CAPITULO 9



Siete horas separan a Bangkok de Londres; luego de más de trece horas de vuelo Sky respiraba el típico aroma de las calles londinenses con el frío viento golpeaba en su cara. Su corazón revoloteaba en su pecho casi al punto de salirse, una de las razones era muy obvia; ahora podría decirse que es novio de Phai, al menos eso pensaba él.

"Lo sentimos, el número que está contactando no está en servicio", respondió el buzón al intentar contactar a Phai. No lo pensó mucho, asumía que debía estar cansado. Acababa de salir del hospital, fue al aeropuerto, era comprensible que descansara. Además, eran casi las 3 a.m. en Tailandia, él, sí o sí, estaría dormido.

Para sorpresa de Sky, la vibración de su teléfono segundos después hace que brillara en su cara una sonrisa, era Phai.

—¿Te desperté?

Preguntó Sky avergonzado.

—No —mintió. Era cierto que no podía dormir, quería saber que Sky llegara bien, estaba esperando su llamada, pero accidentalmente se quedó dormido.

—¿Por qué no te has dormido?

—Me preguntaba si cierta persona había llegado, ahora sé que puedo dormir tranquilo.

Sky, sentado en el balcón del segundo piso de la casa de la abuela con vista a un gran parte cubierto por una fina capa de nieve, ni siquiera le importa que frío hace afuera, él está feliz, está hablando con su Phai.

—He llegado, estoy sentado en el balcón. La vista es hermosa, no recordaba lo lindo que es aquí.

—¿No es invierno allí? Deberías entrar, te resfriarás —sugirió Phai.

—Sí, hace -3°C, tienes que venir un Phai, debes verlo tú mismo.

De repente, su boca hizo silencio. Pensaba en lo que acababa de decir. Estaba totalmente avergonzado.

—Iré, un día veremos ese parque juntos.

Phai siempre ha sabido de los sentimientos de Sky hacia él, por eso le fue fácil usarlo esa noche en su propio territorio. Sabía que Sky cedería ante él. Hoy se maldice a sí mismo por ello. Es cierto que sus sentimientos no están claros, no puedo afirmar que ama Sky, no puedo decir la palabra amor. Él quiere estar a su lado, cuidarlo, protegerlo. Él puede ver lo frágil que es Sky, no por su físico, sino que tal como él lo engañó en el pasado, otros pueden aprovecharse de Sky. Ahora albergaba en él ese sentimiento protector, lo ha pretendido frente a todo un centenar de personas en el aeropuerto.

¿Acaso no es todo eso amor? El génesis de un amor, el inicio de su angustiosa, pero al final, feliz relación.

Ambos hablaron hasta que Phai quedó rendido sobre su cama mientras hablaba con Sky. Su respiración se hizo profunda y constante, por ello se había dado cuenta.

—Buenas noches, Phai —dijo antes colgar. Aunque en su mente añadió "espero ese día que podamos ver el parque junto desde aquí, ese día seré feliz".

***

Los rayos del sol penetran en la espaciosa habitación de Kinn y Porsche, los se encontraban despiertos mirándose fijamente a los ojos. El brillo en sus ojos seguía intacto, como si el tiempo no ha pasado.

—Te amo.

Susurró Kinn.

—También te amo, Kinn.

Porsche posó sus labios sobre los de Kinn, sellando sus palabras con un beso. Ambos habían despertado hace rato, sin embargo, se quedaron allí, en silencio, mirándose el uno con el otro.

—Quiero que confíes en mí.

—Si no confiara en ti, no estaría acostado aquí contigo ahora mismo, Kinn.

Era cierto, después de los mensajes y la llamada de Tawan ayer, Porsche se había alterado, era su naturaleza, nunca ha dejado de ser así. Kinn tomó la llamada de Tawan, lo citó hoy en la casa de la primera familia. Insistía en lo mismo, pedir perdón, quería pedir perdón directamente a las personas que les hizo daño en su pasado, ahora ha ordenado su vida. Al irse, se casó, es feliz, está de vacaciones con su esposo en Tailandia. Era todo lo que sabían.

—Iré a ver a Phai.

Kinn se levantó de la cama y fue directamente a la habitación de su hijo, Porsche que seguía en la cama, observaba fijamente la espalda de su esposo, "confío en ti, pero no confío en los demás", se dijo a sí mismo y se obligó a ir al baño para prepararse.

