61: Previsión del caos

Black Hat se encontraba en su gran sillón, miraba hacia el ventanal, la nieve golpea el vidrio rojizo. Él suspiró, se hundió más en su sillón y le dio un gran sorbo a su taza, después exhaló una ligera nube. En Hatville la temperatura era baja, había estado nevando día tras día, el cielo era más oscuro de lo habitual, pero está vez Black Hat realmente sentía frío, estaba acostumbrado a dormir abrazado a Flug, el joven era tan cálido. Esa calidez lo reconfortaba, ahora no iba a su habitación a descansar pues su mente le jugaba sucio; cada vez que miraba hacia su cama parecía poder ver a Flug ahí esperándolo para abrazarlo.

Aun así, su debilidad estaba ganando y su agotamiento ya era un poco más visible. Esta noche, ante el silencio de su oficina comenzó a quedarse dormido, bajó su mano lentamente hacía un lado de su sillón, poco después la taza cayó derramando el té caliente. Su cabeza posaba de lado y así quedó profundamente dormido por algunos minutos porque de momento se sobresaltaría oprimiendo su pecho; su corazón le dolía (si es que eso fuese posible).

Apretó sus colmillos y maldijo en voz alta. Esas taquicardias eran cada vez más constantes y dolían horrible. Comenzó a respirar hondo hasta que ese dolor comenzó a disminuir y así poco a poco comenzó a volver a acomodarse. Comenzaba a dormirse de nuevo cuando un pequeño bulto subió a sus piernas, era 5.0.5.

El Black Hat de antes hubiese sacado los intestinos del animal en un segundo, aunque claramente volvería a la normalidad gracias a su regeneración. En cambio, ahora miró al pequeño cachorro acurrucarse en sus piernas. Él ladeó la cabeza.

—¿Qué haces aquí? Lárgate con tu montón de asquerosos peluches.

En respuesta el osito bufó como si rogara quedarse.

El demonio masculló, se sentía incómodo y esa tierna miradita era fastidiosa. En cambio, hizo lo que jamás creyó hacer, al menos con él. Black Hat posó su mano sobre la espalda de 505 y le dio un par de caricias despeinando su pelaje azul. La flor de su cabecita se movió con gusto y disfrutando de los apapachos frotó su carita contra sus manos buscando así más atención.

—Tan pequeño y absurdamente tierno— dijo mientras lo sostenía con sus dos manos alzándolo un poco para verlo. 505 contrajo sus patitas y sacó la lengua como un gato lo haría al estar con su amo. No le importó que Black Hat lo apretará fuertemente o que lo pusiera de cabeza y sacudiera, él seguía mostrando su lengua y un brillo singular se notaba en sus ojos.

Black Hat estaba mirándolo bien, tratando de encontrar algo conveniente en ese error. Jamás le había puesto tanta atención desde aquella vez que destrozó parte de su mansión al volverlo accidentalmente un gigante. Sonrió para sí mismo, recordaba que justo en ese momento estaba haciendo uno de sus videos promocionales y al encontrarse ante esa inesperada circunstancia no dudó en ofrecerlo como un gigante para destruir ciudades. Ese día fue divertido.

Pero claro, tras cada recuerdo era imposible que Flug no estuviese ahí, en aquellos tiempos hacía lo posible por mantenerlos alejados pues desde que supo que intentaría asesinarlo a cada momento optó por vigilar a su cachorro y darle advertencias. Black Hat siempre ha considerado a 505 como lo peor que le ha podido suceder.

Ahora recordaba bien el origen de esa aberración; le había ordenado a Flug hacer a la más terrible bestia de todos los tiempos, él necesitaba otra mascota y qué mejor que un acompañante, algún monstruo que resaltara su perfil malvado, un animal feroz, gigante, con garras y colmillos. Un ser atemorizante e indestructible que fuera leal sólo a él... en cambio, lo que obtuvo fue un extraño oso de pelaje azul y con una estúpida flor en la cabeza, lo peor; no tenía ni un sólo gramo de maldad en su ser. Era bondadoso e inocente sin mencionar que su primera palabra fue "papá". Claro, fue la primera y la última. La negativa hacia él fue instantánea, pero Flug, él lo miró con cariño y desde el primer instante lo amó. Cuidó de su error, le cambiaba pañales, le preparaba biberones y arrullaba como si de su hijo se tratara.

Black Hat se quedó pensando en ello, si Flug había sido tan atento con una criatura insignificante... ¿Cuál sería el cuidado hacia su bebé?

Aunque no se dio la idea de eso ya que 505 comenzó gruñir, él alzó la mirada y gracias al ventanal pudo ver el reflejo de su hermano quien estaba frente a su escritorio. Rápidamente soltó a 505 quien cayó de pancita al suelo dando extrañamente un rechinido curioso, tal como lo haría un juguete. Se levantó y dio la vuelta. Su hermano trató de sonreír, pero sus labios no lograron formar más que una sonrisa indiscreta.

—¿Qué haces aquí? Viniste tan sólo la noche anterior— habló Black Hat quien estaba un tanto dudoso. Se preguntaba por qué habría ido tan de prisa, ¿Flug le habría dado respuesta a su carta? ¿Acaso su prometido se encontraba mal? ¿Su hija ya había nacido?

