30: Antojos
Flug estuvo en la tina por mucho tiempo pensando sobre lo que le habría dicho Black Hat, creía que tenía la obligación de ayudarlo con respecto a la pérdida de sus habilidades. También se preguntaba el cómo era posible que no lo habría notado antes, si no lo hubiese mencionado tal vez nunca lo descubriría, ahora estaba tan preocupado por él y por su nene, pero sobre todo por Alger; tenía miedo de que se atreviera a búscalo de nuevo... aunque le sorprendió que no le hiciera daño a su hijo. El vampiro tuvo la oportunidad, sin embargo no lo hizo y en cambio lo ayudó... claro que a cambio de un gran precio. Pensar en todo ello hacía que le doliera la cabeza, así que intentaba relajarse.
Miró su abultado abdomen, si Black Hat supiera el sacrificio que tuvo que hacer por su hijo tal vez dejaría de pedirle que acabara con su vida. Sabía que él se preocupaba por su bienestar y alegaba que aquel ser podría matarlo si seguía manteniéndolo en su cuerpo, pero él buscaría la manera de que todo saliera bien, le había tomado un gran cariño a su futuro bebé y no iba a renunciar a él, no quería perderlo así que iba a convencer a Black Hat, iba a hacerlo de una u otra manera.
Salió de la tina y se vistió con ropas que Black Hat habría llevado para él; un pantalón simple y camisa, ambas de color negro. Abrió la puerta mirando que Black Hat se encontraba sentado en la cama con los brazos cruzados refunfuñando. Él había estado pensando pero más que nada seguía enojado por lo acababa de suceder; llegó demasiado tarde y Alger había lastimado a Flug aunque en realidad él no sabía lo que pasó exactamente aun así no se lo perdonaría.
Miró que Flug salió del cuarto de baño y se levantó dándole la espalda. —Duerme, después hablaremos.
—No quiero dormir, me siento bien. Hablaremos ahora.
—¿Bien? Hace poco no podías ni ponerte de pie— dijo volteando a verlo.
—Pe-pero ya me siento mucho mejor, lo que importa ahora es que tú y mi nene se encuentren bien... quiero que mejores, tal vez necesites un nuevo cuerpo, un sacrificio o...
Black Hat se aproximó a él rápidamente de una manera dominante con el ceño fruncido lo que hizo que Flug dejara de hablar y retrocediera hasta que su espalda tocara la pared, el demonio extendió sus brazos contra el muro dejándolo en medio, se inclinó para verlo frente a frente haciendo que Flug se pusiera nervioso.
—No... hablaremos de ustedes, su maldito olor aún está en ti, ¡¿Qué fue lo que te hizo?!
Flug lo miró con expresión de miedo recordando lo que había pasado, nunca le diría a Black Hat lo que Alger realmente le había hecho, pero tenía que hablar.
—Yo... yo bebí de su sangre— dijo dando una sonrisa confusa como si eso no fuera gran cosa.
En cuanto habló, Black Hat enterró sus manos en el muro despedazando la pared luego dio un par de pasos hacia atrás atónito.
—¿Q-qué fue lo que hiciste? —preguntó titubeante con los ojos abiertos en asombro.
Flug se inquietó por la respuesta de Black Hat, nunca lo había visto tan sorprendido.
—Sé lo que estás pensando p-pero fue por el nene... su vida estaba en peligro, yo no hubiese querido hacerlo, te lo juro... era la única forma de que no muriera— habló temeroso. Él decidió contarle sobre lo que había pasado en la fiesta, la manera en la cual lograron secuestrarlo, contó todo a detalle avergonzado por haber sido tan tonto su rapto. Pero, no contó lo sucedido con Alger sino que cambió el rumbo de la historia diciendo que lo tuvieron cautivo, que Alger no logró hacerle más porque él había llegado. Black Hat escuchó atento su historia dudando un poco.
—No pude hacer nada mientras estuve cautivo, me dieron un sedante el cual pudo matarlo y... la última vez... bueno, en ambas situaciones corría peligro.
—¡¿Ambas?! ¡¿Lo hiciste más de una vez?!
—S-sí...c-cuando estuve en su casa, tuve una herida y él me ayudó— habló avergonzado.
