo después de sentir un gran dolor en su espalda. No podía olvidar aquello; Flug, su amante perfecto le había apuñalado y mientras la afilada cuchilla lo perforaba él sonreía, no había más amor en sus ojos, aunque ciertamente ahora creía que jamás lo hubo.
Alger se despertó de golpe dando un gran salto, al moverse repentinamente pudo sentir el dolor de su espada nuevamente. Él se quejó, pero volvió a acostarse boca abajo como lo había estado. También se dio cuenta de que no tenía nada puesto en la parte superior y que estaba conectado a una máquina de oxígeno.
—Siempre me ha impresionado lo que la plata hace en ustedes. Tienes suerte que llegara a tiempo, hubieses muerto por la herida y el veneno que tenías, pero ya lo he sacado de tu cuerpo — dijo Demon Witch mientras ponía un extraño ungüento en la herida y lo masajeaba lentamente.
Alger reconoció la voz, sabía que era la afamada bruja.
—¿Hace cuánto que duermo?— le preguntó él con dificultad, apenas podía hablar.
—Menos de una noche. A pesar que tu herida fue causada con un objeto de plata has sanado muy rápido, tal vez se deba a mi magia o quizá a que eres un verdadero sangre pura, dentro de muy poco estarás completamente sano, podemos acelerar eso si te alimentas. Por ahora la herida ha cerrado, pero solo externamente.
Alger suspiró y dejó caer sus hombros, casi no le había prestado atención a la chica, él seguía pensando en su pesadilla.
Hubo silencio, Demon prosiguió a vendarlo y cuando terminó habló:
—Puedo adivinar que el responsable fue Kenning. Era de esperar, él se notaba... Diferente. Estaba confundido y asustado, algo malo pasaba en su mente, estaba tan desenfocado de la realidad. Sé que lo convertiste, pero había algo más, algo que le hacía sentirse bien sólo contigo. ¿Qué clase poción del amor le diste? ¿Fue un hechizo, una maldición? ¿Cómo lograste forzarlo a que sintiese apego por ti de esa manera?
Alger no contestó y aunque quisiera hablar no podía, en cada respirar sentía arder su pulmón, entendía bien lo que le había dicho, aun no estaba completamente curado.
Demon miró la espalda desnuda de Alger y pasó su mano demoniaca sobre la cicatriz de quemadura, aquella con forma de sombrero. Él pudo sentir como las garras lo acariciaban sutilmente.
—Recuerdo la primera vez que te vi— le dijo con voz tan suave como su caricia. —Black Hat estaba arreglando sus negocios en algún bosque de Europa, era invierno, un frío invierno. Algunos locos quisieron emboscar a Black Hat, pero él no apareció, en cabio se encontraron a alguien que también portaba un sombrero de copa. Fuiste tú quien hizo que la nieve fuese roja, me di cuenta que eres un excelente peleador, tan sádico como él, al final colgaste sus cuerpos en estacas como símbolo de victoria y amenaza, todo lo hacías en nombre de tu ídolo. Ese día Black Hat te presentó ante todos no como otro miembro, sino como un asistente personal. Tú sonreías de una manera escalofriante, mostrabas tus colmillos ensangrentados con orgullo, pero Black Hat apenas te voleo a ver. 50 años después, en el medio oriente supe que eras tú quien llevaba a los aficionados de Black Hat directo a la trampa, tú les llenabas de promesas y hablabas de él como la máxima deidad, los jóvenes perdían la cabeza y terminaban entregándose a él en sacrificio, poco después Black Hat dejó de hacer presencia, en vez de eso mandaba a sus sirvientes más devotos y eras tú quien los lideraba.
Alger había escuchado con cautela y al oírla revivía cada uno de esos años, cada experiencia y cada maldita tortura al lado de Black Hat.
—Luego supe de la historia que a todos divertía; el mejor asistente de Black Hat había renunciado a la organización por una mujer, había traicionado a Black Hat por el amor de una alquimista y mercenaria la cual te había sacado el ojo. A Black Hat no le hizo gracia, él quería darte una lección. Y, después de todo... Creí que jamás te volvería a ver, pero cuando lo hice me sorprendí al verlo a él contigo... Has llevado esta venganza demasiado lejos Alger.
—No hables como si me conocieras bien. ¿Qué sabes tú de lo que quiero...?— habló tomando aire entre cada palabra interrumpiéndose a sí mismo por un ataque de tos. Alger enfureció y arrancó de su rostro la mascarilla de oxígeno.
