10:Predilección
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Flug no pudo dormir después de haber visto a Black Hat. No podía esperar a tener aquella conversación que le había prometido, ahora creía que ir de nuevo con Alger sonaba como una mala idea por lo que había pasado la última vez..., sin embargo, tenía una corazonada que lo empujaba a él.
Pensar en ello no le ayudaba a relajarse; andaba en su habitación de un lado para otro caminando apresuradamente con la invitación en la mano, la cual leía cada veinte minutos, luego hablaba consigo mismo cambiando de opinión.
«¿Y qué tal si volvemos a discutir? ¿Quizá quiera disculparse? Tal vez me ofrecerá regresar de nuevo o querrá que lo olvide y hacer como si nada haya pasado», pensaba. Todas esas ideas rondaban su mente sin llegar a una conclusión, al final terminó con dolor de cabeza y realmente frustrado por no llegar a nada.
Decidió salir por un bocadillo al sentir que su estómago rugía de hambre. Al llegar a la cocina se dispuso a preparar café, llenó su taza duplicando la porción de miel para endulzarlo, de igual manera cogió dos piezas extra de pan con mermelada. Tomó asiento frente la mesa degustando su bebida caliente, pero no tardó mucho tiempo en notar los cabellos de color verde que colgaban sobre su cabeza, al mirar hacia arriba vio a Demencia quien tenía una gran sonrisa, ella lo le dio un saludo agitando su mano, pero Flug la ignoró volviendo su atención hacia la taza.
—¿Qué haces? Se supone que deberías estar dormida —dijo para después tomar un sorbo de café, Demencia rio de una forma singular, ella tramaba algo, podía sentirlo.
—Ya es de mañana, tonto... supuse que mi amor Black Hat había regresado, pero no está en su oficina, lástima, quería decirle sobre tu cita de hoy.
Flug sintió que se ahogaba en su café, escupió el trago que había dado tosiendo de manera exagerada. Sin pensarlo dos veces tomó el cabello de Demencia que colgaba dándole un fuerte jalón. La chica cayó contra la mesa inesperadamente con un grito sorpresivo, luego trató de levantarse con una expresión de enojo, pero no pudo decir o hacer nada ya que Flug la tomó de los brazos sujetándola con fuerza contra la mesa. Demencia quedó recostada con el chico encima de ella, él ponía su peso contra ella evitando que pudiese moverse dejándola sin escape.
—¡No le digas! —exclamó él, completamente alarmado.
—¡Quítate de encima, idiota! —gritó la chica tratando de patearlo, pero sin tener éxito.
—Escucha; no vas a decirle nada al jefe sobre esto.
—¿Por qué no? ¡Oh! Ya veo, no quieres que se entere que tienes un noviecito —respondió con una sonrisa maliciosa.
—¡No! E-él no es mi novio —replicó, hablando entre dientes, pero esto a la chica le causaba más gracia.
Flug frunció el ceño, ya estaba perdiendo la paciencia. Convencer a Demencia resultaría difícil y a estas alturas se preguntaba cómo había pasado por alto a la loca. La chica aprovechó un instante de distracción por parte de Flug para liberarse empujándolo haciendo que el chico casi cayera de espaldas.
—Te haces cada vez más débil, nerd. Y si te atreves a tocar mi cabello de nuevo te voy a arrancar la mano.
Flug se irguió sin decir nada, con mucha tranquilidad sacudió su bata luego sacó de ella un dispositivo con el cual llamó a un Hat Bot Centinela, en segundos entró el enorme robot sujetando a la chica, envolviéndola con sus brazos metálicos, esta vez no podía escapar. Demencia quedó colgada pataleando y maldiciendo.
—Y agradece que esta vez no te ponga la camisa de fuerza, loquita —dijo él, riendo victoriosamente.
—¡Cuando me suelte de este tonto abrelatas de voy a dar tu merecido! —le gritó jadeando ya que el robot la apretaba cada vez más.
—Escucha, hija del mal; haré que te suelte y te daré todo lo que quieras, ¡solo cierra la boca!
Ella dejó de patalear y exhaló, mirándolo ahora con interés.
