49: Amigos
Black Hat besaba a Flug de una manera tierna probado de sus labios el sabor salado de sus lágrimas, las cuales aún mojaban sus mejillas. Al separarse se miraron con una sonrisa compasiva. Ambos fueron a su habitación en silencio. Black Hat miró la puerta derribada y le dio una mirada en silencio a Flug alzando una ceja.
—Puedo arreglarlo— le dijo con una sonrisa tratando de esconder su culpabilidad.
En cambio, su pareja sólo negó con la cabeza riendo. —Yo debí saber que una simple cerradura no te detendría—. Agitó la mano y una sombra escurridiza llevó la puerta a su lugar, ésta se arregló en unos segundos.
—Dijiste que tenías hambre, iré por algo, esta semana no has tenido... antojos— dijo mientras su sonrisa crecía pues se refería al apetito por carne humana de Flug. A él le encantaba salir a cazar presas para traerlas a su amante, le encantaba satisfacerlo y le seducía verlo tan ansioso por comer los corazones humanos, verlo ensuciarse entre la sangre, todo eso era tan deleitable.
—No... sólo necesito algo dulce— dijo Flug mientras se metía a la cama.
Black Hat asintió y desapareció en una sombra negra. Flug quedó pensativo, su novio parecía normal, al menos para él. No lo comprendía, si era cierto que estaba perdiendo sus poderes lo sabía esconder muy bien, no notaba nada mal con él , bueno, algunas veces se estaba muy cansado, pero no era nada grave.
Black Hat llegó con un plato de panecillos dulces en una mano y con un vaso de leche en la otra. El chico comenzó a comer mientras era contemplado. Había un poco de incomodidad en el ambiente, pero Flug prefería eso, lo prefería más que a demostrar la profunda tristeza que tenía con más llanto.
Luego de haber cenado se recostaron de manera cariñosa; ambos se abrazaban en silencio. Flug estaba sumergido en sus pensamientos, pensaba en que pasaría en un futuro, sobre él, Black Hat y su bebé, también sobre Alger. Él tenía un presentimiento muy malo sobre él, porque aquel "vinculo" estaba vigente, necesitaban asesinarlo y acabar con ello porque sus pensamientos... su libido y su atracción hacia él estaban creciendo y le costaba esconderlo a su pareja.
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En la mañana siguiente Flug despertó con un poco de náuseas y dolor en su abdomen, se acomodó de manera que su panza estuviese sobre una suave almohada que había acomodado la noche anterior. Levantó la mirada con una sonrisa al ver a Black Hat junto a él ya que en los últimos días estaba tan ocupado que no lo acompañaba a dormir.
El demonio dormía y cuando Flug lo notó contrajo las cejas, jamás lo había visto dormir de una manera tan profunda.
—¿Black Hat?
En cuanto le habló despertó abriendo los ojos de manera repentina. No contaba con su monóculo ni con su sombrero de copa, simplemente con su bombín desalineado. Dio un gran bostezo al mismo tiempo que estiraba sus brazos.
—Estabas dormido— dijo Flug rodeándolo con su brazo en un abrazo agradable.
—Y eso qué.
—Tú no duermes tan profundamente, estuviste a punto de roncar— habló evitando una risilla.
Black Hat lo miró y sonrió envolviendo a su amante con su brazo. —Cállate, yo soy quien soporta tus ronquidos.
—¡No lo hago!
—Por supuesto que sí, te he visto dormir durante años.
—... ¿Años?
Black Hat se sobresaltó al darse cuenta de lo que acababa de decir y enseguida desvió la mirada tratando de ocultar su rubor.
—...Eh, sí... tenía que supervisar que estuvieras trabajando... te quedabas dormido sobre tu escritorio. Los humanos no son eficientes así que supongo que tenía que permitir que durmieras, así no morirías y yo seguiría ganando dinero.
Flug dio una carcajada. —Sí, claro... sólo por el dinero— dijo con sarcasmo.
Hubo un breve silencio, el joven tomó la mano de Black Hat y la llevó a su vientre.
—Hoy está inquieta.
Black Hat no se negó, en cambio lo acarició de manera sutil impresionado por sentir los ligeros movimientos dentro de su amante.
—Patea mis órganos, eso duele— exclamó Flug con un poco de dolencia en su voz.
Su pareja no contestó, simplemente siguió acariciándolo en silencio, su mirada daba una expresión seria como si estuviese pensando en algo importante.
—¿Pasa algo jefecito?
