57: Cambio de planes

NOTAS

Se supone que este capítulo sería muy largo (10 mil palabras, 25 pag. aprox. ) pero sólo he editado esto, por eso lo dejo primero. Espero que les guste y esperen el siguiente en poco tiempo.

꧁________꧂

Black Hat llegó a la sombría Hatsvile, sus pasos no eran firmes como solían ser, sino que arrastraba sus pies con cansancio, en cada uno de ellos maldecía a White y a Slug, sabía que a estos dos los vería más a menudo, sobre todo a su hermano. Él dijo que ayudaría a Flug y él lo dudó, claro que su hermano jamás ayudaría a un villano, es más, no lo necesitaba. Lo único que necesitaba era a Flug, pasar todo el tiempo con él y cuidar de su malestar. Sólo así se sentía... feliz.

Se ladeó un poco, pero trató de ignorarlo. Pronto su casa se hizo visible, se apresuró caminando con ayuda de su bastón y observó su mansión casi intacta, los Hat Bots estaban terminando de arreglar el desastre que él y su hermano habían hecho. Caminó más de prisa adentrándose a ella, no usó sus poderes para aparecer en un segundo dentro pues se sentía muy débil.

Buscó con la mirada en todos lados y luego fue al laboratorio, fuera de este estaba Demencia y 505, ambos preocupados, ellos lo vieron y enseguida sonrieron, Demencia quiso darle un abrazo, pero Black Hat la empujó fuera de su camino. 505 gruñó advirtiéndole que no entrase, aunque obviamente lo ignoró. Al entrar vio a Flug sentado frente a su escritorio, posaba su cabeza en él mientras que sus hombros brincaban ante su llanto. Black Hat notó que alrededor todo era un desastre; había papeles en el suelo y todo tipo de objetos rotos que al parecer habían sido arrojados. Era claro que su amante había sufrido una crisis.

Cerró la puerta detrás de él para para que no estuviesen a la vista de la molesta chica lagarto y del oso. cuando Flug escuchó la puerta se volteó tomando un desarmador y lo arrojó a su dirección sin pensar al mismo tiempo que gritaba;

—¡Ya les dije que me dejen solo!

Black Hat tomó el desarmador en el aire y lo dejó caer de lado al mismo tiempo que avanzaba con una sonrisa cálida. El científico se quedó inmóvil al ver a su amado y enseguida se levantó con sus manos en su pancita, trató de correr hacia él, pero Black Hat fue a su lado de inmediato para que no hiciera esfuerzo. El chico lo envolvió sus brazos en el cuello de Black Hat llorando, ambos se abrazaron como si hubiesen estado separados por demasiado tiempo, como si se hubiesen extrañado tanto. Sus manos de Flug bajaron al pecho de su amante inspeccionándolo al mismo tiempo que hacía un sinfín de preguntas.

—Estoy bien— susurró Black Hat a los labios de Flug.

—Vi lo que te hizo... él es White Hat, ¿Cierto? ¿Cómo se atreve a venir aquí y lastimarte? Se supone que él no sabía nada... de eso se encargaría Slug, por cierto, el tonto no ha contestado mis llamadas— dijo pateando su teléfono destrozado que estaba en el suelo.

Black Hat suspiró.

—Lo que importa es que estás bien. En lo que cabe— le dijo pasando sus dedos debajo de sus ojos llorosos, en ellos se marcaban ojeras, la cara de Flug era de absoluto cansancio además de que se encontraba húmedo por las lágrimas.

—No debiste preocuparte.

—¡¿No debí?! Cuando te atacó pude ver cuánto te dolió, y luego comenzaste a sangrar de una manera horrible, creí que te haría algo peor. Luego simplemente desaparecieron... entre en pánico, no he dormido nada. ¿Dónde se supone que debía buscarte? Ni siquiera puedo caminar bien sin cansarme o tener mareo, tuve miedo Black Hat. Qué sería de mi sin mi jefecito chulo.

Black Hat se conmovió. —¿Crees que yo sería vencido por White Hat? No soy tan idiota, ese inútil no podría asesinarme aun si lo quisiera.