—Quieres negociar, ¿eh? Supongo que podemos llegar a un acuerdo.
Demencia no dudó en hacer una larga lista de deseos a cambio de su silencio. Flug no había imaginado que la chica pidiera tanto aunque estaba dispuesto a ceder a sus caprichos, así que aceptó cada una de sus condiciones por muy infantiles que sonaran.
—Una última cosa; quiero que tus tontas maquinas me dejen en paz.
Flug lo dudó, pero asintió haciendo que el robot la soltara. Demencia dio un salto de felicidad extendiendo su mano hacia Flug, él la estrechó y el trato quedó hecho.
—Date prisa Flug, tienes que hacer tus labores del día si quieres llegar pronto a tu cena romántica —dijo la chica sin saber sobre su día libre—. También asegúrate de darle muchos besos, el tipo es guapo —habló pícaramente dándole un codazo, luego le guiñó antes de salir a toda velocidad.
Flug exhaló y negó con la cabeza, cruzó los brazos y balbuceó mientras sentía que sus mejillas ardían:
—Ya dije que no es mi novio —farfulló.
«Aunque es muy amable conmigo, mucho mejor de lo que Black Hat podría llegar a ser», pensó.
Después de un largo silencio se dio cuenta que era verdad que ya había amanecido. Aún tenía el resto del día, al menos había logrado que Demencia cerrara la boca, pero era el único problema que había resuelto. Estaba a punto de ir a su laboratorio, pensaba que tal vez podría avanzar con algunos pedidos y verificar el resultado de su análisis que siempre dejaba pendiente por gastar todo su tiempo en el trabajo. En vez de eso se dirigió de nuevo a su habitación con la idea de dormir todo lo que pudiese así compensaría la noche en vela que había hecho al estar pensando. Era su descanso y debía tomarlo, se lo merecía al final de cuentas.
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La alarma resonó por toda la habitación, Flug se levantó deseando poder dormir más, pero a pesar de ser su día libre no podía hacerlo ya que sus citas aguardaban.
Al salir de la ducha se miró al espejo, odiaba hacerlo ya que siempre pensaba de más al estar enfrente de uno; siempre se sentía avergonzado de su rostro y de su aspecto tan débil, él deseaba ser como aquellos hombres fuertes, pero se había resignado a ser el chico débil de quien todos se burlaban. Al menos su gran cerebro compensaba algo.
Dejó caer la toalla mirándose de costado observando aquel bulto de su abdomen, aún le dolía pero también sentía un extraño cosquilleo, no le había dado la suficiente importancia, pero ahora que lo veía detenidamente podía decir que eso estaba creciendo. Flug puso su mano sobre aquella anomalía, la apretó con curiosidad sin sentir nada por el momento, no estaba asustado ni preocupado pero tenía que saber de qué se trataba.
«Tal vez solo estoy subiendo un poco de peso, he comido de más... bueno, aún puede esperar», pensó.
Su mirada se dirigió a la ropa que estaba sobre la cama; camisa azul con el estampado de avión, su bata de laboratorio, sus guantes llamativos y su calzado tan simple. Él no era como Black Hat con su peculiar y elegante forma de vestir, no, él se conformaba con sentirse cómodo, aunque sentía la obligación de vestir de otra manera al menos solo por ese día ya que iba a una reunión entre amigos, así que se propuso a usar algo mejor.
Buscó en su armario, y entre sus pocos trajes escogió el mejor, al terminar de vestirse ni el mismo se reconoció, el traje era demasiado formal; su chaqueta de doble botón lucía perfecto, su corbata roja era llamativa en contraste con el negro del traje, sus guantes oscuros eran elegantes y sus zapatos lucían perfectos. Flug sonrió para sí mismo decidiendo no sostener su cabello en su clásica coleta sino peinarse apropiadamente, una vez listo salió de su habitación con prisa dejando atrás sus visores y su bolsa.
◇◆◇
Flug condujo a una alta velocidad llegando en poco tiempo a la mansión de Alger, ya había oscurecido y la vivienda parecía estar abandonada ya que ninguna luz la iluminaba.
