13: Conociéndonos (1° parte)

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Black Hat había leído varias veces la nota periódica que se encontraba en primera plana, hablaba sobre el robo de un avión privado de algún millonario y se sospechaba que era otra de las fechorías de Flug Slys, y de su obsesión por los aviones. El magnate había ofrecido una gran cantidad por la captura de Flug así que muchos habían iniciado la búsqueda sospechando que el villano se encontraba en la ciudad vecina de Hatsville. Eso a Black Hat no le sorprendía ya que solo se sumaba a la lista de personas que querían atrapar a Flug.

Por ahora él era el único que sabía la ubicación del humano. La inquietud era que si el científico había robado una aeronave significaba que no tardaría mucho en irse. Era lo de menos, ya que podría encontrarlo en cuestión de minutos, pero en realidad, ese era su verdadero problema. No podía dejarlo ir. Se estaba obsesionando y no le hacía bien. 

Se forzó a no vigilarlo y lo logró por apenas unos días, pero ese tiempo fue tortuoso, estaba tan acostumbrado a él. Quería empezar a olvidarlo, aunque, al ver la nota una vez más sintió un extraño presentimiento, no pudo resistir así que salió de inmediato a la vieja casa abandonada donde sabía que se encontraba y al llegar pudo observar que el lugar estaba rodeado de oficiales, un par de paramédicos subían una camilla a una ambulancia llevándose a un cadáver mutilado, los oficiales murmuraban entre ellos quitándose sus gorros en señal de respeto por el héroe fallecido mientras la mayoría empezaba a retirarse. 

Black Hat frunció el cejo, supo de inmediato que aquel héroe había ido por Flug, pero como era de esperar el joven habría acabado con él. 

Siguió mirando desde la distancia sin importarle que se mojaba por la fuerte lluvia. Flug se había ido, era evidente, tal vez justo ahora estaba viajando lejos de ahí. Podía imaginarlo suspirando de alivio al dejarlo atrás y eso lo estremeció, su humano se marchaba y él no podía hacer nada... muy dentro de él albergaba un poco de esperanza, había creído que volvería, que a pesar de todo Flug trataría de luchar, que lo perdonaría por milésima vez... anteponer sus sentimientos como siempre. Pero no era así. Se habían acabado las oportunidades.

Apretó los puños, no rompería su orgullo, no iba a retractase porque la decisión estaba hecha. Él fue quien le dijo que se fuera y no iba a cambiar de opinión no importaba si se sentía desdichado. Debía dejarlo, debía cortar ese estúpido lazo sentimental antes de que no hubiera vuelta atrás. Así que dio media vuelta y se dispuso a ir de regreso a su mansión con la firme decisión de ya no buscarlo más, de una vez por todas.    

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Todo estaba oscuro. Flug apenas podía respirar mientras miraba un vacío sin salida, inundado en sombras. Entonces, en un instante apareció frente a él Black Hat, lo miraba con una expresión de absoluto pesar. El joven científico hizo lo posible por acercarse, quería tocarlo, deseaba acariciar su mejilla para reconfortarlo y borrar esa tristeza, pero por más que quería no lograba avanzar. Estaba cayendo en la desesperación, pero de pronto fue Black Hat quien se aproximó sin dificultad. Lo sujetó sutilmente y se inclinó para atrapar sus labios. El beso era intimo, lento y deseoso de igual forma. 

Aunque Flug no entendía qué pasaba exactamente no se rehusó al tacto, por el contrario se sentía feliz de poder volver a besarlo imaginando que todo había acabado; que todas sus peleas y desacuerdos quedarían por fin atrás, pensando que simplemente Black Hat lo amaría sin condición. Sin embargo, aquel beso era extraño ya que Black Hat solo lo había besado voluntariamente una vez y eso había sido cuando todo lo malo había comenzado. Ahora podía sentir aquel beso suave y delicado... No era la forma en que Black Hat lo hacía, no se sentía como él. 

