66: Familia

Slug llegó a la casona, estaba exaltado, su pecho se sobresaltaba y su respiración se entrecortaba, trataba de controlarse, debía ayudar a Flug y cada segundo contaba.

Cuando llegó se alivió un poco al ver a su amigo, él estaba siendo atendido por Clemencia, aunque él aun estuviese inconsciente.

—Slug, ¿qué le pasa a Kenny?— preguntó la chica mientras le acariciaba su frente. —¿Qué te pasó a ti? Estás sangrando.

—Clem, ahora no tengo tiempo, necesito que me ayudes, límpiate y ve por el equipo quirúrgico. Es más importante Flug.

—¿Qué? Pero...

—¡Ve, ahora!

La chica asintió y salió con prisa. Slug acomodó bien la camilla donde se encontraba su amigo y con cuidado lo llevó a una sala especial donde se encontraba todo lo que necesitaba. Le dio vuelta para acostarlo y vio los hematomas que se empezaban a marcar en su cuello, eso le motivo a darse prisa.

No se distraería, acomodó a Flug, le quitó su ropa, él hizo lo mismo con su saco, se remangó y lavo bien sus manos para después ponerse una bata, cofia y demás.

Cuando Clemencia llegó Slug ya estaba completamente listo, Flug estaba con una mascarilla de oxígeno. Slug prendió la gran lámpara. Tomó el estuche y buscó el bisturí comenzando con su labor.

Al principio todo fue fácil, los cortes a cada capa de piel, y por fin lo más esperado. Slug hizo todo con cuidado y al escucharla llorar por primera vez su corazón sintió el más grande alivio. Él la entregó a Clemencia quien se encargó de lo demás. El proceso que seguía era mucho más difícil, pero tras un par de horas lo logró, todo había salido bien.

Slug apenas tuvo un descanso, en cuanto dejoóa su amigo fue directamente con Clemencia. La chica había recibido a la bebé, la bañó y siguió las especificaciones.

—Slug, ¿cómo esta él?— preguntó en cuanto lo vio.

El chico tomó su mano y asintió con una sonrisa, ella dio un salto de emoción. Enseguida lo guio a la incubadora y ambos la miraron con detenimiento.

Slug limpio sus lágrimas, no pudo evitar llorar en cuanto la vio, era una bebé pequeña, tal vez un poco más pequeña de lo que debería por eso la incubadora era necesaria. La bebé estaba calmada, llevaba solamente un pañal y unos suaves guantecillos para sus pequeñas manos.

—Es tan pequeña... y rosada— dijo Clemencia, ella también estaba emocionada.

—Hiciste un buen trabajo, Clem, gracias.

—No es nada, White ya me había explicado que tenía que hacer... sobre eso, él no está. Fue con Flug y no regresó y ahora tú con esas heridas. Él te hizo esto, ¿verdad?

Slug se conmovió por la tristeza de la chica. Todo había pasado tan rápido, la pelea y la llegada de la bebé.

—Te lo explicaré todo, pero ahora no, necesito estar al pendiente de la pequeña y de Flug— dijo mientras se acercaba más a la incubadora, metió su mano por uno de los orificios y acaricio su cabeza. —Nos alegra que estés aquí nena, nos tenías muy preocupados— habló de manera tan conmovedora.

—Llámala por su nombre— interrumpió la chica.

Él se volteo de manera apresurada. —¿Su nombre? Aún no sabemos su nombre, Black Hat es quie lo dirá.

La chica miró a la bebé. —Sí, Black Hat la nombró. Él mismo vino y le entregó el nombre a White.

—¿Tú lo sabes?

—Sí, es Evilyn. Es un bonito nombre.

Slug quedó con la boca abierta, meditó un poco y luego le dijo en voz baja. —Vaya, "Evil", ja, tenía que nombrarla él. Clem, no le digas el nombre a Flug, él mismo tiene que saberlo de la boca de Black Hat. ¿De acuerdo?

—Bien, lo correcto que su papi le diga.

El chico le agradeció nuevamente. Slug regresó a cuidar de su amigo, Flug estaba inconsciente aun así él se quedó a su lado para hablarle, ese era su consuelo porque no podía dejar de pensar en White Hat. prometió ayudarlo, pero no sabía cómo.