La chica se levantó y tomó una botella que había llevado consigo, la abrió y vertió de su contenido semi viscoso en una copa hasta llenarla. Ella se la ofreció.
—No hay nada que un vampiro no resuelva con sangre. No preguntes de donde la saqué, pero te aseguro que no es sangre inmunda de humano, recuperarás todas tus fuerzas con esto.
Alger se levantó y la miró de frente, luego le arrebató la copa y bebió todo dando al final un gesto por el mal sabor que tenía esa sangre.
—Te veré en un rato— le dijo ella antes de salir.
Por su parte, Alger volteo a mirar detenidamente su habitación, otra vez volvía a estar solo. Se sentía tan desdichado y furioso. Estaba enojado con Flug, pero también se encontraba desesperado por volver a encararlo. No se había dado cuenta, pero sus puños temblaban y de su mejilla una lágrima caía. No quería llorar, pero no pida evitarlo. Le había entregado toda su devoción y aun así no fue suficiente.
—Te arrepentirás Flug —se dijo a sí mismo. —Cuando tome lo que más amas no tendrás otra opción que volver a mí.
~
Cuando Demon regresó Alger ajustaba su pañoleta a su camisa blanca y procuraba que su sacó estuviese en perfectas condiciones. Estaba peinado y usaba un traje típico de sus gustos.
—¿Tan rápido te has recuperado? Ya veo que la sangre de demonio te ha sentado bien. ¿Vas a algún lado?
Alger le sonrió y salió de la habitación con dirección hacia fuera. Ella lo siguió esperando su respuesta.
—Lo que nos une— le dijo con voz firme, sin escucharse para nada enfermo. —Es la maldición de la luna roja.
Demon lo pensó por apenas un instante, pero fue Alger quien siguió hablando:
—Siempre quise ser amado, Helene me dio ese amor que tanto anhelé, pero se fue de mi lado demasiado pronto. Cuando ella murió juré que jamás volvería a amar, pero han pasado tatos años, no importa que mi corazón nuble mi mente, lo querré a él, siempre.
—No, no, no. Estás en un espejismo creado por una maldición, al igual que él. Eso no es amor.
Alger no respondió, él siguió deprisa hasta llegar afuera y aun así siguió caminando en dirección al bosque, Demon iba tras él diciendo una y otra vez que aquello no era amor y que él ya estaba en lo profundo de una loca obsesión.
—¿Piensas que volverá a ti, así como si nada? Eres un verdadero loco y estúpido. Si él se ha ido es porque ha podido contra esa maldición. Ya date por vencido.
Alger se detuvo y se dio vuelta para encararla.
—Jamás lo entenderías, bruja, nunca entenderías el placer y el dolor que sentimos cuando estamos juntos, él me quita el aliento, hace que mi alma se arrodille, pero siempre hay algo que nos separa... Más bien alguien. Ahora que Black Hat está muerto creí que sería mío por completo, pero me volví a equivocar. Este es mi último movimiento, mi último intento, el juego final.
Demon no entendió hasta que Alger se dio vuelta y avanzó unos cuentos pasos. Entonces sintió decenas de presencias que se escondían en el bosque.
Alger se dirigió a ellos.
—Vayan, encuentren a la hija de Kenning Flug Slys y tráiganla a mí sana y salva.
Las sonrisas siniestras hicieron eco y luego simplemente desaparecieron.
Demon quedó boquiabierta.
—Alger, estás desesperado, deja atrás esta tontería porque vas a fracasar. Tu tristeza no tienes que esconderla con esta falsa máscara de soberbia.
Alger comenzó a caminar de regreso a su mansión, aunque con los hombros caídos y la mirada vacía.
—Yo... Necesito su amor, aunque sea falso, aunque sea obligado. Sólo quiero que él me ame —dijo por último antes de desaparecer.
Demon negó con la cabeza, agachó la cabeza y miró su sombra, esta se desplegó de su cuerpo y se ondeó antes de que unos ojos naranjas y brillantes se abrieran.
—Esto ya no está en tus manos —le dijo el demonio. —La oscuridad se está acercando, es hora de que cumplan con sus destinos.
La bruja suspiró. Alzó la mirada y cruzó los brazos.
—Me hubiese gustado hacer más, Alger está tan perdido, ni siquiera sabe que Black Hat no está muerto. Pero tienes razón, ya no depende de mí. Vámonos Balaam.
El demonio jugueteo antes de irse a su lado perdiéndose en lo profundo del bosque.
