7:Celos

━━━━━━ ◦ ❖ ◦ ━━━━━━

Flug salió corriendo de la oficina de su jefe azotando la puerta con fuerza, el joven se dirigió a su laboratorio con su mano aún sobre la herida, sentía el ardor del los cortes que iban de su oreja, atravesando su mejilla hasta tocar sus labios. La sangre empezaba a caer sobre su bata dejando manchas oscuras sobre ella, otras caían al suelo marcando su camino.

Llegó a su laboratorio exaltado. Sus rodillas, labios, al igual que sus manos temblaban. Una vez estando dentro respiró profundamente tomando el aroma de aquellas sustancias químicas que tanto había extrañado, agradeciendo estar de nuevo en su zona de confort.

El lugar no era un desastre, eso significaba que Demencia por alguna extraña razón no se había tomado la molestia de destruirlo como siempre, todo estaba en perfecto estado tal como lo había dejado, excepto por algunas hojas que se apilaban en su escritorio siendo seguramente peticiones de Black Hat. Flug las arrojó al suelo con enojo para después acomodar recipientes con todo tipo de químicos. El chico comenzó a revolverlos midiendo las cantidades de cada sustancia mientras maldecía en voz baja pues no lograba ignorar el dolor.

Seguía sangrado de su herida, y a cada instante se molestaba mucho más; por la forma abrupta en la que temblaba, que estuviese manchando los vasos de precipitado con sangre, el punzante dolor de su herida y que no pudiera dejar de llorar.

Una vez terminada la sustancia se quitó sus lentes de aviador y la bolsa de papel la cual trituró entre sus manos, posteriormente la lanzó a la basura. Flug vertió la sustancia sobre su mejilla lavando la herida y quejándose por el ardor, al terminar rebuscó sobre sus cajones encontrando un kit de primeros auxilios, sacó un par de gasas y comenzó a cubrir sus heridas. Ya era un experto en esa cuestión. 

La herida fue cubierta, el chico sabía que pronto se curaría gracias al componente que había preparado, solo esperaba que no quedaran más cicatrices en su rostro, tomó una bolsa nueva y la puso en su cabeza junto con sus visores, una vez que terminó se dejó caer en su silla, no quería pensar en lo más mínimo ya que la cabeza le daba vueltas y se sentía débil, aun se sentía ebrio.

Era cierto lo que decía Black Hat; solo ebrio tuvo la fuerza suficiente para enfrentarlo, pero su malestar no era por una simple borrachera. Su vista se nubló por completo y sintió que estaba a punto de desmayarse. Además, el dolor punzante de su abdomen apareció, aunque siendo muy leve.

Decidió levantarse e ir a su habitación, quería tomar un largo descanso y empezar con los análisis para descubrir el origen de su malestar por la mañana. Flug caminó ladeándose con pasos muy lentos, a veces sujetándose de las paredes para no caer, al llegar a su habitación se desplomó sobre su cama de prisa olvidando activar su sistema de seguridad, hundió su rostro contra la almohada resoplando. No comprendía lo que acaba de pasar. ¿Black Hat realmente quería regresar con él? ¿Por qué? Ya no importaba la razón, Flug no tenía pensado regresar y aunque sabía que en él aún existía el deseo de hacerlo se resistía, no iba a regresar después de eso, su jefe tenía que demostrar amor verdadero... lo cual era imposible, Black Hat acababa de imponer miedo de nuevo sobre él, ese miedo atroz que había sentido ya mucho tiempo atrás, ese que lo hacía temblar al estar en su presencia y el golpe; su jefe no lo había golpeado desde hace tanto tiempo, se había acostumbrado a los regaños y fuertes gritos, pero no imaginó que un día volviera a golpearlo, o al menos, no tan pronto.

Estuvo meditando por varios minutos hasta que sus párpados se hicieron cada vez más pesados, se estaba quedando dormido. Aunque, el ruido de su puerta abrirse lo alarmó saltando de la cama, su corazón se exaltó, pero se relajó una vez que vio a 5.0.5 asomarse. El oso sujetaba con sus dos patas un pequeño oso de felpa. Flug miró a su creación que parecía preocupado y lo invitó a sentarse en la cama dando palmadas en ella. 505 entró subiéndose en la cama envolviendo a Flug con sus patas mientras gimoteaba.

—Supongo que viste la herida —dijo el científico tocándose la mejilla por encima de su bolsa a lo que el oso asintió.