El desayuno estaba servido en la casa de la primera familia, todos desayunaban, incluidos los miembros de la segunda familia. Hoy era uno de esos días donde todos estaban en casa para trabajar, por lo que era normal que todos desayunaran juntos.

—Señor, Tawan está aquí, viene con un acompañante.

Big, la mano derecha de Kinn y jefe de sus guardaespaldas, se acercó a él para informar.

—Buenos días.

El saludo de Tawan no tardó en ser escuchado, seguía siendo atractivo, los años le habían hecho tener un mejor cuerpo. Venía acompañado de un extranjero, Phillips, su esposo.

Kinn tomó la mano de Porsche por debajo de la mesa, podía verse su rostro tenso desde la entrada de Tawan. Volteó a ver a Kinn y se limitó a corresponder el saludo.

—Bienvenido Tawan, toma asiento, ¿desayunaron?

—¡Oh! No es necesario Porsche, nos iremos de una vez, solo pasé a saludar.

—¿Qué hace esta perra en nuestra casa? ¡¿Kinn?! ¡¿Vegas?! —Khun, como olvidarlo. Khun todavía seguía en Tailandia, su doctor se había marchado, pero él seguía aquí.

—Señor Khun, Hola.

Tawan levando ambas manos para presentar sus respetos a Khun.

—Khun, Tawan es nuestro invitado. Este es... —Porche hizo una pausa al no saber el nombre del acompañante de Tawan. Él supo de inmediato y respondió.

—Phillips, es mi esposo, Khun.

—¡Ah! ¿Eres esposo de él? —Khun se dirigía hacia Phillips ahora, cambió de objetivo, ahora bombardea contra el extranjero.

—¿Puede el señor Khun darle un paseo por la casa? —intervino Tawan, no porque no quería que Phillips escuchara su conversación, sino porque no estaba de acuerdo en que Tawan debía hacer eso. Él sabe todo el pasado de Tawan, lo bueno y malo, no le juzga.

—Sabes, si eres inteligente, lo dejarías. ¡Uy! No sé cómo puedes estar con él.

Phillips no estaba desconcertado en lo absoluto, el ya sabia y conocía cada uno de los miembros de esta familia, Tawan le había hablado tanto de ellos, que llegó a sentir celos.

—Vamos a la oficina —dijo Kinn, tomando la mano de Porsche mientras caminaban. Tawan observó desde atrás y solo pudo reír en silencio. Al ingresar Kinn tomó el whiskey y sirvió para todos.

—No, gracias. He dejado la bebida —dijo Tawan agitando su mano. Porsche tomó de un solo trago, se sentía incómodo, tenía muchas cosas que decir. Kinn lo sabía.

—Ustedes necesitan hablar, saldré un momento...

—No es necesario, Kinn. Puedes...

—Lo es, Tawan. Hablen a gusto.

Dicho esto, Kinn salió de la oficina, muy a su pesar, porque en el fondo quería quedarse allí, quería seguir marcando su territorio, quería seguir demostrando que había elegido a Porsche, pero ¿para qué? ¿a quién debía demostrarle eso? ¿Tawan?

En la oficina, ambas figuras están sentadas una al lado de la otra, ambos guardaban silencio, ninguno emitía siquiera un sonido. Sin embargo, Tawan tomó la delantera.

—Sabes, yo solía tenerte envidia. Te envidiaba porque tenías lo que yo deseaba tener en ese momento. Te envidiaba porque eras tú, simplemente. Mi ira empezó ese día en el restaurante donde fuimos a hablar, ¿lo recuerdas? —dijo la última oración entre risas.

—Lo hago.

—Desde ese día hice muchas cosas malas. No me arrepentía en ese momento, incluso cuando me fui de aquí, mi rabia seguía ahí. Sin embargo, conocí a Phillips, él me hizo querer cambiar, casi lo pierdo. Pensé mucho en ti, podía ponerme en tus zapatos y entendí todo lo que hice.

—¿Por qué dices que lo ibas a perder? ¿alguien más hizo algo? —Porsche no dudó en preguntar, podía ver el brillo en los ojos de Tawan al hablar de Phillips, era evidente que estaba enamorado. Un suspiro de alivio se dejó escapar.

