46: Recuerdos
NOTAS
No he tenido nada de inspiración, a veces pasa. Aun así espero que les guste UvU
Dispensen los errores, olvidé que tenía que publicar ayer y lo escribí en un día.
GRACIAS POR LEER
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Slug soltó a su amigo y retiró la bolsa junto con los visores de su cabeza.
—¡Qué estás haciendo aquí?! ¡Largo!— gritó Flug mientras lo empujaba.
—No... Slys... escucha...
—¡No! ¡No quiero saber nada de ti!
—... Sólo quiero decir que lo siento.
—No voy a aceptar tus disculpas, ¡Vete! Black Hat va regresar en cualquier momento y si te ve aquí date por muerto, ya ha tenido bastante paciencia contigo.
—Te hubiera dicho que vendría hoy, pero no contestas mis llamadas... vamos, por primera vez en mi vida pido disculpas y no lo aceptas, por favor Flug, como amigos.
—¡Es que ya no te considero mi amigo!
Las palabras de Flug hicieron que el héroe se tensara por completo, alzó las manos en rendición y suspiro para tratar de hablar con tranquilidad. —Escucha; no debí hablar de esa forma y mucho menos golpearte, pero hablo enserio cuando digo que lo lamento, después de eso no pude dejar de pensar en mi error, estaba bastante preocupado por ti y tú nena...
El científico le interrumpió aun con una voz llena de ira: —¡Aja, sí! Ahora le dices nena, según yo creías que era una... una...
Flug apretó sus labios, ni siquiera podía decir esa palabra, "bastarda", las palabras de Slug hacían eco en su memoria y lo hacía enojar aún más.
—Por favor bolsita, estaba enojado y no pensé en mis palabras, dame una segunda oportunidad, es más... te traje un obsequio—. Slug se acercó a la entrada donde había dejado su maleta junto con una caja de regalo con la imagen de un avión. La caja era demasiado colorida y se notaba que había sido envuelta con cuidado. Slug miró a los ojos al villano y extendió su mano ofreciéndole el regalo.
—Tómalo—. Exigió mientras Flug miraba la caja con duda. Al final decidió tomarla quitándosela de la mano en un arrebato.
—No me vas a convencer con obsequios Slug, no soy tan ingenuo—. Era para él demasiado sospechoso que le hablara con tanta simpatía y que le diera obsequios porque sabía que Slug no era así, a él no le gustaba dar muestras de afecto.
—¿Por qué no le das un vistazo primero? Luego podrás alegar.
Flug miró el regalo y lo abrió con cuidado intercambiando mirada con Slug quien le sonreía.
Entonces su corazón se detuvo cuando de la bolsa sacó una pequeña pijama para un bebé recién nacido; la ropa era suave y de color negro. El chico guardó silencio mientras contemplaba la prenda.
—Y eso no es todo— habló Slug aproximándose a él despacio, sacó el demás contenido de la caja y se la mostró. Flug quien aún estaba perdido contemplando la pijama con brillo en sus ojos dirigió su mirar las manos de Slug y su mandíbula cayó, su expresión era indescriptible, una mirada de asombro y de felicidad pues en una de las manos del joven había un pequeño gorro de bebé y en su otra mano un par de calcetines miniatura.
Él tomó el gorrito que lucía un par de pequeñas orejitas, de igual manera lo hizo con los calcetines. Cuando lo hizo sintió como sus ojos se llenaban de lágrimas de absoluta emoción, acarició las pequeñas prendas con sus dedos maravillado y conmovido, los calcetines eran tan pequeños y podía imaginar a su bebé, tan pequeña y frágil usándolos junto con lo demás.
Slug contempló la expresión de villano orgulloso, conocía muy bien a Flug y sabía perfectamente que eso le alegraría, pero sobre todo que eso lo animara lo suficiente como para que lograra perdonarlo.
—Esto.. esto significa.
—Sí, como dije; estoy arrepentido, quiero que ella nazca.