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Flug abrió los ojos, todo era borroso y confuso. Trató de adaptarse a la luz, pero no lo logró. Movió su cabeza de un lado a otro, parecía estar en una habitación impecable, miró la bolsa de suero y siguió el tubo que iba a su mano. Flug suspiró tan profundo como pudo. Luchaba por mantener sus ojos abiertos, aún más cuando su mirada se dirigió a su abdomen y noto que ya no era como antes. Él pasó su palma y sintió los vendajes. No sabia que debía hacer ahora, sus emociones lo confundían, había miedo, pánico, pero también una gran felicidad.

Entonces Slug entró a la habitación, él sostenía un portapapeles frene a su rostro y no se había percatado que su amigo estaba despierto, cuando lo hizo casi deja caer sus apuntes.

—¡Flug!— gritó mientras se acercaba con gran alegría. Su amigo no debía despertar ahora y seguramente estaría aturdido. —Estás despierto, ¿cómo te sientes?

Flug no contestó, simplemente parpadeo de una forma tranquila, sus ojos estaban entrecerrados y realmente parecía estar débil.

—Esta aquí Flug, ha nacido y es tan linda —dijo mientras tomaba asiento a su lado y miraba su portapapeles. —Pesa dos kilos y trecientos gramos... es un peso bajo, pero su estado de salud es muy bueno, estará en la incubadora por unos días. No tiene ningún rasgo anormal, parece que es un bebé humano completamente, seguiré observándola con detenimiento. No hay nada por qué preocuparse, por ahora ella duerme, se encuentra en una habitación cerca.

Flug extendió su mano y la puso sobre la de Slug. El héroe la acaricio.

—Todo va a estar bien, no debes preocuparte. Lamento decir esto, pero debo tenerte sedado por un tiempo, no soportarías el dolor y no debes moverte mucho a menos que quieras que la herida abra, tendrás a tu niña en brazos lo más pronto posible.

El héroe tuvo en respuesta una mirada cansada, Flug abrió la boca, pero no pudo decir nada más, simplemente dio un quejido.

—No te esfuerces amigo.

Flug negó levemente, llevó sus manos a su cuello y entonces Slug lo entendió.

—¿Estás preguntándome sobre White Hat? él... te hizo daño, ni siquiera entiendo por qué. Pero sí sé que no era él. Te dejé con él creyendo que arreglaría todo esto, ya veo que me equivoqué. Flug, White Hat ya no está aquí y no sé si pueda regresar, ahora somos tú, yo y Clem y tu loco prometido. Apenas estén bien regresarás con él.

Flug sonrió en silencio en cuento lo escuchó. Slug se levantó y comenzó a acariciar su cabello, él habló un poco más sobre el estado de salud de su bebé. No mucho después su amigo quedó dormido. Slug dejó de sonreír, no quería que su amigo lo viese mal, no ahora. Flug necesitaba estar tranquilo.

El héroe se levantó y salió, se dirigió con Clemencia, ella ya tenía listo un biberón.

—Lo preparé tal como me dijiste, ¿la temperatura está bien?

Slug tomó el biberón, lo agitó y después puso unas gotas en su brazo.

—Está perfecto. No es calostro, pero esta formula le vendrá bien a la recién nacida— dijo y enseguida fue a donde ella se encontraba. Con cuidado la sacó de la incubadora y en cuanto la bebé sintió el tacto comenzó a llorar.

—Tranquila, solo soy yo, el tío Slug —dijo acariciando su frente, la tomó bien, cuidando de sostener su cabecita, la arrulló en sus brazos, y se sentó con ella. Slug le dio el biberón y aunque la bebé tirara la leche al principio él fue paciente para limpiarla e intentarlo de nuevo. La bebé comenzó a beber tranquilamente y poco después entró calma.

—Lo haces bien— dijo Clemencia en voz baja, ella lo miraba de lejos. —Sí algún día tienes hijos te aseguro que serás un buen padre.

Slug la miró con sorpresa, puso el biberón de la nena en la mesilla y se levantó para ponerla en su pecho, la bebé no hacia más que algunos pucheros tiernos mientras él le daba unas ligeras palmaditas en su espalda.

—No lo creo. Nunca me he imaginado con hijos, pero seré alguien incondicional para esta pequeña. Es la hija de mi mejor amigo.

La chica cruzó los brazos. —Eres bueno con los niños, lo sé, te encantan, pero... cambiando de tema Slug, qué pasó con Whitte Hat.