—No— dijo quitando su mano.
—...El día que...Slug...— Flug sacudió a cabeza intentando hablar de nuevo. —Dijiste que percibes lo que ella siente ¿cómo es que lo haces?
—Es difícil de explicar.
—¿Qué siente ella ahora?— preguntó con curiosidad y brillo en sus ojos.
—...Supongo que la palabra correcta sería 'emoción'.
—¡Claro! Por eso está tan inquieta, se emociona al estar a tu lado, siempre lo he sabido, se mueve más siempre que estoy contigo.
Black Hat asintió luego de eso se levantó poniéndose su sombrero de copa y su monóculo.
—Como sea, tengo que trabajar.
—Yo también, iré a asearme, desayunaré y después te veo en la oficina.
El demonio se detuvo mientras ajustaba su corbata, lo miró y alzó una ceja. —No. Se nota que apenas puedes caminar, no quiero que te lastimes, eres demasiado torpe, puedes caer.
—Ya me he caído una vez, dolió mucho, pero estoy bien. Me siento con ánimos. Bueno, tengo náuseas y un ligero dolor, pero siempre me ha dolido.
—Es extraño Flug, hace poco te sentías muy mal.
El chico parpadeó asombrado, era verdad y muy notable que en cuestión de días cambiará, aunque así había sido todo el tiempo de su preñez; cambios repentinos en todo aspecto.
Aunque sabía que su mejora era por el suero de Slug, estaba feliz; su amigo había conseguido una manera de hacerlo sentir mejor algo que él no había podido hacer.
—Te dije; quiero ayudar. Además, tengo una sorpresa para ti.
—¿Sorpresa? Te refieres a la habitación de tu bebé...
—Nuestra bebé— interrumpió como si estuviese regañándolo, luego se sorprendio. —¿Ya la viste?
—Vi el mural, el día que los tontos Hat Bots pintaban.
—Quería que fuera una sorpresa... bueno, la habitación está casi lista, quiero que la veas.
—Está bien, pero será después— dijo dándole una caricia en su cabello e inclinándose para besar su frente. Luego de eso se retiró.
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Slug se encontraba en su laboratorio, había estado comportándose de una manera grosera con su jefe y con Clemencia, para evitar verlos y pasar momentos incómodos prefería estar encerrado en su laboratorio trabajando arduamente.
Se detuvo para restregar sus ojos, ya que no contaba con sus anteojos su vista se cansaba más rápido, sacó de su bata los visores que su amigo que había dado y los acomodo en su cara para seguir trabajando.
—Slug... sólo venía a...
—Sí, sí sí, ya está listo— contestó el chico dándole un aparato y algunos papeles.
White Hat miró las hojas e inspeccionó el artefacto. —Se ve perfecto, has hecho un gran trabajo Slug, como siempre; gracias.
—Si no tienes más trabajo que asignarme te puede ir.
—Has cumplido muy bien con tus deberes... pensaba en tener uno de nuestros viejos entrenamientos, sé que te encanta entrenar conmigo.
Slug volteó a verlo subiendo los visores mientras en su rostro se formaba una sonrisa maliciosa. —Hace mucho que no lo hacemos, tengo que admitir que me agrada poder golpearte.
La sonrisa de White creció al ver la actitud de Slug. —De todo el tiempo que entrenamos sólo me has dado un par de golpes, no presumas mi niño.
En respuesta Slug carcajeo. —...Bueno, supongo que podemos hacerlo... extraño esos entrenamientos— dijo poniendo en su lugar los visores y volteando a su escritorio. White sonrió con ternura, sabía que su científico estaba ruborizado. Y más que nada, por fin había tenido una pequeña charla con él, una que no terminara en pelea, había hecho sonreír a Slug y eso era muy gratificante.
—Muy bien, sabes dónde reunirnos, te esperaré en cuanto el sol caiga... y lleva todas las armas que puedas usar.
Slug continúo trabajando, simplemente respondió con un leve sonido al mismo tiempo que asentía. Su jefe se retiró y él quedó pensando; ¿Por qué le estaba pidiendo tal cosa? Hacía mucho que White le dijo que su entrenamiento físico había terminado, que había pasado todos los niveles y era verdad, él sabía de toda arte marcial gracias a esos entrenamientos.