—Así que... viniste sólo a entregarme esto— habló tomando de nuevo la voz firme con la que se había dirigido anteriormente. Flug se preguntaba por qué el cambio tan repentino del héroe.
—No, ahora sé cómo ayudarte, por eso estoy aquí; he encontrado la manera de que tu salud mejore.
Flug puso la ropa de nuevo en la bolsa dejándola en su escritorio, luego cruzó los brazos. —Aún estoy enojado contigo...
—No me importa, escucha, tú mismo lo dije; Black Hat regresará pronto y no quiero estar cuando lo haga.
El chico sonrió de forma burlona. —¿Le tienes miedo?
—¿Tenerle miedo a ese monstruo vanidoso, narcisista y con problemas de ira? por supuesto que no.
—¡Ey! No hables así de mi jefecito chulo, y por lo que sé él no es el único con problemas de ira — dijo Flug con demasiada seriedad que incluso su compañero evitó reír por la forma tan cómica con la que lo había hablado.
—Si no lo recuerdas tu "jefecito chulo" me destrozó una pierna por lo cual estuve días en cama mientras lo arreglaba, me disloco el brazo y azotó mi cabeza, si fuera un humano común me hubiese matado... aún tengo migraña por eso.
—Agradece que estas vivo.
—Como sea, bien, te decía. Tengo un 'suero' que he mejorado, esto evitará que te sientas mal, y posiblemente tus peculiares antojos se detengan— habló tomando su maleta y mostrándole un pequeño recipiente de cristal con un líquido rojo.
—No lo necesito, aún tengo molestias, pero son menores, Black Hat se ha encargado de mis 'antojos'...
—¡Te dije que no lo hicieras! Cada vez necesitarás de más... y en verdad eso es asqueroso. Esto hará que no tengas apetito por carne humana y que la bebé no se alimente de ti. Así que ya puedes dejar de tratar de inventar una cura— dijo mirando lo que había en su escritorio.
Flug recordó lo que hacía, no se trataba de una cura para él sino para Back Hat.
—Está bien, usaré tu antídoto, pero más te vale que no estés tramando nada.
—Lo hago por ayudarte y te aseguro que no tramo nada— dijo cruzando los dedos detrás de su espalda.
Flug suspiró hondo y asintió. Slug le inyectó la sustancia y le dio un par de indicaciones antes de estar dispuesto a irse.
—Tendrás que hablarme de todo síntoma que tengas, sigue una dieta balanceada y no le menciones a Black Hat que estuve aquí.
—¿Por qué no?
—Porque tal vez no esté de acuerdo que yo te esté dando algo que contrarreste tus síntomas.
—No creo que se oponga a algo que me haga bien.
—Sólo no lo hagas. Tengo que irme, te veré en una semana para la próxima dosis.
Flug asintió incómodo.
—¿Qué pasa bolsita?
—¿...Es verdad lo que me dijiste antes, en verdad piensas eso de mí?
Slug sintió culpa, sabía que se refería a todo lo malo que le había dicho en su disputa.
—No, sólo hablé para hacerte enojar, quería que comprendieras los riesgos de tener dentro de ti a un ser tan... peculiar. No quiero que te pase nada Flug, no soportaría perder a mi mejor amigo. Lamento todo lo malo que te dije, nada de eso era cierto, es sólo que... aún no lo comprendo.
Flug posó su mano en el hombro del héroe. —No me pasará nada Slug, deja de preocuparte tanto. Como dije; Black Hat cuida de mí, estaré bien.
Su amigo guardó silencio cuando en realidad quería decir que Black Hat era de quien menos confiaba.
—¿Significa que me perdonas?
—No, no te perdonaré por lo ocurrido... pero, tal vez y si no lo mencionas más podre dejarlo en el pasado, además mi novio ya arregló eso— habló con burla.
Slug rodó los ojos y luego le dio un abrazo inesperado —Eso es un sí para mí.