El joven llegó frente a la entrada tratando de tener una postura recta, tras un largo tiempo de pensarlo decidió llamar a la puerta. Cuando ésta se abrió Flug vio claramente la expresión de sorpresa que tuvo Alger al notar el traje.
—Ehh... Hola —habló, tímido. Y encogió sus hombros un poco al sacudir su mano con pena.
—Flug. ¡Wow! Que bien te ves. Quién diría que todo eso se esconde debajo de una bolsita —expresó el vampiro, sonriendo de manera coqueta.
—¿Ehh?... oh, sí, gracias —contestó Flug, ruborizado.
Alger lo invitó a pasar guiándolo hasta los jardines traseros. Ésta vez se adentraron más en él, y Flug descubrió que aquel jardín era mucho más grande. Llegaron a un área rodeada de altas columnas y en medio se encontraba una mesa de piedra redonda con la cena servida, Flug tomó asiento mirando todo a su alrededor, era un lindo lugar.
—Una cena al aire libre, buena idea —exclamó Flug, feliz.
Alger tomó asiento.
—Hay muchos lugares para pasar el rato, es una linda mansión aunque muy grande para una sola persona, me estoy arrepintiendo de tenerla, pero cambiando de tema: me has sorprendido con tu atuendo tan refinado y el hecho que no estés usando la bolsa.
El chico se movió en el cojín del asiento para no perder su compostura y sostuvo su mentón con la palma de su mano.
—Solamente por esta noche. Estoy fuera del trabajo y creí que este atuendo era el apropiado... Además, tu vestimenta es muy propia todo el tiempo, no quería quedarme atrás.
Alger sonrió en respuesta, Flug se había vestido de esa manera tan elegante solo por él, eso le cautivó y no podía negar lo atractivo que se veía. Lo estaba observando a detalle; aquellos ojos verdes eran muy llamativos, su cabello suelto estaba bien peinado y su sonrisa nerviosa le enloquecía. También notó las nuevas cicatrices que tenía confirmando el maltrato que Black Hat le hacía. Sin embargo, no iba a hablar de eso, no quería poner incómodo al chico, por ello comenzó a platicar de temas que creía que a su invitado le gustarían.
Por otro lado, el científico descubriría que aunque Alger tenía una edad avanzada no era como su jefe, Alger podía llevar una conversación sobre ciencia y tecnología, teniendo conocimientos en áreas avanzadas a diferencia de Black Hat quien mantenía su estilo antiguo. El científico daba respuestas cortas al principio, pero poco a poco la conversación fue más fluida entre los dos, entendiéndose perfectamente, compartían gustos y relatos sobre sus vivencias riendo por anécdotas divertidas e intercambiando puntos de vista sobre planes malévolos.
—¿Y cuál es tu método de tortura, Flug? Eres muy conocido por no tener piedad, por ser sádico y sin remordimiento. Son características asombrosas, de todo un científico loco —habló Alger, totalmente intrigado después de una larga conversación sobre inventos malvados.
—Sí, esas son las palabras correctas para describirme, aunque no creo estar del todo loco, sé perfectamente lo que hago. Me gusta que sufran... suelo administrar una dosis de adrenalina, la suficiente para que no se desmayen y puedan sentir cada corte que haga en ellos. Es divertido.
—Claro que lo es, a mí me gusta acorralar a las personas, sentir su miedo, jugar con sus mentes, es tan divertido cuando ruegan por sus miserables vidas... solo digamos que me gusta jugar con mi comida.
Ambos rieron a carcajadas. Por último miraron hacia sus platos vacíos, esta vez Alger había comido un poco junto con Flug aunque habían estado más interesados en su plática.
Hubo un corto silencio, en él solo se escuchó el soplido del viento el cual sacudió a las flores de alrededor, el joven se encogió y Alger notó que tenía frío. Así que se levantó y lo invitó a pasar dentro, Flug asintió yendo tras de él.
Al entrar, el vampiro lo condujo a una sala hermosa en la cual una enorme araña de cristal colgaba, y el piso brillaba con un tono amarillo. En uno de los rincones había un piano, Alger se sentó frente a él.