Flug volvió a abrazarlo.

—Es sólo que pensé lo peor— dijo casi como un susurro. Él había estado alterado toda la noche sintiéndose incapaz de hacer algo, tras cada hora que pasaba se enojaba más. Al principio trató de llamar a Slug y reclamarle, pero nunca pudo comunicarse con él, después comenzó a romper todo a su paso, maldecía mientras trataba de armar un plan, eso sólo terminaba en hojas rotas y más maldiciones.

—Tranquilo, ya estoy aquí— dijo mientras acariciaba su cabello. —Ahora, tienes que ir a descansar.

—¡No!— interrumpió alejándose. —Tienes que decirme qué quería White Hat, por qué diablos tenía tanta urgencia. Sé que no debería preocuparme tanto, pero las cosas están mal, ella casi nace, tu estado está empeorando y aún hay tanto que no entiendo. Necesito respuestas.

—Necesitas estar bien.

Flug agachó la mirada. Claro que necesitaba estar bien, pero sabía que no iba a ser así. Tomó su dije entre su mano y dio un largo suspiro. —No quiero más sorpresas, sólo quiero que ella y tú estén bien, que ambos estén aquí conmigo.

El demonio entrecerró sus ojos. Eso no era posible, y lo sabían perfectamente.

—Vamos, cuidaré de ti mientras duermes, es la única manera que lo hagas.

El chico asintió, necesitaba descansar, tanto él como Black Hat lo necesitaban.

Ni Demencia ni 505 preguntaron por más como si supieran que no debían hacerlo.

El día trascurría de manera rápida, por la noche Flug despertó por un instante, se movió un poco percatándose que Black Hat dormía profundamente a su lado, él sostenía su mano. Flug se acercó más a su amante envolviéndose en su calor. Él se preguntó qué sería a partir de ahora. 

꧁꧂


Clemencia bajó de manera divertida por el barandal de las escaleras. Dio saltos de un lado para otro buscando a Slug, pero a pesar de sus esfuerzos no pudo encontrarlo. Fue a la oficina de White y tampoco lo encontró, aunque cuando se asomó por la ventana pudo verlo en uno de los jardines, enseguida fue con él.

White Hat estaba de rodillas murmurando entre dientes mientras que con una palilla cavaba un pequeño agujero en la tierra. La chica llegó al jardín y preguntó por Slug.

—¡Oh! Él, se fue esta mañana.

Hubo silencio, Clemencia parpadeo confusa.

—¿Qué? No me dijo sobre ninguna misión.

—Es que no fue a ninguna misión mi niña, Slug se ha ido— contestó plantando un rosal.

—¿Slug se fue? P-pero a donde, ¿Se enojó? No lo entiendo— habló la chica entrando en pánico.

White se levantó para mirarla de frente. —Yo lo decidí, yo fui quien le pidió que se fuera y así fue, tomó sus cosas y se fue de inmediato

La chica negó mientras miró a la puerta principal con lágrimas en los ojos.

—P-pero... no pudo irse así de fácil, es mi hermanito, no me dejaría— dijo mientras su voz se quebraba.

—Lo siento Cle...

—No, no lo lamentes White, ¿Por qué lo hiciste? Slug no te ha hecho nada malo para obligarlo a que se marche.

El héroe se sobresaltó. —¿No me ha hecho nada malo? ¡Me rompió el corazón!... nos traicionó, a ti y a mí al ir en ayuda a un villano, nos ocultó la verdad, ¿Aun así crees que no ha hecho nada malo?— habló con recelo agitando sus manos con impaciencia.

La chica negó con la cabeza tenido sus labios temblorosos. —¡Se podían enmendar las cosas! Slug puede ser un ogro, orgulloso y simplón, pero él te aprecia demasiado... ya no eres la misma persona, el White Hat que conozco jamás se hubiese rendido, hubiese sonreído y buscado la manera de solucionar las cosas, ahora tú simplemente estás evadiendo la situación. 

