20: Exilio

¿Emocionados?

Veamos que pasó unos minutos antes.

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Black Hat se encontraba frente su escritorio, leía atentamente cada documento apilado para después firmarlo y archivarlo, había trabajado durante toda la noche y ahora estaba harto del papeleo. Un par de días atrás había detenido su búsqueda para encontrar a un nuevo súbdito quien suplantara a Flug pues no se había convencido con ninguno de los candidatos, en realidad, pensaba que ninguno podría suplantarlo, ahora su trabajo era más pesado y los pedidos de los artilugios de tortura no eran entregados, pero no le importaba, sus clientes podían esperar.

Se detuvo por un momento a beber de su taza de té mientras acomodaba un montón de hojas sobre negocios pendientes y casi escupió su bebida cuando la puerta se abrió de golpe, entró Demencia, vigorosa, lanzando al escritorio otro artículo de un héroe como símbolo de su victoria, Back Hat apenas alzó su mirada ignorando la presencia de la chica. Demencia notó la actitud desinteresada de su jefe molestándose al no tener al menos un halago por su buen trabajo.

—He logrado lo que me pediste, ¿no me vas a dar un beso como recompensa?—le preguntó sentándose en una esquina del escritorio, haciendo lo posible para llamar su atención con una pose extravagante.

Black Hat carraspeó los dientes.

—Largo. Ahora que no está esa 'cosa' no hay quien haga la limpieza, puedes comenzar con eso.

Demencia arrugó la cara, ella nunca haría la limpieza, eso era tarea de 5.0.5 o de Flug, aunque ahora que no estaban ella tenía que cumplir con sus tareas, al menos con las que podía, no quería admitirlo, pero los extrañaba. Se levantó dispuesta a marcharse, pero antes que cruzar la puerta dijo: 

—Este lugar era más divertido con Flug, al menos tenía a alguien para molestar... apuesto que debe estar con su novio —habló entre susurros tras sus últimas palabras.

Black Hat detuvo su escritura al momento de escuchar a la chica alzando su mirada rápidamente. 

—¡Demencia, espera! ¿A qué te refieres con su "novio"? —preguntó con un tono de voz demasiado suave, pero al mismo tiempo arrastró las palabras.

—Sí, ¿recuerdas aquel día que usó su mejor traje? La verdad se veía muy apuesto. Ese día se vistió así porque tenía una cita, por eso salió de la casa, fue con su novio...

—¡¿Qué, con quién?! —gritó Black Hat, levantándose de su silla, tan avergonzado de no poder esconder su gran interés.

—Mmm... Alger, el tipo del parche.

Black Hat se quedó en total silencio mientras recordaba las palabras de Alger: «No la pasamos bien y no dudo que vuelva a buscarme», «No puedes impedir que sienta algo por él, y que Flug me sea correspondido». ¡No! Eso no podía ser verdad, Alger era un embustero y no creía en sus mentiras ya que Flug no haría eso, no debía. Recordar a Flug ese día... se veía tan apuesto y saber que lo hacía para Alger lo llenaba de celos.

—¿Amorcito?

La voz de Demencia lo hizo regresar a la realidad. 

—¿Qué haces aún aquí? ¡Sal de mi oficina!

La chica salió de prisa al escuchar la voz demoniaca de su jefe, y en cuanto la puerta se cerró Black Hat decidió partir directamente a la mansión de Alger. Tenía que aclarar un asunto sobre Flug.

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Al llegar recorrió la mansión completa encontrándola vacía, y en cuanto salió a los jardines observó una escena que lo devastó: Alger tenía entre sus brazos a Flug y lo estaba besando con pasión. Black Hat se estremeció lleno de tristeza, no podía creer lo que veía, simplemente no podía creerlo... Flug y Alger. Era imposible, se suponía que el joven ni siquiera debería estar ahí.

 «Todo este tiempo y siempre estuvo con él», se dijo a sí mismo agravando su histeria.

Habría tardado apenas un par de segundos verlos para estallar de celos, pero luego notó algo: Flug trataba de alejarse, en realidad Alger lo estaba forzando, pudo ver como el vampiro hundió su rostro en el cuello del científico mientras el joven rogaba que se detuviera mientras sus lágrimas comenzaban a rodar sobre sus mejillas. En ese momento comprendió lo que pasaba y ahora su rostro cambió a una expresión de ira absoluta, estaba completamente furioso que apenas podía mantener su forma física.

Sin dudarlo se acercó tan rápido como pudo para separar a Alger, lo lanzó contra una de las columnas, el golpe fue tan fuerte que incluso la piedra se quebró contra el impacto. Flug apenas pudo reaccionar al ver a Black Hat tan furioso, se quedó inmóvil, lleno de pánico aunque agradecido de que estuviera ahí, unos segundos más y habría sido demasiado tarde.

