42: Alianza

Slug se despertó con dificultad, abrió los ojos y no vio nada, lo único que percibía era un fétido olor y un dolor intenso en la cabeza. Intentó levantarse y no pudo evitar dar un quejido.

—¡Ese desgraciado me disloco el brazo!— bufó. Se percató de sus heridas y su cólera aumentaba cada vez más, pero al menos agradecía que no le hubiese arrancado el brazo.

Se incorporó y asomó su cabeza del contenedor. Era de noche y no podía ver más allá de un sucio callejón. Estaba avergonzado de estar en un basurero en esas circunstancias, pero también se sentía afligido. No podía olvidar el rostro de Flug y admitía que había sido un verdadero idiota al discutir con su amigo. Había hablado de más dejándose llevar por su enojo y habría llamado "bastarda" a la bebé de Flug. Él dio un largo resoplo dejándose caer del contenedor. Miró su pierna y rodó los ojos con desesperación. Sin importarle se levantó apoyándose de la pared del, pero su intento no fue suficiente, enseguida cayó de frente y maldijo en voz alta. Se arrastró y tomó asiento recargándose en la pared, enseguida sacó de su bolsillo su cajetilla de cigarrillos y comenzó a fumar ignorando su dolor de cabeza y el inmenso dolor de su brazo.

Estuvo pensando sobre Flug, ¿Cómo podía regresar y disculparse? Era obvio que jamás podría volverlo a ver sin sentir vergüenza, es más, no podría acercarse a él con Black Hat a su lado. Pero tenía que regresar sin importar esa pelea. Él tenía que ayudarlo y hacer lo posible por salvarlo. Aunque, primero tenía que salvarse a sí mismo, no iba a llegar muy lejos con esas heridas y por lo que notaba los golpes en su cabeza hacían que estuviese aturdido. Estaba nauseabundo y sentía pesadez, no iba a esperar que se desmayara de nuevo así que tenía que pedir ayuda.

꧁꧂



"Ha estado demasiado serio", pensó Clemencia mientras miraba a White Hat sentado en la sala principal. El superhéroe posaba su cabeza sobre sus manos y constantemente suspiraba. —¿Deseas algo princesa?—. preguntó sin mirar a la chica. Ella se sobresaltó, pero de inmediato se acercó a él.

—Sólo me preguntaba si te encuentras bien.

—Lo estoy, solamente pensaba.

—¿En qué?

—En ustedes. En todos nuestros momentos. No quiero que las cosas cambien.

—No puedo asegurar eso, las cosas cambian White, pero sobre todos esos recuerdos son felices, hay que consérvalos. ¿Recuerdas la navidad pasada? Fuimos a decenas de orfanatos a regalar juguetes. Usaste un atuendo de Santa Claus y te veías adorable, tú mismo confeccionaste mi traje de reno y le rogamos como cada año a Slug que usara el suyo. Sé que usó su bolsa de papel en el rostro, pero usó su suéter navideño que le tejí. Lo disfruto, eso lo sé y la pasamos fantástico. Espero que sea así esta vez. No estés triste y no pienses demasiado en Slug... aunque te rechazó, aún podemos seguir siendo una familia.

Las palabras de Clemencia avivó la sonrisa de White. —Sí, solemos divertirnos mucho. Slug dice que no le gustan los niños, pero sé que miente. Supo cuidar bien de ti.

—¿Entonces qué es lo que te preocupa?

—No quiero ser una molestia para Slug...

—Ya habíamos hablado de esto— interrumpió.

—Lo sé, pero sigo sin dejar de pensar en ello, es decir, aún no sé por qué actúa tan raro y cada vez es más negativo. Me recuerda a cuando lo conocí.

—Slug es gruñón por naturaleza, pero es mi hermanito y lo quiero, aun así. Tal vez está pasando por algo malo.

—¿Qué podría ser?

—Qué tal si sólo necesitaba descansar. Seguro regresará de sus vacaciones de buen humor.

—Tienes razón, me preocupo demasiado.

White Hat le sonrió, se acercó a ella y la abrazó, Clemencia correspondió al abrazo con mucho entusiasmo, pero un zumbido rompió con el momento. La adolescente buscó en su bolsillo y contestó la llamada entrante de su celular.