Black Hat estaba temblando por la furia que sentía, levantó su mano y Flug pegó su cuerpo rígido contra la pared alzando las manos para cubrirse el rostro creyendo que iba a ser golpeado preguntándose qué había pasado con el Black Hat carioso de hace unos días.
En vez de eso Black Hat tomó la mesa de noche y la arrojó con todas sus fuerzas a la pared contraria haciendo que se rompiera en pedazos, él hubiera querido reprender a Flug, pero ahora ya no se atrevería. Y el chico estaba mirándolo tan confundido, el demonio se encontraba tan enojado charrasqueando sus afilados dientes y maldiciendo, incluso decidió alejarse y darle la espalda para evitar que lo viera en esa condición, pero Flug vio claramente que Black Hat llevó sus garras a su rostro deslizándolas lentamente cortándose mientras la sangre bajaba por su cara y manos.
Él habría visto a Black Hat hacer eso sólo un par de veces y sabía que era cuando estaba verdaderamente frustrado, una vez incluso se arrancó gran parte de la piel de su rostro. Él comenzó a preocuparse por verlo así y de inmediato fue a su lado abrazándolo por la espalda acariciando su pecho para tratar de calmarlo.
Black Hat seguía bajando sus garras por su rostro hasta su cuello manchando su corbata y demás traje de su propia sangre ignorando el abrazo de Flug. Al final llevó sus manos hacía las del chico sujetándolas con demasiada fuerza ensuciándolas con su sangre.
—Debieras saber que los de su especie... sólo los pretendientes hacen eso, es la manera en la que forman un vínculo como pareja.
Flug abrió los ojos por completo, Black Hat le acababa de decir que solo las parejas se alimentaban entre sí y él... él habría bebido de la sangre de Alger más de una vez y el vampiro también. Pero... eso no significaba nada porque él no tenía sentimientos afectuosos por él, al menos ya no.
Flug abrazó con más fuerza a Black Hat quien aún estaba alterado, ahora comprendía su comportamiento; estaba lleno de ira y celos, no podía culparlo.
—No mi amor, eso no me importa, eres el único a quien quiero— le dijo con voz cariñosa para consolarlo, sabía que sus palabras tiernas siempre funcionaban contra el carácter de Black Hat.
Sus palabras de Flug, aquel consuelo tierno que solo él sabia dar puso completamente rígido al dominio quien comenzó a aflojar el agarre de sus manos, luego dio un suspiro y de inmediato se dio la vuelta dándole una mirada sin sentimiento alguno, parecía que iba a decir algo pero no lo hizo, simplemente se esfumó.
Flug se quedó en medio de la habitación preocupado. No importaba cuantas veces lo intentara; hablar con Black Hat, al menos lo poco que dialogaran siempre se concluía en una discusión, era claro que no se podía pedir mucho de un ser maligno. Aun así esta vez él no le dio mucha importancia porque estaba más preocupado que enojado.
Él miró su mano que se manchaba con la sangre de Black Hat, ésta era de un tono mucho más oscuro, observó su palma por unos segundos recordando cuando bebía de la sangre de Alger, cada vez que lo hacía actuaba tan ansioso por beber todo lo que pudiera porque sentía que su sabor era demasiado grato. Se mordió el labio en confusión, ¿Por qué estaba pensando en él? Flug dio un suspiro, esperaba que su mentira convenciera a Black Hat, no iba a contarle sobre...
Sacudió su cabeza para dejar de pensar en ello, miró de nuevo su palma con la sangre y lentamente acercó su mano a su boca para lamerla, pero en cuanto lo hizo arrugó su rostro en una expresión total de asco; el sabor era amargo y asqueroso, tan desagradable que quiso escupir. Por algunos segundos tuvo la mirada perdida mientras pensaba detenidamente, luego se dirigió a la cama para tomar su bolsa y sus gafas saliendo de inmediato de la habitación.
Salió de la habitación de Black Hat y se dirigió a su cuarto en donde se puso un par de guantes nuevos. Y al salir se topó inesperadamente con Demencia, la chica lo miró con asombro mirándolo de arriba abajo.
—¿Flug... estas vivo?
—Claro que estoy vivo, ¿Por qué preguntas eso?