—Hola hermano, sé que regresé pronto, pero es que hay tantas cosas en las que he pensado y qué mejor que hablar contigo para que esas dudas se aclaren. Sólo vengo por eso, no te preocupes por Flug, él se encuentra muy bien. Estaba muy emocionado por recibir esa carta. 

Black Hat dejó caer sus hombros en alivio. Después levantó las cejas y miró detenidamente a su hermano; White Hat se veía extraño, agachaba la mirada y sus manos se encontraban ocultas en sus bolsillos.

—Vaya, así que no puedes controlarlo. Tú decaimiento es rápido, mucho más que el mío.

El héroe suspiró, no estaba sorprendido ya que siendo entes semejantes tenían una extraña conexión, Black Hat, aun en su estado sabía que White no se encontraba bien, podía percibir su desesperación y enojo.

Hubo un largo silencio en el cual 505 seguía gruñendo, era un gruñido adorable de un pequeño oso. De repente se acercó a él para intentar morder su pierna. White se alejó mientras en el rostro de Black Hat una sonrisa burlona se formó. Antes de que pudiese morderlo el héroe lo sostuvo con ambas manos y un instante después lo puso a dormir para evitar que el cachorro se exaltara más, tomó su cuerpo y después de darle un beso en su pequeña cabeza lo recostó en el escritorio.

El villano vio las manos de su hermano; examinó su aspecto y el color oscuro de sus ojos.

—Tu guardián es muy lindo Black Hat— habló acariciando a 505. —Pero una cosita como esta no podrá hacer nada para evitar...

Sus palabras se cortaron, en un instante una gran sombra corrió por los alrededores y en cuanto quiso saber de quién se trataba ya estaba envuelto entre la piel escamosa de una gran serpiente. White Hat quedó absorto, aquella serpiente era la más enorme que había visto en su vida. Esta acercó su cabeza a él mientras mostraba su lengua y abría su boca con intención de morderlo.

—505 no está a mi disposición, ese tonto oso sólo limpia la mansión. Te presento a Little Jack, es única en su especie, tienes suerte de verla justo antes de su cena, le encantan los héroes como postre. Ella es mi mascota.

Black Hat carcajeó. White Hat sentía el cuerpo de la serpiente apretarlo con más fuerza mientras lo levantaba un poco del suelo, luego y tan rápido como llegó lo soltó moviéndose como una sombra y cambiando de tamaño. Ahora se encontraba en el cuello de Black Hat, él le dio una caricia a su mascota aun sonriente.

—Pero mi pequeña no come cualquier porquería, no quiero que enferme.

—Claro, debí imaginarlo, es más de tu estilo— dijo White levantándose y mirando sus manos, aun tenia esas garras.

Black Hat ya había entendido el porqué de su vista. Así que quiso escuchar, su sillón se movió por sí solo dando la vuelta para que el villano se sentara, una vez hecho habló mientras la serpiente se bajaba de su cuello e iba hacía su palma para después ir al escritorio y enrollarse sobre 505 acomodándose en su pelaje.

—¿Así que quieres saber de tu condición?

—¿Hablas de esto?— preguntó levantando sus manos. —Oh no, por supuesto que no, ya me ha pasado antes... por tu culpa.

—...

—¡Ah! ¿No lo recuerdas? Fue después de que asesinaras a todos mis amigos, mi familia.

Black Hat sonrió aún más ante el recuerdo. —Cómo olvidarlo, fue la primera vez que te vi llorar... estabas tan devastado.

White Hat se contuvo, simplemente apretó sus puños y evitó atacarlo, respiró hondo y exhaló despacio. —En aquella vez no supe controlar mis sentimientos... y creo que ahora tampoco lo estoy haciendo, aunque no vengo por eso. Estoy aquí para hablar sobre ti y Flug, cuando vine a buscarte no me hablaste abiertamente sobre ustedes, sólo me confesaste que lo amabas.

—¿Y tengo algo más que decir? Pensé que estaba clara la idea.

—Lo entiendo, sé que en verdad lo amas... pero... es algo que no mereces.

La sonrisa de Black Ha desvaneció al instante.

—Flug es más de lo que alguien como tú merece, estar con él le ha hecho daño y a ti te está matando.

—No eres el primero que dice eso, incluso Bill Cipher habló sobre una estúpida profecía relacionada a mi ruina. Yo sabía lo que pasaría conmigo al enamorarme, pensé que sería un error y aun así me dejé llevar por su manera de amar. Mis síntomas fueron peor de lo que imaginé y aun así... no quiero dejar de hacerlo. Él me ama y yo a él, no me digas que no lo merezco porque no lo entiendes.

White quedó un poco intrigado al escuchar el nombre de aquel villano místico, Bill era conocido por su locura y también por sus acertadas profecías. Aun así, habló dejando de lado por ahora aquella curiosidad.

—Dices que te ama... ¿sabes que también piensa en Alger? Un vínculo como ese no se rompe fácilmente, él ha ganado. Tienes que sobrevivir hasta ese día, cueste lo que cueste.

Black Hat enterró sus garras en su sillón. —Nadie me ha ganado ¡Jamás! Ese maldito vampiro no puede cantar victoria, yo viviré hasta la luna roja y acabaré con la estupidez que hizo con mi amado Flug.