꧁꧂
Slug iba directamente hacia la ubicación de White Hat y estaba tan emocionado como preocupado por verlo de nuevo. Aun así, no quería poner sus sentimientos por encima de la bebé, debía pedirle ayuda para ella, eso era lo primordial.
Él iba en un automóvil, conducía tan rápido como le era posible y ocasionalmente miraba sobre el espejo. Evilyn iba en la parte de atrás, ella seguía durmiendo de esa forma tan inusual.
Slug movió sus dedos con nerviosismo sobre el volante, su paciencia nunca había sido su mejor atributo, pero tenía que esperar un poco más para llegar. Quiso matar un poco de tiempo, así que suspiró profundamente antes de hablar.
—Sabes nena... Extrañé a tu tío. Cuando lo veamos no te vayas a asustar, sé que tiene una apariencia monstruosa, pero es gentil y muy divertido, puede que intimide a primera vista, pero su corazón sigue siendo el del mejor héroe, ¿Qué cómo lo sé? Bueno, él siempre decía que los buenos corazones nunca cambian, ahora le creo.
Slug se fijó en la pantalla que le decía cuanto faltaba para llegar, estaba a unos cuantos kilómetros de distancia y eso le hacía sonreír.
—Le contaré un secreto señorita, pero de verdad tienes que guardarlo bien pues eres la primera a quien se lo digo, no se te ocurra decírselo antes que yo, arruinarías la sorpresa. Ok, aquí va: ... Le pediré matrimonio a White Hat.
Sus palabras se hicieron más torpes y su rostro se puso color carmesí en cuanto lo admitió.
—Ya sé, ya sé, suena un poco loco, pero después de todo lo que hemos pasado, básicamente ya nos comportábamos como una pareja, aunque nunca lo hubiéramos declarado... Dios, fueron diez años ¡Fui un competo idiota! Sé que es por mi culpa, no lo había visto de esa forma y es que estábamos tan acostumbrados a estar cerca el uno del otro. Ahora con esto..., me hizo entender que lo necesito, siempre lo he necesitado a mí lado, él es mi guía, mi complemento perfecto. Tengo fe en que regresará, ¡yo lo traeré de vuelta! Por primera vez seré yo quien lo salve, sólo tengo que confiar en que el sello será fuerte y pueda resistir un poco más— Slug volvió a dar otro suspiro, su cara aún estaba roja y sentía su corazón latir fuertemente por la emoción. —Estuve pensando en proponerle matrimonio desde hace poco, pero tuve que salir tan improvisadamente que no me dio tiempo, no te sientas culpable Evil, tú me necesitabas, además, aún tengo en mi bolsillo el anillo que le hice, ¿es demasiado? No dejo de imaginarlo con el anillo. ¿Crees que debería ponerme de rodillas cuando le pregunte? ¿Debería llevar flores? ¿Estoy siendo demasiado cursi?
Slug sonrió para sí mismo. Estaba en medio de una situación muy delicada y aun así se estaba dando la oportunidad de fantasear. Era lo único reconfortante que podía hacer. Pero ese sentimiento cálido en su estómago se esfumó cuando su pantalla comenzó a parpadear, el radar marcaba algunos puntos. Alguien lo estaba siguiendo y se estaban aproximando rápidamente.
Slug entró en pánico, se preguntaba quién podría estar en un lugar tan remoto y que querrían con él. No tenía tiempo para lidiar con bandidos ni nada semejante, tenía prisa, cada hora era crucial para el bienestar de la bebé.
El héroe miró al espejo retrovisor, ya podía ver a los vehículos que iban a toda prisa, pronto se acercaron tanto que Slug podía mirarlos casi de frente, esas personas le daban una mala corazonada, y no se había equivocado, apenas tuvieron la oportunidad empezaron a estrellar sus autos contra el de Slug.
El héroe movió violentamente el volante ante la sacudida, quería salir del medio y sólo lo logró al frenar inesperadamente. El auto derrapó un poco, se quedó atrás y enseguida fue rodeado.
Slug se mordió fuertemente el labio, no sabía qué hacer, pero debía actuar rápido. Los hombres descendían de los autos haciendo una multitud de al menos una decena, tenían una extraña manera de vestir, parecía ser una pandilla bien armada. Su líder se acercó más, miró directamente a Slug y sonrió mientras movía hábilmente un par de espadas cortas y de navaja recta.