—Flug, quisiera preguntarte algo y espero que seas realmente honesto... ¿Por qué aceptaste mi invitación? Estaba casi seguro que no asistirías, de verdad esperaba quedarme plantado con todo esto que preparé para ti —dijo Alger, mientras comenzaba a tocar el piano llenando la la enorme habitación con sonidos dulces—. Gracias por no declinar mi invitación, significa mucho para mí.
Flug se sobresaltó ante la confesión, él estaba demasiado distraído mirando al rededor, pensó su respuesta por unos breves momentos, respiró hondo y habló:
—La invitación decía que deberíamos conocernos mejor, no tengo muchos amigos, no tengo con quien charlar. No me arrepiento de haber venido, eres interesante, inteligente y la cena fue deliciosa. Me alegra hablar con alguien que sabe de lo que habla, no muchos villanos son dignos.
Alger sonrió, halagado.
—Has notado que me gusta dar una buena impresión, pero ¿enserio no tienes amigos? Eres no persona muy agradable, tu nombre es reconocido por todo el mundo.
El joven mordió su labio.
—Tengo algunos, más que nada son compañeros..., pero hace mucho que no me pongo en contacto con ellos, además, últimamente no tengo tiempo para socializar, mi trabajo no me lo permite.
El chico comenzó a verse nervioso como si estuviese pensando demasiado en algo y es que un pensamiento comenzó a torturarlo, era cierto que Alger estaba dando una muy buena impresión; la cena, la buena charla, los halagos y ahora música. La voz de Demencia sonó en su mente recordado algo que le hizo dudar. Ella había dicho "cena romántica" y aunque él lo vio como una reunión para conocerse mejor, para tener a un nuevo amigo, en realidad sí se parecía algo mucho más íntimo.
—Alger, señor. Yo también quisiera preguntar algo... ¿E-esto es solo una reunión formal, nos estamos conociendo para una amistad o se trata de una cita? —preguntó mientras jugaba con sus dedos, nervioso.
El vampiro dejó de tocar inesperadamente y guardó silencio, ahora el ambiente era pesado como si la intriga se hubiese tragado aquella música linda.
—¿Tú qué consideras que sea? —preguntó Alger, poniendo su mirada sobre él.
El chico se ruborizó.
—Eh, que solo estamos en una reunión amistosa. En realidad, nos estamos conociendo... A mí me gustaría ser tu amigo. Hace mucho que no tengo una nueva amistad. Sé que no nos conocemos de hace mucho tiempo, pero... Me agradas —respondió de inmediato.
Alger bajó la mirada, estaba algo decepcionado por la respuesta.
—Bien, pues considérame un gran amigo, Flug, si necesitas ayuda sobre algo no dudes en llamarme... Y dejemos las formalidades, ¿quieres? Solo dime Alger.
Flug asintió dándole una sonrisa, hubo un largo silencio después de eso.
—Y cuéntame, Flug, ¿hay alguna chica que acapara tu atención? ¿Algún pretendiente?
El joven miró confuso a Alger por un momento, luego soltó una carcajada. La pregunta había sido muy fuera de lugar.
—No, claro que no, como dije; apenas tengo tiempo para mí, no se me permitiría pensar en eso, y aunque fuese así no creo que Black Hat lo permita.
—No, él no puede prohibirlo, el amor es un sentimiento que no se puede negar. Sabes de lo que hablo. ¿Alguna vez has estado enamorado? ¿Cierto?
Flug ladeó la cabeza, dudando.
—Sí, como todo el mundo... supongo —dijo, incrédulo. Luego retrocedió cuando su acompañante se levantó de inmediato y llegó a estar frente a él.
—¿Y hay alguien ahora? Siempre se tiene a una persona querida, a alguien especial, ¿hay una persona que ocupe tu corazón actualmente?
El joven sonrió avergonzado, luego negó con la cabeza.
—No, no lo creo..., y qué hay de ti, ¿hay alguien especial?
Alger observó a Flug dándole una sonrisa que nunca le había mostrado, tan grande que incluso se notaban bien sus afilados colmillos. Luego desapareció repentinamente tras un recuerdo amargo.