Slug llevó a la bebé a la incubadora y se quedó mirándola con pesar. Él decidió contarle todo lo ocurrido con White, la chica no podía creerlo porque él había estado bien en los últimos días.

—Ahora que lo sabes te prohíbo que te acerques al bosque.

—Entonces, él está ahí en una especie de prisión mágica, debemos ayudarlo.

—Lo haremos, pero no puedo ahora, mira, es una recién nacida y él ni siquiera puede hablar. Además, él se corrompió, ya no hay bondad en él, ya no es quien conociste. No te ponga triste Clemencia, lo vamos a solucionar sin importar qué, sólo debemos ser inteligentes y cuidadosos.

La chica sintió insegura. —Esta bien, pero tienes que saber que él cuidó muy bien de Flug, estuvo al tanto de él; preparaba sus comidas, lo ayudaba a bañar, caminaba a su lado. Todo parecía bien.

Slug se marido el labio, ya no tenia nada que decir para consolarla.

—Era inevitable que pasara esto. Por ahora ve con Flug, verifica que duerma y si no es así adminístrale más sedante, yo iré arriba mientras ella duerme.

Clemencia dio la vuelta y se fue, él hizo lo mismo después de verificar que la bebé estuviese profundamente dormida. Slug corrió a su habitación, sabía que ahí tenía una sábana para la bebé. Aunque al abrir la puerta parpadeo con asombro; su habitación estaba reluciente, los libros perfectamente acomodados, las mesas limpias y su cama bien tendida.

—Así que te quedaste en mi habitación —dijo mientras entraba y miraba atento. —Se supone que tenias que descansar, en cambio limpiaste todo mi desastre, ¡ja! Incluso huele a gel antimaterial.

Slug carcajeo, pero no dejó de buscar. Al final encontró lo que buscaba, además de las maletas de su amigo, abrió un par de ellas y encontró justo lo necesario; ropa para la bebé. Eran pequeñas prendas que él le había dado, también encontró juguetes y mamelucos que seguramente Flug compró, o incluso, regalos de Black Hat.

Él tomó asiento en su cama mientras revisaba las cosas, no mucho después se sintió incomodo, se había sentado sobre algo y cuando lo sacó se sobresaltó, luego carcajeo. Lo que había en su cama era un títere de felpa con la imagen certera de Black Hat.

Él sonrío de manera cómica, luego quedó completamente serio, pensaba en Black Hat y se preguntaba si de alguna manera se había percatado del nacimiento de u hija. ¿Cuál era su estado de salud? ¿Devia ir con él?

Slug suspiró. —Creo que debería decirte que ambos están bien— le dijo al títere. Luego tomó las cosas y salió.

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Los días trascurrieron, Slug se hacía cargo de la bebé al igual que de Flug. Ese día en especial él se encontraba muy feliz, ya era hora de que Evilyn dejara la incubadora. Así que la bañó, le puso un pañal limpio y la vistió con un traje negro que iba junto con un gorrito con orejitas.

—Te ves adorable— le dijo mientras la arrullaba y en cuanto quedó dormida la acostó en su nueva cuna. Slug tomó un termómetro y registró su temperatura.

—Mmm... al parecer tienes un nivel ligeramente alto, igual que tu papá.

En ese momento entró Clemencia con prisa.

—¡Ey! ven ahora, se trata de Flug.

Él fue de inmediato tras ella y al llegar vio un plato de sopa derramado en el suelo y a su amigo quien se movía bruscamente, aparentemente adolorido.

—Tú ve con ella— le ordenó y Clemencia se retiró.

Enseguida se acercó a su amigo y trató de tranquilizarlo.

Flug sostenía su abdomen, parecía enojado. Hablaba sin sentido y Slug se vio obligado a sedarlo de nuevo.

Una vez que Flug despertó nuevamente se dio cuenta que su amigo estaba inclinado a su vientre, limpiando la herida.

—Clemencia me dijo que te estaba ayudando a comer y en segundo intentaste levantarte, hiciste una gran rabieta y tus movimientos hicieron que tu herida sangre, ahora debes esperar una semana más para que retire los puntos —dijo mientras comenzaba a poner gasas sobre la herida limpia.

—Slug...— habló por fin, aunque de manera forzada y débil. —¿Qué le hiciste a mi bebé?