—No te angusties, pachonsito, sabes que me ha hecho cosas peores, pero esta vez ha sido el colmo, debería renunciar... ¡Sí! Puedo buscar la forma de romper el contrato e irnos de aquí juntos, ¿no te gustaría eso, mi chiquito? Nos iríamos al otro lado del mundo, yo podría tomar otra identidad y obtener mi certificado de aviación de nuevo ¡Haríamos lo que quisiéramos! ¡Seríamos libres! Tendremos una mansión únicamente para los dos, habrá habitaciones enormes repletas de peluches solo para ti, juguetes y todo tipo de caramelos... nadie te haría daño, nadie nos va a lastimar —le decía Flug cada vez más emocionado. El oso asintió con una expresión de alegría y era obvio, 505 seguiría a su papá hasta el fin del mundo.

—Pero, creo que no va a ser tan fácil romper el contrato, estamos hablando de... él —dijo lo último con dificultad como si le costara decir el nombre de Black Hat. 505 lo apretó más contra su pecho y Flug se acomodó en el suave pelaje azul, el científico comenzó a tararear acariciándolo como si estuviera arrullando a un bebé. Deseaba poder hablar con 5.0.5 sobre aquello que lo atormentaba, pero suponía que no lo entendería, ¿quién podría entender lo que había pasado entre él y Black Hat?

Por primera vez se sintió completamente solo, nunca había tenido a nadie para conversar, 505 era un niño y la chica estaba tan desequilibrada para sostener una conversación seria. Aunque siendo sincero jamás hablaría con ella.

Involuntariamente pensó en Alger, con él no se sentía nervioso y parecía estar interesado en todo lo que decía de una manera muy caballerosa. Lo había salvado incluso, pero por mencionarlo a él Black Hat se había molestado y actuado de una manera tan tonta. Tal vez él no usó las palabras correctas, pero no había mentido. Alger era totalmente diferente a Black Hat, estaba arrepentido de haberlos comparado en algún momento. Alger se había comportado de manera tan amable, lo que a Black Hat le había costado años.

Flug dio un leve suspiro. Comenzó a preguntarse qué era exactamente lo que le atraía de él, apenas lo conocía, pero era como si ya lo hiciera de antes.

◇◆◇

Black Hat se había quedado en su oficina, inmóvil, mirando su mano sin saber el porqué reaccionó de esa manera, ¿qué había sido ese sentimiento por el cual reaccionó involuntariamente?

No se sorprendió demasiado cuando Flug  dijo que lo odiaba, pero cuando había dicho aquello del amor tuvo una sensación de... ¿Envidia?

Las palabras de Flug hacían eco en su mente una y otra vez: «Lo que realmente es amor».

Se preguntaba de qué manera lo había demostrado Alger, él se había imaginado lo peor pues dos días era el tiempo suficiente para hacer cualquier cosa, ¿y, si acaso Flug y Alger...? ¡No! Flug no haría eso. Él era leal, no era de esa clase de personas... él no Lo conocía, al menos eso era lo que creía.  

Acababa de sentir otro repugnante sentimiento; era extraño, una intuición de que Flug podría fijarse en Alger o que éste le estuviera coqueteando, la sola idea le hizo querer arrancar la cabeza a Alger por intentar quitarle a su humano. Black Hat frunció el ceño, estaba sacando conclusiones demasiado pronto y era algo que jamás hacía porque era bastante inteligente, él no cometía errores y no se precipitaba.

Por ahora no sabía qué hacer, sentía la necesidad de ir tras Flug para lamentarse por lo que había hecho, pero cada vez que intentaba hablar con él todo empeoraba. Cerró su puño con fuerza, tenía que aclarar sus dudas sobre Flug y Alger o ese sentimiento lo iba a afligir agrandando su tormento. Tenía que conocer la verdad y lo haría esa misma noche.

◇◆◇

La mansión de Alger se encontraba en absoluto silencio, él estaba sentado en su silla a un extremo de la mesa, observando el lugar; la sala estaba en penumbra siendo el candelero lo único que iluminaba la habitación de manera tenue, la mesa era enorme y estaba llena de sillas dispuestas, sin embargo, todas se hallaban vacías intensificando su sentimiento de soledad.

Alger bebía de su compa mirando hacia la silla en contraste con él en donde Flug había tomado asiento, cuando de repente las llamas de las velas se agrandaron tornándose de un color rojizo, el vampiro dio un largo trago de su copa y luego dijo con serenidad:

—¿Qué te trae aquí, Black Hat? Ya habías dejado claro tus posición conmigo.

Una sombra oscura se levantó en el extremo de la mesa y Black Hat se materializó de ella teniendo entre sus manos su bastón para mantener una postura perfecta.