White Hat dio una sonrisa maliciosa, algo completamente antinatural para él. —Por supuesto que él te ha ganado, te venció en el momento que formó un pacto de sangre con Flug y sobretodo, cuando tomó su cuerpo. ¿Has escuchado a Flug murmurar su nombre cuando duerme? No me sorprendería saber que cuando estaba contigo pensaba en él.

Black Hat estaba a punto de explotar, sus ojos ya marcaban una tonalidad rojiza y en su garganta se había formado un nudo, el recuerdo de Flug decir el nombre de Alger mientras dormía contra su pecho regresó y era doloroso.

No soportó ver la sonrisa cínica de su hermano y de inmediato saltó sobre su escritorio, lo sujetó de su cuello y ambos cayeron al suelo. Black Hat se veía completamente furioso.

—¿Por qué te molesta?— preguntó White Hat con una tonalidad tan apacible. —Sabes que el responsable de todo esto fuiste tú— dijo sosteniendo la mirada terrorífica de su hermano el cual dio una expresión de sorpresa.

—Sé lo que le hiciste, él daba todo por ti, te fue leal, te siguió por décadas defendiendo tu palabra y alabando tu nombre, ¿Qué fue lo que tuvo a cambio? Asesinaste a quien amaba sin justificación alguna. Ahora tú eres quien habla de amor de manera tan hipócrita. ¿Creíste que se no trataría de vengarse? Rompiste su alma y lo incitaste a esa locura. Perder a tu amor te corrompe y eso fue lo que le pasó. Dime Black; ¿No te arrepientes de hacerle daño?

—Ohhh, no me vengas con la historia enternecedora White Hat, por supuesto que no me arrepiento de nada, aún recuerdo el sabor de la sangre de esa mujer y la mirada suplicante de él. ¿Crees que iba a agradecerle? Yo no le debo nada a nadie, al contrario, cometió un error al creer que podía desquitar su furia, no me ha vencido aún.

White dio una sonrisa silenciosa. —Incluso ahora sigues siendo arrogante, ¿Por qué él aún sigue vivo? ¿Cómo es que después de tanto el siga con vida? Tú no cometes esa clase de errores. Anda, ve y sácale el corazón... oh cierto, en tu estado actual es seguro que él te mate. La idea de darle tu poder a Flug es increíble, pero primero asegúrate de llegar vivo.

Black Hat estuvo a punto de abrir la garganta a su hermano con sus garras, pero White Hat lo sostuvo y en un movimiento rápido le dio la vuelta, ahora él quien estaba sobre Black inmovilizando contra el suelo.

—No seas necio hermano, mira tu estado. Admite que se acabó. Morirás. Deja de luchar. Admite tus errores.

Black apretó sus labios, después habló con seriedad. —Amar me hizo débil, pero no estúpido. No me rendiré nunca ni siquiera ante ti. No vengas a sermonear cuando tú estás pasando por lo mismo. Ahora somos iguales "hermanito". Ni siquiera admites en lo que has fallado. Y si no vienes a hablar sobre mi prometido te puedes largar.

—No, no somos iguales, tú te debilitas, perdiste tus poderes y tu cuerpo muere. En cambio, yo... mis poderes se hacen más fuertes pero mi magia se vuelve oscura y mi cuerpo refleja el monstruo en el que me estoy convirtiendo.

—Y eso te asusta— interrumpió el villano. —No te puedo ayudar White, no puedo ni quiero. Es satisfactorio verte convertir en algo que siempre has detestado, es divertido verte perder contra tus propios demonios. Es bueno saber que también perderás...

—No moriré si eso te preguntas, he superado esto una vez y lo haré de nuevo, ¡No necesito tu ayuda!... sabes, tal vez tú no puedes ayúdame a mí, pero yo puedo hacer por ti más de lo que te imaginas. Te dije de mi promesa que hice con tu amado, no voy a retractarme.

Black Hat movió su cabeza con duda, enseguida su hermano posó más su peso sobre él y llevó su mano a su frente alzando un poco su sombrero negro.

Hubo un destello, uno tan corto como un flash y fue tan corto porque White Hat fue arrastrado por el suelo alejándose de su hermano. Little Jack lo había tomado du sus piernas y arrastrado, el héroe no se había percatado de la serpiente y en un segundo más de descuido esta lo mordió en su hombro. White Hat se levantó de inmediato y se alejó con su mano sobre la herida. Miró a la serpiente con enojo y la sujetó; apenas la había tocado Little Jack esta volvió a ser una pequeña y delgada serpiente negra.

—Maldito animal...— murmuró White sostenido a Little Jack en su mano. —Se te condenó a ser rastreara, a llevar la cabeza abajo sólo para que seas pisoteada— dijo lanzándola al suelo y en cuanto cayó White alzó su pie para intentar pisarla. Pero no fue así, una extremidad negra atravesó su estómago. White miró en dirección a Black Hat; él se estaba levantando con una mano en su cabeza y con la otra señalándolo, él había evitado que lastimara a su mascota.

Black Hat se levantó débilmente, algo aturdido. No entendía qué era lo que su hermano trataba de hacerle, pero estaba aliviado de que su mascota lo salvara, o al menos así lo creyó.