Su alzó sus cejas y se detuvo por apenas un instante. —¿Qué crees que le he hecho? Ella está bien. Va progresando.

—¡No soy idiota! Me has tenido drogado por bastantes días, ni siquiera he escuchado su llanto, no la he cargado, no la he visto. Si le ha pasado algo sólo dímelo y no me tortures de esta manera.

—¡Eh! Calma, no es motivo suficiente para que intentaras levantarte, te dije que no lo hicieras, estás muy débil y si dejo de sedarte sufrirás de horribles dolores. La cirugía que hice no fue fácil, tardará en sanar tu interior. Y sobre tu bebé, no culto nada, ella está muy bien, ¿por qué he de ocultarla? Es sólo que debía estar en incubadora, le he hecho varios análisis para saber sobre su estado y al parecer todo está perfecto. Te lo demostraré, la traeré justo ahora —respondió con calma mientras se levantaba con los vendajes sucios y salía.

Flug esperó con ansias, cada segundo se sintió eterno, él hubiese querido ver enseguida, en cambio espero toda una semana, pero al final la vio y su corazón dio un vuelco, su cuerpo se estreñido y no pudo evitar que sus ojos se llevaran de lágrimas. Era la más grande alegría que había sentido jamás.

—Es hora de que conozcas a papá— dijo Slug cuando se acercó con ella, la bebé estaba envuelta en una ligera sábana color negro. —Creció un poco, pero la ropa que tienes para ella es perfecta. Estaba dormida, así que por eso se ve adormilada— habló mientras se inclinaba y se la daba.

Flug estiró sus brazos y al cogerla de inmediato la abrazó, la rodeo con sus brazos y sintió que todo había valido la pena. Su bebé era tan pequeña y frágil que sentía que podría lastimarla por eso la agarraba con delicadeza.

La miró fijamente con una sonrisa acompañada de lágrimas. —Hola bebé —le dijo mientas acariciaba su mejilla. La bebé abrió los ojos, bostezó y luego mascullo con ternura. Flug se acercó, besó su frente y toda su carita, simplemente no podía evitarlo, al último acaricio su mejilla con la de él. —Por fin te tengo en mis brazos, por fin estas aquí. Después de todo— decía con la voz rota.

Su amigo no pudo evitar llorar, era apenas una lagrima de felicidad y tranquilidad.

—Es tan igual a ti— le dijo. Flug no dejaba de verla con tal asombro. Él quería guardar el momento en que la vio por primera vez por eso admiraba con tanto cariño, tocaba suavemente su frente, su boca y sus manos, la bebé también lo miró y cuando Flug examinaba sus pequeñas manos ella sujetó uno de sus dedos y lo llevó a su boca. Él sonrió por aquel acto tan significativo.

La recostó sobre él y comenzó a arrullarla. —No quiero apartarme de ella— dijo con gran felicidad.

—Ahora que no estará en la incubadora puedo traer su cuna a esta habitación, puedes cargarla y darle su biberón de ahora en adelante. Por fin puede estar al lado de su papá.

Flug asintió, seguía acariciando la espalda de la bebé mientras ella balbuceaba.

—Gracias Slug, no lo hubiera logrado sin ti... yo, lamento ser quien arruinara todo entre tú y White.

—¡Wooww! ¿qué? Flug, no es tu culpa, ¿acaso White te hizo creer eso?

Su amigo asintió con vergüenza.

—Pues eres un soquete si lo crees.

—Es sólo que, por mí White cambio, dijo que yo era quien lo arruinó todo. Al principio no lo creí porque... bueno, leí tu diario.

Slug hundió los hombros y sus mejillas se tornaron rojas.

—Pero, tenia razón, en algunas cosas —dijo Flug con pesar. —¿Dónde está él?

Slug negó, no quería contarle eso a Flug.

—Por ahora sólo relájate, quédate con ella mientras trigo aquí su cama, se debe acostumbrar al olor de su papá.

Flug asintió al mismo tiempo que suspiraba. —No sabes lo feliz que soy. Mi bebé esta aquí, está bien. Ahora sólo falta Black Hat. White no me dejaba tener el mínimo contacto con él, aunque dijo que me ayudaría. Ya han pasado varios días y supongo que tú no le has dado aviso.

Slug negó.

—Qué esperas, ve y dile. Tiene que saber de su familia.

Slug lo pensó por un largo tiempo.