—Necesito hablar —dijo el demonio con la voz mucho más irritada.

—¿Hablar? No te anunciaste, no llegaste en tu lujoso carruaje o en tu auto personal, ¿tan importante es de lo que tienes que hablar? —dijo, plácido.

Black Hat lo miró con sus ojos malignos. Lo estaba escudriñando, tratando de encontrar la verdad en él. Lo conocía, sabía lo embustero que era. 

—Es sobre la razón por la cual estás aquí, ¿qué tramas, Alger? Y más te vale decirme la verdad.

El hombre del parche sonrió al oír a Black Hat, el demonio comenzaba a mostrar su sonrisa pero su tono de voz era exigente.

—Ya te lo había dicho el día de la fiesta, te dije que me había aburrido de estar en mi mansión que está en medio de la nada, y no tiene sentido para mí vagar en la soledad. Además, había terminado con todas las personas del pueblo cercano, tengo que saciar mi hambre, pero no creo que quieras hablar de eso. Ya lo dejaste claro en nuestra última charla, se trata de Flug, ¿no es así? Puedo oler su sangre en tus manos, ¿lo mataste?

La expresión de Black Hat cambió, estaba perdiendo la paciencia. 

—¡No me cambies el tema! Sé que esa no es esa la razón por la cual has regresado, no te quiero ver involucrado en mis asuntos. Ya no perteneces a mi organización.

—¿Es una amenaza? —preguntó Alger, sin perder la compostura.

—¡Sí! Quisiste tratar de engañar a mi lacayo invitándolo aquí para obtener información...

—¿Lacayo? —interrumpió Alger, sin temor—. Antes lo nombraste como asistente, alguien desechable. Pero Flug es brillante, por qué degradarlo de tal manera, y si piensas que quise sacarle información déjame decirte que eres un paranoico, Flug y yo charlamos sobre cuestiones íntimas, el pobre estaba desesperado por alejarse de ti, ¿tan mal lo tratas?

Black Hat cerró la boca de golpe, apenas por un segundo.

—Es un humano insignificante. Ya lo había dejado en claro —reiteró con firmeza.

Alger se puso de pie.

—Es tu socio, él es quien crea tus más estrictas peticiones, supongo que es el ser humano que más tiempo ha estado a tu servicio, ¿por qué no valorarlo más?

Black Hat escuchó en silencio manteniendo una sonrisa siniestra para así demostrar que las palabras de Alger no le afectaba en lo más mínimo, pero tras cada palabra que decía el vampiro apretaba más sus colmillos.

—Flug trabaja demasiado —siguió diciendo Alger—. Aún me pregunto por qué está a tú lado si te odia tanto.

Black Hat carcajeó.

—¿Odiarme? El infeliz me teme como todo mundo, el miedo crea respeto y eso es lo que él siente, sin mencionar su ambición por ser un villano digno, algo que solo lograría con mis consejos.

—O al menos eso es lo que tú crees, él buscaba la manera de alejarse de ti, blasfemaba tu nombre, se notaba realmente frustrado... creo que es el humano que más te repudia. No dudo que escape de ti tras la primera oportunidad que se le presente —dijo Alger sin poder evitar una risa burlona.

Black Hat estaba totalmente furioso. ¿Cómo saber si esa era la verdad sobre Flug? Estaba en el campo fuerte del vampiro, y por primera vez lo estaba haciendo dudar. 

—No importa que me odie, soy dueño de su mísera alma y está obligado a estar conmigo hasta su muerte. Me sorprende que hables de él con mucho interés. Dime el porqué, sé que tampoco tienes interés por los humanos —dijo tratando de no sonar ansioso.

Alger suspiró.

—Es cierto, pero él sí me interesa, no es un humano cualquiera y supongo que por eso lo has escogido; es simpático y está tan anhelante de compañía y comprensión. No lo llamé para algún propósito prejuicioso contra ti, él decidió venir y al decir verdad no la pasamos bien, muy bien. Es un joven muy coqueto y 'bonito'. No dudo en que vuelva a buscarme —habló Alger imitando la voz de Flug cuando decía sus palabras cursis.

Black Hat apretó su bastón con furor, sentía que sus colmillos estaban a punto de rechinar, aquel sentimiento lo invadió de nuevo, era algo doloroso y extraño porque no tenía herida alguna, sin embargo le dolía. No pudo mantener ni un segundo más su sonrisa, su gesto cayó en una mirada frustrada.

—No eres de los que se fijan tan fácilmente en una persona. Él es mi subordinado, Alger. Que no se te olvide que es de 'mi' propiedad.