—¿Evadiendo? ¡Yo no estoy evadiendo nada! ¡Y si no te agrado, también te puedes largar con él!— gritó imponente señalando hacia la entrada. Clem retrocedió un paso atrás temerosa. Por un segundo White había sonado de otra manera, de una forma siniestra y está vez no lo había malinterpretado porque cuando White gritó las rosas blancas de todo el jardín se marchitaron.

Su jefe se quedó mirándola con respiraciones pesadas, un segundo después bajó la mano y suspiro arrepentido.

—Perdón mi niña, pero...

—Tú... ¿Qué te está pasando?

White abrió la boca sin poder decir nada, Clemencia bajó su mirar y dio media vuelta dejándolo solo. El héroe miró las flores marchitas, se inclinó y con un toque sanó a las flores, aunque no a todas; algunas volvieron a tener su lindo color verde en los tallos, pero los pétalos aún estaban marchitos. Él dio suspiró mientras se hundió de hombros.  

꧁꧂


Habían pasado bastante tiempo desde que Slug se había ido de la mansión, de hecho, él ni siquiera lo recordaba. Jamás había imaginado que su jefe lo corriera. Ahora estaba a merced de sí mismo y eso era malo; Slug no había dejado de beber en días.

Esta noche en particular había salido a andar por las calles con una botella de tequila en mano, iba de un lado a otro sin rumbo fijo y hablaba entre dientes. Se decía a sí mismo lo idiota que había sido, tal vez debió haberle contado todo a White, tal vez él hubiese ayudado desde el principio, tal vez nada de esto hubiese pasado. Las palabras "tal vez" e "hubiera" no salían de su mente.

Se dio un ligero golpe en la cabeza con la palma y se recargó en la esquina de la calle bebiendo de su tequila. Era un poco tarde y por las lluvias las calles estaban vacías. Bueno, a excepción de una linda jovencita que caminaba a toda prisa, ella tenía un uniforme indicando que acababa de salir del trabajo. Caminaba de prisa cubriéndose con su suéter más aún cuando un extraño hombre le habló. La joven lo ignoró y apresuró su paso, pero el hombre fue de prisa tras ella.

Slug vio como la sujetaba fuertemente de su brazo y supo que ella corría peligro.

La joven entró en pánico cuando el asaltante le quitó su bolso.

—¡¿Esto es todo?! ¡Ni siquiera alcanza para un trago!

—Es t-todo lo que tengo— dijo ella con voz asustada.

El hombre lanzó el bolso y la tomó con fuerza. —¡Bah! El dinero no es lo valioso en una mujer— dijo insinuante. La mujer abrió sus ojos en sorpresa, comenzó a sollozar y a rogar por su bien.

Enseguida Slug lo sujetó fuertemente de su camisa lanzándolo de espaldas. Había sido algo inesperado.

—Vaya, vaya. ¿Qué tenemos aquí? Sólo a otro pedazo de escoria.

Aquel hombre se sorprendió, pero en vez de huir quiso hacerle frente a Slug quien con un puñetazo lo mandó directamente al suelo. Slug se dio la vuelta y ayudó a la jovencita, ella le dio un abrazo rápido y le agradeció antes de marcharse a toda prisa.

Slug enseguida se acercó al hombre sujetándolo de su camisa y poniendo un arma en su frente.

—¿Dame razones para no volarte la maldita cabeza?— habló furioso.

—¡Ey! C-calma, lo lamento, llévame con la policía, pero no me hagas daño— habló el hombre con miedo mientras miraba el arma.

Slug lo miró e inclinó la cabeza, luego le dio una mirada siniestra apartándose de él.

—Corre— ordenó mientras bajaba su arma. El hombre no lo comprendió, pero hizo caso; se levantó y comenzó a correr, pero a unos cuantos metros de distancia se oyó el disparo y él cayó muerto.

Slug carcajeó mientras guardaba su arma. Estaba bastante ebrio y se ladeaba.

—¿Pensabas que te dejaría ir así de fácil? No me agrada la gente cobarde como tú.

Slug movió el cadáver con una patada, la sangre comenzaba a esparcirse junto con los charcos de agua producto de la lluvia.