"No puedo creerlo White, haces cualquier cosa para contentarme", pensó con una sonrisa en su rostro. Él aún estaba enojado por lo que le habría ordenado, pero odiaba reconocer que su truco funcionó. No podía estar enojado con alguien tan tierno, White era su jefe, la persona que más admiraba y un excelente mentor. Aun así, respecto con Flug, no iba a obedecerlo. Él ayudaría a su amigo sin importar qué.
Slug fue a la sala de entrenamiento justo al atardecer, White Hat estaba ahí, en medio de la arena esperándolo, mantenía su postura perfecta, su traje elegante estaba impecable, una mano la reposaba detrás de su espalda y con la otra sostenía su bastón blanco.
Slug usaba su atuendo común; su bata negra, un suéter rojo de cuello alto, unos simples jeans y sus botas. No llevaba muchas armas, nada más que un par de pistolas y algunos pequeños aparatos en sus bolsillos.
—¿Qué hacen ellos aquí? — Preguntó Slug señalando a su asistente robótico y a Clemencia, la chica usaba un traje de porrista y sacudía con entusiasmo un par de pompones.
—Querían ver, Clemencia nunca ha visto uno de nuestros combates y como su entrenamiento empezó hace poco quiero que presencie una verdadera pelea.
—Bien, podrá ver cómo te pateo el trasero.
White sonrió, luego se dirigió a Clemencia. —Estos entrenamientos son muy importantes pues les enseño todo tipo de técnicas para enfrentarse a villanos de todo tipo; a los que son expertos en armas, a los grandes y fuertes guerreros que atacan sin piedad, a los que tienen habilidades mágicas u oscuras. Es importante que como héroes tengan valentía, fuerza y coraje para enfrentarlos.
Slug se acomodaba sus guantes y examinaba sus armas mientras su jefe hablaba.
—Él ha terminado su entrenamiento, ha pasado cada nivel que he puesto para y es un gran contrincante, es ágil, muy fuerte, y puedo decir con mucho orgullo que es capaz de enfrentarse a cualquiera— habló el héroe refiriéndose a Slug.
Clemencia gritó de entusiasmo dando saltos y halagando a su hermano.
—...Bueno, casi a cualquiera— dijo White cambiando el tono de su voz.
Slug alzó una ceja estando un poco intrigado, pero no pudo decir nada ya que White preguntó.
—¿Estás listo?
—Sí— afirmó tomando una pose de lucha.
White Hat dio un par de golpes en el suelo con su bastón y una sombra se levantó. Slug contempló extrañado preguntándose qué era lo que tramaba ahora.
La sombra viscosa se deslizaba por el cuerpo de White Hat cubriendo su traje blanco, subiendo lentamente hasta cubrir su rostro, hasta envolver en sombras la última parte de su sombrero blanco. Llegó a ser más que una sombra negra en pie frente a él, Clemencia así como Slug guardaron silencio, llenos de suspenso, casi con el corazón detenido.
Entonces los ojos de White se abrieron y ya no eran los mismos, no tenían el color azul celeste, ahora tenían un aspecto maligno. La sombra se desvaneció de inmediato dejando a la vista a un ser de traje negro con camisa roja, su piel era oscura, su sonrisa filosa mostrando unos colmillos verdosos. El ser que se encontraba no era más que la perfecta imagen de Black Hat.
Cuando Clemencia lo notó se escondió detrás del robot con miedo, ella era tímida de Black Hat ya que sabía de su maldad y su jefe siempre le advertía de él. Su rostro reflejaba miedo y el de Slug sorpresa, aún más cuando extremidades oscuras aparecieron a su alrededor.
Slug no podía creerlo, era como si en verdad Black Hat estuviese frente a él. De hecho, podía sentir un aura de maldad, una que lo estremecía.
El ser sonrió, daba una sonrisa sobrehumana al mismo tiempo que tomaba su monóculo y lo cambiaba a de lugar. Sin dudarlo lo atacó con una velocidad increíble. Slug apenas pudo reaccionar, pero no logró mucho, su contrincante lo tomó con uno de sus tentáculos envolviéndolo con fuerza, lo alzó y lo golpeó contra el suelo. Slug sintió un dolor agudo y cuando abrió los ojos frente a él, a sólo unos centímetros miró directamente al rostro de quien se suponía que era su jefe.
—Dime, Slug... ¿tienes miedo?— habló con la misma voz de Black Hat. Con esa voz rasposa mientras que con su lengua lamia sus afilados dientes babeando ácido verde.
El corazón del chico se aceleró al igual que su respiración, esa persona que estaba frente a él no era White Hat, no había cariño en sus ojos, no había dulzura en sus palabras. Sólo maldad.