Slug sabía que podría con ellos si ninguna dificultad, pero era Evil la que corría peligro, no debía apartarse de ella y no iba a permitir que esos rufianes le pusieran un dedo encima. Así que salió del auto, él no traía ninguna arma, aunque eso no era impedimento para patearles el trasero.
—Puedo notar que no necesitan un poco de corriente— les dijo con demasiada confianza.
—Que gracioso hombrecillo, pero estamos aquí por aquella cosa babeante que llevas en el auto, hazte a un lado si no quieres que acabemos contigo —le dijo uno de ellos.
—Eso no pasará, y para ser más cordiales, permíteme presentarme, soy Slug, muchos me conocen como el "héroe de capa negra", o "el asesino de buen corazón". Ese último es mi favorito y es porque bien puedo tener piedad contra ti o arrancarte el corazón de un solo golpe.
Los hombres dieron una carcajada.
—¿Slug? ¿El lamebotas de White Hat? No nos intimidas— dijo el líder apretando bien el mango de sus armas.
Slug ya estaba planeando en cómo acabar con ellos, por último, les dijo entre dientes:
—Pasaran sobre mí antes de siquiera pensar tocarla.
—No veo el problema —le contestó el líder, pero apenas terminó su frase Slug fue contra él dando un salto, lo pateo en la cara y le quito una de sus armas justo después de haberlo sostenido y dislocarle el brazo. Después dio un par de ataques certeros y dos más de ellos cayeron. Slug creyó que sería fácil acabar con ellos, pero su corazón casi se detuvo al ver que aquellos hombres se levantaban, no sabía qué clase de criaturas o espectros eran, pero debía hacer otro plan, y rápido.
El líder carcajeo, él se levantó y sin quitarle la mirada de encima tomó su propio brazo y con un chasquido este volvió a su lugar.
De pronto un par de ellos fueron directamente a atacarlo mientras otros iban en dirección al auto. Slug no dudo en ir tras ellos, esta vez necesitaba atacarlos de una manera que no pudiesen regenerarse así que les cortó la cabeza, los espectros ni siquiera pudieron tocar la puerta.
—¿Qué diablos son ustedes? —preguntó Slug poniéndose frente al auto, con una mirada atemorizante y manchada con sangre.
—No te interesa héroe, pero puedo decirte que ni mi espada que está envenenada podrá contra todos nosotros.
—Me estás subestimando— respondió, luego miró la espada que sostenía, eran elegante y la hoja estaba sumamente afilada. —No sé quién los envió, pero más vale que retrocedan o les cortaré la cabeza a cada uno de ustedes. Es mi última advertencia.
—No importa que tan fuerte seas, te superamos en número, perderás. Aún estoy considerando dejarte vivo si nos entregas a la niña, no te preocupes, la cuidaremos bien, Alger dijo que la quería sana y salva— contestó el líder bajando su arma.
Escuchar el nombre de Alger no le causó tanta sorpresa, sin embargo, tenía en cuenta que era superado en número y que no se estaba enfrentando a personas comunes.
Slug empuñó el arma con fuerza y se preparó para pelear. Aunque decidió voltear a ver a la bebé, ella estaba el auto, en una sillita recostada y bien resguardada. Ella tenía puesto un mameluco y se cobijaba con una manta negra. Slug la estaba mirando fijamente y se distrajo, su enemigo aprovechó eso y no dudó en atacarlo. Pero Slug fue más rápido, las espadas se blandieron un par de veces mientras los demás volvían a acercarse.
Uno de ellos abrió la puerta y entonces Slug tuvo que dejar su lucha, fue en dirección a la bebé sin impórtale que el líder logró cortarlo bajo su costado.
Slug le atravesó la espada en el corazón y lo alejó con una patada, ya no podía dejarla ahí así que la tomó en brazos. Ahora sostenía la espada con una mano y con la otra a la bebé mientras su sangre se hacía visible en su ropa.
"Maldición", se dijo mirando tentativamente uno a otro. No había escapatoria, estaba rodeado y vulnerable. Ya no podía atacar teniendo a la bebé en su regazo, pero no iba a rendirse, lo iba a intentar y procuraría ser cuidadoso.
Slug apretó los dientes y rápidamente contra atacó de la manera más violenta, todos fueron contra él. La pelea no duró mucho pues Slug rápidamente decayó. Era verdad que esas espadas estaban envenenadas, Slug comenzaba a debilitarse. A cada ataque se hacía más lento y bastó un solo error para que sus enemigos lo derribaran y le quitaran a la bebé de sus brazos. Después de eso comenzaron a golpearlo sin piedad.