—Después de la muerte de mi esposa no he tenido a nadie más, pero lo estoy considerando —le dijo con carisma mientras se acercaba y tomaba su mano, y con la otra tomó de manera tan sutil la barbilla de Flug, el joven abrió sus ojos de par en par quedando atónito. Alger se estaba acercando demasiado como si quisiera besarlo.
—¿Qué hora es? —preguntó el chico, retrocediendo y quitándose del agarre, rompiendo con el momento. Su voz era agitada, nerviosa. Había bastado solo un segundo más para que sus labios se tocaran.
Alger retrocedió, miró su reloj de bolsillo sin cambiar la expresión feliz de su rostro.
—10:45 pm.
Flug llevó la mano al cuello como si pensara ya mismo en su sentencia.
—¡Es demasiado tarde! Debo irme, gracias por la cena, me la he pasado muy bien, espero que se repita pronto —habló retrocediendo en pequeños pasos.
—De nada, en verdad fue gratificante que hayas venido. Al menos puedo decir que tengo un verdadero amigo —dijo el vampiro, ahora su tono de voz era triste aunque tratase de sonreír, el rechazo le había afectado.
Flug dio una mirada de pesar al sentirse culpable, se mordió el labio y por consuelo se acercó despacio abrazándolo por sorpresa. Fue un abrazo ligero, pero Alger se sobresaltó quedando inmóvil sin saber qué hacer. El chico se separó y se despidió saliendo a toda prisa.
Cuando llegó al auto dejó caer su cabeza al volante y dio un bufido de frustración.
—¿Qué estás haciendo Kenning Flug Slys? —se preguntó a sí mismo viéndose en el espejo retrovisor—. Cuando ese imbécil te besó le volaste los sesos. Alger estuvo a nada de hacerlo y en cambio le das un abrazo aún acabando de decir que solo somos amigos. Si mi jefecito chulo lo supiera...
Se detuvo y frunció el ceño, estaba pesando de nuevo en Black Hat y es que no importaba que Alger fuera tan atento, considerado... y apuesto. Ante todo eso prefería a Black Hat porque no era fácil sacar de su mente lo que ya habían sido. Al final suspiró profundamente y encendió para ir de regreso, su noche todavía no terminaba.
◇◆◇
Era tarde, así que corrió directamente hacia la oficina de Black Hat deteniéndose frente a la puerta dando fuertes inhalaciones, luego sacó un pequeño frasco de perfume y vertió todo el contenido en su traje, no iba a delatarse otra vez por su olor. Una vez que su respiración regresó a la normalidad dio un toque a la puerta antes de abrirla y entrar.
Black Hat sostenía su pluma entre su mano escribiendo con seriedad. Al parecer la nube de perfume lo golpeó porque levantó la mirada con enojo, pero al ver al joven científico puso la misma expresión de asombro que había puesto Alger al verlo. Su jefe lo contempló por lo que a él le pareció una eternidad.
Su jefe dio un suspiro y sacudió su cabeza levemente para salir del extraño trance, luego extendió la mano invitándolo a sentar en una silla muy semejante a la de él. Flug asintió y despacio tomó su lugar, estaba aterrado y sus rodillas temblaban.
—Así que va-vamos a hablar... No me vas a gritar, ¿cierto? —habló con voz quebrada y ronca.
—No me des razones para hacerlo —contestó Black Hat con un tono sumamente tranquilo.
Flug se mordió el interior de su mejilla. Se estaba conteniendo para no ser él quien iniciara una discusión.
—Ok. Entonces... ¿Qué es lo que necesitas decirme?
Su jefe lo miró directamente a los ojos, no sonreía, no tenía expresión alguna que Flug pudiese leer.
—No podemos seguir con esto, Flug.
El científico se sobresaltó.
—¿Y qué es "esto" exactamente?
Black Hat meditó durante algunos segundos antes de continuar:
—Esto... lo que hemos mantenido, fue algo pasajero.
Flug apretó los dientes al igual que sus puños.
—¿De verdad lo crees así, solo algo pasajero? Nunca te quejaste cuando estábamos juntos, no te negaste a estar conmigo durante todas esas noches. Decías que era "tu" humano, que te pertenezco, lo reiteraste una y otra vez. No te entiendo, si fue algo pasajero por qué me ofreciste regresar.