White Hat se liberó esfumándose en una nube sombría y apareciendo justo a su lado. Se miraron frente a frente y ya no eran tan diferentes, White tenía una línea de sangre en su barbilla por efecto del ataque de la serpiente y de aquella extremidad que lo atravesó, pero también una novedad: sus colmillos sobresalían de sus labios, sus garras mucho más bestiales y sus ojos eran tan semejantes a los de su hermano.

—Te corrompiste— dijo Black Hat de manera firme. —¡Ja, ja, ja, ja! ¡Amar te corrompió!

Las palabras de Black Hat eran sumamente burlistas. Su hermano negó.

—No, amar es... es lo más hermoso.

—¿Y por qué sufres?

—¡Cállate! Sólo me estás retando.

—¿A caso quieres pelar? Se supone que eres pacifista.

—No Black Hat, justo ahora soy yo quien ha ganado. Espero que te hayas entendido lo que te dije; no mereces amar. Y, no llevaré más regalos o cartas de tu parte a Flug. Esperarás hasta que tu bebé nazca y hasta entonces no nos volveremos a ver— dijo White antes de partir.

~

White Hat llegó a su oficina, se dejó caer a su sillón y dio un largo resoplo.

—Eso salió mejor de lo que esperaba— se dijo mientras frotaba la sien, aunque se quedó mirando su mano. —...Bueno, al menos para él.

Deslizó su palma por la herida de la serpiente y luego a su estómago, se reconfortó al saber que ya había sanado. Cerró los ojos y suspiró tan cálidamente, al abrirlos se percató que tanto sus colmillos como sus garras habían cesado. Otra vez era él.

Fue a su ventana y la abrió, el viento frío golpeó su rostro y de alguna manera eso lo tranquilizó. Un momento después silbó y enseguida el chillido de un águila se escuchó. Una enorme águila sobrevoló cerca agitando sus grandes alas con fulgor, White extendió sus manos y el ave se posó en ella.

—Hoffe, al menos tú eres un buen chico— dijo acariciando el plumaje de su cabeza, el ave disfrutó del tacto.

—Hay algo que me inquieta Hoffe, Black Hat habló de una profecía, ¿por qué hay una profecía sobre su ruina siendo que morirá? Tengo que saber sobre eso, y para saberlo tengo que ver a quien lo predijo.

El águila abrió sus alas de nuevo y zarpó hacia el cielo dejándolo solo. White Hat caminó en círculos un par de veces mientras pensaba. Meditaba acerca de hacerlo, ver a Bill no era algo fácil, o más bien arriesgado. De las últimas cosas que había sabido de él era que había sido derrotado, pero no destruido. Fue encerrado en una mente humana, luego escapó y fue devuelto a su dimensión. Bill es un demonio de juegos socios que busca la salida y un cuerpo propio, si no era cuidadoso le daría la oportunidad de escapar.

Aun así, decidió hacerlo. White se acercó a un muro y al darle un ligero toque un portal se abrió. él cruzó el portal cerrando los ojos, cuando los abrió miró la dimensión. Era tan horrible como lo había imaginado; oscura y hundida en la locura.

El inmenso espacio se encontraba lleno de objetos que flotaban sin rumbo. White miró a su alrededor y habló: —Bill Chipher. Sé que me observas, muéstrate.

—Bien, bien, bien, ¿qué tenemos aquí?— habló Bill mientras se mostraba como un diminuto triángulo amarillo e iluminado, la figura contaba con un único ojo, un moño negro y un pequeño sombrero de copa negó. —Jamás creí que White Hat me hiciera una visita.

White lo miró con desconfianza. —¿Esta es tu verdadera imagen? Eres más adorable de lo que imagina.

—Oh, que cordial héroe— dijo el triángulo aunque tuviese ausencia de una boca. —En verdad preferiría tener un cuerpo propio. Además, yo jamás tengo visitas, ¿por qué no te sientas? ¿Te gusta el té?

—No vengo aquí a tomar el té, ya debes saber por qué vine.

—Posibilidades infinitas White Hat, aun así, supongo que es algo relacionado a tu hermano. Ese desgraciado de Black Hat.

—¿Lo conoces?

—¿Conocerlo? ¡Fui un seguidor de él! Me prometió recuperar mi cuerpo, pero lo que me dio fue sólo un cuerpo insignificante, una repugnante piel humana, lo peor de todo fue que cuando descubrí a su estúpido amante cargando con su cría me regresó a este maldita dimensión. No importa qué haga, tarde o temprano el mundo sabrá de esa alimaña.

—Ok. Entonces sabes de qué hablo. Estoy aquí por la profecía que viste en mi hermano: sobre su ruina.

El pequeño triángulo tomó asiento en una silla flotante mientras se servía de la tetera, tomó su taza e hizo un ruido de sorbo como si en verdad estuviese bebiendo.

—Oh claro, eso. Aunque las cosas no son gratis aquí, ¿qué me ofreces?

—¿Qué necesitas?

—¡Mi libertad!— dijo mientras aparecía de manera sorpresiva frente a él, el color de su cuerpo había cambiado a uno rojizo y su voz era la de un verdadero demonio, una voz tétrica que hizo eco en todo el vacío.