"¿Qué diría White Hat?", se preguntó. Enseguida agitó la cabeza.

—Incluso parece que puedo oírte, ya sé lo que me dirías—dijo juntando las manos y alzando su pierna como si estuviese en un cuento de princesas.

"Slug, no puedes hacerles daño a los malhechores, ellos también merecen una segunda oportunidad", habló imitando la voz de White Hat.

—¡Sí, claro! Pues sabes qué White, yo hago lo que quiero y no necesito de tus sermones... sé que estarías decepcionado...—entonces se detuvo— ¿A quién engaño? Jamás estuviste orgulloso de mí. Todo se trataba de ingenuos halagos.

Sacó de nuevo su botella y bebió de ella antes de arrojarla. Cuando lo hizo su reloj sonó marcando las 12, ya era media noche. Él sonrió mientras que se ladeaba.

—¿Sabes qué significa esto?— le pregunto al cadáver. —Comienza un nuevo día, y justamente hoy es el cumpleaños de mi mejor amigo— dijo antes de irse con pasos torpes. 

꧁꧂


Flug se despertó por una extraña incomodidad y tan solo al abrir sus ojos lo primero que vio fue a Black Hat quien lo miraba mientras sostenía su cabeza con su palma.

—¿Qué hora es?— preguntó tocando su cabello despeinado.

—Es el día de tu cumpleaños— contestó seguido de un beso en su nariz.

El joven se sobresaltó. —¿Tú sabes de mi cumpleaños? No dijiste nada en la cena.

—No quería arruinar la sorpresa, y claro que lo sé. No podría olvidarlo.

Su amante sonrió. —¿Aún es noche? Creo que no dormí mucho. No tenías que esperar a que diera la medianoche para felicitarme.

—Así me aseguro que seré el primero— contestó dándole un abrazo.

—¿Y mi sorpresa?

—Seguirá siendo sorpresa.

Flug puso una mueca de insatisfacción aunque no dijo más ya que enseguida su expresión cambio; estaba asqueado. Se llevó las manos a la boca indicándole a Black Hat que vomitaría. Él lo llevó de inmediato al baño.

~

El joven tomó el pañuelo que Black Hat le estaba ofreciendo, él estaba a su lado acariciando su espalda. Ambos estaban frente el lavabo. Flug acababa de vomitar y ahora limpiaba su boca con el pañuelo.

—Estaré bien— dijo Flug después de enjuagar su boca y de ver la expresión de pesar de Black Hat. —Esto ya casi terminará.

—Es tu cumpleaños, no quiero que estés así en tu día.

—No te preocupes, digo, jamás celebré mi cumpleaños más que cuando fui niño, ya me acostumbré a pasarla como otro día más.

Su pareja acarició de nuevo su espalda. —Ahora tiene que ser diferente.

—No te molestes en hacerme algo cariño. Sólo quédate aquí conmigo.

Black Hat no contestó, simplemente mordió su labio y lo ayudó a ir de nuevo a la cama. Flug se dejó caer con pesadez mientras su mano reposaba en su panza.

—¿Y qué hay de ti amor? Jamás he sabido de tu cumpleaños— le dijo a Black Hat mientras él se preocupaba por arroparlo bien.  

—No tengo edad, no es necesario contar los años de mi vida.

—¿Por qué no?— preguntó como un niño curioso. Ahí estaba otra de sus charlas carismáticas, otro de esos momentos que Flug adoraba. 

El demonio se sentó a un lado de él acariciando su cabello. —Porque sería difícil hacer cuentas de eso.

Flug dio una risilla. —Si quieres yo puedo hacer la cuenta.

En respuesta su amante sonrió y se inclinó para darle un beso en la frente.

—No lo creo. Mejor iré a preparar algo, tu estomago quedó vacío, espero que esta vez tus nauseas no hagan que vuelvas a vomitar. Puedo traerte carne humana, tal vez la sangre aún caliente te sienta mejor.

Flug negó. —No quiero comer nada, sólo tengo sueño.