—No puedo estar contigo. No de la manera que quieres, lo sabes —replicó el demonio.
El chico se levantó de golpe. Ni cinco minutos transcurrieron y él ya no había podido contenerse pues comenzaba a alzar su voz.
—¡¿Por qué no?! Estoy dispuesto a hacer cualquier cosa por ti, ¡por qué tú no? ¡¿Por qué sientes tanta vergüenza de mí?!
—¡Porque no te entiendo! No se trata de ti... Soy yo quien no entiende esos sentimientos, jamás me había pasado y solo sé que no debo corresponder, no debo compartir el sentir de un humano, si lo hago..., sería un error —Black Hat habló de una manera tan sincera impresionando a Flug. Por primera vez trataba de hablar sobre sus sentimientos.
Flug se acercó inclinándose sobre el escritorio para ver más de cerca a Black Hat.
—No, no puede ser un error. Sé que hay algo más entre nosotros, que en ti lo hay... solo quita esa barrera. Yo podría ayudarte, puedo enseñarte. Aquella vez dijiste que sentías algo por mí aunque luego me rechazaste. Si estás confundido puedo ayudarte a entender. Permíteme hacerlo. Un nuevo comienzo. Por favor.
Black Hat negó con la cabeza abruptamente y su voz comenzó a sonar recia.
—¡No! El hecho que me sienta así es por tu culpa. Tú solo me confundes más, lo empeoras. No necesito tu ayuda.
Flug se cruzó de brazos. No estaban llegando a nada.
—Ahora resulta que todo es culpa mía. Solo trato de ayudar. A pesar de todo yo sigo queriendo enmendar las cosas, pero soy yo el problema para ti. ¿Qué tienes planeado entonces? Dijiste que estuviste pensando sobre "nosotros", pero ya no hay un nosotros, qué harás entonces, ¿matarme? —le dijo con sarcasmo.
La expresión de Black Hat ensombreció más.
—No. Te propuse estar juntos de nuevo, pero dijiste que necesitabas una mejor oferta, bueno he decidido algo mejor: quiero que te vayas.
Flug abrió la boca con asombro, no esperaba que Black Hat dijera eso. Él tenía noción de sus palabras y recordaba haberlo rechazado, pero estaba ebrio y enojado, sabía que si no lo hubiese estado quizá hubiese aceptado. Aún estaba enojado, sí, pero no pensaba dejar su hogar, era todo lo que tenía. Le dedicaba su vida entera, se había sacrificado por años.
—¿Irme, me estás despidiendo? ¿Qué hay de mi trabajo, de todos los pedidos pendientes, de los proyectos, los planes? Todo eso lo hago yo... No tengo a dónde ir. Yo pertenezco aquí.
—No, este no es tu hogar, en realidad no me importa si lo es —habló Black Hat de manera cruel—. Y, hay mucha personas anhelando trabajar para mí, puedo encontrar a alguien tan listo como tú —sentenció Black Hat, solemnemente.
El labio de Flug tembló y su expresión se contrajo.
«Otro simple asistente... Desechable», recordó. Ahora estaba convencido de que era verdad.
—¿Tu solución es deshacerte de mí, así de fácil? ¿Esa es la gran idea? ¿Sabes siquiera lo que eso significa para mí? De verdad este trabajo es todo lo que tengo, todo lo que soy.
Black Hat suspiró levantándose de su asiento, con un ligero meneo de mano apareció un papel parecido a un pergamino el cual tenía una larga escritura en manuscrito, al final de éste se notaba la firma en sangre de Kenning Fug Slys.
—Es tu contrato, tómalo y lárgate. No me importa lo que hagas a partir de ahora, y espero no verte nunca más —escupió las palabras con severidad.
El joven científico se quedó completamente inmóvil, su boca quedó abierta sin poder decir nada más y sus lágrimas ya eran visibles. Miró a Black Hat con ojos suplicantes, no entendía cómo podía hacerle eso pues se había notado tan relajado anteriormente.
Se acercó y tomó la hoja con la mano temblorosa, pero también sujetó la mano de Black Hat con gran fuerza y habló entre dientes:
—Deshazte de mí de la única forma que sabes, ¿por qué no acabar con mi vida ahora mismo? ¡Anda, mátame, hazlo!