—No, es una exigencia demasiado alta.

—Ohh vamos héroe, no debe ser algo difícil de hacer para ti, digo, tus poderes están aumentando mientras lo de tu hermano se acaban.

White Hat ladeo la cabeza. —¿Cómo lo sabes?

—No dudes de mi poder, este ojo es único. Ve más allá de lo que imaginas

—Por eso me preocupa la profecía, tus visiones son certeras.

—Bien, bien. Es un halago de tu parte. Es decir; eres un ser mucho más antiguo que yo... aunque te la pasas jugando, a mí también me encantan los juegos y participo en ellos, pero sólo en los que ganaré. Tú en cambio, no tienes propósito...

—Mi propósito está claro; es hacer justicia, buscar el bien— interrumpió mientras comenzaba a alzar la voz.

—No eres el bien, tú y tu hermano no son muy diferentes, son la equivalencia de su mundo, sin embargo... —dijo mientras formaba el símbolo del Yin y Yang. —Hay maldad en ti y bondad en él. Son como un espejo roto que divide un solo reflejo.

—¡Dime lo que quiero saber! No soy cualquier tonto que cae en tu charlatanería.

—De acuerdo, ya obtendré algo después.

—Eso crees. Dime de una vez, ¿Cuál es esa profecía?

—White Hat, qué dirías si te digo que es la misma que la tuya.

—¡¿Qué?!

—Crees en el destino, ¿cierto? Pues no sólo comparten similitud en apariencia, lo hacen con sus destinos.

—Eso no es verdad, él morirá por amor.

Bill se movió alrededor de él,  de manera juguetona mientras aparecía un bastón el cual meneaba. 

—¿Y acaso tu no sufres por amor? Hasta alguien como yo puede verlo White Hat. Sin embargo, en ti es diferente. El odio se está acumulando en tu interior, eso es interesante, ¿Sabes qué viene con ello? Maldad.

—No soy malo, soy White Hat, héroe del planeta tierra, soy defensor del bien... soy buena persona. 

—Lo que digas sombrero blanco, aunque eso no es lo que veo yo. ¿Quieres saber quien eres? Aquí está tu verdad— habló mientras chasqueaba, un espejo apareció frente a él. Cuando él vio el reflejo dio un paso atrás. No podía creer lo que veía.

El espejo mostraba una imagen la cual parecía ser él; tenía puesto su traje blanco y azul, pero había algo tenebroso en ese reflejo. Aquel ser tenía largas garras, sus uñas negras eran afiladas y sus colmillos sobresalían de entre una sonrisa terrorífica y babeante, sus ojos demostraban enojo y estaba erguido, respirando como un animal.

—¡Ese no soy yo! Deja de mostrarme esto. ¡Quiero la verdad!

—¿Por qué no? Es tan emocionante, ¿alguna vez creíste verte tan espléndido? Tu maldad es demasiado poderosa.

White Hat volteo la mirada evitando ver más esa imagen. Escuchar esas palabras lo frustró así que en un movimiento rápido sostuvo entre sus manos al pequeño triángulo, este no esperaba tal acto.

—Muestrame la profecía o te mandaré al infierno en el cual mereces estar.

—¡Ja,ja! Veo que tu personalidad comienza a fluctuar, pierdes el control de ti, ¿cierto?

White lo acercó más a su mirada enojada mientras gruñía.

—Okay, sólo míralo por ti mismo.

El héroe levantó la mirada de nuevo al espejo y vio como poco a poco una imagen nueva comenzaba a mostrarse, cuando la distinguió su mandíbula cayó por completo. Tal fue su impresión que también soltó al Bill.

—Lo sé, es sorprendente.

—No lo entiendo. ¿Eso es todo? No tiene sentido, esto no es relacionado a lo que está pasando. Black Hat morirá, esto no tiene nada que ver.

—No lo estás mirando bien. Lo que he visto es a Black Hat sufrir, su ruina. El mas grande villano, el demonio mas vil caerá por culpa de un humano, y su hijo será el responsable de su cruel pesar. Black Hat tendrá un destino peor que la muerte.

White hat dio una extraña expresión, un conjunto de emociones se acumulaban en él. la tristeza y el gozo. Sentía satisfacción al saber que pagaría por sus males, pero también sentía lástima porque si bien había sido un maldito por tanto tiempo ahora se mostraba diferente, verdaderamente feliz por amar. Además, ¿qué podría ser peor que la muerte?

Ajustó su gabardina y dio media vuelta con seriedad. Bill trato de hablar con él pidiendo algo por mostrarle la profecía, pero White Hat lo ignoró. Abrió un portal de regreso y antes de cruzar vio por última vez al espejo:

 La imagen, la profecía de Black Hat quedó en su mente. Y es que no era algo para olvidar. El reflejo se trataba de  su hermano llorando. Él jamás ha visto aa su hermano llorar y no lo cree posible, así que debe ser verdad. Black Hat se enfrentará a algo verdaderamente doloroso.  