Black Hat estaba a punto de salir, pero Flug lo detuvo sujetando su mano, el chico dio un ligero gesto de dolor mientras con su otra mano quitaba la sábana y alzaba su camisa dejando al descubierto su panza.

El demonio vio su vientre moverse de una forma abrupta como si la bebé empujara demasiado.

—Duele—dijo Flug. —Se mueve mucho. Al principio, en los primeros meses se sentía de una manera linda, ahora lastima demasiado.

Black Hat dio una mueca de malestar, él no podía hacer nada al respecto, lo único que pudo hacer fue inclinarse y besarlo de nuevo. Flug le respondió con una gran sonrisa.

—Sólo un mes más— le dijo respirando hondo. 

꧁꧂


505 había terminado sus deberes de limpieza y se hallaba en su camita dibujando con sus crayones, en cuanto termino fue corriendo a buscar a Flug, él ya sabía que siempre se encontraba en la habitación de Black Hat así que se llenó de valentía para ir y arañar la puerta. Enseguida Flug salió con ropa casual estirando sus brazos, él miró a 505 con un lindo dibujo en sus patitas.

—¡Mi nene hermoso! Esto es realmente lindo— dijo tomando el dibujo que decía: "Feliz cumpleaños".

El científico y el oso bajaron por las escaleras con cuidado y llegaron a una sala donde Flug tomó asiento junto con 505, el chico se recargaba contra adorable y pachoncito oso, le daba todo tipo de mimos y abrazos.

—¿Quieres jugar mi pequeñín? Vamos por tus peluches...

—No irás a ningún lado— interrumpió Black Hat llegando de prisa. —¿Qué haces aquí con esa cosa?

—Bueno... deberías saber que en mis antiguos cumpleaños siempre la pase con 505, a él le gusta que esté feliz en este día... en el pasado era con el único que podía sentirme bien, sólo quiere verme sonreír— dijo dándole un abrazo.

Black Hat los miró a ambos y asintió. —Está bien, si quieres pasar el día con él adelante, estaré en mi habitación... si me necesitas.

505 empezó a lamer el rostro de su papá, el chico sonreía alegre mientras asentía. Se separó de su oso y atrajo a su pareja dándole un beso en la mejilla en agradecimiento ya que era sorprendente que no hiciera nada contra el osito. —Estaré bien, si tú te sientes mal puedes bajar y jugar con nosotros.

—Sí claro, como si yo quisiera estar al lado de esa aberración.

Flug sonrió abrazando de nuevo a su osito. Ambos fueron a la cama del cachorro donde 505 rodeo a su papá con sus peluches.

—Te he descuidado bastante mi pachoncito y no puedo prometer que estaremos más apegados, tu hermanita nacerá pronto y un recién nacido necesita muchos cuidados.

El cachorro escucho atento y luego gruñó de manera tierna posando su patita sobre su pancita. Flug le dio una mirada alegre tomando algunos peluches.

—¿Recuerdas los años anteriores? Después de nuestras tareas íbamos a escondidas a mi habitación donde celebrábamos mi cumpleaños. Preparabas el mejor pastel y nos quedábamos hasta tarde jugando. Gracias a ti hay buenos recuerdos sobre este día.

505 buscó entre sus cosas sacando un dibujo de un pastel mostrándoselo con orgullo y enseguida salió corriendo.

El chico tomó asiento, seguramente el pequeñín fue por el pastel. Miró de nuevo a la hoja quedando sumergido en sus pensamientos hasta que una caja mal adornada se posó frente a él. No había oído a Demencia llegar a su lado.

—Felicidades, nerd— habló avergonzada entregándole la caja. Él la miró sorprendido.

—¿Vas a tomarla o te quedaras como idiota viéndola? Me costó mucho adornarla.

—Me aseguro que no se trate de dinamita.

Él la tomó con cuidado viendo los grandes grumos de silicona que aún estaba caliente, intercambio mirada con ella y Demencia mostró su pistola de silicón.

—Es un lindo detalle viniendo de ti— dijo abriéndolo, dentro había un par de nuevos guantes amarillos y una bolsa de papel.

