56: Tic toc

NOTAS

Primero que nada ¿por qué mis caps tienen música? Es porque a la hora de escribir pongo algunas en aleatorio y una en concreto me ayuda a inspirarme ;) esa es la que agrego.

Me tardé 4 horas escribiendo esto (sí, tiene muchos errores) fui corriendo a mis notas para ver que iba a escribir por una razón; porque me puse muy triste al saber de la polémica sobre el equipo de Alan, todos están igual que yo, y para deprimirnos más  les traigo esto jiiji.

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El reloj era molesto, un tic tac sin parar, algo realmente frustrante. Black Hat abrió los ojos de golpe, era raro pues su habitación solía ser un lugar totalmente silencioso, además, la sensación "cálida" que lo envolvía era desagradable. Una vez que su vista se adaptó a la incómoda luz se dio cuenta que ese lugar claramente no era su habitación.

Trató de recordar lo sucedido y de pronto llegó el recuerdo de su pequeño enfrentamiento contra su hermano. Podía recordar el dolor en su estómago, la garra de su hermano atravesándolo como una hoja cortante, una que dolía intensamente.

Llevó sus manos a su estómago sintiendo las vendas, además de que se percató que la parte superior de su cuerpo estaba descubierta. Se incorporó y volvió a dar una mirada alrededor; los tapices blancos y los colores pastel, los muebles no eran tan elegantes y en los estantes no había muchas cosas de valor, sino que algunos artilugios que parecían insignificantes, aquellos adornos de cristal e incluso la cama, tan impecable. Claro, esto le bastó para saber que estaba en casa de su hermano, quizá en su habitación.

Otro recuerdo lo golpeó de repente; Flug, su amado con una expresión de furia sosteniendo un arma contra la frente de su hermano. Enseguida trató de levantarse, no recordaba nada más allá de eso, así que entró en pánico.

Tenía que salir de ahí e ir con Flug, aún estaba un poco adolorido, pero no le importaba, ya había estado acostumbrado a esconder su dolor.

—¿A dónde crees que vas?

La voz suave de White Hat hizo que el demonio alzara enseguida la mirada, su hermano se acercó a él y puso la bandeja que sostenía en una mesita, luego posó su mano en la frente de Black Hat, éste, ante el tacto retrocedió.

—Tú temperatura es semejante a la de un humano... es interesante.

El villano dio un golpe a la mano del héroe mientras mostraba su lengua siseante haciendo que se alejara de él, estuvo a punto de hablar, pero White habló antes.

—Sí, estas en mi habitación. Es de mañana, tardé sólo una noche en sanar tu herida, fue más tiempo del que creí, pero es que tu organismo es tan frágil; ya ni siquiera te regeneras... la verdad espero que perdones lo que hice... no era mi intención hermanito, lo siento mucho— habló bajando la mirada haciendo su voz cada vez más seria. Black Hat entrecerró sus ojos, no contaba con su monóculo y agradecía que su sombrero de copa se encontrase en su lugar. No quería hablar con él, su repudio era verdaderamente grande, pero necesitaba saber algunas cosas.

Black Hat sostuvo del cuello a su hermano y lo atrajo demasiado cerca hablando con los dientes apretados y con un tono demoníaco mientras una sombra lo envolvía apareciendo de nuevo en él su camisa, chaleco, gabardina y su corbata en perfectas condiciones.

—¿Dónde está él?

White alzó la ceja

—En tu casa. Creí que era absolutamente necesario hablar con él, pero ahora sé que lo mejor es hacerlo contigo.

Su hermano lo soltó, él no tenía intenciones de hablar así que decidió marcharse. Se levantó y dio un par de pasos dándole la espalda, White lo tomó del brazo.

—Podemos luchar de nuevo Black Hat, aunque sabes que no estás en condiciones. Tú corazón... El cual ni siquiera sabía que tenías esta latiendo. Eres mortal, además; tus poderes son casi nulos.

Black Hat se detuvo agachando la mirada, arrebató su brazo y habló de manera forzada pues no tenía más opción.

—¿Qué es lo que quieres?

—La verdad— respondió de inmediato. —La verdad absoluta.

Hubo un silencio largó, sólo el eco del tic tac resonaba volviendo el ambiente con una amarga y pesada capa.

—Yo... yo lo amo— dijo dando respuesta a todo.

La expresión de sorpresa volvió a formarse en White Hat.

—¿Enserio?— preguntó con una tonalidad ansiosa, ya lo había escuchado una vez, pero no podía creer que su hermano pudiese decir eso. Es decir, ¿Black Hat diciendo "lo amo"? ¿Confesando amor? ¿Eso era posible?