************

Flug despertó ante la molesta luz que se filtraba por la ventana, se movió y buscó con sus manos a su pequeño muñeco, al encontrarlo lo abrazó con cariño, de repente se sobresaltó un poco, acarició por completo su vientre y con cuidado se dio la vuelta, era algo que pasaba constantemente; su bebé pateaba y él tenía que cambiar de lugar para asegurarse que estuviese cómoda. Tardó en encontrar una posición adecuada, al final se hundió en el suave colchón y entre las sábanas. Poco a poco volvía a conciliar el sueño. Aunque eso no sucedió. No lo había notado pero era hora de que White Hat llevase su desayuno.

Se escucharon algunos toques en la puerta y él bufó con desesperación, esta vez no estaba listo, ni quería salir de la cama. Se volvió a escuchar el toque en la puerta y un momento después escuchó que esta se abrió. Él permaneció cubierto por las cobijas sin querer mirar.  

—Hoy no quiero levantarme temprano. Así que no me esperes.

—Lo siento, tengo que seguir indicaciones. Desayuna ahora que está caliente.

Flug se descubrió de inmediato al darse cuenta que esa persona no era White Hat sino su asistente. Se restregó los ojos para ver mejor y contempló a Clemencia parada a su lado, ella señaló hacia la charola. —Se supone que debo checar que comas todo.

Flug escondió su pequeño muñeco de felpa. Se recostó con lentitud y le dio una mirada dudosa.

—¿Qué haces tú aquí?

—Primero que nada; buenos días. Estoy aquí porque White Hat me lo pidió... bueno, me dejó una nota en su escritorio con todo lo que tenía que hacer contigo, seré yo la encargada de tus actividades. No lo he visto desde ayer, desde antes que hablaras con él. ¿Qué fue lo que pasó exactamente? no suele irse de la casa a menos que se sienta realmente frustrado. Mas te vale que no le hayas dicho o hecho nada ofensivo.

—Tuvimos una charla, fijate,  eso fue todo— replicó tomando de la cómoda su bolsa y visores, se los puso y después de eso tomó la carta de Black Hat y la guardó en un pequeño cajón.

—Pues algo debió pasar, sólo espero que regrese pronto. Hasta entonces tendrás que obedecerme— respondió ella mientras tomaba un plato hondo empezaba a cucharear su contenido. —Me levanté desde muy temprano para prepararte avena.

Flug mostró su lengua aunque no fue visible por su bolsa.

—Me muero por algo dulce— dijo en voz baja.

—Lo siento, esto no tiene ni una pizca de azúcar, White especificó eso.

Flug cruzó los brazos, hundo sus hombros y susurró: —"beide können zur Hölle fahren".

La chica bajó la cuchara y puso un gesto de enojo. —¿Acabas de mandarme al diablo en alemán?

El científico parpadeo con asombro, no esperaba que pudiese entenderlo.

—Eres frustrante Kenny, al menos ya estoy acostumbrada a que me insulten. Alza esa bolsa y come tu avena.

Él negó de manera necia e infantil.

—Vamos, si lo haces te daré una barra de chocolate.

Él se inclinó hacia enfrente de manera atenta. —¿De verdad? Yo...no he comido chocolate en días, necesito al menos un trozo.

Los delgados labios pintados de rosa de Clemencia dieron la más grande sonrisa. —Bueno, si prometes que no me acusaras con White Hat te daré mi ración de chocolates— dijo tomando asiento en la cama acercándose a él ofreciéndole la avena y dando un guiño.

Flug lo pensó por apenas unos instantes y luego aceptó. Él comió todo lo que ella le había llevado, al final tomó asiento con ella de manera más confiable, clemencia lo vio con curiosidad, él se movía con pesadez y no separaba sus manos de su barriga.

—Así que... un bebé ¿eh?

—Sí, por más estúpido que suene.

—Yo lo veo de manera sorprendente— dijo con firmeza dudando antes de posar su mano en su pancita. Flug no replicó. —¿Cómo se llama?

—Ella aún no tiene nombre, se supone que Black Hat se lo dará, eso en cuanto nazca.

—Eso es algo muy tierno— respondió.

Flug asintió mientras agachaba la mirada para mirar la palma de la chica quien seguía acariciándolo. El se percató que Clemencia tenía vendajes en sus nudillos y estos estaban manchados con sangre.

—¿Qué fue lo que te pasó?— preguntó enseguida.

—¡Oh! Esto, ayer por la tarde tuve una misión, nada grave. Pero tuve que usar fuerza, tú sabes, dar algunos golpes bajos— dijo de manera juguetona mientras movía sus puños como si estuviese golpeando. —Normalmente White Hat corre a curar pequeñas heridas como esta, pero como te dije, él ha estado extraño... esta vez ni siquiera lo notó.

Flug guardó silencio por algunos segundo antes de centrar su mirada en los ojos de la chica. Ella se percató y miró alrededor dudosa.

—¿Por qué tus ojos tiene esa tonalidad?— preguntó Flug cambiando el tema ya que comenzaba a ser incómodo.

—Oh, siempre han sido así, creo.

—¿Al igual que tu cabello?— dijo señalando su melena color azul. Su cabello tenía algunos moños y un toque en similitud con Demencia, la chica lagarto tenía su fleco rojo, pero era algo que ella teñía. el de Clemencia era rosa.

—Recuerdo que cuando era niña era rubia, pero comenzó a caerse y el cabello que creció después ya era de este color.