White la miró curioso y su rostro marcó sorpresa cuando ella dijo: —Es Slug, quiere hablar contigo.

De inmediato tomó el teléfono y habló. —¿Hola?

—White, necesito que vengas.

—¿Ir a dónde, pasa algo malo?

—Pues... No sé en dónde estoy exactamente, pero... — hubo un largo silencio antes de que volviera a hablar. —... Estoy herido White, necesito que me ayudes.

White Hat sintió que su corazón se detuvo y de inmediato salió a toda prisa sin darle la mínima explicación a Clemencia.

El joven héroe guardó su teléfono y siguió fumando. No habría pasado más de unos cuantos minutos cuando White Hat apareció frente a él mirándolo con suma preocupación.

—¡Slug! ¿Están bien, qué fue lo que te pasó, quién hizo esto?— preguntó al ver todas sus heridas, con cuidado ayudó a levantarlo sin ser molestia su terrible olor a basura.

—Te lo diré en casa, me duele la cabeza y tengo dislocado el brazo.

—Está bien, pero iremos a casa y me dirás exactamente qué fue lo que pasó.

—Sólo vámonos, pero no me vas a llevar en...

Slug no terminó de hablar ya que White lo tomó en sus brazos, lo alzó y en un instante todo se oscureció, todo a su alrededor se nubló en sombras y cuando se despejó ambos estaban en la habitación del científico. Él se llevó la mano a la boca y evitó dar una arcada.

—¡Demonios White! sabes que odio viajar entre sombras, me revuelve el estómago. 
—Lo siento, pero era la única forma. Estabas muy lejos de aquí y necesito atenderte de inmediato— dijo acostándolo en su cama. 
—Llama a 666, él está programado para arreglar este tipo de incidentes— habló señalando su pierna amputada. 
—Lo haré, pero tu pierna estará bien, lo que me preocupa es esto—. White tocó las heridas de su rostro y Slug se quejó al tacto. 
—¿Quién te hizo esto? Nunca he visto a alguien que te derribé, te enseñé todo lo que sé en ese aspecto. 

Slug comenzó a pensar creando una excusa para no decir lo que en verdad pasó mientras su jefe se quitaba los guantes. Él buscó entre los cajones y sacó un kit de primeros auxilios algo extraño para Slug ya que su jefe no debía saber la ubicación de eso a menos que ya hubiese estado ahí antes, lo cual estaba prohibido para él. El héroe comenzó a limpiar el rostro de Slug y a vendar su cabeza.

—Tuve una pelea.

Su jefe se congeló. —¿Una pelea? Tú no peleas, no sin una buena razón.

—No hubo razón, dijiste que saliera a divertirme y así lo hice, encontré a unos tipos que me molestaban y tuve que actuar.

En cuando escuchó eso frunció el ceño con disgusto. —Creí que habías dejado esas malas conductas desde hace mucho año. Eso no es lo que te he enseñado.

Slug noto la seriedad de su jefe, dio un largo suspiro y habló con gentileza procurando no hacerlo enojar. —Lo lamento jefe, me dejé llevar bebí demasiado y...

—¿Estuviste bebiendo?— interrumpió siendo su voz cada vez más firme.

—Sí, ¿Qué tiene de malo? No soy un niño.—No... tú eres un superhéroe, debes ser recto y demostrar buenos valores.

—No me regañes, ya estoy en casa.

—Pero mírate, no tienes pierna, tu rostro está hecho un desastre, tienes el brazo dislocado y hueles horrible. Cómo es que una simple pelea provocó todo esto.

Slug apretó la mandíbula para evitar hablar, no iba a arruinar las cosas otra vez por sus inoportunos comentarios. Su jefe no dijo más y terminó de vendarlo, luego tomó su brazo y le advirtió: —Esto te dolerá.

—Sólo hazlo.

El héroe le dio un fuerte tirón acomodando el hueso en su lugar, el chico no gritó, pero su respirar pesado delataba su dolor.

—Descansa. Llamaré a 606 para que arregle tu pierna— dijo antes de que dirigirse hacia la puerta.

—¡Oye!

—¿Sí?

—Yo... lo lamento.