El villano dio la vuelta dándole la cara. White sostuvo su mirada sin ningún tipo de miedo.

—El bebé. ¿Cómo pasó eso?— la pregunta trajo consigo una gran sonrisa para White Hat quien sentía la emoción inundarse en él.

—Su bebé...— repitió en voz baja. — Eso yo no lo quise así, no estaba en mis planes, ella es un accidente.

—¡¿Ella?! ¡¿Es una niña!?— gritó. Fue la gota que derramó el vaso. White juntó las manos y comenzó a dar saltitos mientras que sus mejillas tomaban rubor. —¡Es tan lindo! Es lo más hermoso que me has dicho... espera, ¿Accidente?— se interrumpió con duda al comprender lo que le había dicho.

—No necesito engendros.

—...Tienes que estar bromeando, Black, es un bebé, una hija tuya, si amas a Flug, amas lo que has hecho con él; es el fruto de su amor.

El demonio mordió su labio, se acercó a él y reiteró:

—No me importa. Su vida es indiferente para mí, vive sólo porque Flug así lo quiere.

—¡¿Qué clase de padre eres?!— preguntó con el ceño fruncido. —¿Cómo te atreves a hablar así de mi sobrina? ¡De tu hija!

—No tengo que preocuparme por alguien a quien no conozco, a quien no conoceré. Es tal como sospechabas; estoy muriendo y es por los sentimientos que tengo hacia Flug. Lo amo y ese engendro le está quitando la vida... y, aunque esto resulte bien... no quiero que algún día perezca.

White Hat cerró la boca de inmediato. Su tono de voz cambio a una asombrada.

—¿Quieres darle inmortalidad? Entonces... No, no me digas que planeas-

—Sí — interrumpió bajando los hombros. —Daré mi esencia para que sea inmortal. Será el dueño de todo, será quien te vea caer.

El héroe sacudió la cabeza.

—Black Hat... dar la esencia es algo muy peligroso, y en tu estado... en cuanto lo hagas morirás.

—Moriré de todas maneras.

—¿Darás tu vida por él?... no lo entiendo, ¿Cuándo pasó esto? ¿Cuándo te enamoraste? ¿Cómo es posible siquiera que un hijo tuyo se mantenga en un cuerpo humano?... ¿Estás tan seguro de tu muerte y de esta indiferencia con tu hija? 

White Ha siguió haciendo todo tipo de preguntas, las dudas cada vez crecían más que incluso había olvidado preguntar sobre Slug, lo que quería saber era todo relacionado a la preñez de Flug y sobre la extraña decisión de Black Hat de dar su vida por él. Nada tenía sentido, Black Hat no era en lo absoluto aquel monstruo que conocía. Ahora estaba más deseoso de saberlo todo.

—Ya dije la respuesta— contestó el demonio fastidiado de repetir las cosas.

—P-pero eso que haces, lo que he visto; cuidarlo, hacerlo sentir feliz, defenderlo... dar todo por él incluso si se trata de tu propia vida, lo estás haciendo Black... eso es el verdadero amor. Mírate, prefieres morir tú. No eres la persona que recuerdo... ya no eres ese ser maligno. Pensé que incluso, que si alguna vez llegaría a importarte alguien le tratarías de una manera diferente, que fuese una relación "tóxica", por así decirlo. Pero no es así, simplemente es amor y es sorprendente.  

White Hat le dijo eso con orgullo y con una gran sonrisa que apenas podía sostener, ahora entendía por qué todo lo de su corporación se había detenido, todo se debía a que Black amaba y ese sentimiento lo estaba cambiando de manera increíble, algo a favor de él porque Black Hat se estaba volviendo "dócil", como si la maldad le hubiese dejado de importar.

Black Hat carcajeo de manera suave.

—¿Y ahora qué harás, imbécil? ¿Me matarás?

Movió la cabeza en negación.

—No. Pasará lo que tenga que ser.

—Tan recto y moral como siempre, maldito hipócrita, solo di que te hace feliz saber que moriré.

—Me alegra saber que eres feliz y que amas con todo tu ser— dijo con seriedad mientras con un movimiento dudoso llevó su mano hacia su sombrero blanco y se lo quitó. White Hat dio una reverencia. —Respetaré tu decisión y respeto el amor que tienes por Flug, sin embargo, que te quede claro que puedo ayudarlo a él, puedo ayudar a tú bebé pero no lo haré contigo. Tu muerte implica mucho para el bien. Sabes lo que eres, el mundo entero estará mejor sin ti. No me alegrará tu muerte... pero estaré en paz. Algo que necesito.

El villano asintió de manera casi discreta, luego sonrió.