Su amigo le dio una palmadita en la espalda confuso por el inusual carisma de Slug luego este se marchó. Él miró su muñeca en el lugar donde Slug le había puesto ese extraño líquido que al decir verdad apenas notaba que su amigo no le habría dicho nada sobre ese 'suero', era extraño, pero se obligaría confiar en él.
Slug partió de la mansión con seriedad, acababa de mentirle a su amigo ocultando su alianza con una de las personas que le había hecho daño, en cambio, gracias a la sangre de Alger podía evitar los malestares de Flug o incluso algo más grave.
Sin embargo, había algo más que tenía que atender; White Hat. Su jefe sabía de su amistad con Flug y necesitaba darle explicaciones lo cual era difícil, White tenía un extraño poder ante él, porque en cuanto lo miraba con esa tierna expresión y esos extravagantes ojos azules se sentía incapaz de mentir. No quería llegar a su hogar, pero tarde o temprano tenía que hacerlo. Decidió no ir de inmediato a su hogar, necesitaba pensar en una buena mentira para mantener a White Hat alejado.
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Alger se encontraba en un callejón oscuro devorando los restos de un cuerpo, la persona había sido uno de los subordinados de Black Hat el cual intentó asesinarlo, pero al igual que mucho terminó con el mismo destino. Cada vez se enfrentaba contra más villanos que se empeñaban en buscarlo y tratar de capturarlo para que fuese entregado ante Black Hat. Alger sonrió al pensarlo mientras agitaba sus manos salpicando la sangre que de ellas goteaba, aunque su sonrisa no duraría mucho, aquel villano había clavado una daga en su costado, una daga de plata la cual lo había herido. Al principio no le dio importancia, pero el dolor llamó su atención.
Levantó su chaqueta y examinó la herida, por suerte era algo que sanaría pronto, pero por ahora necesitaba evitar que siguiera sangrando.
Regresó a su casa donde tomó un baño limpiándose de la sangre y cubrió la herida. Al terminar quedó frente al espejo mirándose con detenimiento mientras un agrio recuerdo llegaba a él:
Un día, no mucho después de haber hecho su contrato con Black Hat llegó a su oficina entusiasmado. Abrió la puerta y entró de inmediato percatándose que Black Hat hablaba con un par de personas con apariencia tétrica, él notó de inmediato que eran subordinados y que había interrumpido algo importante.
—Acordaremos esto después— habló el mayor villano sin antes gruñir. Sus clientes salieron sin oponerse mirando con asombro a Alger quien causaba revuelo ya que se sabía que era el nuevo asistente de Black Hat y en realidad asombraba que su apariencia fuese tan joven.
La puerta se cerró y Alger se acercó al escritorio con la mirada abajo, en él puso una insignia metálica y habló sin poder esconder su entusiasmo.
—Mi señor, he acabado con la vida del héroe y con sus aliados. La ciudad es nuestra.
Alger esperó la respuesta de su jefe en silencio sintiendo nervios, en el corto tiempo que había estado trabajando para él confirmó la crueldad de la que se le atribuía, Black Hat era inhumano, malvado y déspota.
Su jefe tomó la insania identificando que era del reconocido héroe que le había asignado eliminar luego la arrojó como si no tuviese la mínima importancia.
—Alger... ¡Maldita sabandija! ¿Acaso no sabes de modales?
El vampiro sintió miedo, claro, acababa de interrumpirlo y sabía perfectamente que eso merecía un castigo. —L-lo lamento mi señor...creí que...
Las palabras de Alger se ahogaron, a Black Hat sólo le habría costado alzar su mano para que la garganta de Alger se cerrara.
—Tus errores se acumulan Alger, ya estuvieses muerto si no fuera por nuestro acuerdo— habló con desprecio como si se arrepintiera de haber hecho el trato con él, pero siempre recordaba que el chico le sería bastante útil porque como había dicho antes; no era un villano mediocre además era un ser fuerte, un vampiro sangre pura y le sacaría provecho a eso. Bajó su mano y Alger cayó de rodillas con las manos en su cuello mientras volvía a llenar sus pulmones de aire.