—Una disculpa no lo enmienda Slug... estoy muy decepcionado de ti. Ahora veo que no eres la persona que esperaba— Dijo con pesar antes de salir y cerrar la puerta con cuidado.

Slug quedó asombrado, White Hat jamás había sido tan duro en sus palabras mucho menos con él y esta vez no le había dirigido ninguna sonrisa, ninguno de sus típicos coqueteos afectuosos. Una vez que la puerta se cerró arrojó con furia todo a su alrededor en un acto de furia. De alguna manera las palabras de su jefe lo hirieron y odiaba eso, quería, deseaba haber podido decir la verdad, pero no podía hacerlo.

White Hat cerró la puerta con cuidado soltando el mango con su mano titubeante, dio un par de pasos tan firme como siempre pero después se recargó en la pared con sus labios temblando, se recargó y cayó lentamente con sus hombros saltando por sus sollozos. El héroe comenzó a llorar de una manera abrumadora, un lamento desconsolado como si de un niño pequeño se tratase. Sus lágrimas azules, aquellas tan únicas caían sin cesar. Se llevó las manos a su rostro para limpiarse y trató de tranquilizarse. Se sentía muy triste por haber dicho eso, pero tenía que ser cumplir con su palabra de tratar de olvidar el amor que siente por él.

Cerca de ahí, Clemencia lo miraba con desánimo, quiso acercarse y consolarlo, pero decidió no hacerlo, en cambio pensaba tener una charla con Slug.

꧁꧂


El científico comía con lentitud un poco incómodo al tener frente a él a Black Hat. El demonio lo miraba en silencio y con curiosidad, con la misma mirada con la que lo miraba hacía tanto. Un par de años atrás cuando Flug era su ayudante su privacidad era máxima, para entonces nunca se despojaba de su bolsa más que en ciertas ocasiones. Algunas veces se alejaba a comer a su habitación a solas y otras Black Hat le obligaba a cenar con él con la excusa de hablar sobre proyectos y demás asuntos con respecto a la compañía. Él solía contemplarlo y Flug temblaba de nerviosismo esperando a ser regañado, siempre con la mirada baja evitando verlo de frente.

Ahora no le tenía miedo, sino que se ruborizaba ya que Black Hat lo contemplaba con paciencia.

—No debiste tratar así a Slug— habló para romper el silencio.

—Merecía que le arrancara la cabeza, tengo que cuidar de ti, ni siquiera estás a salvo junto a tu... tu...

—Amigo. Aunque ahora no sé si debería llamarlo así.

—Como sea, no tengo la seguridad de que él guarde silencio.

—Lo hará, lo conozco, sólo espero que se encuentre bien.

—No debería interesarte. Te hizo daño.

—Quiere lo mejor para mí, quería hacerme una operación para extraer a la nena, me salvaría, pero ella tenía que morir. Algo muy similar a lo que pensabas. Tal vez no me lo dijo desde el principio para no hacerme enojar—. Él había meditado y era verdad, fue muy extraño que al parecer Slug quien actuaba muy enojado al saber de su relación aceptara ayudarlo con su bebé sin reprochar. —Por cierto ¿Por qué cambiaste de opinión tan repentinamente?

—Soy inteligente Flug, además, tú la amas.

El chico apartó los utensilios de la cama. —Ya te he dicho que no la veas como una estrategia, es tu hija. Además, me amas, sé que a ella también, tiene una parte de ambos, sólo imagina su sonrisa. Tal vez tenga todas tus habilidades, tu fuerza o quizá mi inteligencia.

—Preferiría que se parezca a ti— Black Hat habló en voz baja.

—¿Hablas en serio?— preguntó con incredulidad al mismo tiempo que levantaba una ceja.

—Da igual.

Flug dio una risa cariñosa y Black Hat le sonrió, se acercó a él y revolvió su cabello.

—No debiste cortar tu cabello.

—¿Por qué no? Slug lo cortó, dijo que no se me veía bien ese estilo largo. 

—No me importa lo que ese imbécil piense, la única opinión que cuenta es la mía, y yo digo que NO debiste cortarlo.

—Ya crecerá jefesin... Back Hat, quiero pedirte un favor.

El demonio lo miró y asintió.

—Quiero que la nombres.

El villano frunció el ceño. —¿Nombrarla? ¿por qué yo?