—Te di una bolsa porque ya no usas, creo que se te acabaron así que ya tienes una nueva.

Flug sonrió. —Es verdad, ya no las uso, a Black Hat le gusta verme sin ellas.

La chica trató de sonreír luego bajó la mirada haciendo un silencio incómodo.

—¿Y cuándo nace?— preguntó tocando inesperadamente su panza.

—Un mes. Me alegra que te interese Dem, ella va a necesitar de mucha atención, tal vez te encargues de algo.

—¡Quiero diseñar su ropa! No deberá verse de una manera tan ñoña como tú.

Flug quiso hablar, en cambio hubo otro silencio incómodo, ella dio media vuelta, pero antes de retirarse él la invitó a quedarse y comer pastel. Momentos después 505 entró y los tres comieron pastel teniendo un buen momento juntos; reían y jugaban de manera agradable, para Flug eso fue un regalo más que suficiente.

Por la tarde fue a su laboratorio notando que en su pantalla había una notificación. Al abrirlo se percató que era un video de Slug. El video comenzó a reproducirse mostrando a su amigo tapándose el rostro con una bolsa y los visores de aviador. Aunque, había algo raro; Slug se veía de una manera... horrible. Su bata negra se notaba sucia, su bolsa machacada y tardó sólo un par de segundos para adivinar que estaba completamente borracho.

Él se llevó la mano al rostro mientras escuchaba a Slug felicitarlo:

"—Feliz cumpleaños hermanito, es poco más de medianoche así que seguramente soy el primero en felicitarte. Lamento no estar ahí personalmente... ni poder darte un regalo adecuado, pero lo compensaré. No olvides llamarme por si hay alguna emergencia sólo procura amarrar a tu marido antes, ya sabes, al maldito no le agrado.

De verdad lamento no poder verte personalmente menos es este día, ¿Recuerdas lo bien que lo pasábamos en el bachiller en tu cumpleaños? Éramos el dolor de cabeza de muchos. Daría todo por volver a vivir esos buenos tiempos, pero el pasado es pasado, ¿No? Sólo espero que la pases bien y que estés cuidando de ti de una manera correcta."

Hubo más parloteo y felicitaciones antes de despedirse, luego el video terminó y Flug ladeo la cabeza, ¿Por qué Slug estaría en tan lamentable estado? Aun así, quiso contactarlo de inmediato y por varias razones; no había conversado con él sobre White, necesitaba la razón por la cual el héroe había llegado tan inesperadamente arruinando una linda cena y sobre todo a atacar a su amado, él estaba bastante molesto aún por eso. También lo extrañaba, quería preguntarle cuando podrían verse para así tal vez darle un puñetazo en la cara por arruinar las cosas.

Tomó un teléfono y marcó, pero no hubo respuesta. Frunció el ceño y colgó revisando la procedencia de aquel video, era verdad que lo había mandado desde muy temprano y al parecer de una ciudad muy, muy lejana. Él se preguntó qué estaría haciendo Slug ahí. Pero sus dudas se fueron cuando Black Hat le tomó la mano inesperadamente.

—Ya es hora.

El científico se sobresaltó.

—¿La hora... de dormir?

—No. hora de celebrar tu cumpleaños, me la pasé todo el día preparándolo, ¿Creíste que me hubiese gustado que la pasaras con esos inútiles todo el día?

—Ellos también se esforzaron... y, no puedo creer que me hicieras algo, antes... jamás te importó mi cumpleaños.

—Lo sé, pero eso ya no importa. Vamos— dijo llevándolo de la mano. Al joven le dio gracia, Black Hat parecía ansioso de llevarlo consigo. Cuando llegaron a la sala adornada Flug supo porqué estaba impaciente; la pequeña habitación estaba adornada de manera elegante; la mesa estaba llena de aperitivos, incluso había un pastel, del tocadiscos una dulce melodía sonaba. Todo el lugar tenia detalles. incluso con imágenes de aviones.

—¿Por qué siempre que me preparas una cena tengo que verme de esta manera?— dijo Flug mirando su atuendo desalineado.