—Te dije que te quería ver muerto nerd— habló apretando los dientes. —Me has quitado a mi amado...
—Escucha... maldita niña loca; quise ser amable, pero ya estoy harto de ti y de tu estúpida fantasía con Black Hat, él te odia, siente tanto desprecio por ti. La única razón por la cual estás viva es porque yo lo he sugerido ya que puedo usarte para mis pruebas como la miserable rata que eres— le dijo Flug con un tono siniestro mientras se acercaba a ella.
Demencia conocía bien ese tono de voz, era como si en un instante su personalidad cambiara por completo a alguien totalmente diferente; a alguien frío y sin interés por nadie, ese era su lado perverso, aquel rasgo temido del Dr. Flug, el científico loco. Era algo muy diferente a cuando quiso hablar con ella en la fiesta.
Demencia lo miró en silencio buscando sus palabras, pero no pudo decir nada, simplemente frunció el ceño dándole una mirada de desprecio. Flug sonrió para sí mismo sintiendo placer al ver la cara de descontento de la chica, era difícil hacer que se callara, al menos esta vez lo había logrado, ciertamente no tenía la paciencia para tratar de hablar tranquilamente y convencerla como en aquella fiesta.
El joven le dio la espalda y se marchó dejándola. Se dirigió de inmediato a su laboratorio donde se encerró para iniciar algunos análisis.
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Black llegó a su sala; una habitación cerrada que lucía una gran alfombra con su simbología de sombrero, una chimenea que contenía un fuego verde la cual iluminaba toda la sala y un sillón elegante al lado, las paredes oscuras se adornaban con retratos de él, eran recuerdos de logros pasados.
Black Hat se dejó caer en el sillón dando un largo y pesado suspiro, se sentía cansado, pero no quería regresar a su habitación, no quería encontrarse con Flug porque temía que su temperamento se adueñara de él y llegara a lastimarlo siendo que estaba tan enojado... aunque, de tan sólo pensar en lo que había hecho el científico sentía hervir su sangre de nuevo. Se acomodó en su sillón aflojando un poco su corbata y despojándose de su gabardina, incluso se quitó su sombrero de copa dejando a la vista el sombrero de bombín que tenía debajo.
Estuvo mirando el fuego por unos minutos distrayéndose con la danza de las llamas verdes, no dejaba de pensar en Flug y en todo lo que había pasado. Levantó una de sus manos preguntándose sobre su condición, le dijo a Flug lo que le estaba pasando y se arrepentía de eso, conociendo al chico no descansaría hasta obtener una manera de ayudarlo, pasó su mano por su rostro limpiando la sangre de ella luego cerró su puño con una expresión de disgusto, todo este tiempo lo había ocultado bien y así seguiría, pero por ahora quería saber que tan grave era la situación.
Así que se arrodillo al lado de la chimenea y sin pensarlo introdujo su mano en el fuego, en segundos su camisa y el guante se quemaron dejando al descubierto su piel oscura, ésta comenzó a sufrir leves heridas, pero luego se hicieron marcas muy evidentes de quemadura. Sacó su mano observando sus grandes laceraciones y frunció el ceño. Se suponía que ni siquiera una exposición como esa lo lastimara. Era como si ahora fuera tan frágil como un humano, aunque aún podía ejercer muchas de sus habilidades su rendimiento no era el mismo, al menos las heridas de su brazo comenzaban a curarse por sí solas con lentitud.
Dio otro gran suspiro, tomó su sombrero de copa y lo volvió a acomodar en su cabeza, luego avanzó hacia unos de los grandes retratos que adornaban los muros, antes de tocarlo miró a su alrededor asegurándose que nadie lo viera, era tonto ya que sabía perfectamente que nadie entraba a su sala sin su autorización. Tomó el cuadro y le dio la vuelta, detrás se hallaba una imagen de Flug, Black Hat sonrió al verla. Era una imagen que haría logrado obtener de los archivos del científico, él tenía la costumbre de guardar cualquier objeto que le recordara su gloria y poder; cuadros de él en sus más grandes logros, artefactos que colecciona como trofeos y un montón de cosas más. Eran sus logros y le encantaba alardear de ello, sin embargo también guardaba ciertos objetos de la persona que aprecia; como la camisa de Flug en su ropero, la imagen que tenía frente a él y otros pequeños artilugios que robaba de la habitación del joven.