—Olvidaré tu estupidez, pero será la única vez. Dime, cuántos murieron.
—...Seis, seis héroes mi señor.
Black Hat se acercó a Alger y bajó la mirada para verlo luego tomó su brazo con fuerza. —Un número insignificante para ti y aun así te presentas frente a mí con la indignación de haber fallado.
Alger se atrevió a mirarlo a la cara confundido, ¿fallar, porque decía que había fallado si asesino a todo héroe?
Su jefe rasgó su chaqueta dejando al descubierto una herida en su brazo. —Percibí el aroma de tu sangre en cuanto entraste, mi subordinado no debería tener ni un solo rasguño.
—S-sólo fue una herida, en un par de horas sanará.
El demonio lo soltó, —Una herida es sinónimo de torpeza, significa que eres descuidado... por ahora vete, te veré en una hora en la sala principal.
—Sí mi señor— dijo Alger luego dio una reverencia y salió.
Llegó a la sala tal como había solicitado su jefe y quedó impresionado al ver a Black Hat sin su gabardina, sin sus guantes y con su camisa remangada. Su jefe levantó su mano y su sombra llegó a su palma no con la forma de bastón sino siendo una espada sumamente elegante y por lo que Alger notaba, bastante afilada.
—Recuerda; ni un solo rasguño— habló Black Hat con una sonrisa siniestra.
Alger no pudo reaccionar ya que fue atacado inmediatamente. Esas serían lecciones muy importantes para Alger ya que los primeros días su jefe no se detendría hasta que estuviese en el suelo lleno de heridas, sangrando y temblando. Alger no podía hacer mucho ya que Black Hat se movía de una manera sobrenatural deslizándose como una sombra apareciendo en cualquier lugar sin esfuerzo alguno, era su ventaja además del hecho que él no tenía ni una sola arma para defenderse.
Un par de días después en una de las lecciones cotidianas, cuando las rodillas de Alger temblaban y sangraban Black Hat se detuvo frente a él.
—He malgastado una semana enseñándote ¡Imbécil! ¡¿Acaso eres tan estúpido para no aprender nada?!
Alger apretó los dientes con enojo, ¿Enseñarle? Cómo podía decir eso si no hacía más que atacarlo sin previo aviso acorralándolo como a otra de sus presas teniendo la ventaja de ser un ser que manejaba las sombras y que se deslizaba entre ellas a voluntad.
Cayó de rodillas ante él sin decir nada y a su silencio Black Hat enterró la filosa hoja de su espada en su hombro haciendo que Alger gritara de dolor.
—Eres un maldito desperdicio, una vergüenza para los de tu especie— le dijo antes de marcharse.
Alger retiró la hoja de su cuerpo quejándose por el dolor y luego dio un grito de frustración. No podía creerlo, él quien era temido, quien podía acabar con una vida sin problemas no era absolutamente nada ante Black Hat. Se levantó con ayuda de la espada y maldijo para sí mismo, pero luego su expresión de enojo cambio a sorpresa porque lo comprendió: Era verdad, Black Hat no sólo lo atacaba sin razón alguna, sino que le estaba enseñando, le mostraba la manera de manejar las sobras y todas esas técnicas con que lo atacaba, había aprendido a esquivarlas y si se empeñaba podría perfeccionarlas.
Tomó una postura como la de Black Hat cerró los ojos y suspiro, no podía pensar más que en su jefe, en la manera que se burlaba de él y de cómo lo torturaba, abrió los ojos de golpe y quedó atónito cuando miro frente a él a Black Hat, ya no estaba en la sala sino en su oficina, frente a su escritorio.
El demonio sonrió. —Por fin lo aprendiste. Los de tu especie son seres listos, algo lentos pero veo que al menos tú aprendes rápido.