—No soy bueno con los nombres, sólo piensa; 5.0.5 es el número de experimento archivado y nunca lo nombre de otra forma. Tú puedes darle un nombre apropiado.

—¡No compares a esa porquería con esto! Seguramente ella no será una inútil en la villanía— dijo con desagrado. —Pero, lo pensaré, por ti.

La sonrisa de Flug creció. —¡Gracias jefecito!

—Bien, pero no te alegres demasiado, la verdad no me importa mucho su nombre.

—Sólo no la llames 'cosa', es lo único que pido.

—Pides demasiado... eso no importa. Tengo que irme.

—¿Trabajo?

—Todo sobre la compañía se puede ir al demonio, tengo que alimentarte.

Flug miró su plato de comida vacío. —Acabo de comer...

—Me refiero a alimentarlos y no lo hago por ella exactamente. Me gusta verte devorar cadáveres, olvidas tus protocolos de limpieza y disfrutas estar bañado en sangre, es simplemente magnífico— le dijo dando una risa malvada al último.

El científico se ruborizo, llevó una mano su vientre y dijo: —Tengo que admitir que sabe bien.

Black Hat se marchó, no tardó mucho antes de regresar con una presa; un héroe joven que usaba un traje ridículo, el hombre estaba inconsciente, al despertar Flug disfruto hacerlo sufrir hasta asesinarlo, haciendo cortes certeros en su cuerpo. Sacó su corazón el cual comió junto con otros órganos internos. El demonio lo miraba con su sonrisa malvada, veía al Flug sádico jugando y torturando a su presa para después asesinarlo brutalmente. Por último el chico lamió la sangre de sus manos satisfecho.

Pasaron un par de semanas en las cuales se volvió rutina para Black Hat llevar personas para alimentar a Flug notando que su hambre por carne humana crecía cada vez más. Y no solo eso, Flug no parecía mejorar porque su cansancio siempre era el mismo.

Mientras tanto la corporación dejó de comercializarse ya que ahora Black Hat estaba siempre con Flug preocupándose por su bienestar, pasando cada hora del día junto a él charlando o simplemente cuidando de su sueño. 505 extrañaba jugar con su papá ya que el villano no permitía que ambos estuvieran juntos y Demencia, ella vigilaba con atención el comportamiento de ambos esperando la ocasión para decirle a Black Hat sobre lo de Flug y Alger.

꧁꧂


—Seis meses— dijo Slug mientras marcaba su calendario. El héroe había estado llevando la cuenta y pensando en cómo hablar con Flug ya que después del incidente su amigo jamás volvió a contestar sus llamadas.

Las heridas del joven habían sanado y su ayudante había compuesto su pierna por completo, pero Slug no había dejado de pensar en su amigo, creía que tenía la obligación de ayudarlo incluso más ahora que había sido tan grosero con él. No quería perder a quien considera su hermano.

Aunque él también tenía sus propios problemas, su jefe actuaba extraño con él; en las últimas semanas trataba a toda costa evitarlo, incluso Clemencia ya no buscaba estar a su lado y cuando ambos estaban a solas ella parecía tener algo que decir, pero siempre guardaba silencio de una manera incómoda. Era muy raro que White Hat ya no le coqueteaba y que sus cortas pláticas se trataran sólo de trabajo del heroísmo. Slug creía que era debido a su última charla, sabía que White estaba decepcionado de él pero, ¿Por qué actuar así?

Sacudió la cabeza cuando notó cuánto le estaba perjudicando. No quería darle importancia.

—¿Slug, tienes tiempo?— habló repentinamente su jefe.

—Sí, ¿qué necesitas?— contestó escondiendo sus apuntes.

—Se debe a una misión, es simple; tienes que ir a una ciudad lejana y patrullar, han aumentado los asesinatos de manera considerable, ya sabes, un asesino en serie. Atrápalo y llévalo ante la ley, eres bueno rastreando.

—Suena interesante, ¿Cuándo partimos?

—Oh, no. No iré contigo, Clemencia necesita de mi ayuda, comenzará a ir a sus primeras misiones y necesito ser su guía.

—P-pero, tú y yo siempre hemos sido compañeros.

