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Flug había estado en casa de Alger por muchos, muchos días. Y definitivamente sabía que no podía quedarse más tiempo, pero tras cada día que pasaba y en el cual estaba dispuesto a irse Alger lo convencía de quedarse un día más. Se sentía avergonzado al ser convencido con pastelillos y halagos, sin embargo, siempre buscaba la forma de alejarse de él, mantenía su distancia evitando que descubriera su peculiaridad. 

Aunque, notaba que Alger lo vigilaba constantemente. Un día, cuando su anfitrión hizo una salida Flug tuvo tiempo de empacar las pocas pertenencias que tenía, pero sobre todo, pensar sobre lo que haría con "el asunto" ya que siempre tenía nuevas ideas sobre lo que haría, pero al final las descartaba sintiéndose confundido, nervioso y asustado, lo peor era que eso no lo dejaba llegar a una solución concreta.  

Salió a los jardines traseros a los cuales ya se había acostumbrado, le gustaba ese olor a rosas que se encontraba en el ambiente y las distintas flores coloridas que adornaban el lugar. Se dirigió al pequeño lugar rodeado por columnas y tomó asiento frente a la mesa de piedra. 505 estaba a unos cuentos metros de distancia jugando sobre el pasto persiguiendo a las mariposas y recolectando algunas flores, Flug permanecía inmóvil, hundido en sus pensamientos mientras en sus manos sostenía el contrato que Black Hat le había regresado, lo leía una y otra vez recordando cuando su querido, en vez de tratar de arreglar las cosas, tomó la decisión más fácil. Recordaba sus últimas palabras que él le dijo las cuales fueron de disculpas, él se había disculpado porque se sentía como si todo el tiempo hubiese sido un estorbo, lo hizo sentir como un impedimento por el simple hecho de quererlo. 

Black Hat le dijo que era su debilidad, su ruina. «No quiero tus malditos sentimientos, no quiero tu compañía», esas habían sido sus palabras y al recordarlas de nuevo el dolor en su pecho se hacía presente.

—No me dijiste por qué Black Hat te despidió.

Tras escuchar esto Flug saltó dándole un escalofrío que le recorrió todo el cuerpo quedando completamente asustado. Alger dio una carcajada al verlo tan alarmado. 

—Perdóname, Flug, no era mi intención asustarte. No me di cuenta que estabas tan inmerso en tus pesnamientos. 

El joven lo miró con una expresión apenada, así que guardó la hoja de inmediato en uno de sus bolsillos. 

—No le des mucha importancia, eh, pensé que ibas a tardar más tiempo.

—Solo salí un momento porque necesitaba un bocadillo —contestó mostrándole sus colmillos en una modesta sonrisa. Tomó asiento al lado de Flug sin apartar su mirada de él esperando su respuesta.

—Ah, ehh... Sí, me despidió, él cree que no soy el apropiado para estar a su lado... Me refiero a que no estoy a su altura, que no soy tan fuerte y malvado, sabes de lo que hablo —dijo mientras hundía los hombros. 

—Lo sé, jamás ha sido agradecido con sus súbditos, no reconoce el trabajo duro que hacen por él —respondió el vampiro, guardó silencio por unos momentos, luego dio un gran suspiro pensando un poco en lo que estaba a punto de decir—. Flug... ¿Te gustaría quedarte conmigo?

El chico lo miró de inmediato con la boca abierta, las palabras se le estropearon en la boca. No esperaba una propuesta así.  

— ¡¿Qué?! ¿A qué te refieres?

Alger desvío la mirada mientras su rostro pálido se encendió. Se había creado una atmosfera de tensión.

—Me refiero a que nosotros dos... podemos asociarnos para derrocar a Black Hat de la sima de la villanía, con mis habilidades y tu ingenio podremos lograrlo, encontraremos su debilidad y así lo aniquilaremos juntos. Haríamos una excelente pareja, ¿no lo crees?

Una vez más las palabras de Black Hat hicieron eco en su cabeza: «Tú eres mi debilidad».

Flug se sobresaltó al recordarlo, luego se movió incómodamente, ¿qué haría Alger si lo supiera, si supiera que él era la pieza clave que buscaba? 

—Y-yo no quiero hacer eso —contestó titubeante.

