NOTAS: Yep, la canción de este cap es la canción de cuna que le canta Flug a su baby. 

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Ya estaban preparados, sólo quedaba por guardar las últimas pertenecías. Flug le había comentado a su amigo que partiría de nuevo a su hogar y aunque Slug parecía en desacuerdo no se negó. Ambos estaban en la habitación de Slug, el castaño tenía alzada a la bebé mientras que su amigo preparaba una maleta.

—Voy a extrañarla— dijo mientras doblaba la ropa y la ponía en la maleta.

—Puedes ir cuando quieras, llama a diario.

—No quiero ser una molestia, además, tienes mucho que hacer, con ambos.

—Ya sé. Ha pasado un día, Black Hat ha actuado un poco raro, creo que piensa demasiado— dijo mientras miraba por la única ventana, de ahí se veía a Black Hat en medio del jardín, él miraba hacia lo lejos mientras se posaba en su bastón. —Aun me preocupa demasiado.

—Lo he notado, ¿cómo va con ella? Apenas que si la alza y cuando lo hace es por poco tiempo, actúa como si le tuviera miedo.

—Pues es mejor de lo que imaginé. Aunque hay algo muy raro; Elyn llora cada vez que él la alza, por eso es incómodo para él. Fue normal la primera vez, creí que era porque lo desconoció, pero pasa cada vez, de hecho, se pone inquieta simplemente con estar a su lado.

—Creo que no será problema, es su padre. Se acostumbrará a él— dijo Slug cerrando la malata, se acercó a él y tomó entre sus dedos los pequeños cachetes de la bebé, ella estaba chupando su mano y babeando demasiado. —Listo, esta todo empacado, ¿seguro que no quieres quedarte otro poco?

—Completamente— contestó mientras ambos comenzaban a salir. Flug sostuvo bien a su bebé y aprovechó el silencio para agradecerle a Slug:

—Siento que has hecho mucho por mí y que a cambio yo arruiné tu vida.

—No es así Bolsa. Yo fui quien arruinó todo, no te sientas comprometido con White, él está ahí afuera y no irá a ningún lado, no va a lastimar a nadie. Ahora sólo me resta tratar de encontrar la manera de ayudarlo. Me encantaría que hubiese una palabra para que volviera a ser él, tal como pasó con Black Hat.

Su amigo agachó la mirada con pena y no dijo más. Al llegar abajo vieron a Clemencia quien los esperaba.

—Ya es hora, ¿dónde está él?— dijo y luego guardó silencio, enseguida corrió detrás de Slug. Black Hat había aparecido detrás de ella y al notarlo se llenó de miedo. Slug sonrió. Se dio vuelta y le dijo en voz baja a Clemencia que llevase la última maleta, ella obedeció.

—Cuida a la bebé. En tu casa es invierno, así que arrópala bien— comenzó a decir Slug en su despedida. —Cuida de esa cicatriz y si tienes molestias consulta a tu doctor de cabecera, ósea yo.

—Ahora resulta que eres un cómico— contesto Flug con buen humor. Luego se acercó a Black Hat y le entregó a la bebé, él reaccionó un poco exaltado, pero no tuvo otra opción, Evilyn comenzó a llorar así que Flug se dio prisa a abrazar a Slug, fue un abrazo fuerte y largo.

—Gracias, Slug— le susurró. En ese momento entro Clemencia y al verlos gritó:

—¡Hora de los abrazos!

Ella corrió y los abrazó a ambos, ellos rieron.

—Bien, basta. Es hora de que partan— dijo Slug. Clemencia abrazó otro poco más a Flug y al separarse rebuscó y sacó una gran barra de chocolate para ofrecerla al villano.

—Guarde la barra más grande. Ten. Cuídate mucho y a tu bebé, te voy a extrañar Keny.

Flug tomó el dulce y lo guardó.

—Gracias, yo también te echaré de menos, también fuiste de gran ayuda. ¿Qué harán ambos ahora?

—Nosotros tenemos que seguir adelante, seguir con la palabra de nuestro mentor— dijo Slug.