—Tú mismo lo dijiste; ya no eres un niño. Sé que serás capaz de hacer eso por tu cuenta, eres muy listo y hábil. Lleva a tu asistente si crees que es necesario. Suerte con ello, cuídate—. White dejó un par de hojas en su escritorio con la información necesaria luego se retiró dejando a Slug con la boca abierta queriendo alegar respecto a eso aunque no tuvo tiempo para hacerlo.

Él fue a su misión completamente solo, estaba enojado por el hecho de que White Hat no lo ayudaría ya que con las habilidades sobrehumanas de su jefe todo resultaba mejor. "No, no lo necesito, son tan hábil como él, además odio sus charlas cursis y que me retrase cuando decide detenerse a acariciar cachorros", se dijo a sí mismo cuando pensó en él. Pero no podía enviarlo, siempre habían sido un equipo a excepciones cuando White decidía hacer las cosas 'por su cuenta', lo cual casi nunca pasaba.

La excusa de su jefe era que Clemencia comenzaba a ir sola a sus propias misiones y al ser tan joven aún necesitaba orientación y su indispensable ayuda ya que ella no contaba con algún súper poder o intelecto mayor como era su caso.

—¡Mierda!— gritó, estaba desesperado ya que en todo un día no había tenido ni un solo rastro del asesino. Tomó asiento y se quitó la bolsa papel, miró con pesar los visores que una vez Flug le regaló y suspiro.

—¡Eres un idiota Flug, sólo debiste aceptar mi ayuda y no complicar las cosas!— habló solo mientras arrugaba la bolsa de papel y la lanzaba.

De pronto sintió la presencia de alguien detrás de él. Al darse vuelta sólo pudo ver una silueta ya que un golpe lo derribó.

—Slug, sabía que había escuchado de ti antes, eres nada menos que el asistente de White Hat.

Slug se levantó mirando al sujeto y cuando supo de quién se trataba le dio una sonrisa malvada, —Alger, cómo podría olvidarte.

—Lástima que no estamos en un bar, te invitaría una copa, me agradabas.

—¿Para qué, para engañarme y hacerme lo mismo que le hiciste a mí amigo? ¡Cabrón de mierda!

—¿Tu amigo?— el rostro de Alger era de confusión pero al ver los visores oscuros su duda se aclaró. —¡Flug! ¿Una bazofia como tú es amigo de mi bolsita?

—¡No tienes el derecho de hablar así de él! Sé lo que le has hecho y no te perdonaré por eso— dijo entre dientes. —Tengo suerte que seas tan imbécil para aparecer frente a mí.

—Eres un simple mortal, pero me eres útil, pensaba usarte como chantaje para White Hat. Fui yo quien tuvo suerte en volverte a ver.

—Él no es tan estúpido como para caer en algo así, y además, al carajo el código de héroe, voy a asesinarte, esto es personal.

La respuesta de Alger fue una carcajada descarada. —Vamos, Flug lo disfrutó.

Eso fue el colmo para Slug quien apretó la mandíbula con total furia, sacó su arma y le apuntó, sin dudarlo comenzó a disparar pero Alger siendo demasiado rápido se escabullía con una risa burlona. Pronto no hubo más que silencio, Slug no podía verlo pero se mantenía alerta. De pronto fue sujetado por la espalda inmovilizado ante la fuerza del vampiro.

—Demasiado lento— le susurró al oído.

Slug dio una leve carcajada. —Demasiado ingenuo— contestó, enseguida levantó su brazo dándole un golpe en la cara y en ese segundo arremetió contra él tirándolo al suelo, una vez que logró estar sobre él comenzó a golpearlo en el rostro con ambos puños una y otra vez hasta que sus nudillos sangraran disfrutando de haber borrado su sonrisa sínica, por último sujetó su arma contra la frente de Alger.

Sólo a un segundo de disparar Alger lo tomó del cuello con una mano y con la otra su brazo que sostenía el arma, ambos forcejearon y comenzaron a rodar. El vampiro había subestimado la fuerza y habilidad de Slug y no iba a permitir que un simple muchacho lo humillara. Logró quitarle su arma y ahora era él quien estaba encima. Alger comenzó a asfixiarlo con ambas manos con intención de asesinarlo, el héroe comenzó a arañar su rostro e intentar defenderse sin lograrlo.