—No importa como luzcas— le contestó Black Hat ayudándolo a sentar.

—¿Enserio? Solías decir que tenía que ser más galante.

—Sí, pero ahora me conformo con verte sonreír— habló a sus espaldas mientras le ponía encima una chaqueta de aviador, ese sería otro regalo. —Quise algo en un avión, ya sabes; tu estilo, aunque por tu condición no creo que puedas. No es nada especial, no a lo que mereces.

—No tienes que darme nada— interrumpió Flug. —Todos los días te esfuerzas por mí, me das todo lo que pido y es más que suficiente.

—Es tu cumpleaños, ustedes los humanos lo toman como algo demasiado especial, suelen regalarse algo significativo... así que... ¿Qué es lo que quieres? Te daré lo que pidas.

—Lo único que pido es que estés conmigo Black Hat. No necesito nada más.

—No esperaba eso, debes ser más exigente— habló tomando asiento y cruzando los brazos.

—Ok... pues la habitación de la nena no tiene muchos detalles tuyos. Me encantan los murciélagos de su cuna, tal vez debemos darle algo 'especial'. Últimamente he pensado que pues... es tu hija, debe llevar tu sombrero. ¿No te gustaría diseñarle su propio sombrero? Que sea algo especial para uno de sus cumpleaños, imagina su expresión al ver un sombrero de copa hecho por su papi. Nada me haría más feliz que ver eso.

Black Hat dejó caer sus labios en una expresión de disgusto. —Pero es 'tú' cumpleaños. No el de ella. No quiero darle nada a ella.

El gestó de Flug fue de desaprobación. —¿Por qué no? Será una presente tuya, hablamos de tu sombrero, te verá en las pinturas y querrá usar un sombrero igual.

El villano acomodó su monóculo con impaciencia. —Bueno, haré el estúpido sombrero.

—¡Black Hat! Dijiste que lo que yo quisiera. Pero si te ves obligado a hacer algo que te molesta entonces olvídalo.

—No es necesario hacerle un sombrero si estará guardado por años. Puedo hacer uno justo ahora, para ti.

—No... sabes, en verdad olvídalo. Estoy cansado, iré a dormir.

—Yo preparé el maldito pastel, ¿No lo comerías?

—505 también me preparo uno, estoy lleno— contestó levantándose, ignorando los platillos que le ofrecía.

Black Hat lo sujetó de la mano casi provocado que cayera. —Hago esto por ti, ¿Lo desprecias, sólo por la idiotez del sombrero ?

—No es sólo por eso— le contestó dándole la cara. —Aun eres indiferente. Seguramente ni siquiera has pensado en su nombre.

Su pareja negó lentamente.

—No me sorprende. Black... sé que me amas, pero también te pido que la ames a ella.

Black Hat negó con la cabeza. —No, no la amo... no sé lo que siento por ella. Pero a ti te amo, sé que su vida te interesa y por eso me aseguraré de tu bienestar, tú debes protégela.

Los ojos del chico se cristalizar mientras abría la boca con dificultad. —¿Cómo puedes decirme eso? Cómo puedes hacerlo después de tanto. Sueles acariciar mi vientre de vez en cuando, puedes sentirla... ¿Por qué ser tan indiferente ahora? Creí que había estado convenciéndote de que fueses más cercano a ella... yo quiero que cuando esté aquí beses su carita y te sientas feliz, quiero que la tomes en tus brazos y la arrulles... ¡Como su padre! ¡¿Eso es mucho pedir?!

Black Hat tomó el rostro de Flug en sus manos. —Pero tampoco la odio, ella es mi hija... nuestra hija, eso lo sé, es sólo que no puedo, no entiendo el sentimiento que debería tener por ella, eso me paraliza y prefiero quedarme así. Al fin de cuentas, no estaré para ella. Entiende que estoy dando mi vida por ambos.

Flug retrocedió, él había quedado tan abrumado como Black Hat. —Ya te lo dije; amala, eso es todo— dijo antes de marcharse.   

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top