Flug iba a contestar, pero miró en dirección a Black Hat, él mecía a la bebé con un poco de frustración, ella lloraba cada vez más y no hallaba forma de que estuviese quieta. Así que Flug fue y la alzó mientras le hablaba tiernamente para llamar su atención, la nena lo miró y aunque no dejó de llorar estuvo ligeramente más calmada.

—Lo siento, ya saben como es. ¿Hay algo que tengas que decir Black Hat?

El demonio miró a Slug y luego a Clemencia y simplemente asintió, luego se dio la vuelta en dirección a la puerta y caminó a ella. Cuando estuvo fuera Flug sonrió.

—Él quiso decir gracias— habló. Clemencia, así como Slug aprovecharon que Black Hat no estaba para acercarse a la bebé y llenarla de besos. A la pequeña eso parecía gustarle ya que dejó de llorar.

Después de eso Flug dio un par de palabras de agradecimiento y salió cuando Black Hat lo llamó.

El par de héroes se quedaron ahí y cuando escucharon al carroce andar Slug le tomó la mano y dijo muy decidido: —A trabajar.

Ella sonrió y después de un beso rápido en la mejilla fue a cumplir con sus obligaciones.

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Cuando regresaron a la mansión Flug tuvo un feliz reencuentro con su oso y los demás. Todos estaban emocionados de verlo a él, a la bebé y por supuesto, a Black Hat. Hubo mucho que explicar, pero Demencia y 5.0.5 no parecían poner atención, ellos iban ansiosos a su lado para ver a la bebé.

El oso azul saltaba, él apenas tocaba la carita de la bebé y su colita comenzaba a moverse. Demencia parecía que quería quitársela, no se callaba y jalaba a Flug rogando por que la dejara alzarla. Pronto Flug y Demencia comenzaron a discutir, él abrazaba a su bebé pero ante el bullicio ella comenzó a llorar.

Black Hat fastidiado por todo ese ruido fue y gritó:

—¡Demencia! ¡largo! Y tú, pequeña abominación, tienes tres segundos para que desparezcas de mi vista.

La chica y el oso lo miraron y luego a la bebé, pero no dudaron, ellos salieron deprisa.

Flug movía a su hija ya que no dejaba de llorar.

—Tiene hambre, además está irritada, seguramente por el viaje. Fue demasiado largo para ella, o debe ser por esa escuincla molesta.

Black Hat se llevó la mano a la nuca, parecía cansado. Flug se acercó a él.

—¿Me ayudas a preparar un biberón? Ella por ahora sólo bebé leche, su fórmula está en una maleta, pero antes tienes que calentar agua.

Black Hat asimilo lo que Flug dijo, asintió y fue por lo requerido. Flug fue a la cocina y tomó asiento con su bebé, él le dio las indicaciones a su pareja y reía tiernamente al ver a Black Hat maldecir porque no tenía ni la más mínima idea de cómo preparar un biberón.

Así que cuando creyó que estaba listo se la entregó.

Flug lo miró con recelo.

—Agítala bien, tampoco se la puedes dar así como así, revisa que no esté muy caliente.

Black Hat bufó, la agitó con brusquedad y luego miró con duda, no sabia qué hacer.

—No se te ocurra beber de ella. Ja, mi amor, pon unas gotas en tu muñeca.

—¡Mejor hazlo tú!— le gritó mientras extendía su mano.

Flug rodó los ojos.

—Bien, pero serás tú quien le dé de comer— dijo, se levantó y le entregó a la bebé, luego tomó el biberón y puso un par de gotas en su mano.

—Acertaste, está perfecta. ¿Ya viste que no es tan complicado? Hay que llevarla a su habitación, Elyn come y duerme enseguida. Ya te habrás dado cuenta que duerme la mayor parte del día.

Black Hat le dio con prisa a la bebé y cuando Flug la sostuvo bien lo tomó entre sus brazos. Flug parpadeo bien, se dio cuenta que ahora estaban en la habitación que ambos armaron para ella.

Flug miró alrededor, había esperado mucho por estar ahí con ella y ahora no podía contener su felicidad. Después de que Black Hat lo bajara fue al interruptor para prender la luz. Ya era de noche.