Alger se levantó y miró a Black Hat, confundido. 

—¿Qué haces tú aquí? —siseó entre dientes. 

No obtuvo respuesta. El demonio no apartaba su mirada de él, una mirada profunda y vibrante de maldad. Sus ojos ya no eran normales sino que se marcaban con un color oscuro, sus colmillos parecían engrandecerse siendo forrados por ácido verde, y se podía escuchar sus respiraciones aceleradas y llenas de cólera.

Cada vez mostraba más sus garras mientras un par de extremidades oscuras sobresalían de su espalda en enfoque amenazante. 

—Tú... no te atrevas a tocarlo... ¡Aléjate de él! —las palabras de Back Hat eran lentas. pero con un tono demoníaco y aterrador. 

El cuerpo de Flug tembló al oír las palabras en ese tono tan terrorífico dejándolo con la boca abierta, con una expresión de total sorpresa y asombro, exactamente igual a la de Alger.

—¡¿Qué?! ¿Estás aquí por él? —dijo sin poder creer lo que Black Hat acaba de decir, esas palabras amenazantes y su enojo... Entonces lo comprendió, y su expresión cambió por una sonrisa maliciosa.

—Así que los rumores siempre fueron ciertos, Flug es tu amante —habló más para sí mismo, su tono había sido completamente de conmoción. 

Se inquietó y tras pensarlo profundamente agitó la cabeza y apretó los puños.

Black Hat contestó con un gruñido acercándose con furia. 

—Eso no puede ser verdad, ¿tú... enamorado? No. Yo sé que eres un maldito idiota sin sentimientos —le dijo sacudiendo su traje, inquieto. 

Enseguida el demonio apareció frente a él de manera rápida dándole un golpe tan fuerte que lo hizo rodar por el suelo. Alger se levantó nuevamente con un poco de dificultad esta vez, aunque, ahora sin cambiar su sonrisa. Carcajeó con soberbia, luego miró al joven quien no sabía qué hacer. 

—¡¿Es verdad?! ¿Qué hay de lo que yo te propuse? ¡Él es incapaz de amar! ¿Realmente te interesa?

Flug se encogió de hombros agachando la mirada y asintiendo lentamente con rubor en su rostro. Alger frunció el ceño. 

—Quién lo diría, Black Hat y un humano, ¿qué es lo que te gusta de él, Flug? Dime, ¿acaso te complace? Seguramente es bueno en la cama.

El demonio se abalanzó contra él de inmediato. Ambos pelearon, pero era muy notable que Black Hat era mucho más fuerte, era más veloz y sus golpes eran certeros, solo le habría costado un par de golpes para tenerlo en el suelo dejándolo sin poder moverse. Black Hat extendió su mano y su sombra llegó hasta su palma, no en forma de bastón sino como una lanza. Su enemigo sonrió al ver que la punta apuntaba contra su pecho.

 —Te recuerdo que no puedes matarme —susurró con desprecio—. Mi contrato está vigente... jefe.

La bestia gruñó de disgusto ya que era verdad: su trato aún estaba vigente después de todo. Alger aprovechó la pequeña vacilación de su contrincante para ser él ahora quien arremetía en contra, abatiéndolo y dejándolo sobre el suelo. Sin ninguna duda, y con un meneo de manos también logró convocar un arma: una espada larga la cual enterró por completo sobre el pecho de Black Hat una y otra vez, abriendo su carne y tras cada puñalada se ensuciaba por la sangre que, más bien era un liquido parecido al queroseno pues era viscoso y oscuro. Alger estaba extasiado por cada golpe que daba pensando que tenía la victoria, ni siquiera escuchaba los gritos de Flug que le pedían que se detuviese. Entonces descubrió que Black Hat estaba sonriendo... El maldito estaba sonriendo mientras el área de su pecho estaba destrozada, desangrándose. O al menos eso creyó. 

Las carcajadas de Black Hat lo hizo enojar más, así que, por última vez acuchilló su pecho donde se supone que debería estar su corazón, lo hizo con todas sus fuerzas escuchando el crujido de como toda la navaja lo habría atravesado, Black Hat dejó de reír dando una exhalación seguida por una leve tos con aquella supuesta sangre oscura, Alger pensó que era el victorioso y por último efectuó un golpe sobre la arma rompiendo la empuñadura para evitar que lograra sacarla con facilidad.

Flug se cubrió la boca para evitar sollozar al ver como la hoja de la espada se sepultaba por completo sobre Black Hat, él quería hacer algo al respecto por esa lucha pero no sabía cómo pues no tenía armas y era evidente que no podría enfrentar a Alger. Cuando vio que el vampiro rompió la empuñadura quedó inmóvil, los tres guardaron silencio por algunos momentos entre un ambiente pesado, y de pronto esa risa de nuevo, esa carcajada espeluznante de Black Hat.