Clemencia se llevó las manos a su boca soltando sus pompones, incluso ella sentía miedo.
Slug logró meter su mano a uno de sus bolsillos y tomar una de sus armas, le disparó varias veces logrando soltarse.
La imagen de Black Hat carcajeo de una manera perversa, su risa hacía eco en el lugar estremeciéndolos, era una risa demoniaca y perversa.
Slug trató de usar todas las armas que tenía, pero fue inútil, ninguno de sus artefactos le hacía daño y si así era la parte dañada se recuperaba en cuestión de segundos.
Era evidente que Slug estaba perdiendo, que su oponente solamente estaba jugando con él como si tratara de una débil presa. El chico se desesperó y arremetió directamente contra él, corrió evitando sus ataques y cuando estuvo frente a él intentó darle un golpe en la cara, pero fue inútil. Uno de las extremidades lo sujetó sorpresivamente, eso lo distrajo apenas por un segundo, el tiempo suficiente para ser golpeado fuertemente en el rostro. Aquel golpe fue tan fuerte que lo sacó rodando por el suelo.
Slug trató de levantarse, pero su cuerpo temblaba, apenas había recibido un par de golpes y con ellos fue suficiente para estar demasiado adolorido. Saboreo su sangre en; el sabor hierroso amargo, ésta comenzó a deslizarse por su barbilla.
No se había incorporado cuando sus brazos fueron tomados por tentáculos y empujados hacia abajo inmovilizándolo en el suelo. La imagen de Black Hat caminó hacia él de una manera lenta y al llegar a su lado sonrió de satisfacción, levantó la mano y mostró sus afiladas garras las cuales apuntaban a su rostro, dejó caer su mano con la intención de que fuese su último golpe y Slug cerró los ojos con fuerza esperando el ataque.
Después de un par de segundos abrió los ojos y White Hat estaba arrodillado frente a él con la mano apuntando su nariz luego le dio un toque a esta con cariño.
—Gané— expresó firmemente y con mucha seriedad. Su atuendo, su mirada y su voz eran las de antes, la del tierno White Hat.
Slug notó que las extremidades oscuras habían desaparecido, simplemente yacía ahí en el suelo. Su jefe sacó un pañuelo de su bolso y se inclinó para limpiar la sangre del labio de Slug.
—Lamento mucho lastimarte, pero sólo quería demostrarte lo que es estar frente a Black Hat. Él no te dará la opción de dudar, te mataría en cuanto tenga oportunidad.
Slug frunció el ceño, se sentía tan avergonzado por no ser un digno adversario, pero sobre todo impresionado, no sabía que White Hat podría usar la apariencia de su hermano, le sorprendió que el dulce y bondadoso de su jefe pudiera actuar tan... malvado.
White tenía una mirada de preocupación, terminó de limpiar el rostro de Slug y le ofreció su mano para ayudarlo a levantar.
—Dijiste que íbamos a entrenar... no tenías que hacer esta tonta demostración— le dijo con recelo mientras ignoraba su ayuda y se levantaba por sí solo. Lo que acababa de pasar había sido extraño, Slug hubiese querido decir que él sabía perfectamente que era estar en la presencia de Black Hat, que de hecho sabía que era recibir una paliza de él.
Una vez estando de pie se sacudió. Y se retiró con pasos largos. White Hat volteo en dirección a Clemencia y ella se ocultó temerosa.
—Descuida querida, soy yo.
—¿Cómo es que puedes hacer eso?
—...No me gusta tomar la forma de él, no es agradable.
—Eso fue terrífico.
—¡Oh! No, no, no te preocupes, yo jamás sería como Black Hat— dijo antes de ir tras Slug.
El chico llegó a la sala y arrojó sus armas que habían sido inútiles en el combate.
—¡Slug!
—¡Vete, eres un maldito!
Las palabras del chico paralizaron a White Hat quien dio una expresión de absoluto dolor. —Slug... no quería hacerte daño...
—No me refiero a eso, idiota. Estoy harto de tus juegos ridículos para intentar convencerme.
Las cejas del héroe se arquearon al oír la manera tan grosera con la cual le hablaba recordándole la actitud que tenía al conocerlo.
—¡Sólo vete!
—No, no tienes derecho de estar enojado, esa demostración fue de lo que en realidad es Black Hat ¡Entiende, te estoy protegiendo!