—A nadie le crece el cabello azul y rosa —Flug rebuscó en el cajón sacando sus guantes amarillos los cuales se puso con prisa, también sacó una pequeña lámpara, se acercó más a ella y tomó su mentón iluminando sus ojos y mirando con más detenimiento. —El color de tus ojos tampoco es norma, esto parece un claro ejemplo de mutación.

Clemencia se movió para zafarse, parpadeó aturdida por la luz y se quejó. —Pues siempre he sido así... bueno, el cabello comenzó a caerse después de el accidente.

—¿El accidente? Recuerdo algo de eso, cuando Slug planeaba unirse a la organización de Black Hat sufrió un accidente, eso hizo que se quedara con White.

—¡Sí! Yo estaba ahí. Era una niña, recuerdo ese día como si fuese ayer—dijo mientras su rostro y voz se hacían más serios: Mi papá me llevó a su trabajo ese día, él era sólo un empleado de baja categoría en el primer banco de la ciudad. El cuidó de mí ese día porque no quería que me quedase en casa sola. Justo al terminar su turno, cuando estábamos a punto de salir varios tipos entraron al lugar, ellos estaban encapuchados y armados, aun recuerdo el miedo que sentí. Mi papá me llevó a una habitación y ahí estuvimos por un largo tiempo, cuando creímos que todo se había acabado salimos, papá... él vio a Slug herido y quiso auxiliarlo, él le dijo que se fuera, que ahí había una bomba, yo no lo entendía del todo y no quería separarme de mi papá, fui con él mientras él se acercó a un extraño artefacto. Quería desactivarlo a pesar de lo que Slug dijera que eso era imposible... y después hubo un extraño ruido, recuerdo ver un resplandor cegador, fue apenas por un segundo ya que Slug me abrazó, me envolvió con sus brazos y me apegó a su cuerpo. Cuando desperté vi el rostro de White Hat, él me estaba arruyando, me estaba cantando, no me sentía adolorida, ni un poco, supongo que él curó el poco daño que tuve, en cambio... mi papá... él murió.  Y Slug, estuvo meses en cama a pesar de tener la gran ayuda de White.

Flug escuchó en silencio, luego habló con calma. —Eso explicaria tu condición, tal vez los componentes del explosivo te causaron esta alteración aunque sólo estuviste expuesta por un momento. Slug no me ha hablado con detalle lo que pasó en ese accidente, no le gusta hablar de eso. Lamento lo de tu padre.

Ella le sonrió, luego se levantó de golpe. —Es momento de iniciar el día Kenny. La hora de la charla será para después.

Flug sacudió su cabeza. —ok, ok. Pero aun me debes mi chocolate.

Clem carcajeo y prometió dárselo mientras le daba la mano para ayudarlo a lavarse, después de eso ambos salieron.

Pasaron un día divertido, mucho más de lo que ambos pudiesen imaginar. Ella daba saltos ágiles e iba de un lado a otro, le ayudaba a caminar sosteniédolo de su brazo, lo llevó al antiguo laboratorio de Slug para darle un recorrido, prepararon la comida juntos y comieron en compañía de 666 mientras ella le explicaba cómo era que Slug lo había armado.

Atardeció y a pesar de haber tenido un agradable día en compañía de la chica Flug se preguntaba sobre White Hat, estaba preocupado por él y no sabía si eso era bueno o malo ya que claro, son nemesis.

Y la preocupación fue agravándose cuando al día siguiente tampoco regresó, ni al siguiente. Se cumplieron un par de días en los cuales fue atendido por Clemencia, pronto ella también se notaría cansada. Cada día era desesperante, Flug se impacientaba por no saber nada de White Hat o de su querido Black Hat, sólo tenía una carta de él y eso era todo. Aunque tuviese un excelente cuidado por parte de Clemencia la ansiedad no ayudaba y su bebé, ya había trascurrido otra semana y cada día contaba, aunque ella estuviese tranquila y él sintiese poco dolor estaba totalmente alarmado por el día que naciera.

~

En una noche fresca Flug salió del baño con las manos en la espalda, estaba agotado y adolorido, su espalda no soportaba el peso extra y por lo tanto era tedioso estar mucho tiempo prado.

Clemencia lo estaba esperando. —Es hora de tu caminata vespertina Kenny.

Flug levantó la mirada, se hiperventilaba y encorvaba. —No creo que pueda hacerlo.

Ella lo miró con angustia,  había seguido las instrucciones al pie de la letra pero ahora no sabía qué hacer, no podía continuar así por siempre. Estaba por demás decir que rogaba el regreso de White Hat. 

—Ok, tal vez hoy no estés en condiciones, además vas más al baño que antes.

—Flug señaló su vientre. —Me está oprimiendo más la vejiga.

—Vaya, debe sentirse horrible. Puedes acompañarme a hacer mi trabajo hoy, sólo se trata de entregar archivos, esta semana no lo he hecho.

Flug asintió y Clem lo cogió de la mano para guiarlo. Ella fue a su propia sala y tomo un folder con muchas hojas, las organizó y después partieron a la oficina de White Hat. Flug miró bien el lugar pues era la primera vez que entraba.

—Esta es la oficina de White, como él ha estado ausente y Slug ya no está soy yo quien se encarga de llevar el trabajo. Ya no he hecho misiones estos días pues apenas he iniciado mi instrucción como heroína, White es quien me acompaña y me guía pero ahora que está ausente no puedo salir sola. 