Slug yacía en el suelo mientras era pateado y golpeado con mazos y garrotes, él sentía como sus costillas se quebraban e iba perdiendo el conocimiento viendo por último como el líder se llevaba a la bebé.
—Olviden al héroe, tenemos lo que queremos, de todas maneras, seguro morirá, dejen de gastar tiempo y vámonos —les ordenó. Todos rieron y después de insultar y escupir a Slug se marcharon.
Slug se quedó el suelo, tratando de respirar, apenas podía mirar a los autos que se alejaban, él alzó la mano en suplica, pero no pudo hacer nada más.
꧁꧂
Cuando Flug volvió en sí fue porque el sol estaba quemando su rostro, él se tapó la cara con sus manos, se levantó torpemente y de inmediato fue a dentro. Aún estaba un poco aturdido y tuvo que sentarse para mejorar. Así estuvo por algunos minutos hasta que alzó la mirada al notar que estaba rodeado. Eran sus robots, lo Hatbots, aquellos pequeños y los grandes centinelas, todos lo miraban amenazantes mientras que la linterna de sus ojos resplandecía de color azul. Flug contrajo las cejas y de inmediato pudo adivinar que eso era obra de Slug.
"Seguramente ese maldito ha cambiado su configuración", se dijo al ponerse de pie. Cuando lo hizo los robots mostraron sus armas. Fue en cuestión de instantes para que Flug se acercara a un centinela y de un solo golpe atravesara su pecho metálico. Hubo un destello, el chico apartó su mano y la enorme máquina cayó inmóvil.
—Ahora pedazos de hojalata, escuchen bien, hagan un reinicio de configuración predeterminado, o bien pueden activar el modo autodestructor.
Los robots se pusieron rígidos ante la orden, las luces de sus ojos parpadearon y uno por uno se fue apagando.
"Bien", pensó Flug, se dio la vuelta y al hacerlo quedó tan inmóvil como los robots pues frente a él estaba Demencia.
—¿Qué haces tú aquí?— preguntó ella al examinar su extraña apariencia.
—Dem... No puedo decir que me alegra verte.
—¿Alegrarte? ¿Eres estúpido? No hace mucho que te di por muerto. Yo soy la sorprendida de verte, tarado... Oye, ¿dónde está ese idiota? ¡Le daré una paliza por lo que me hizo!
—¿Hablas de Slug? iba a preguntar lo mismo. Tiene a mi bebé...
Enseguida Demencia levantó la mano para indicarle que cerrara la boca.
—¿Disculpa? ¿Tú bebé? ¿Eres tan sínico para decir eso?
Flug quito la mano que lo señalaba con un golpe.
—Tú ni siquiera sabes el significado de la palabra "sínico".
Demencia se avergonzó, sabía que era verdad, pero siguió hablando con enojo:
—¡Me da igual! Eres un mal padre, cómo pudiste dejarla tanto tiempo, esa bolita de carne ni siquiera puede hablar o sujetar una cuchara. Slug hizo todo para ayudarnos, sé que es un idiota, pero al menos es un idiota que sabe cambiar pañales y preparar biberones... ¿Tú qué hiciste en este tiempo? ¿Por qué te ves tan pálido? Estás muy diferente, incluso hueles diferente. Además, esa ropa te hace ver tan estúpido— le dijo ya que tenía razón, incluso en la forma en la que estaba de pie era completamente diferente.
—Mírate lagartija, no te explicaré nada. Necesito saber dónde está Slug, dijo que mi nena está enferma. Por ahora es lo único que me interesa.
—Pues no te ves tan preocupado— contestó Dem mientras cruzaba los brazos y agachaba la mirada, ella recordaba a la bebé y lo desesperado que estaba Slug por reanimarla. Entonces recordó cuando se la llevó. No tenía sentido que armase una gran capsula para que al final la bebé estuviera ahí solo unas horas. Demencia pensaba hasta que reflexionó: Slug se había llevado a la bebé con ese tipo de sobrero blanco, el héroe del que todos hablaban, seguro él curaría a Evilyn. Aunque también tuvo molestia, ¿Por qué tenía que lanzarle un rayo? Ella no iba a impedir que se la llevara con ese héroe.
Mientras ella pensaba Flug le hablaba con disgusto.
—...Tienes que decirme lo que pasó con ella en este tiempo.
Ella agitó los bazos.