—¡No importa lo que hagas, Flug es mi amigo y es mucho más importante para mí que tú!
—¡¿Por qué?! ¿Qué hay en él que sea tan especial? Él obedece a Black Hat, es malo, merece morir.
Slug apretó los dientes. —Es a quien considero familia.
—¡Nosotros somos tu familia! Slug, te estimo demasiado... eres quien ha dado todo por Clemencia, piensa en ella.
—No la uses como chantaje.
White se acercó a él y lo tomó dela barbilla obligándolo a ver frente a frente. —¡Entonces hazlo por mí!... Black Hat me ha quitado tanto... acabaría conmigo si te hace daño, no me lo perdonaría, no podría perdonarme si te pierdo a ti— le dijo sosteniendo las lágrimas en sus ojos. —Que esta sea la última vez que hablemos sobre el tema, prométemelo. Por favor. No soporto esto, ya no lo soporto más.
Slug se conmovió, las palabras suplicantes de White provocaron un sentimiento extraño en él, un sentimiento que le decía que era demasiado, que no podía seguir lastimando a alguien tan bondadoso. Así que quiso contarle, contar la verdad porque tal vez así lo entendería, aunque, le prometió a su amigo no hacerlo. Sin importar qué, sin importar que la amistad con su jefe fuera casi inexistente. Pero tenía que hacer algo para convencer a White, cualquier cosa que detuviera esto.
El chico suspiró mirando directamente a los ojos de White Hat. —Bien, lo prometo. No más, yo... lo dejaré.
—Cómo sé que no me mientes... has roto muchas veces tu palabra.
El chico lo meditó luego le ofreció una sonrisa. —Haré una promesa, una a tu manera.
Slug lo sujetó y lo atrajo dándole un ligero beso en los labios.
—¡¿Qué estás haciendo?! —Gritó sorprendido mientras se alejaba. Sus mejillas estaban completamente ruborizadas.
—Una promesa, de esta manera. Es horrible para mí pero si hago esto significa que hablo muy enserio.
—¿Estás cerrando una promesa con un beso?... Cierto, eso sería algo que yo haría.
—Bien. Es una promesa— dijo alzando su mano. —Olvidemos lo que acaba de pasar, disculpa mis palabras ... dejaremos de hablar de esto y hagamos como si esta situación no hubiese sucedido, además...
Slug no terminó de hablar ya que White Hat lo tomó entre sus brazos y le dio un profundo beso, un beso largo y romántico. Al separarse Slug puso una expresión de sorpresa, las mejillas de ambos estaban rojas.
—... Sólo quería afirmar nuestra promesa— habló White Hat, pero en realidad estaba aprovechando la situación para besar a Slug.
—Bien...ok, está hecho... sólo no vuelvas a hacerlo. No inesperadamente.
—¡No hay problema! Pero, Slug. La última vez me dijiste que no sentías nada al besarme. Y ahora esto es debido a una promesa... quiero saber, ¿Sentiste algo?— preguntó con nerviosismo.
El chico cruzó los brazos. —Sentí vergüenza. Aunque, a diferencia de esa vez en el parque... creo que lo disfruté.
El gran héroe sacudió las manos de emoción y enseguida lo tomó en un fuerte abrazo alzándolo y dándole apapachos.
Slug se sintió pésimo, estaba dándole esperanzas de nuevo, pero si con eso lo tendría fuera de las circunstancias con Flug entonces no tendría otra opción.
Clemencia miró la escena y contuvo un grito de emoción. Ella también creyó las palabras de Slug.
Después de eso estuvo en su laboratorio esperando a que White Hat y Clemencia salieran a hacer una de sus misiones juntos, pues a pesar de todo no era su compañero y aun pasaba todo el tiempo con Clemencia.
En cuanto se fueron él salió de inmediato. Llegó a una ciudad cerca de Hatsville y esperó en un callejón, no mucho después llegó un carro clásico, un auto antiguo, lujoso y sumamente elegante.
—Me alegra verte bolsita— dijo el villano en cuanto la puerta del conductor se abrió y Flug usando su bolsa se asomó dándole una señal para que entrara.
—No entiendo por qué me pediste que viniera, ¿no podías ir a la mansión? Tuviste suerte de que Black Hat no iba a estar en casa. No sabe que te sigo viendo.
El héroe se acomodó en el asiento del copiloto. —Yo también tuve que escapar de mi jefe, esto es rápido Slys— dijo mientras abría su portafolio y sacaba una aguja y el 'suero'. —Por cierto. Lindo auto.