—¿Lo olvidaste? No tengo corazón, Alger, yo no tengo debilidad... —habló el demonio manifestando su sonrisa que provocó un gesto de disgusto en Alger.

—Acabo de descubrir que sí la tienes —le interrumpió de inmediato fijando su mirada en Flug.

Entonces se levantó y se dirigió a toda prisa contra el científico quien solo pudo dar dos pasos hacia atrás antes de que Alger pudiera tocarlo. Una vez más lo atrajo a él y sin vacilar hundió sus colmillos sobre su piel haciendo que Flug diera un fuerte grito de dolor.

Sus afilados colmillos atravesaron la piel fácilmente, la sangre emergió y Alger bebió de inmediato, evitando derramar al menos una gota. El chico gritó, pero Alger no pareció escucharlo sino que jadeó mientras seguía bebiendo, su aliento caliente contra la piel de le hacía estremecer, su corazón latía fuertemente con miedo... Y Alger estaba... ¿gimiendo? Sí, él daba pequeños gruñidos y gemidos que sonaron con puro éxtasis. Casi se sintió inapropiado.

Al final el vampiro se alejó con un suspiro estremecedor y eufórico. Un tipo diferente de dolor se apoderó de Flug cuando la sangre comenzó a fluir libremente por la herida, Alger había cortado una vena, pero se acercó de inmediato arrastrando su lengua sobre la herida, lamiéndolo. Eso, el tacto de su lengua le envió escalofríos por toda la espalda.

Tuvo un sensación extraña; frío, casi cosquilleante en su cuello mientras Alger lamía una y otra vez. Flug tragó saliva, más por sorpresa que cualquier otra cosa porque la mordida en su cuello se estaba curando; la sensación de cosquilleo era, literalmente, los tejidos en su piel reconectándose. Alger estaba lamiendo cualquier rastro de sangre, pero su saliva también lo estaba curando.

Todo eso había pasado tan rápido, aunque fuese un momento casi interminable para el joven. Un gruñido lo trajo de nuevo a la realidad percatándose que se trataba de Black Hat quien con sus garras gigantes tomaría al vampiro golpeándolo contra el suelo sin ningún cuidado. Alger se estremeció de dolor, definitivamente ahora tenía más de un hueso roto. El demonio avanzó lento hacia él y se inclinó para verlo de frente, en un gesto de  burla Alger degusto la sangre de su boca lamiendo sus colmillos. Eso acabó con su paciencia.

Black Hat cambió la forma de su garra a una forma puntiaguda de aspecto monstruoso y con ella lo atravesó justo en el estómago. Alger ni siquiera pudo gritar.

—¡Largo! ¡Es una orden!

Black Hat sacó su mano completamente cubierta de sangre. Alger estaba jadeante, adolorido... ningún humano sobreviviría a eso y tras esa pelea sentía que estaba agonizando, sabía que había perdido y lo único que podía hacer era lo que le pedía.

Habló despacio, entre quejidos de dolor, con un tono suave y entrecortado costándole incluso respirar.  

—...S-sí, jefecito.

Con esfuerzo miró por última vez al científico, observando directamente hacia su abdomen luego a sus ojos. 

—Felicidades, Flug —dijo antes de desaparecer en una sombra.

El joven abrió los ojos por completo. Todo había quedado en silencio una vez más, Black Hat volteó a verlo directamente, lo cual lo hizo estremecer, él se acercó caminando firmante con una expresión seria, haciendo que el chico diera un paso atrás, temeroso.

Black Hat se plantó frente a él mirándolo severamente mientras Flug temblaba y se hundía de hombros, su corazón latía con tanta fuerza que creía que en cualquier momento iba a explotar. No podía imaginar qué le deparaba, y entonces Black Hat se acercó más, al final, con delicadeza tomó su barbilla y se inclinó para darle un tierno beso, uno que apenas rozó sus labios, luego se apartó y le ofreció una sonrisa, no era la sonrisa maliciosa de siempre sino una que jamás había visto, era una sonrisa compasiva.

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NOTAS

Ahora comenzaremos donde se habla de lo más importante que es el MPREG, sí por eso estamos aquí.

Deben tener muchas preguntas como ¿Por qué Alger quería beber de la sangre de Flug? Las respuestas vendrán después, quiero que tengan en cuenta que TODO lo que escribo tiene un significado, todo tiene un porque y en cada capítulo trato de dar drama, suspenso, risas, enojo etc. No me gustan los capítulos de relleno y sin aporte a la historia.

Gracias por leer :3 de verdad no creí que les gustara esto, siempre lo hago por diversión. Me encanta leer sus comentarios, me sacan muchas carcajadas, no dejen de hacerlo plis.

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