—Bien. Sabes, podre estar en la peor situación White, pero aun así lo noto, tú tampoco eres el mismo. Algo anda mal en ti.

Los ojos de White se abrieron a la par y el villano continuo hablando:

—Sí... algo magnífico que nadie puede ocultar y en ti es evidente... me refiero al "odio", hay odio en tu desagradable alma— dijo señalando hacia el pecho de White, exactamente a su corazón.

El héroe se puso de nuevo su sombrero y retrocedió negando fuertemente con la cabeza.

—¡No! ese es el peor sentimiento, y-yo no puedo sentir eso.

«No de nuevo», terminó diciendo en sus pensamientos.

Black Hat alzó una ceja y luego carcajeo de manera malvada.

—Vaya, hasta tú puedes odiar. Disfrutalo, te hará bien, así como el amor lo está haciendo conmigo— habló con sarcasmo. —Tal vez nuestro destinos no es morir en manos del otro, sino morir consumidos por nuestros estúpidos sentimientos. 

White Hat tuvo una expresión de pasmo llevando ambas manos a su pecho y apretando fuertemente.

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Slug había limpiado sus lágrimas después algunos minutos de llanto, había desahogado su enojo e iba aceptarlo; se iría de ahí tan pronto como lo pidió su jefe.

La noche había sido extraña, decidió dormir en su habitación por última vez, pero alguna sensación lo despertó un par de horas después y de ahí el insomnio lo atormentó. Maldijo y tras la frustración decidió levantarse.

Inspeccionó su habitación con nostalgia. ¿De verdad esta era su última noche ahí? Se convenció de que sí y comenzó a empacar dispuesto a dejar todo atrás, aunque estuviera aún confundido por la decisión de White Hat, esto era tonto. O al menos así lo creía. Cogió una maleta grande y comenzó a empacar sus cosas más importantes, la mayoría de lo que había en la habitación eran regalos de White, eso decidió dejarlo.

La mañana llegó pronto, no pudo dormir pues esa extraña sensación aún la percibía en la casa. Se convenció de que se trataba de sus tontos sentimientos de culpa, o simplemente la locura empezaba a consumirlo.

Salió de su habitación cerrando la puerta con un suspiro, fue por el pasillo con prisa y bajó las escaleras, cuando llegó abajo White Hat apareció a sus espaldas. Él se volteo y apenas si lo miró

—¿Ahora qué?— preguntó mientras sujetaba con fuerza su maleta. Estaba enojado o más bien escondía su tristeza bajó una falsa máscara de enojo.

Hubo un largo silencio, White resopló profundamente antes de hablar:

—...Lo sé, ya lo sé todo.

El doctor respondió con un simple tarareo, no lo entendió.

—Habló de Flug, de todo lo que me ocultabas.

Slug quedó completamente inmóvil y asombrado, tanto que casi dejaba caer su maleta de sus manos en cuanto escucho. Se dio vuelta de prisa con una expresión asustada. Quiso hablar pero White Hat lo interrumpió.

—Entonces se trataba de eso; un bebé y el increíble cambio de personalidad de mi hermano sin mencionar que está al borde de la agonía.

—¡¿Qué?! ¡¿cómo sabes eso?! ¡¿Qué fue lo que hiciste?!

—Necesitaba respuestas y las tuve.

—Espera, ¿me estás diciendo que fuiste justo ahora...? Oh no. No, no, no. ¡¿Te atreviste a hacerle algo a mi amigo?!

—¡Él está bien! Y, ¿Acaso tenía que esperar que me lo contaras tú? Nunca hablaste de eso.

—¡Se suponía que no tenías que saberlo!— gritó Slug tirando con enojo su maleta y llevando las manos a la cabeza, claramente desesperado. —Flug me pidió que jamás te lo contara.

White apretó los labios. —Todo se trata de él, lo pones por encima de mí, pero también se trata de 'MI' hermano Slug, de mi familia, y me escondiste eso.

—Cómo se supone que debía decírtelo ¡¿Eh?! Acaso tenía que decir "oye, tu hermano embarazó a mi mejor amigo".

Hubo un largo silencio, White se dignó a no responder, agachó la mirada y habló despacio.

—Ni siquiera tuviste la confianza de decirme algo así, después de todo lo que hemos pasado, después de diez años de compañía.

—White, lo... lo siento— habló acercándose a él, pero el héroe retrocedió.

—No hay nada que lamentar, está hecho.

—¿...Eso qué significa?