Alger dio un paso hacia Black Hat con demasiada tranquilidad.

—Ya veo, siempre has sido tan posesivo e impetuoso, incluso por un retardo que cometió has decidido castigarlo, ¿de verdad crees que siente respeto por ti?

—¡Me da igual lo que el miserable sienta! Emociones, son tan desagradables y asquerosas. Los sentimientos de los mundanos es una debilidad que ha acabado con tantos villanos prometedores, tú fuiste uno de ellos.

El labio de Alger tembló por un momento, pero no dejó caer su sonrisa. 

—No puedes impedir que sienta algo por él —interrumpió de prisa el vampiro y eso hizo que Black Hat se quedara completamente inmóvil.

El vampiro sonrió victorioso por la notable reacción de vulnerabilidad y siguió hablando:

—Tampoco puedes evitar que Flug me sea correspondido. Solo fue un par de días, pero estuve con él en cada segundo, fue tan sumiso a mí —habló Alger orgulloso de lo que decía deteniéndose justo enfrente de Black Hat y sosteniendo la mirada pesada del demonio.

Black Hat estalló en sus adentros. ¡¿Cómo se atrevía el maldito?! Flug nunca buscaría a una escoria como Alger, nunca buscaría otros brazos más que los suyos.

Se sentía es un estado límite, quería abalanzarse contra la persona que estaba de frente y degollarlo, arrancarle la lengua o despellejarlo por tal atrevimiento, lo deseaba, sin embargo sabía perfectamente que no podía. Así que se resistió.

—Intenta mentirme, Alger, esa es tu especialidad, pero pronto descubriré la verdad de lo que tramas y si piensas hacer algo contra mí... bueno, colgaré tu cabeza sobre mi chimenea.

Alger aún tenía su sonrisa burlona, estaba celebrando en sus adentros haber hecho que Black Hat se afligiera y que borrara su sonrisa, era algo que jamás creyó lograr.

—No miento, de hecho, ambos iniciamos una bonita amistad, incluso él me dio un regalo —dijo mostrando el llavero en forma de avión que le había entregado Flug. 

El demonio posó su vista en el llavero y dejó escapar un gruñido.

—Me dijo que era algo para pensar en él —continuó hablando el vampiro mientras ladeaba el avioncito—. Se fue de prisa y no pude darle algo. Pero ten, esto es de mi parte, dile que es para que él también piense en mí.

Alger meneó la mano apareciendo una perfecta rosa roja sobre su palma, luego se la ofreció a Black Hat.

El demonio sentía que sus entrañas hervían y como un nudo hiriente se formaba en su pecho. Eran verdad sus sospechas.

Miró la rosa por un segundo, y luego al vampiro que lo observaba con una sonrisa triunfal. Tomó la rosa, ésta se marchitó al contacto con él dejándola con un color opaco y con los pétalos tan débiles que comenzaban a caer.

—Es un gesto ridículo, aunque... Creo que un detalle así se vería mejor en la tumba de tu esposa —dijo avivando su voz, la sonrisa de Alger desapareció de inmediato poniendo una expresión dolida siendo ahora Black Hat quien daba una enorme sonrisa disfrutando de la expresión del hombre, luego despareció en una sombra dejando caer la rosa al suelo. Alger chasqueo los dientes, odiaba que hablaran de su amada, más si lo hacía él, quien era el culpable de su pérdida, quien le había quitado todo lo que amaba.

Cerró los puños, era lo menos de esperar después de hablarle de esa forma, aun así estaba dispuesto a seguir con su plan, se dirigió de nuevo a su silla llenando su copa mientras sonreía forzadamente.

«No cantes victoria, Black Hat, conoceré tu mayor debilidad y será el lindo de Flug quien me lo diga», pensó mirando el pequeño avión. 

━━━━━━ ◦ ❖ ◦ ━━━━━━

╭─────────────────────◇◆

NOTA: Alger ha tenido fans desde el primer momento que apareció, yo agradezco mucho su cariño y me sorprende mucho el diseño que le acreditaron, cuando me lo inventé era un diseño muy diferente a lo que terminó siendo, todo gracias al primer fanart. Y la verdad me terminó gustando todavía más. Les agradezco cada fanart de todo corazón.  Tengo que mencionar que de los mejores regalos que me han dado en la vida es el fanart de Alger (un obsequio de una amiga) porque es comisionado a la mismísima creadora del AU en el que se basa el fic. No termino de agradecer. 

╰─────────────────────◇◆◇

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top