Todo acabaría en segundos ya que un gran estrépito lo despertaría. Aquel ruido había sido un trueno que hizo temblar los cristales de las ventanas. Él abrió los ojos mirando directamente a la ventana que, aunque se cubría por una cortina oscura, podía asegurar que había una fuerte tormenta eléctrica afuera.

Flug se encontraba acostado con la mirada en dirección a la ventana, la cama era muy blanda y cómoda, las sábanas oscuras lo cubrían manteniéndolo caliente. Se incorporó retomando el aire y llevó la mano a su rostro descubriendo que no llevaba sus guantes ni su bolsa, tocó levemente sus labios, el beso de Black Hat solo había sido un sueño, pero estaba seguro de que la sensación había sido muy real.

Miró con dificultad a su alrededor analizando la habitación oscura, no tardó mucho tiempo en darse cuenta que alguien estaba sentado en un sillón al otro lado de cama. Flug sintió pánico, pero sus ojos se abrieron de par en par cuando reconoció a Alger.

—No te muevas demasiado, Flug —le dijo el vampiro mientras se ponía de pie y se acercaba. Acomodó la venda que cubría su cabeza y le sonrió cálidamente.

El joven se quedó totalmente impresionado, ¿aquel que lo había rescatado era Alger?

Flug se incorporó de inmediato, quiso hablar pero el dolor en su cabeza le hizo dar un quejido.

—¿Dónde estoy, do-dónde está 505? —preguntó débilmente, mirando a su alrededor.

Alger tomó asiento a su lado y puso una mano en su hombro para tratar de darle calma. 

—Estás en mi casa, en mi habitación, tu oso está bien, está durmiendo en la habitación de alado, pero tú eres quien importa más, Flug, estás malherido —habló y luego lo empujó muy sutilmente para que volviera a acostarse. El chico volvió a poner la cabeza entre las suaves almohadas sin dejar de verlo, pero de pronto llevó su mano a su cabeza ante una punzada de dolor. 

Todavía estaba tan confuso como si acabara de recibir el golpe. Trató de recordar lo que había pasado y cuando todos sus recuerdos regresaron se sobresaltó, tomó las sábanas para intentar cubrirse, hasta ahora caía en cuenta que no traía su bata ni nada puesto en la parte de arriba. 

Se asustó profundamente ya que temía de que Alger pudiera saber sobre su 'condición', pero estaba actuando paranoico, claro que no lo iba a saber, él mismo había tardado semanas en descubrirlo.

—¿Q-qué fue lo que pasó? —preguntó sin atreverse a mirarlo a los ojos... a su único ojo carmesí. 

—Bueno, yo deambulaba por la ciudad cuando percibí un aroma familiar... tu sangre tiene un olor muy dulce, es algo único. Cuando llegué aquel tipo con traje absurdo te atacaba, solo hice lo que debía, ahora estás a salvo —le decía mientras se acercaba al buró para tomar un paño húmedo, luego se tomó su tiempo para limpiar detenidamente la sangre seca del rostro del chico. Flug se apartó al principio, pero después se dejó acicalar. Como maniaco de la limpieza no iba a permitirse tener un aspecto así.

—Gracias, pero me avergüenza que sepas que no pude contra un mísero superhéroe... si tuviera mis armas o a mis robots... 

—Eso ya no importa, descansa un poco más, solo dormiste un par de horas. Por cierto, puedo preguntar qué hacías en ese lugar, ¿pensabas quedarte ahí después de que Black Hat te despidiera?

Flug lo miró incrédulo preguntándole cómo sabía eso. 

—Black Hat ha estado buscando un nuevo subordinado sin mencionar que el trabajo de su compañía se ha detenido, dicen que solo necesita otro ayudante, pero yo supuse que te despidió —se adelantó a decir el vampiro como si hubiera leído su mente. 

Flug bajó la mirada, triste. 

—Tienes razón. Todavía no puedo creer que trabajé para él durante años y un día simplemente me despidió.

La expresión de Alger se enterneció, parecía recordar algo también. 

—Tienes suerte de que al menos te dejara vivo.