Todo estaba intacto; los peluches, los colchones, sillones y la cuna con los murciélagos de cristal. En lo qué él inspeccionaba Black Hat se quitó su gabardina y remangó su camisa rojiza, aflojó el nudo de su corbata y se estiró.

—Ven, te enseñaré cómo se hace— le dijo Flug mientras le indicaba que tomara asiento en la silla mecedora. Black Hat fue y se sentó luego la tomó con nerviosismo.

—¿Por qué es así, por qué es tan inquieta al estar conmigo?— preguntó Black Hat cuando ella comenzó a quejarse y mover sus piernas.

—No lo sé, siempre lo hizo cuando estaba dentro de mí, pero no creí que ahora se ponga a la defensiva. Es cuestión de que tenga confianza. Por eso es importante que la alimentes y le des de tu calor— le dijo mientras le daba el biberón e iba a buscar pañuelos explicando que ella derramaría un poco. Le dio las indicaciones de cómo debía hacerlo y al final Black Hat acercó el chupón a la boca de la bebé. Ella movió la cabeza con irritación, pero Black Hat no le dio opción e introdujo el chupete.

La niña dejó de moverse al saber que se trataba de su leche tibia. Comenzó a calmarse y ahora sus pequeñas manos se levantaban mientras bebía dando pujidos.

—Muy bien, no te olvides del contacto visual, así pronto te reconocerá.

Black Hat se mordió el labio, pero hizo caso; se acercó a ella y le sonrió, la niña puso sus ojos en él sin dejar de comer. Poco a poco sus ojos se fueron cerrando y el movimiento de su boca se hacia más lento. Cuando dejó de beber Black Hat retiró el biberón. Ella se sobresaltó por eso, parpadeo bien y entonces su labio tembló mientras comenzaba a tomar aire para comenzar a llorar.

La sonrisa de Black Hat desapareció de inmediato.

Flug suspiró. —Es normal, dámela, se tranquiliza rápido conmigo, además ya es su hora de dormir y no hay nada que la relaje como sus canciones de cuna.

Black Hat se la entregó, se levantó y cruzó los brazos.

—No soy el indicado para esto. Un bebé es demasiado frágil y pequeño.

—No te lo he dicho; ella nació más pequeña de lo normal, pero todos los bebés son así de frágiles. Es difícil de cuidar, a ella la tengo que acompañar todo el día, es cansado. Comprendo que esto no es lo tuyo, pero lo has hecho bien.

Black Hat no respondió, él miró a Flug, el chico parecía bastante cansado, aun así, comenzó a andar de un lado a otro con Evilyn, le daba golpes en su espalda y la hacia eructar. Luego se acurrucó contra él y entonces Flug comenzó a cantar con voz moderada y con mucha calma mientras la masajeaba estimulándola a dormir.

Black Hat dio una ligera sonrisa, su pareja cantaba de una forma muy tierna y la letra no era más que una perfecta canción de cuna.

Al final la niña quedó dormida y Flug la metió en su cuna y hasta entonces el demonio se acercó inclinándose para observarla. Sus cabezas sobresalían, ambos padres la miraban dormir. Black Hat alzó su mano y se dirigió a ella para darle exactamente tres suaves toques en su diminuta nariz. La bebé masculló y suspiró sin despertar.

Flug apretó su lengua con sus dientes, evitaba reír, pero no podía, ellos eran tan adorables. Después buscó en uno de los cajones y sacó una pequeña tableta, al activarla se mostró la imagen de ellos en la habitación. Flug miró a la cámara y asintió para sí mismo.

—Ya podemos dejarla sola— susurró y apenas había dicho esto Black Hat lo sujetó de su mano y lo llevó a su habitación gracias a su magia.

Flug miró a su alrededor, luego a su amante y alzó una ceja mientras tomaba la tableta con ambas manos.

—Tus poderes han regresado— dijo mientras se acercaba a la cómoda y ponía la pantalla que mostraba la habitación de la bebé y a ella en su cuna.

Black Hat suspiró pesadamente.

—Sólo una parte— le dijo, y al cruzarse sus miradas ambos se detuvieron.

—Extrañaba tu habitación, y las sábanas de seda— dijo antes de brincar a la cama y abrazar una almohada.