Nadie sabía de eso, y era lo mejor. Acomodó la imagen en el muro siendo la única diferente en la sala, no era oscura ni tenebrosa, se trataba de Flug con su típica vestimenta a excepción de la bolsa que le cubría el rostro, Black Hat se sentía feliz al ver la imagen. Miró de nuevo su brazo el cual ya no tenía ninguna herida. No sabía si moriría, él, el gran villano, el más temido de todos, quien le dio caos a decenas de planetas, quien hundió al mundo entero en oscuridad y miedo ahora estaba muriendo por el simple hecho de amar. "Patético", pensó.
Sonrió una vez más, esta vez era una sonrisa de felicidad y tristeza, sabía que valía la pena, valía la pena morir por Flug si pasaba sus últimos días junto a él, por ello debía asegurar su bienestar, por ello la promesa de protegerlo, aunque ese ser que llevaba consigo le impedía realizar su cometido; Flug parecía cada vez más débil y eso le preocupaba, él tenía un mal presentimiento sobre ese ser, no le importaba si se trataba de su "hijo", no permitiría que eso pusiera en riesgo a la persona que ama.
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Pasaron un par de días, sólo un par de días para que Black Hat notara algo extraño; Flug actuaba diferente, evitaba hablar con él y no podía sostenerle la mirada, estaba inquieto y por las noches en las cuales lo acompañaba le daba la espalda. Ambos no habían hablado de nuevo sobre el incidente en la fiesta, tampoco sobre el bebé, aunque Black Hat quería hacerlo; convencerlo para que de una vez acabara con su vida. Tenía que convencerlo pronto porque él podía sentir cada vez más débil a Flug. Por otra parte quería saber más sobre lo que pasó esa noche con Alger, si bien el científico ya le había contado lo sucedido sentía que estaba escondiendo algo y por eso actuaba de una manera extraña.
En cambio Flug se mantenía estresado pensando en una manera de ayudar a Black Hat, además de sus tareas y la constante observación a su descendiente. Nuevamente sufría de mareos y vómitos acompañados de fuertes dolores de cabeza, todo eso lo ponía de mal humor maldiciendo cada diez minutos y lanzando todo de su escritorio cuando algo no resultaba como él quería, incluso llegó a gritarle a 5.0.5 quien le habría pedido un poco de tiempo para jugar.
Sí, Flug se había hecho en cuestión de días en un malhumorado. Su amante quiso hablar con él pero sabía que era muy probable que discutieran así que por el bien de ambos evitaba hablar, aún más si era en relación con su nene. Había cierta tensión entre los dos, pero en realidad no se podría decir que ambos estubiesen enojados ya que Black Hat iba por las mañanas a darle el desayuno, y por las noches mientras él le daba la espalda podía sentir como Black Hat tomaba lugar detrás de él, acostándose tan cerca, Flug se sentía mal por ello, él quería abrazarlo y dormir entre sus brazos pero aun se sentía intranquilo por lo sucedido con Alger. Tenía miedo de que aún estuviese molesto por lo que había hecho y de que se enterara de la verdad. Era algo irónico pero sí, estaba haciéndose un poco paranoico.
Durante esos días su interacción se había vuelto incómoda, habían tantas cosas que tenían que solucionar, pero ambos lo evitaban con el miedo de empeorar todo.
Un día Flug se las ingenió para capturar a una persona y llevarla a su laboratorio, pensaba torturarlo y juga un poco con él, así podría despejar su mente.
El cuerpo del hombre posaba en la mesa metálica mientras que él se hallaba a su lado, el hombre ya estaba muerto pero el chico seguía clavando el cuchillo en su cuerpo una tras otra vez manchando todo a su alrededor de sangre. Cada vez que enterraba la filosa navaja se imaginaba estarlo haciendo en el cuerpo de Alger.
Hasta que perdió fuerza en su brazo, su mano temblaba y dejó caer la navaja, luego pasó su palma por su abdomen, llenándose de frustración. Estaba tan enojado y no sabía cómo afrontarlo. ¿Qué podía hacer? Él se encontraba a poco más de la mitad de gestación con síntomas que iban y venían, con la negatividad de Black Hat sobre su hijo y lidiando con la obsesión desenfrenada de Alger.