—Es de mi amor, no toques nada, es su favorito—. Flug se quitó su guante amarillo y ofreció su mano.
Cada vez que Flug hablaba cariñoso de Black Hat, Slug se sentía furioso, esta vez como en otras ocasiones no dijo nada a pesar de querer maldecir a Black Hat. —¡Vaya! Estás más pálido de lo que recuerdo, te ha hecho mal estar siempre encerrado en esa mansión— dijo Slug mientras limpiaba su mano con alcohol e inyectaba la solución, Flug notó que esta vez la dosis era mucho mayor que la última vez.
—Lo sé, de hecho, en este par de días no he salido de mi laboratorio— dijo quitándose la bolsa y los visores dejando a la vista su cansado rostro. Estaba despeinado y bajo sus ojos se pintaban ojeras.
—¿Qué estás haciendo?
—He estado trabajando en algo importante— Flug habló un poco nervioso, no iba a decirle a Slug que trabajaba arduamente tratando de encontrar una cura para su amado. El villano tomó el frasco de cristal donde había tenido el suero que le inyectó. —Por cierto, no me has dicho cómo es que hiciste este suero, ha resultado ser excelente...
Slug le arrebató el recipiente. —Ya te dije, es algo que me costó perfeccionar. Qué bueno que mejoraste.
—Sí, ya no me da tanto cansancio, ni apetito. Pero me sigue doliendo, mis nauseas han regresado... y mis cambios de humor.
—Tal vez eso mejore con el tiempo.
—Eso espero. Pero sigo preguntando; ¿Qué tiene ese suero? ... ¡Vamos Slug! Yo soy un científico al igual que tú, sólo dime los componentes, me importa mucho saber qué es lo que estoy introduciendo a mi cuerpo, para estar seguro de que no afecte a mi bebé.
—Estarán bien, ambos. Te lo aseguro... pero, olvida eso. Mira te tengo otro regalo— dijo poniendo una gran sonrisa en su rostro y entregándole una caja adornada.
Los ojos de Flug brillaron y sonrió al ver el regalo, de inmediato lo tomó y revisó su contenido, esta vez había un vivero, un chupón y una sedosa cobijita negra. —¡Son hermosos!
Su amigo sonrió con él.
—Pero... tú no eres así Slug, ¿por qué me llenas de regalos?
—Porque me comporte como un idiota, quiero compensarlo de una manera.
Flug apretó la suave cobija contra su pecho. —Eres un gran amigo, más bien... ¡Eres mi hermano! Flug le dio un codazo con una mirada tierna luego se acomodó para abrazarlo.
El héroe correspondió, pero estándolo abrazando su sonrisa se desvaneció.
Luego de eso ambos charlaron por un largo tiempo hasta llegar a un tema incómodo para Flug.
—Y bien, respecto a Alger...— habló Slug con seriedad. —¿Aun siente lo mismo?
Flug se estremeció y hundido sus hombros incómodo. —Sí, aun pasa. Lo odio. Black Hat ha estado demasiado ocupado, pero sé que debe estar buscándolo, tiene que morir.
—Sí— la respuesta de su amigo fue rápida. Hubo un largo silencio incómodo. El héroe empacó sus cosas.
—Tengo que irme.
—Sí, no queremos que se enteren que no estamos en casa.
Ambos se retiraron prometiéndose ver pronto. Slug necesitaba hacerle análisis, hacerle un ultrasonido y ver su avance respecto a sus síntomas ya que Flug estaba cerca de cumplir siete meses.
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Ese día Flug llegó a la mansión con prisa, era de madrugada y agradeció que Black Hat aún no llegara porque no quería levantar sospechas. Fue a su laboratorio y prosiguió con sus experimentos sobre una cura para Black Hat, estaba demasiado inquieto porque no había hecho ningún avance, cada intento resultaba ser un fracaso, ninguno de sus resultados se acercaba a ser algo que pudiese curar a su amante. Se maldecía a sí mismo pues se sentía tonto porque incluso Slug había encontrado una cura para sus síntomas y él no podía hacer nada por ayudar a quien amaba, constantemente sacudía la cabeza cuando comenzaba a culparse por el debilitamiento de Black Hat. Sí, sentía culpa, pero no se arrepentía de amarlo.
Terminó de revolver algunos líquidos de colores, pero cuando lo hizo estos dieron una pequeña explosión y luego perdieron tonalidad, ahora eran claros como agua.