Black Hat también se acostó. —Nuestra habitación— corrigió y luego lo abrazó por un largo tiempo. Al separarse Flug notó que la expresión de Black Hat era demasiado seria y preguntó qué pasaba. Su pareja pensó por mucho tiempo antes de hablar.

—Sólo pienso, aun estoy confundido con ella, también estoy confundido respecto a Alger porque tal vez ahora estás conmigo y Evil esté bien, pero al final dormirás y entre tus sueños dirás su nombre.

Flug retrocedió, atrajo su hombro y se encogió. Estaba avergonzado, realmente apenado. Black Hat había cambiado desde lo último, tenía razón cuando había dicho que haría muchas preguntas, él prometió que respondería todo, pero a veces era difícil. Sus preguntas eran duras e incomodas.

—Eso... eso se acabará, aun tenemos que hacer que el lazo se rompa.

—Ese es el problema— interrumpió con voz firme. —Tal vez mejoré sólo un poco, pero esto sigue siendo inevitable. Aun siento que el aire me falta y mi corazón duele. Ya no hay nadie que pueda ayudar.

Flug evitó verlo poniendo su atención en la imagen de su bebé.

—Al menos la conociste— dijo junto con un suspiro con sus ojos cristalinos.

Black Hat atrajo su mirada y no hizo mas que besarlo.

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Al día siguiente Black Hat se despertó por un dolor es su pecho. Al incorporarse notó que estaba sólo en la habitación, miró a todos lados y por último a la pequeña pantalla, luego salió a toda prisa, abrió la puerta de la habitación de Evil y ahí estaba Flug con ella. La bebé buscaba con sus manitas el rostro de Flug y en su boca tenía su chupete. También tenía un traje diferente a la noche anterior. Pero su mirada era más para su amante; él usaba sus pantalones simples, su camisa con estampado de avión y su bata blanca.

. Black Hat cerró la puerta, iba a decir algo, pero no lo hizo, sino que se llevó la mano a la cara.

—¿Qué es ese desagradable olor?

—Acabo de cambiarle el pañal. Te perdiste de eso, pero no lo harás con su baño de medio día.

—Jamás le cambiaré el pañal, que asco— reprochó al mismo tiempo que se acercaba, la bebé escucho la fuerte voz de su papá y se movió incomoda. Flug cambio la posición en que la alzaba, acurrucándola en su hombro para darle palmaditas a su espalda.

—El chupete la calma, estará despierta por algún rato— pero se detuvo ya que su estomagó gruñó.

Black Hat lo miró de arriba a bajo. —Iré a traer algo para ti— dijo dando la vuelta y retirándose a toda prisa.

Luego de su desayuno Flug bajó con ella y 505 se acercó emocionado por conocerla mejor. Flug se sentó con él y habló por mucho tiempo sobre todo lo sucedido. También hubo tiempo para hablar con Demencia, ella ya no se mostraba tan ansiosa y mejoró su comportamiento para tener la oportunidad de poder alzarla.

El día trascurrió rápidamente hasta llegar la hora de su baño, Flug preparó todo, la desvistió por completó y le indicó a Black Hat qué debía hacer. El demonio la sostuvo en sus palmas y lentamente la bajó hasta que tocó el agua de la pequeña tina, la bebé al sentir el agua movió sus manos y piernas con emoción. Flug comenzó a mojarla y a frotar su cuerpo con un poco de espuma, también lavaba su delgado cabello dorado. Por otro lado, Black Hat estaba maravillado, su pareja hacia todo con mucha seguridad mientras él a veces evitaba incluso tocarla. Y es que le parecía extraño, nunca había alzado a un bebé, eran tan frágiles, pequeños y su piel tan suave que creía que la cortaría tan solo con acariciarla.

Cuando termino su baño Flug la secó y cambio, Black Hat lo miraba sin decir nada, su bebé lo había sorprendido porque despertó un sentimiento de curiosidad en él, su despreció ya no era tan significativo, o al menos eso pensó.

Pasaron los días y supo que tan dependientes eran los bebés. Los celos de Black Hat volvieron a aparecer porque Evil acaparaba toda la atención de Flug, todo el tiempo estaba a su lado en esa habitación, ya no charlaba con él como antes y a veces estaba obligado a dejarlo solo porque Evilyn lloraba al verlo.