Dio un resoplo, se quitó su bolsa y pasó su mano sobre su cabello, luego miró el cadáver, éste aún se desangraba. Entonces su estómago rugió, Flug se lamió los labios atraído por el olor a sangre que inundaba la sala, eso le hizo sacudir la cabeza con sorpresa, ¿Qué era ese sentimiento?
Al verse empapado de sangre el sentimiento extraño se apoderó de él otra vez; era como sus antojos que sentía al principio, pero esta vez no se trataba de pastelillos o alimentos azucarados, esta vez la sangre y la carne humana del cadáver en la mesa le estaban haciendo babear. De nuevo su estómago rugió y se acercó más al cuerpo sin vida como si un instinto lo obligará, y sin dudarlo se inclinó para morder la carne. Comenzó a comer de ella como si se encontrase tan hambriento, tan cegado por el instinto de hacerlo.
Mucho después abrió los ojos de par en par cuando terminó de comer el corazón de aquel hombre, se sentía satisfecho, por primea vez se sentía satisfecho tras uno de sus antojos aunque estaba tan confundido.
—¡Ay no! No, no, no, ¡¿Qué he hecho?!— gritó apartándose, se llevó la mano a la boca y observó el cadáver el cual tenía una gran abertura en el pecho dejando a la vista sus costillas y sus órganos internos, al menos los que no devoró. Flug se sintió tan pasmado, él era un villano; ladrón, estafador, mentiroso, un científico loco que hacía todo tipo de armas para torturar y asesinar, sí, él era un asesino pero no un caníbal, al menos nunca pensó que eso estaría en su lista. Había bebido de la sangre de Alger antes, pero no se asemejaba a esto.
Alger le dijo que al morderlo no lo convertiría en un vampiro y lo había confirmado, él bebió de la sangre de Alger y el vampiro hizo lo mismo y eso no le había dado ningún efecto excepto por la rápida sanación en su cuerpo, ¿Entonces por qué de repente tal instinto?
Flug se lamió los labios limpiando el resto de sangre de su boca, luego apretó los dientes con furia. No podía dejar de pensar en Alger, en ese maldito obsesivo, en aquél que se atrevía a herir a Black Hat... quien se adueñó de su cuerpo... ¡Lo odiaba! Aunque, de alguna forma no podía sacarlo de su mente, incluso ahora se decía que el sabor de aquel hombre que acababa de devorar no se asemejaba en nada al sabor tan deleitable y placentero de Alger.
Él se llevó ambas manos hacía su cabeza abrumado, era increíble que eso acababa de pasar por su mente, ya era bastante malo que Black Hat supiera qué había probado la sangre del vampiro. Entonces su expresión cambió de inmediato en absoluto asombro, ¿Y si esto era de lo que hablaba Black Hat? De aquel vínculo que se formaba... el vínculo de una pareja.
Se dejó caer lentamente al suelo, moviendo la cabeza en negación, eso no era posible, simplemente no podía estar pasando. Pero, salió de todos sus pensamientos de frustración al sentir un movimiento dentro de su abdomen, Flug se dio una palmadita en su vientre, eso no le dio consuelo. No estaba seguro de un vínculo con Alger porque algo así no podía pasar, él ama a Black Hat, incluso tendrá un hijo de él por más estúpido que suene, con Black Hat ha estado en compañía por años... y con Alger sólo unos cuantos días, sólo besos forzados... y únicamente... únicamente una vez.
Flug se encogió de hombros afligido, eso y su extraño comportamiento caníbal se sumaban a todos sus problemas, estaba al borde de todo, sentía que no podía con ello. Necesitaba ayuda. Y una idea llegó de inmediato, se levantó y corrió a su escritorio del cual sacó su teléfono celular, con prisa escribió un mensaje y lo envió a uno de sus únicos contactos: Slug.
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NOTAS
Agradezco a ValeriaSlys por su ayuda.
Me gusta pensar en Flug malhumorado, me recuerda al corto de San Valentín ^^
Gracias por leer... por cierto, saquen teorías locas, me encantan las teorías locas jejeje
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