—Ambos sabemos que él está mal, ¿quieres que te vea así? Tú aun no has sanado.

—Slug, te pido esto por favor, por nuestra amistad. Él debe saberlo, ¿cuánto más hay que esperar?

Su amigo suspiró con rendición.

—Bien, pero tendrás que planear lo que pase después.

El par de amigos se pusieron de acuerdo, al día siguiente Slug se preparó para un largo viaje.

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Slug usó su atuendo habitual y al salir de la casa miró hacia el camino donde se encontraba Whie Hat, él no se atrevió a ir y es que de alguna forma sentía su cuerpo temblar al recordarlo, la forma de White era tan aterradora.

Agitó su cabeza para tratar de olvidar y se puso en marcha. Fue un viaje frustrante para él, pero llegó en muy poco tiempo. Ir a Hatsville no era tarea fácil, pero tan pronto cuando llegó supo que algo estaba diferente.

El cielo era tan tenebroso y el aire se sentía pesado. Slug ajustó bien su gabardina y se propuso a ir directamente a la mansión. Poco a poco se acercó a ella y cada vez el escalofrío crecía en él. Al llegar no supo qué debía hacer exactamente, ¿Devia entrar como si nada? Supuso que no. Sabía que a Black Hat le molestaba demasiad eso, así que quiso llegar por sorpresa.

Se paró frente a la puerta y sin dudarlo tocó el timbre, ese resonó por el interior de toda la mansión. De pronto la puerta se abrió y un Centinela apareció, este lo tomó del brazo y empezó a arrastrarlo ates de que pudiese hablar.

El robot lo llevó en dirección a la oficina, abrió la puerta y lo arrojó de tal manera que Slug cayó de rodillas. Al alzar la mirada vio a Black Hat sentado detrás de su escritorio, pareciera que él se estaba inclinando hacía él y por ello Black Hat sonrío con malicia.

—¡Black Ha!— exclamó Slug con una sonrisa, no sabía por qué, pero se alegraba de verlo. Se levantó y dio apenas un par de pasos, pero se detuvo por el fuerte gruñido del villano.

—No tengo todo el día. ¿Qué es lo que quieres?— preguntó Black Hat con fastidiado.

Slug supo de inmediato que algo había pasado con Black Hat, él se veía completamente normal y no había reaccionado al verlo, él había supuesto que enseguida preguntaría por Flug, pero no fue así. Él simplemente se notaba desinteresado.

Había papeles en el escritorio, parecía que el demonio estaba ocupado y, sobre todo, no se veía decaído o cansado, no se hundía en su sillón como las ultimas veces, su ropa estaba perfectamente alineada, su voz era tan rasposa. Para nada parecía a ese Black Hat enamorado que concia.

Tras el largo silencio de Slug, Black Hat gruño de nuevo.

—¿Vas a comprar algo o no?

—¿Eh?

Black Hat rodo los ojos y en un momento llegó frente a él de manera sombría.

—No pareces ser un villano novato— le dijo mientras lo miraba atento y comenzaba a rodearlo. —Veo que estás en forma y tienes una peculiaridad en tu cuerpo. No creo que vengas aquí por un arma, debes ser bueno en eso si es que tú mismo te has modificado. Quieres el servicio de orientación para villanos, ¿cierto?

Slug negó quedando con la boca abierta. Black Hat parecía tener sus poderes y manéjalos con normalidad, pero lo más importante; ¡Por qué no lo reconocía! ¿Qué estaba pasando?

Black Hat acababa de recibirlo creyendo que se trataba de un villano buscando comprar algo.

—No estoy aquí para negocios de tu corporación... tú, ¿por qué hablas así? ¿De verdad no sabes quién soy yo?

Black Hat se detuvo, lo miró de arriba para bajo y habló:

—Sí no quieres comprar nada supongo que estás aquí para el puesto de asistente. Te ves fuerte, pero necesito a alguien inteligente, no quiero a nadie que quiera probar su suerte. Al primer error te mataré.

Slug negó con gran ímpetu.

—¡No! No estoy aquí por eso.

Slug se apartó un paso mientras que un montón de teorías pasaban por su mente, no comprendía que pasaba con Black Hat, por qué se comportaba de esa manera.

—Escucha, no sé qué pasa y por qué actúas así, estoy aquí para traerte noticias de Flug, ¿lo recuerdas? Estabas impaciente por que mejorara ¡Y lo ha hecho!