—¡Oh! No, pero cuando se enteró de todo, rompimos. Fueron días difíciles...

—Tawan, ¿lo amas?

—¿A Kinn? No.

—A Phillips.

—Con todo mi corazón, Porsche.

—Yo aún seguía enojado contigo. Cuando recibí tu mensaje enfurecí. Casi peleo con Kinn. Le escribí a mi hermano y me dijo que deseaba igual hablarte, ¿quieres decírselo tú mismo?

—¿Me dejas?

Porsche tomó su teléfono y marcó al bar, era temprano, su hermano debía estar abriendo.

—Chay, Tawan está aquí, quiere hablar contigo.

Las manos de Chay comenzaron a sudar, los recuerdos de ese día vuelven a su mente, pero también los recuerdos de la persona que golpeó a todos por él, Kim.

—Chay, sé que lo que menos quieres es hablar conmigo. No te culpo...

—Khun Tawan, está bien, ha pasado mucho tiempo —interrumpió Chay.

—Lo siento, Chay. De veras, lo siento.

Chay no respondió. Estaba sorprendido. Sabía que esta conversación pasaría en algún momento, pero las sinceras palabras de Tawan le hicieron liberar todo ese peso que pensó que había liberado.

—Gracias.

Fueron las palabras de Chay, su voz fue sutil y cómoda. Porsche habló con su hermano, se despidió y colgó.

Ambos se miraron a los ojos sin decir nada, no había rencores, no había venganzas, ambos habían pasado por el sufrimiento, ahora son personas que han pasado por las mismas cosas.

—Porsche, no quiero que seamos amigos, pero... —su intento fue cortando por la otra parte. Ambos se unieron en un abrazo con las lágrimas de Tawan saliendo sin control de sus ojos.

—Sin rencores —dijo Porsche.

—Sin rencores.

En ese momento, las puertas de la oficina se abrieron. Khum y Phillips ingresaban. Un fuerte grito interrumpió por toda la casa, "Khum", fue el pensamiento de todos.

—¡Tawan! ¡Suelta a mi cuñada! —sus pies aceleraron el paso hasta llegar donde Porsche y Tawan, ambos reían—. ¿Ves, Phillips? ¡Te lo dije!

—¡Hey, Khum! No pasa nada —dijo Porsche.

—¡Hey, Porsche! ¡No lo defiendas! ¿Te intimidó? ¿Qué te dijo?

—¡Khum! —fue Kinn. La gruesa voz de su hermano hizo que Khum lo mirara furioso.

—Este, estaba abrazando a tu esposa, lo intimidó... —Khum seguía gritando mientras Pol y Arm lo sacaban de la oficina. Kinn notó la risa y las miradas entre Porsche y Tawan, supo de inmediato que ambos habían limado sus problemas. Volteó a ver a Phillips que igual reía viendo a Tawan con un brillo particular en sus ojos. Su corazón suspiró aliviado, pudo verse reflejado en los ojos de Phillips, sabía cuál era ese sentimiento.

—Me iré primero, debemos abordar un avión —dijo Tawan. Porsche sonrió.

—Les deseo lo mejor a los dos. Cuando vuelvas a Tailandia podemos vernos y hablar —dijo Porsche. Los ojos de Kinn se abrieron, sorprendido de las palabras de su esposo. Si lo escuchara de alguien más, no lo creería.

—Kinn, gracias por permitirme venir.

Kinn asintió en respuesta. Phillips y Tawan salieron de la oficina y tomaron su coche que lo esperaba abajo. Phillips era una persona de negocios en Inglaterra, por lo que podía permitirse tener chofer a su servicio. Kinn y Porsche, uno junto al otro en la entrada de la casa, despedían a los visitantes.

—Creo que ya se cerraron todos nuestros problemas del pasado, no hay nada más —dijo Porsche, empinando sus pies para besar los labios de Kinn. Kinn sonrió, aún se estremece con las caricias de su esposo.

***

<Brrr brrr>

Hello —dijo Sky sin obtener respuestas. Al escuchar su teléfono vibrar, su sueño fue interrumpido. Se apresuró a responder pensando que la llamada era de Phai.

—¿Cómo estás, Sky? ¿No me reconoces?

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