Clem dejó la pila de hojas sobre el escritorio. Flug quien no quitaba la vista de un muro lleno de casilleros preguntó sobre su contenido. Clemencia le explico:

—Esos casilleros están repletos de folders con expedientes de villanos, como ves son demasiado, pero es que a White no se le escapa nada, aquí están organizados todos; desde expedientes de pandilleros hasta supervillanos. White lleva un registro de cada villano, muchos de ellos ya están en prisión pero todos los días surgen nuevos.

—¿De todos los villanos? Incluso de mí.

—¡Por supuesto que tienes tu propio archivo! Aunque, tú no estás aquí, eres la mano derecha de Black Hat. White no me deja ver tu archivo y por lo que sé está aparte junto con sus más cercanos súbditos.

Flug se mordió el labio por debajo de la bolsa. —Entonces si quisiera saber sobre un villano en concreto... ¿Es fácil encontrar su archivo aquí?

—Sí. ¿Pero por qué buscarías a alguien, tú siendo un supervillano, qué no conoces a los demás.

Él carcajeó irónicamente. —No, a mí suelen llamarme para pedir orientación y armas, no llevo un registro de cada villano que existe.

—Pues suena a una mala administración si me lo preguntas

—¡Ja! Apuesto que hay mucho más villanos que héroes, en todos hay maldad sólo falta corromper un poco a la persona para sacar ese lado oscuro de su alma. Por eso es imposible ir tras cada villano, ellos tienen que venir por nuestra ayuda.  

—Tu organización es diferente a la nuestra. Nosotros no andamos por ahí dando tarjetas de presentación. White Hat es una persona muy reservada de los demás, él cambia de apariencia y sale a combatir el mal, ayuda a los demás y cuando encuentra potencial guia a los novatos para ser mejores superheroes. Los aconseja y ayuda en su preparación. Tengo que mencionar que él ha atrapado a muchos de tus aliados.

El villano no le estaba poniendo atención, sólo miraba a los casilleros.    

—¿Necesitas un archivo de alguien en especial?

Flug se sobresaltó pero asintió lentamente. —Su nombre es Alger... Alger Pendragon.

—Vaya nombre. Permíteme, tal vez esté por aquí— dijo la chica quien de un salto llegó a lo alto sosteniéndose de una sola mano, con la otra abrió un casillero y empezó a buscar. Tardó sólo un minuto antes de hablar de nuevo: —¡Aja! Alger Pendragon Castellaw, aquí está su archivo y ¡woow! Es enorme.

Ella bajó con otro saltó, el folder que tenía en manos se veía antiguo y repleto de hojas, en la portada un símbolo de sombrero resaltaba. Clemencia fue hacia el escritorio tomando asiento, Flug fue tras ella posando sus manos en el escritorio impaciente.

—Hay tres imágenes... mira esto; sé de algunos villanos astutos que incluso nadie sabe de su apariencia, excepto por White, él hace dibujos detallados de ellos. Su archivo es así, tu amigo es bueno para esconderse.

Ella le ofreció las tres imágenes, enseguida él las miró y se sorprendió al saber que eran dibujos hechos a mano y perfectamente detallados; la primera era de una mujer, una rostro conocido para él, era la antigua esposa de Alger. Detrás de la imagen tenía algunas anotaciones como su parentesco, nombre y otros datos. Flug puso la imagen en el escritorio y miró la siguiente. Esta le sorprendió, era una imagen de perfil, lo sorprendente de este retrato de Alger era que no usaba parche y lucía un sombrero de copa, además parecía ser más joven.

La siguiente imagen era de la apariencia actual de Alger, Flug se quedó mirándolo detenidamente, tanto que ni estaba escuchando a Clemencia.

—¡Wooow, es un vampiro! Ellos están casi extintos. No dice su edad exactamente pero al parecer White supo de este sujeto desde hace cuatrocientos años, esa ha sido una larga vida, mira cuánto ha hecho: fraude, robo, es asesino en serie... al parecer suele beber hasta la última gota de sus víctimas y luego quema sus cuerpos... eso es atroz. 

—Lo sé, pero es porque cuando era un niño quemaron vivos a sus padres, a él le gusta hacer eso por una cuestión de venganza contra los humanos.

Ella lo miró con duda, esperando respuesta. 

—Ehhh... una vez me lo contó. 

—Este sujeto parece interesante, ¡vamos a leer todo su archivo!

—No harás eso— dijo White Hat quien aparecía detrás de ella arrebatándole el folder. —Clem, saber que no podemos mostrarle esto a nuestros invitados, es confidencial.  

La chica no respondió y ni le importó que estuviera siendo regañada, ella estaba feliz de ver de nuevo a White así que se abalanzó a él para abrazarlo. 

—Ok,ok mi niña, bien, no hay problema. Aunque antes que nada, ¿me permites un momento a solas con Flug? Necesito hablar con él. 

Ella asintió de inmediato y se fue sin antes darle besos en la cara. Cuando estuvieron solos White Hat le dio asiento a Flug y le dio una mirada de descontento. 

Con ese simple gesto Flug supo que algo andaba mal.  

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