Black Hat contrajo las cejas con duda y ladeo la cabeza. En verdad no tenía ni la más mínima idea de lo que hablaba.

—¿Qué pasó contigo? ¿Qué fue lo que te hizo White Hat?

Tan pronto escuchó el nombre del héroe Black Hat lo envolvió en un montón de tentáculos de sombras.

—Así que eres un espía de White Hat. Vaya, hace dos centenares de años que no lo veo. Sigue siento tan imbécil como para mandarme a un idiota como tú. Tan torpes que se delatan así mismo. Esa sabandija jamás aprende la lección.

—Black Hat, espera... no sé qué te pasó, pero debes creerme. Flug, el amor de tu vida te necesita. ¿Lo recuerdas a él? Lo amas con todo tu ser, tanto que te aliaste con White, a quien más odias...

Black Hat interrumpió con una gran carcajada, una tan siniestra que hizo eco y estremeció a Slug.

—¿Amor? Soy Black Hat. Yo no siento tal detestable sentimiento. Soy quien se alimenta de sus almas, quien come su carne, el que crea sus pesadillas. Soy el dios del miedo— decía con orgullo mientras que el ambiente se hacía mas siniestro y más sombras aparecían.

Slug sentía como las extremidades se lo apretaban más, empezaba a quedarse sin aire, sentía que en cualquier momento sus costillas se romperían por eso hablaba con más dificultad.

—¿A caso no sientes como si algo te faltara?— preguntó y en cuanto el demonio lo escuchó Slug sintió que su apriete se debilitó, por ello siguió hablando:

—Sé que sí. Debes sentirte vacío, ¿no crees que es extraño? Ese malestar que tienes, el dolor de tu pecho y, sobre todo, no sabes por qué tu corazón esta latiendo, ¿cierto?

Black Hat lo había estado escuchando con una expresión de total pasmo. Era verdad, todo lo que había dicho ese extraño era verdad.

—Se debe a él, recuerda— continuo Slug. —Recuerda cuanto lo amas. Gracias a él tienes ese malestar, pero aun así lo escogiste. Tu corazón late por él, lo es todo para ti. Tienes que recordarlo, tu amado... Kenning Flug Slys espera por ti.

Black Hat escuchó el nombre y de pronto sintió ese dolor en su pecho. Su corazón había dado un fuerte latir, parecía una señal, pero negó fuertemente. Él lo soltó empujándolo lejos, enseguida un par de centinelas entró.

—llévenselo, es un sucio héroe, necesito pensar en la forma más dolorosa para acabar con su vida— ordenó. Enseguida los centinelas tomaron a Slug de sus brazos y comenzaron a arrastrarlo fuera. Slug trataba de liberarse, pataleaba y gritaba con desesperación, pero era inútil.

—¡Black Hat, escucha! Tu prometido, es a quien amas, él te necesita. Tienes que saber que ella ha nacido... ¡Tu hija, tu familia! ¡Recuerda!— gritó con todas sus fuerza antes de que se cerrara la puerta.

Black Hat se había quedado ahí parado, totalmente inmóvil por aquellas palabras y en cuanto se fueron agarró su pecho y dejó salir un gran respiro. No comprendía por qué ese tipo sabía tan perfectamente de su malestar, aunque sus palabras. Todo ello parecía un montón de tonterías... ¿él, prometido, hijos? No, todo eso no era verdad, él jamás se ha enamorado y no planeaba hacerlo, aun menos tener decadencia, eso era imposible.

Black Hat miró a su escritorio, aún tenía mucho trabajo, tenía que concentrarse en eso y olvidar lo que dijo el chico, él era un héroe, un aliado de su hermano, tal vez por eso sabía mentir tan perfectamente... pero, no podía ser así, su hermano ya hubiera aprovechado la oportunidad para asesinarlo. Entonces, ¿de qué se trataba?

Volvió a tomar asiento sin antes mirar detenidamente afuera. Cuando se acomodó tomó su pluma, sumergió su punta en el tintero y escribió en una hoja el nombre "Kenning Flug Slys". Le parecía tan familiar, pero negó con furia, tomó la hoja y está se calcino. No creería en eso, se negaba a la idea de que el amara, aunque no pudiese explicar el latir de su corazón.  


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❤❤❤GRACIAS POR LEER ❤❤❤


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