Alger pestañeó y su sonrisa se desvaneció. 

—¿Por qué no? Podrías tener venganza, ahora que no trabajas para él puedes desafiarlo y hacerlo pagar por la forma en la que siempre te trató. Todos hemos visto la manera en la que te humillaba, por favor, tú y yo podemos lograrlo, no tengas miedo. 

El joven científico agacho la cabeza evitando la mirada de Alger. Él no podía hacer eso, nunca se atrevería a tratar de desafiarlo, no solo porque no podría lograr nada contra él sino porque lo amaba, no importaba que lo tratara tan mal, sabía que Black Hat sentía algo por él, aunque su orgullo no le permitía aceptarlo, además, ahora estaba de por medio aquella criatura que se desarrollaba dentro de él. 

Alger se acercó más para tomar entre sus manos el rostro del joven obligándolo a verlo de frente. 

—Kenning, quédate conmigo, yo puedo darte vida eterna, hacerte feliz... puedo ofrecerte todo lo que desees —continuó Alger con más ansia, tratando de hablar cálidamente para convencerlo.

Flug se levantó rápidamente, negando con la cabeza. No podía creer que acababa de tener una declaración. 

—Lo siento Alger... estoy agradecido por todo lo que has hecho por mí pe-pero... yo no... no estoy interesado, creo que e-es hora de que vaya. 

El joven dio unos pasos buscando con la mirada a su pequeño oso quien se había alejado de su vista al estar jugando.

Alger frunció el ceño, se levantó de inmediato y fue tras él tomándolo de la mano, impaciente . 

—Tengo que ser sincero, Flug. Tengo sentimientos por ti, me gustas, me fascina tu sonrisa, tus increíbles ojos verdes, la manera en que te avergüenzas, el como ríes, eres adorable y tan letal al mismo tiempo. Todo de ti me ha cautivado, algo dentro de mí quiere descubrir todos tus secretos, ofrecerte lo mejor, protegerte, solo déjame demostrártelo, quiero estar contigo, quiero que te quedes a mi lado... por siempre.

Ambos se estaban mirando de frente, Flug había contenido la reparación. Soltó un largo suspiró cuando sintió un nudo en el estomago porque no sabía que decir o hacer. Alger le gustaba, pero... 

Alger se acercó tanto que Flug pudo sentir su respirar cálido en sus labios, entonces se alejó en el ultimo instante, antes de que lo besara. 

—Alger, n-no, lo lamento, la he pasado bien estos días gracias a tu ayuda, lo agradezco, pero no siento lo mismo, no creo poder ofrecerte lo que esperas. 

Alger apretó la mandíbula, él quería a Flug, realmente deseaba estar con él, y no iba a obtener un no por respuesta. 

Lo sujetó con fuerza trayéndolo consigo envolviéndolo entre sus brazos y obligándolo a besarlo, Flug intentó soltarse forcejeando y tratando de alejarse sin éxito, no podía hacer nada contra la increíble fuerza con la que lo sostenía. El beso no era un simple roce de labios sino atrevido, desesperado y lleno de ansiedad, una vez que dejo de besarlo los labios de Alger se dirigieron al cuello de  Flug mientras que el joven rogaba que se detuviera con su voz temblorosa, en cambio, Alger parecía que disfrutaba oír sus súplicas ya que daba en respuesta risas burlonas, enseguida empezó a besar su cuello con más lujuria lamiendo con deseo su pálida piel dándole ligeras mordidas que seguramente dejarían moretones.

El corazón del joven latía con fuerza, su respiración se hizo pesada y su cuerpo comenzaba a temblar, él hacía todo por oponerse pero ni siquiera podía moverse. Su cuerpo se tensó cuando Alger se acercó a su oído para susurrarle.

—Permíteme probar de ti, no te preocupes, solo te dolerá un poco.

El joven tragó saliva, sabía que Alger estaba a punto de morderlo, a punto de beber su sangre, o aún peor, iba a convertirlo. Pero detuvo su forcejeó al ver que a una corta distancia una silueta familiar los miraba, se trataba de Black Hat quien tenía una mirada asesina.

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CHAN CHAN CHAAANNN JAJAJA (perdón, me emociono)

+Misma escena de antes pero... ¿Qué hará Black Hat ahora?  ya saben que soy #drama