Alger tomó eso como un elogio, está bastante feliz de sí mismo ya que acababa de aprender a manejar las sombras tal como el gran villano Black Hat.
Con el paso del tiempo Black Hat le enseñaría aún más, aunque todas sus lecciones fuesen demasiado crueles, pero al final Alger las aprendía y las ponía en práctica como villano, sin embargo, nunca fue tan bueno como su jefe. Pero no le importó porque su jefe lo halagaba y pronto le otorgaría un sobrero de copa similar al suyo. Alger permanecía siempre al lado del villano aprendiendo de él y conociéndolo siendo su mano derecha orgulloso de que tras cada una de sus luchas jamás obtenía ni un solo rasguño.
Los demás subordinados de Black Hat le temían y respetaban honrando su puesto como la mano derecha del ser más temido, fuerte y despiadado.
Alger sacudió la cabeza tratando de olvidar esos recuerdos mientras se decía a sí mismo que siempre fue incrédulo, ahora entendía que para Black Hat sólo era otra herramienta a la cual sacaría provecho y que así lo hizo por décadas. Pero, si aún fuese su subordinado hubiera sido castigado por ser herido por un villano tonto, incluso fuese una burla por haber sido golpeado por un héroe, aunque admitía que Slug era bastante bueno en combate y era obvio al ser compañero de White Hat.
Más recuerdos llegaron a su mente; cada experiencia al lado de Black Hat, no podía negar que fue él quien forjó mucho de su carácter, pero no se permitía agradecerle nada porque lo odiaba. También tenía en mente los pocos años que vivió en ese alejado bosque junto a su esposa, los años después de su muerte y especial el momento que supo de Flug. Cuando lo conoció entonces todo había cambiado para él.
Sobre todo, recordaba el primer beso que le dio aquel día de tormenta cuando lo había rescatado de ese héroe y llevado a su habitación, Alger lo acostó en su cama, limpio su rostro y vendó la herida que tenía en su cabeza, estaba preocupado, pero a la vez feliz que estuviese ahí, con él. Hizo todo lo posible por que estuviese cómodo y al final se quedó mirándolo con dulzura. Un poco dudoso al principio se inclinó para acariciar su rostro y lentamente se acercó para besarlo y al hacerlo sintió un cosquilleo de emoción en su estómago. Ahí fue cuando su deseo de estar con él se desbordó, necesitaba hacerlo su pareja e ideó un plan para lograrlo.
Alger mordió su labio con enojo porque aún no cumplía con su cometido, había descubierto que Flug llevaba consigo una cría y por ello no lo podía convertir en uno de su especie, pero había hecho algo tan eficaz como eso; había pactado con él y ahora Flug se sentiría tan necesitado de su pareja. Y si Slug lograba convencer a Flug de usar el suero con su sangre era cuestión de tiempo para que Flug cayera rendido a sus pies.
Ahora tendrá que esperar a que Flug diera a luz y después de eso podrá hacer lo último para cumplir con su plan; sólo necesitaba beber de la sangre de Flug una vez más, morderlo una vez más para que fuese completamente suyo.
Por fin podría quitarle algo apreciado a Black Hat al mismo tiempo que tendría a su querido Flug, considerado para él; su perfecto amante.
Tomó asiento frente a un gran ventanal, abrió una botella de vino y sirvió un poco en su copa.
—Es muy molesto que entres a la casa de alguien sin antes mencionarte Slug— habló mirando hacia atrás.
El héroe le sonrió. —No hables como si fueras alguien con modales maldito hipócrita— contestó tomando asiento a un lado y llenando una copa de vino para él.
—¿Qué haces aquí?
—Sólo quería decirte que Flug ha aceptado mi ayuda y le he administrado el suero.
—Magnífico.
Hubo un largo silencio antes de que Slug hablara. —¿Y bien, no piensas contarme tu historia?
—¿Mi historia?
—Sí, me refiero; ¿Por qué odias a Black Hat, por qué estás obsesionado con mi amigo?