—Lo sé, soy afortunado pero ya no tengo nada que hacer aquí, pensaba irme esta noche... eso me recuerda, ¿dónde está mi mochila?

Alger fue al sillón en donde había estado y tomó la mochila, Flug apenas la reconoció ya que estaba llena de lodo. Vacío su contenido rebuscando entre sus objetos y su expresión cambió cuando encontró el pequeño avión destrozado. Alger miró a la pequeña aeronave que parecía un juguete. 

—¿Parte de tu colección?

Flug suspiró, angustiado. 

—No, era mi boleto de salida, pero supongo que entre la pelea se rompió, era de esperar. Quería matarme. Tengo que hacer un plan nuevamente, necesito irme.

Alger se acercó más a él, y aunque dudó en tocar su mano por privacidad lo hizo de forma delicada.  

—Puedes quedarte, ciertamente el golpe que tuviste fue muy fuerte. Estoy aliviado de verte despertar, pudo haber sido peor, además, tú mismo lo dijiste: intentó matarte, quién dice que no lo intentarán de nuevo. Aquí estarás a salvo, yo me encargaré de eso. 

Flug iba a declinar la propuesta, pero de pronto quitó su mano y la llevó a su cabeza la cual le dolía horrible. No era necesario verse a un espejo, sabía que su cara estaba muy lastimada; tenía el labio roto, la nariz le dolía y el ardor de su ojo le decía que ya se pintaba un moretón.  

—E-esto no es nada, he tenido peores heridas, incluso inventé un suero el cual acelera el proceso de sanación —susurró mientras agachaba la mirada. 

Alger tomó su barbilla para alzar su vista, su ojo examinó la piel de su rostro. 

—Las cicatrices lo confirman.

Flug no pudo evitar ruborizarse así que sonrió forzadamente. 

—Me hubiese gustado haberlo inventado antes. Una vez, incluso, tuve que hacer un trasplante de piel, fue una gran quemadura de un horrible accidente —dijo señalando la parte derecha de su rostro que tenía un color rojizo—. Es una de las razones por las cuales oculto mi rostro, una de tantas.

Alger volvió a sentarse a su lado, esta vez más cerca. Sujetó el rostro de Flug entre su mano y le sonrió tan vívidamente que dejó ver por completo sus colmillos. 

—Yo creo que te ves bien —dijo con aquella voz profunda, había cortejo en sus palabras y Flug lo sabía. 

El chico se puso totalmente rojo, su rostro ardía. Él sabía que Alger siempre actuaba de manera muy amable con él y desde aquella vez donde había sujetado su mano tratando de besarlo supo de sus intenciones, sin embargo, para Flug no era más que un simple amigo, y de hecho, apenas lo conocía, ¡¿Entonces por qué lo hacia sentir así?! 

Abrió la boca para decir algo, pero un fuerte gruñido de su estómago sonó.

Alger se apartó riendo. 

—Casi olvido que tienes un apetito voraz, iré a traerte algo, mientras descansa —le dijo antes de salir.

Flug asintió teniendo aún el rubor en su rostro, eso había sido muy vergonzoso, pero al menos había terminado con el momento incómodo, una vez que Alger se fue inspeccionó la habitación viendo que en un sillón estaban sus guantes y su bata que estaba realmente sucia, en una pequeña mesa de noche se hallaban sus visores o al menos lo que quedaban de ellos. No le dio mucha importancia, así que se envolvió aún más con las sábanas acomodándose de costado para no estar sobre la herida de su cabeza, sentía extraño al saber que estaba en la cama de Alger, pero no podía irse por ahora ya que no se sentía con las fuerzas suficientes. Tenía que pensar un nuevo plan para alejarse de Black Hat, pero iba a tomarle la palabra Alger. Descansaría, lo necesitaba.  

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NOTAS 

Olvidaba mencionar: Alger fue quien besó a Flug y él pensó que sólo fue un sueño. Bueno ya pueden sufrir.  
¿mi justificación?
... #drama

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