—¡No se supone que sea así! —gritó y arrojó los recipientes rompiéndose contra la pared, cuando sucedió pudo escuchar una risa conocida. Flug miró a la puerta donde se asomaba Demencia, cuando ella se percató se fue de prisa.
Flug se sorprendió, no había visto a Demencia en mucho tiempo, es como si al saber lo de él y Black ha se escondiera de ambos. La última vez que la vio fue cuando había hablado en su contra revelando su secreto. Supuso que tal vez era hora de tratar de hablar con ella de nuevo así que tomó su Tablet y salió del laboratorio activando el localizador que buscaría a Demencia gracias al aparato sujeto a su tobillo.
No tardó en encontrarla, de hecho, ella estaba en el techo. Cuando Flug llegó la encontró acostada mirando al cielo.
—¡Demencia! ¿Qué hacías espiándome?
—Veía tus fracasos, ahora vete nerd, estoy relajándome.
—No sabía que te gustaba venir aquí— le dijo acercándose a ella.
—Claro, me gusta lanzarles piedras a los que se atreven a pasar frente a la casa.
Flug dio una pequeña risa luego se aclaró la garganta para hablar con seriedad. —Dem, necesito decirle algo... sobre Black Hat y yo.
—Ya me has dicho todo, tonto. Sé que son novios, yo misma los vi. Acuérdate.
—Sí, pero no me refiero a eso— Flug se sentó a su lado con dificultad.
—¿No te preguntas qué es esto?— dijo acariciando su abdomen.
—Comes mucho, por eso estas gordo. Muy, muy gordo si me lo preguntas.
—No Dem, quiero que pongas mucha atención a lo que te tengo que decir.
—¡No quiero escuchar tus tontas excusas Flug! Ya tengo demasiado con ver como restriegan su amor frente a mí.
Flug quiso hablar, pero no pudo, la chica lo interrumpió hablando cada vez más alto con un tono de voz dolida.
—¡Duermes en su habitación, te sientas en sus piernas y se besan a cada momento! Parece que nos les importa la compañía la cual está cada vez peor, nadie llama para contratarme...¿Por qué no puede ser como antes? ¡¿Por qué no simplemente puede ser como antes?!
Demencia se detuvo cuando sintió sus propias lágrimas caer, ella tomó asiento recogiendo sus piernas y ocultó su cara en ellas. —Era mejor cuando a él no le importabas, cuando grabamos videos, cuando peleábamos entre nosotros. Extraño eso. Incluso, los dos paseábamos, era divertido molestarte a ti a 5.0.5. siento que ya nada de eso va a regresar.
Flug la miraba con algo de tristeza así que habló con calma.
—Lamento decir que todo eso ha cambiado, nada va a ser igual que antes Demencia.
—¡¿Por qué no?! Has que cambie, tú lo arruinaste todo, tú arréglalo.
—Demencia, escucha. Tendré un bebé.
La chica abrió la boca y en cuanto escucho su cara dio una expresión de absoluta confusión. —¡¿Qué?!
—Esto de aquí... — dijo señalando su abdomen. —...No es porque este gordo, es un bebé.
La chica miró a su panza y con un dedo lo toco inspeccionando su vientre.
—¡¿Te comiste a un bebé?!
Flug rodó los ojos y llevó su palma a su rostro. —No... no me comí a un bebé... el bebé está creciendo aquí dentro, y pronto va a nacer.
La chica parecía aún más confundida. —Por qué quisiste tener un bebé ¿505 no es suficiente molestia?
—...Es un bebé de... de Black Hat, es de los dos.
—¿Black Hat... quiso tener un bebé contigo?
—Es una larga historia... te lo puedo contar todo si es que no actúas como la loca que eres.
Demencia seguía picando con su dedo la panza de Flug estando demasiado impresionada.
—¡Deja de tocarme!
—Pero... no entiendo, ¿Cómo metiste un bebé dentro de ti?
Flug bufó, incluso 505 lo había aceptado más rápido. — Ven, te contaré todo— dijo levantándose con cuidado y ofreciéndole su mano. Ella lo acepto dándole un abrazo inesperado. Él no entendió esa muestra de afecto porque en realidad Demencia no tenía nada que lamentar, de hecho, debería estar en más enojada al saber sobre el hijo de él y Black Hat.
Flug quiso corresponder al abrazo, pero en vez de eso la empujó. —¡Qué asco! ¿Hace cuento que no te bañas?— preguntó llevándose la mano a la nariz.