—No haré eso...y, no es obsesión, yo lo amo— habló entre dientes de una forma tétrica demostrando su enojo.
Slug sonrió de una forma necia, luego sacó su cajetilla de cigarrillos y puso un en su boca para después ofrecerle uno, Alger observó el cigarrillo por unos segundos y lo luego lo tomó.
—No logro comprender, dices que lo amas, pero le has hecho daño.
—Claro, soy yo quien le he hecho daño, soy yo quien durante años lo ha tratado de manera tan insignificante— habló con sarcasmo mientras encendía el cigarrillo que Slug le dio.
—¿Entonces para qué... por qué...
Slug no podía decirlo, ¿cómo podía preguntarle eso de una manera tan pasiva? No podía, sentía coraje sólo de pensarlo.
—Un pacto Slug, uno donde entregas cuerpo y alma.
El héroe tomo todo el contenido de la copa y luego dio una profunda calada a su cigarrillo exhalando el humo con seriedad.
—Sí, eso es absoluta obsesión. Lo obligaste. Me sorprende que no lo hayas convertido en vampiro.
—Eso no es algo fácil de hacer, además no es seguro que sobreviva, no todos lo hacen.
El héroe guardó silencio tiendo un dilema en su mente. —Eso me recuerda, ¿No le pasara nada malo ahora que comenzaré a dar de tu sangre?
—No, se sentirá bien, sus malestares cesarán, será algo tan reconfortante para él... incluso para su cría.
Slug se acomodó en el sillón acercándose más a Alger con curiosidad.
—Sobre eso, ¿A ella no le afecta en lo absoluto?
El vampiro dio una carcajada. —No se va a convertir en una de mi especie. Eso no funciona así.
—Alger... ¿Qué opinas sobre su bebé?
La respuesta fue un silencio corto, después habló en voz baja. —Tuve la oportunidad de asesinar a su cría, pero no lo hice, al fin de cuentas, aunque sea de ese estúpido... sigue siendo un bebé, uno el cual mi querido Flug ama.
—Trata de omitir 'mi' cada vez que hables de Flug, me dan ganas de romperte la cara cada vez que lo dices. Además, no sabía que eras piadoso.
—Black Hat solía decirme que era un defecto, aunque si mas no lo recuerdo él habló de su descendiente como si no le importara.
—Eso sería algo irónico. Mi teoría es que Black Hat mantiene vivo a Flug por ahora debido a ese bebé, si se trata por algo conveniente Flug está a salvo hasta que nazca, luego de eso lo asesinará.
—Puede que hay algo de verdad en tu teoría, aunque, ¿para qué quiere Black Hat un bebé?
—No lo sé, y no quiero saberlo, espero que este muerto para cuando nazca.
—No me has dicho por qué lo odias.
—No lo haré si tú no me dices primero tu historia.
El vampiro suspiró con pesadez harto de que le estuviese pidiendo lo mismo sin cesar así que decidió hablar de toda su experiencia con Black Hat. El héroe quedo bastante impresionado por la historia que tenía e incluso conmovido por su tragedia.
—Yo... no imaginaba eso.
—Ahora lo comprendes Slug, yo no soy el malo de la historia.
El joven héroe se levantó de inmediato. —Tengo que irme.
—Dijiste que me hablarías de ti.
—Será para la próxima.
Slug salió del lugar con prisa sin decir más dejando a Alger con duda, pero no hizo nada más que recostarse en el sillón y seguir bebiendo.
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NOTAS
Mi cara justo ahora es esta :D jijiji
¿Alger convertirá a Flug en vampiro? jue jue eso lo veremos pronto. Tal vez sí, tal vez no.
¿Slug está cayendo redondito a los planes de Alger? pos al parecer sí :'v
¿quiero cancelar el fic? sí, pero cada día se me ocurren más idioteces pa'escribir y no paro de hacerlo así que no va a pasar. Así de juerte es mi amor por esta historia
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