Poco a poco el cansancio se hizo más evidente en Flug, por las noches apenas terminaba de dormirla con sus canciones de cuna de inmediato quedaba dormido en el sillón. Black Hat iba por él y lo llevaba a la cama, se dormía abrazado a él completamente feliz, pero eso no duraba demasiado, porque la bebé lloraba de madrugada. Flug se veía obligado a levantarse e ir inmediatamente con ella.

Él los miraba desde su cama con la tableta, no entendía cómo es que él la alzaba todo el tiempo sin quejarse. Su amante hacia o decía cualquier cosa para dormirla, pero no funcionaba.

Una vez Flug estaba tan soñoliento que no tenia fuerzas ni para cargarla. Él la llevó a la habitación y se acostó poniéndola a ella en medio, la bebé dormía bien mientras Black Hat la miraba con los brazos cruzados. Eso se convirtió en un hábito que a él no le agradó.

Estaba harto de su llanto, incluso ponía una almohada sobre su cabeza para evitar escucharla.

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Black Hat se despertó a mitad de la noche. Parpadeó y tomó fuerzas para levantarse. Miró por apenas un segundo su monóculo y su sombrero, pero no los tomó. Su gorrito para dormir era más cómodo.

Caminó arrastrando los pies, azotó la puerta del baño después de entrar y se miró atento al espejo. Abrió su boca con un gran bostezo, se quedó ahí y repentinamente dio un ligero saltó, se apretó el pecho y se sostuvo del lavabo. Comenzó a respirar más profundo por falta de aire, pero sus pulmones ardían más. Comenzó a toser y se agachó al lavabo, su garganta ardía y la tos le dificultaba respirar correctamente. La tos se hizo mas constante y pequeñas gotas de sangre mancharon el lavabo. Black Hat se limpio y retrocedió, pero sus piernas se debilitaron y cayó.

Estando en el suelo se abrazo a si mismo mientras se contraía, él quería que Flug corriese a su lado, pero eso no sucedió. Así que setuvo ahí hasta que se sintió mejor, hasta que el dolor cesó. Todo estaba tan silencioso que pudo escuchar cuando Evil comenzó a llorar, se llevó las manos a sus oídos y apretó sobre estos mientras rechinaba sus dientes, su enojó lo obligó a levantar. 

Apenas pudo caminar al principio, aunque logró que vestirse bien; su sombrero, monóculo y traje completo. Fue con pasos pesados a la habitación y la abrió de improviso con un azote.

—¡Haz que cierre la maldita boca!— gritó.

Flug estaba de pie, le hablaba y sacudía un peluche para intentar tranquilizarla, pero ante el escándalo de Black Hat ella lloró más fuerte. La expresión de Flug lo dijo todo.

—La asustaste, gracias— dijo con sarcasmo. —No me ayudas Black Hat. Es normal que lloré así, no la puedes obligar a callar.

—Claro que es normal, es lo único que hace aparte de comer y llenar su pañal.

—Sí, los que nunca cambias, sin mencionar que no te gusta preparar su biberón y a veces la meces tan bruscamente que vomita.

—¿Me estás echando en cara lo que hago por ella?

Flug lo miró de reojo.

—No. Eres padre primerizo. Sólo hago mención de tus errores, pero la verdad, ni siquiera lo intentas— dijo lanzando el peluche, poniendo atención a su bebé y moviéndola de abajo a arriba, golpeando su trasero con palmaditas esperando a que dejase de llorar.

—Sé que no soy el mejor padre, y de hecho, sí lo intento. Eres tú el que me aparta.

Flug se sobresaltó, lo miró y alzó una ceja, aunque no dijo nada, fue Black Hat quien habló.

—Sabes que llora cada vez que la tengo en mis brazos y la apartas de inmediato. Lo único que hago es darle el biberón una vez al día y he dejado de bañarla porque dices que no sé hacerlo. Eres sobreprotector.

Flug apretó los labios y contrajo las cejas. —Por supuesto que lo soy, apenas cumplirá un mes, debo estar a cada momento a su lado. Sé que debe estar más tiempo contigo, pero...