La chica alzó su brazo y olfateo su axila luego levantó los hombros.
—Ven aquí, tomaras un baño ahora mismo.
Flug la sujetó del brazo y comenzó a jalarla, ella no discutió, al contrario, sonrió y lo acompañó.
Flug preparó el baño, le quito la ropa y la obligo a meterse a la tina lavando su enorme melena. Él la bañó, la secó y acompañó a su habitación donde peinó su cabello mientras trataba de contarle todo respecto a su bebé y a la relación con Black Hat. Ella también habló sobre su pequeño encuentro con Alger.
Demencia ponía atención, pero su mirada aun reflejaba duda y algo de enojo, en realidad simplemente ocultaba sus celos.
—Así que, pronto nacerá y espero que no la molestes, no será como 505, un bebé es frágil, muy frágil.
Demencia asintió levemente y eso relajaba a Flug, ella parecía entenderlo y aceptarlo, eso lo ponía feliz.
—Qué hay de tu novio Alger.
—¡Él nunca fue mi novio! Si vuelves a verlo no creas ninguna de sus palabras, él quiere lastimar a Black Hat.
—Nadie molesta a Black Hat, si lo vuelvo a ver le sacaré el ojo que le resta.
—¡Bien dicho!
Flug le dio una palmadita en su cabello y siguió peinándola, a ella parecía gustarle el tacto porque quedaba inmóvil disfrutando de las caricias a su pelo.
Back Hat entro a la habitación azotando la puerta, parecía que estaba a punto de gritar, pero se detuvo al verlos sentados en la cama cómodamente.
—¿Qué haces aquí?
—Estaba aseando a Demencia. Ya estas lista— le dijo.
Ella evitó ver a Black Hat, cuando los dos se marcharon y la puerta se cerró volteo con una expresión dolida. Demencia se había resignado, sabía que Black Hat jamás le tendría cariño y ahora que tendría un 'bebé'... se preguntaba qué lugar tendrá ella.
Black Hat tomó del brazo a su amado mientras caminaban.
—Creo que ella lo está comprendiendo.
—Ella no me importa, no quiero que se meta en mis asuntos.
—No lo creo, aunque parece estar muy triste, hay que darle tiempo.
Black Hat asintió, Flug lo llevó a la habitación de su bebé deteniéndole frente a la puerta.
—Espera, quiero guardar este momento— dijo mientras llamaba a Cambot, la cámara llego tan rápido como pudo, enfocó, acomodó sus brazos metálicos y comenzó a grabar.
—¿Por qué grabarlo?
—Tengo decenas de grabaciones, quiero que esta sea otra, cada momento es importante y quiero guardarlos. Bien, ahora mira— dijo abriendo la habitación tomando su mano para obligarlo a entrar.
Cuando Black Hat vio la habitación alzó las cejas de impresión, el cuarto estaba adornado de manera impresionante, había una silla mecedora, una cuna, muebles de terciopelo y del techo colgaba un pequeño candelabro.
—Aún falta mucho por adornar, pero esto es lo que tengo por ahora, esto lo pinté yo mismo, sólo esta pared, quería que tuviera un toque mío. Pondremos lo que tú quieras.
Black Hat seguía viendo a su alrededor en silencio. La habitación era verdaderamente...bonita. Él se acercó y miró que en una mesilla había ropa, una cobija negra y un biberón, tomó el biberón en sus manos y la miró en silencio.
—Son algunas cosas que tengo para ella, ¿te gusta?
Black Hat la dejó en su lugar, miró directamente a la cámara y luego a Flug, sonrió débilmente y dijo: —Sí, me gusta.
Flug corrió a abrazarlo hablando con emoción. —Ya quiero que nazca.
Black Hat correspondió al abrazo sin decir nada más.
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NOTAS
En el último cap. ¿se dieron cuenta que Bh estaba a punto de llorar por ver a Flug tan triste?
El día que él llore, ese día me van a odiar con todas sus fuerzas.
Slug 'engaña' a White pero en realidad su amorcito por él está regresando. —Sé que le gustó de verdad besarlo y a mí no me engañan.
Voy a echarme spam otra vez; Lean un fic que estoy traduciendo, se llama Manchas de café y cigarrillos. Es Stacest. Además voy a publicar un fic que estamos creando mi hermana y yo, va a estar loco pero divertido, se trata sobre Villanos y estoy tratando de convencerla para que sea paperhat porque a ella no le gusta.
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