Flug gritó mientras su mano se apretaba más contra la de Black Hat. Estaba lleno de coraje, por el contrario, Black Hat seguía tranquilo.
—¡Responde! ¿Por qué no permites que te amé? —exigió Flug, y a cada palabra su corazón iba más de prisa, su pecho ardía y en su garganta el nudo se hacía más insoportable.
—Esto no es amor, nunca lo fue, solo fue una obsesión. Ambos necesitábamos el pecado de la lujuria, fuimos atraídos el uno al otro solo por eso. Ya me he satisfaciendo de ti, ya no te necesito. ¡Lárgate! —le respondió Black Hat, con una mirada retadora.
Flug soltó la mano de su jefe en cuanto escuchó decir eso. ¿Obsesión? Realmente estaba diciendo que lo que él sentía era semejante a lo que sentía Demencia... ¿Solo una fantasía tonta? Y, ¿de verdad lo había utilizado todo ese tiempo?
—¡¿Qué sabes tú de amor?! Ni siquiera entiendes lo que sientes, ni siquiera estás dispuesto a intentarlo. Durante años yo lo he dado todo... Sé perfectamente lo que hay en mi corazón.
Black Hat agachó la mirada por apenas un instante.
—Claro que lo he intentado, Flug, pero sus tontos sentimientos son... son tan... extraños... Ya he dicho la verdad, lo que resta de ti solo ha sido una perdida de tiempo.
—¡Eso no es cierto! —interrumpió Flug apretando el contrato con su puño—. Se que hay algo más, así que dime, ¿qué harías por mí, Black Hat? ¡Dime¡ ¿Qué significo para ti realmente, por qué siempre hubo silencio cuando te declaraba lo que sentía? No estoy obsesionado por ti, de verdad siempre fui sincero contigo. Ahora pido lo mismo.
Flug guardó silencio cuando Black Hat golpeó el escritorio.
—¡Quieres saber qué significas para mí? ¡Bien! Te lo diré; eres mi debilidad, Flug, por eso ni siquiera puedo acabar con tu vida, eres el único que no me teme... Eres leal y entregaste todo por voluntad. Ni siquiera pude utilizarte porque me diste todo, más de lo que pude imaginar... Me hiciste vulnerable a ti ¡No quiero ser débil! No quiero que estés conmigo, eres mi ruina, por ti he caído tan bajo, por ti siento emociones tan inmundas. Quiero que te vayas, aléjate de mí, no quiero tus malditos sentimientos, no quiero tu compañía. Tal vez así yo vuelva a ser el villano que se supone que debo ser y no una criatura que dependa de afecto.
El joven sintió sus lágrimas recorrer sus mejillas, no quería llorar de esa manera frente a Black Hat, no quería que supiera cuál débil y sentimental era, pero no podía evitarlo. Flug comenzó a llorar de una manera increíble, incluso llevó sus manos a su rostro. No lo entendía, Black Hat acababa de confesar su sentir por él después de tantas contradicciones, pero no imaginó que cuando pasara lo hiciera sentir tan mal.
El demonio se tensó al verlo, sin embargo estaba decidido y no iba a cambiar de opinión.
El joven levantó la mirada llena de lágrimas, llevó el contrato hacia su pecho e intentó hablar sin que su voz se quebrara:
—Pe-perdón, yo solo... perdóname. Mi único error fue amarte, Black Hat... Lo lamento mucho.
Black Hat se tensó al escucharlo, ¿por qué estaba pidiendo perdón?
Flug dio media vuelta abandonando la sala con la idea de que aquella conversación había sido quizá la última que tendría con Black Hat.
Después de que Flug se fue el demonio tomó asiento de nuevo dejándose caer apenas, dio un largo jadeo y llevó su mano hacia su pecho.
«Tristeza», pensó. Otra vez estaba sintiendo una emoción gracias a Flug, pero esta vez era la que más le había dolido.
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NOTAS
Y pase lo que pase Flug siempre lo escogería a él... voy a llorar :c
El capítulo debió llamarse: Si lo amas déjalo ir :')
...ya saben el resto.
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