—Y-yo solo quería despedirme Slug, ahora sé lo que pasa, pero no me retracto de nada, y no te perdonaré esto. Tus actos son los de un villano, aunque tú decidirás eso, estaré orgulloso de ti si sigues por el camino del bien, pero si no es así tal vez nos volvemos a ver y espero que no sea en una mala circunstancia, porque si es así...no me detendré, iré contra ti y recibirás el castigo que merezcas. 

Slug se mordió fuertemente el labio y cerró los puños con fuerza. Masculló por un momento y de su bolsillo sacó una bolsa de papel la cual acomodó en su cabeza, luego se puso los visores.

—Ese es un error tuyo White, pensar que todos tenemos un bando; buenos o malos, yo no soy como tú, no soy inmortal, no soy "perfecto", soy una persona normal que hace cosas malas y buenas, que comete errores y al menos trato de arreglarlos. El que haya sido tu discípulo no significa que sea un ángel, que tuviese que ser como tú con tu estúpida sonrisita todo el tiempo, tú alegría y tu lindo ser de no equivocarse nunca... anoche te rogué y lo entiendo, ¡No necesito tu perdón, sé lo que hago y por qué! Ahora si me lo permites ¡Me largo!— gritó recogiendo su maleta y dando pasos pesados hacia la puerta abriendola con enojo.

—Bien, así dejaras hacerme daño— habló White con su labio tembloroso, dolido por lo que le había dicho.

El científico se detuvo y miró atrás.

—¿Dañó? Eres tú quien lo hace, el mundo no es un maldito cuento de hadas White, ve la realidad por una maldita vez, tú solo te condenaste al pensar que podíamos estar juntos, ambos pensamos en eso, al menos yo vi la realidad, no nos merecemos— discutió cerrando la puerta con un fuerte golpe, apenas había dado un paso cuando White lo sostuvo de ambas manos llevándolo contra  la puerta, había sido tan rápido que Slug apenas se percató, su maleta volvió al suelo y su cuerpo golpeó fuertemente contra la puerta.

—¿Qué sabes tú de la realidad? Eres un pobre ciego comparado conmigo— habló White de manera atemorizante y dominante.

Slug se sobresaltó sin poder creer lo que veía, podía notar incluso detrás de sus lentes los ojos de White, sus ojos habían perdido su tonalidad azul... ahora eran tan siniestros como los de Black Hat

—¿Cómo puedes tratar de ignorar lo que me has hecho? ¡Jugaste conmigo!

—Suéltame White— habló con los dientes apretados.

—No, no lo haré... te necesito — dijo escogiendo sus palabras con duda, estando ansioso. — Pero... no, ya no tienes que estar aquí... porque...porque...

—¡¿Por qué?!

—¡Porque te odio!— gritó al fin tomando grandes inhalaciones, como si decirlo le hubiese alterado demasiado. Mientras él respiraba con dificultad Slug frunció el ceño guardando silencio.

—...Odio esto, odio lo que me hiciste sentir, lo odio tanto— dijo White en un susurró cerrando los ojos y negando con la cabeza mientras soltaba a Slug. Pero de repente se exaltó, miró sus manos de las cuales sus garras sobresalían, en una de ellas había sangre.

Levantó la mirada. Una de las muñecas de Slug sangraba teniendo grabados los rasguños, en su otra mano, en su brazo robótico el metal era visible.

White parpadeo y sus ojos se tornaron de nuevo con ese color celeste. Se apretó la cabeza con sus manos manchando su rostro con la sangre.

—¿Qué me está pasando?— se preguntó con la mirada perdida y con un tono de voz desesperado.

Su hermano se acababa de ir burlándose de él, diciendo que en él había odio y aunque trató de ocultarlo, muy en el fondo sabía que era verdad; las garras, aquel extraño sentimiento y el dolor de su pecho. Había pasado por esto una vez y sabía que esto era parte de los primeros síntomas.

—¿White Hat?

—Vete.

—...Pe-

—¡Que te vayas!— respondió dando un zarpazo, Slug se agachó de inmediato y la puerta recibió el golpe rompiéndose en pedazos con un fuerte ruido.

Slug sabía que su herida no era importante, no para él que ha tenido grandes peleas, lo que le preocupaba era lo que pasaba con White. Algo andaba muy mal con él, una pequeña corazonada de quedarse y ayudar creció en su pecho, recordando las veces anteriores cuando ambos charlaban a gusto ayudándose unos a los otros, nada lo calmaba más que escuchar a su jefe dándole buenos consejo y verlo reír tan agusto. Esos habían sido buenos tiempos. 

 Pero la petición fue clara; no lo necesitaba. Así que se fue sin mirar atrás. 

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La historia se llama tic toc porque a todos se les esta acabando el tiempo ajajaja

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