—No te diré nada de ella, ya te dije que te di por muerto. Ya no eres el papá de esa bebé, ahora Slug es su papá, yo soy su tía y 5.0.5 será su hermano, creo. Sabes, yo fui la que cuidó de ella cuando desapareciste, te fuiste de la nada y Slug me dijo que huiste tras de ese vampiro tuerto. No sé cómo pudiste abandonar a Black Hat de esa manera. Yo jamás lo hubiera hecho. Pero no me sorprende, ya te habías escapado un par de veces con él cuando lo conociste. Ya veo que siempre fue tu amante. Debiste ahorrarte la hipocresía de querer tener una boda y todo eso. Creo que comprendo por qué tienes esos colmillos. Ahora eres un vampiro. Un estúpido, nerd, mal padre y ahora vampiro. ¿También usaras un estúpido parche al igual que tu amante anticuado?
Flug suspiró y rodó los ojos, no parecía molesto sino irritado.
—¡Ja! Sé que eres tonta, pero de verdad estás hablando un montón de mierda. Slug cuida unos días a Elyn y ya es su padre, que tonto es eso. Además, si mas no lo recuerdo tú comías bebés en el almuerzo, no eres capaz ni de amararte las agujetas así que dudo que hayas cuidado a mí bebé. Tampoco me importan tus suposiciones. No sabes nada de lo que realmente ha pasado.
Demencia se puso en una pose de pelea y susurró con una gran sonrisa.
—Sí sé algo. Slug es mejor que tú, mucho mejor. Tan sólo mírate, sabes que Evil está enferma y te ves tan tranquilo porque reconoces que él la está cuidando y por eso está a salvo. No te ves preocupado porque a pesar de que escapó con ella está más segura que contigo...
Flug no dejó que Dem siguiera hablando, él chasqueo los dedos y los robots que estaban detrás de él se activaron.
—Hat Bots, capturen a Demencia, pónganle la camisa de fuerza y llévenla abajo— les ordenó y enseguida los robots fueron tras de ella. La chica quedó desconcertada, ella esperaba que Flug peleara, ella tenía curiosidad de saber sobre sus nuevas habilidades. En vez de eso salto a la cabeza de un Centinela y luego a otro para esquivar.
—¡Maldito Flug, cobarde!— gritó y enseguida saltó hacia él con los brazos extendidos, pero un Centinela la atrapó antes de que pudiera tocarlo.
Demencia maldecía a Flug una y otra vez al intentar zafarse. Él, por otra parte, la miraba no con satisfacción como solía hacerlo sino con un sentimiento amargo que le era difícil de ignorar. Demencia se había comportado bien con él y con su hija, aceptó la relación que tenía con Black Hat e incluso se habían hecho más cercanos.
Los recuerdos saltaron a su mente, de aquellas veces que jugaba con él y con 5.0.5, incluso en su cumpleaños se molestó en hacerle un regalo... Incluso el día del compromiso lo ayudó a vestir...
Él sacudió la cabeza con la intensión de olvidar eso, pero no lo logró. cuando los centinelas desaparecieron con ella Flug dejó caer sus hombros en indignación, apretó los puños y luego decidió ir a su habitación. No tenía tiempo para Demencia por ahora.
~
Caminó entre los pasillos hasta llegar frente a la habitación de Black Hat. Flug se detuvo por un instante, miró el pomo por un largo tiempo e incluso se atrevió a tocarlo con la intención de abrir, pero de nuevo ese sentimiento de culpa lo invadió. Él retrocedió y siguió su camino a su antigua habitación. Cuando estuvo ahí contuvo la respiración antes de abrir.
Entró a su habitación, no recordaba la última vez que había estado ahí, era extraño, todas esas cosas que se apilan eran de él, pero ahora eran tan descocidas.
Fue al guardarropa, se quitó el traje de prisa y vistió con esos Jean azules, su camisa con el curioso avión y por último una bata blanca. Cuando se acercó a un espejo le costó mirarse, aunque tuviese la misma ropa de siempre; los mismos guantes amarillos y toda esa imagen del científico loco no se sentía él. Ahora era más como de un disfraz, sentía que simplemente estaba intentando ser alguien que ya había muerto.
Agachó la mirada con pesar y lentamente sacó sus visores. No tardó mucho para volver a ponerse esa bolsa de papel. Ahora que su rostro se cubría tendría la suficiente valentía de ver a Black Hat de nuevo.
꧁________꧂
NOTAS: Abro caja de preguntas antes de los caps más intensos.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top