—Temes que la lastime.

—¡No! ¿Por qué te comportas así? Actúas tan raro, tan celoso de la atención que le doy. ¿O, será que sigues despreciándola?

Black Hat se ruborizó. —No, yo... yo la quiero.

—Entonces, ¿cuál es tu problema?

—¡El maldito problema es que olvidas que estoy muriendo!— gritó con gran fuerza, mientras sus puños temblaban y su pecho exaltado se contraía.

Los ojos de Flug se entrecerraron haciéndose cada vez más cristalinos. Él suspiró agachando la mirada.

—Yo... no lo he olvidado. Es sólo que... después de todo lo que ha pasado. Black Hat, admito que me he equivocado, mi plan era que ustedes siempre estén juntos, pero los cuidados de un bebé son muchos, he sido egoísta. Aunque, debes saber que no hay preferencia, ella es mi hija y tú eres a quien más he amado. La relación padre e hijo es algo que debemos tener en común, sí te he apartado, lo lamento. Es que cada vez que veo su carita me hace sentir paz. Volvamos a empezar, cuidaremos ambos de ella y así estaremos juntos. Pero por favor, no vuelvas a decir eso. 

Black Hat bajó los hombros y suspiró para tratar de relajarse, retrocedió y se recargó en la pared pintada. Admitió que él también estaba cometiendo un error.

—Y yo odio esto, amando y peleando. Acusando y negando todo el tiempo. Soy yo el que siempre comienza todo. No he aprendido la lección de cuando te dejé ir. Aveces sólo quería estar cerca, pero no estabas, ahora es el mismo sentimiento.

—Owww, me extrañas, ¿no es así?

Black Hat se agachó buscando la manera de que la copa de su sombrero ocultara su rubor. La sonrisa de Flug regresó.

—Jefecito chulo, eres un completo celoso y aun así no dejo de amarte— dijo y luego pensó, levantó la mirada y habló con entusiasmo. —Mañana por la noche, tú y yo tendremos una cita, como lo era antes, excepto que esta vez seré yo quien te de una sorpresa.

Black Hat se acercó y le dio un beso, pero el llanto de la bebé lo molestó.

—Sólo es cuestión que le cante— dijo mientras iba a la cuna.

Black Hat fue tras él y acaricio la cabeza de la bebé.

—No debí gritarte Evil— dijo sinceramente. 

El chico se enterneció. 

 —No, no debiste. A mí tampoco me deja dormir y no pierdo los estribos.

—Esto es diferente Flug, ¿recuerdas que puedo percibir lo que siente? Bueno, podía. Mis poderes se van, he dejado de tener esa corazonada que sentía cada vez que me le acercaba. Quiero saber qué es lo que necesita— dijo y luego dio un ligero sobresalto ante una idea. Black Hat retrocedió, se quitó sus guantes, apenas alzó sus manos y unas sombras trajeron lo que necesitaba. Flug abrió la boca al ver que Black Hat tenia en mano su violín.

—¿Tocaras para ella?

Black Hat acomodó el instrumento y puso el arco sobre las cuerdas. —Sí, para mi hija siempre lo haré— dijo empezó a tocar. La música era lenta y en cuanto la bebé escuchó la melodía dejó de llorar, ella movía sus ojos en busca del ruido y estuvo completamente quieta hasta que melodía acabó. Luego de ello Black Hat se acercó. Cuando Evil reconoció su rostro dio una tierna risa.

—¡Woow! Ella jamás se ha reído así— aseguró Flug quien no dejaba de mover sus manos de emoción. 

Black Hat limpio las lágrimas de su bebé con su pulgar y entonces ella lo tomó y se la llevó a la boca para chuparlo. Blak Hat se sobresaltó, luego bajó los hombros y sonrió, hubo un extraño secamiento de tranquilidad o mas bien como dijo Flug; ella le dio paz.

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NOTAS: BH no mmes!!! jajajaja es normal que el papá se ponga celoso tras la llegada del bebé. El wey tenía que darse la idea que un bebé no es una mascota jejeje. Por cierto, Flug es muy sobreprotector. Errores de padres, ya van aprendiendo.