Pronto sintió como el aire se cortaba por completo, sus pulmones ardían y su vista se nublaba, pero no se rindió. Con todas sus fuerzas abalanzó su cuerpo logrando darle una patada a Alger quitándoselo de encima. Slug se incorporó tomando grandes bocanadas de aire.

—No dejaré... que me mates tan fácil— exclamó con dificultad.

—No eres rival para mí, nadie impedirá que este con Flug.

El héroe sonrió levemente. —Él está muriendo, ni aun en su lecho de muerte te aceptaría, te odia.

Alger se levantó con una expresión de duda. —Flug... ¡¿Qué?!

—Sí, tú sabes de su parásito. Eso pronto lo matara...

—...No... Flug ¡No! Él...él no tiene que morir, tiene que estar conmigo, por siempre, ¡Tiene que estar a salvo!— interrumpió con preocupación en su voz estando exaltado ante la idea de perderlo. 

Slug se puso de pie confundido ante el comportamiento de Alger. —A ti no te interesa su bienestar.

—¿De qué hablas? ¡Claro que sí! Es a quien más amo, ¿Por qué no preocuparme por él?

—Porque le has hecho más daño que bien.

—No, no soy yo quien lo perjudica, es Black Hat quien le ha hecho daño, es él quien lo ha puesto en esa condición, es él quien lo ha tratado mal, quien lo ha manipulado como si no fuese nada. Yo siempre me he preocupado por él, soy yo quien desea su felicidad y sé que jamás la encontrará con Black Hat. Nadie puede ser feliz al lado de ese demonio sin corazón.

Slug abrió sus ojos en sorpresa recordando todo lo que le había contado Flug, de las cenas con Alger, de sus charlas carismáticas, de su hospitalidad y de esas veces que lo ayudó con su sangre... pero, también pensaba en cuando había bebido de su sangre y en aquella vez que abusó de él. Aunque en comparación con Black Hat quien lo golpeaba, lo humillaba, se aprovechaba de su intelecto y sobre todo; él había dejado un parásito en él...  todo en comparación... Alger no parecía tan malo.

El héroe lo pensó, Black Hat decía amarlo, pero se contradecía diciendo que era "alguien de su propiedad".

—Quiero que vea la realidad, Black Hat juega con él y lo ha cautivado, en realidad sólo terminará devorando su alma como suele hacerlo— continuo Alger hablando con más calma.

Slug abrió la boca en una expresión de total sorpresa. —Es verdad— dijo en voz baja.

El héroe se convenció de ello. "Black Hat no está muriendo por amor, él quiere a Flug por egoísmo, necesita de un seguidor devoto para alimentarse de su alma y para uso de su cuerpo", pensó pero aun así, ¿por qué un hijo?

—Entonces, ¿Por qué beber de su sangre?

—Para la unión de su alma con la mía, él se siente atraído por mí, por eso funcionó.

Slug sacudió la cabeza mientras en su mente había un dilema; ahora creía que Alger había hecho el pacto con Flug para salvarlo de ese destino, entonces, Alger tenía razón en todo.

—Si es verdad que quieres su bienestar ayúdame y tal vez olvide que quisiste asesinarme y chantajear a mi jefe.

—Mis asuntos con White Hat son diferentes, quiero asesinar a Black Hat y él se niega a ayudarme siendo que él es uno de los únicos que puede hacerlo.

El chico negó con la cabeza. —Eso lo hablaré después, contesta. ¿De verdad quieres ayudarlo?

—Estoy dispuesto a hacer todo por él. No permitiré que muera y sé la manera de poder sanarlo. Mi sangre, Flug sanará con mi sangre.

Slug recordó eso, su amigo había mencionado que la sangre de Alger lo ayudaba y hasta ahora él no había encontrado algo para aliviar su mal estado, tal vez la clave para su bienestar era Alger.

Se acercó a Alger de una manera tranquila como si la pelea entre los dos no hubiese pasado. Él extendió la mano.

—Ayúdame a salvar a Flug.

—¿Y a cambio qué tendré yo?

—Te ayudare a asesinar a Black Hat.

Alger sonrió de felicidad, una sonrisa malvada y de satisfacción, asintió de prisa y estrechó la mano de Slug quedando así hecha su alianza. 

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top