CAPITULO 7
La repentina llegada de una inesperada figura a la habitación del hospital, hace que toda atmosfera de alguna posible reconciliación entre ambas partes sea abruptamente interrumpida. Para Sky, ha sido todo lo contrario, con la llegada de Venice, pudo zafar de su vergonzosa cara, en cambio, Phai dejaba ver un rostro furioso. Venice, por su parte, sabe que ha llegado en un mal momento, pero a él no le importa en lo más mínimo. Ver el rostro enojado de su primo, le generaba cierto grado de placer.
—Si he llegado en mal momento, puedo regresar después —dijo Venice con un poco de sarcasmo en sus palabras.
—P'Venice, no hace falta, nong Sky ya se iba —dijo Sky, levantando sus manos a modo de respeto para Venice—. Me iré primero.
—Hmm —dijo Venice sonriendo—. Si quieres, nong Sky puede esperarme y te enviaré a casa.
Los puños de Phai fueron fuertemente apretados, haciendo brotar todas las venas de sus brazos. "¿Por qué me molesta que hable con él?", pensó Phai al escuchar la oferta de su primo para llevar a Sky.
—Él vino en su propio coche —dijo apresuradamente Phai, evitando que Sky pudiera dar una respuesta—. Además, viniste a verme, ¿no?
Venice asintió sonriendo, antes de caminar hasta el gran sofá dentro de la habitación para sentarse y fijar su mirada en Sky que aún estaba parado junto al pie de la cama de Phai.
—Me iré primero... Phai —murmuró Sky. Phai asintió antes de girarse a ver a su primo, que seguía viendo la figura de Sky.
—¡Hey! ¡Idiota! —gritó Phai, haciendo que su primo se girara a verlo.
—Nong Sky es tan lindo —dijo Venice, a sabiendas de lo que pasa entre ellos dos. Aunque no tienen una relación sentimental, todos están enterado de las constantes peleas de ambos, por consiguiente, todos asumen que se trata de peleas de parejas. Sin embargo, Venice, sabe que ambos ni siquiera son amigos, por lo que todos sus esfuerzos en hacer enojar a su primo son exitosos.
—¡Bastardo! —volvió a gritarle su primo a Venice—. No te atrevas a tocarlo.
—¡Oh! ¡Idiota! ¿Cómo podría? —dijo Venice riendo—. En la mente de nong Sky solo existe una persona.
Las palabras de Venice, hacen que Phai quedara pensando en quien era esa persona de la que hablaba, aunque no se atrevió a preguntar.
—¿A que viniste? —preguntó Phai cambiando el tema.
—Oh, Phrakin me ha escrito para que vaya a una carrera esta semana, venía a pedir la moto de mi amado primo —dijo Venice, en un tono suplicante.
—¡Bastardo! Solo así vienes a verme —dijo Phai sin tomárselo en serio.
—Sabes que no me gustan los hospitales. Además, ya estás mejor, ¿no es así? —preguntó Venice, aunque en sus adentros no estaba preocupado por la salud de su primo.
De repente, la conversación fue interrumpida por el sonido de un teléfono que había sido puesto a recargar dentro de la habitación, el teléfono de Sky. Los pies de Venice se apresuraron a sostener el teléfono y ver le número que marcaba.
—Número desconocido —dijo, devolviendo el teléfono a su lugar anterior. La delgada figura de Sky volvió a ingresar a la habitación de Phai en busca de su teléfono, haciendo que fuera imposible rechazar la oferta de Venice de llevarlo a casa. Phai solo pudo quedar en silencio, tomó un hondo suspiro y trató de dormir.
De regreso a la casa de la segunda familia, Vegas, cargado de papeles en la enorme oficina, hablaba por teléfono con uno de sus clientes. Tan pronto como vio la figura de su esposo llegar, se apresuró a cortar la llamada y reunirse con su amante.
—Pete, ¿cómo estás? —preguntó Vegas al ver el rostro de su amante.
—Necesito dormir —murmuró Pete enterrando su cabeza en el cuello de su esposo.
—Ven, subamos —dijo Vegas, tomando el cuerpo de su esposo para conducirlo al segundo nivel de la mansión.
La fuerte figura de Pete cayó sobre la cama sin fuerzas, por tanto, su esposo tuvo que desvestirlo.
—Eres travieso Pete, ¿sabías? —dijo Vegas dejando escapar una sonrisa.
Los labios de Vegas recorrieron todo el cuello de Pete, haciendo que vagos gemidos escapen de su boca. Sus besos, que ahora se extienden más allá del cuello, llegan hasta el abdomen de su amante, mientras sus manos desabrochaban el pantalón que separaba el miembro de su esposo de él.
—Hmm, Vegas, ¿qué haces? —dijo Pete en un tono muy bajo.
—Shhh, don't worry —susurró Vegas al oído de Pete—. I'm not gonna hurt you.
Los labios de Vegas se posaron sobra la cabeza del miembro de Pete, haciendo que este último temblara debía a la excitación que provocaba la lengua de su esposo.
De repente, Pete, tomó el cinturón de su pantalón y se lo extendió frente a Vegas, sin decir una palabra, solo con mirarse, ambas partes sabían los que deseaba el otro. Vegas ató las muñecas de Pete a la cama, antes de volverse besar todo el cuerpo de su esposo.
Las piernas de Pete rodeaban la cintura de Vegas, mientras sus labios estaban unidos en un apasionado beso.
—No puedo soportarlo más, Pete —susurró Vegas en modo suplicante. Su pene estaba tan expandido que dolía, quería ya poder entrar en su amante.
Sin preparación, ni aplicar gel, Vegas introdujo su miembro en el canal de Pete, haciendo que su amante gimiera de dolor, pero un dolor que eventualmente se vuelve placentero.
—¡Ahh! ¡Vegas! —gimió Pete casi sin fuerzas. Sus piernas temblaban con cada golpe que le daba Vegas.
La cara de Vegas dejaba ver una sonrisa, todo su rostro se iluminaba cada vez que tomaba a Pete de esta manera. Una y otra vez resonaba el golpeteo de ambos cuerpos dentro de aquella habitación, hasta que ambos quedaron exhaustos.
Antes, en el auto de Venice, la figura de Sky, quien había ocupado el asiento delantero cuando Pete había bajado en casa, se encontraba en silencio con la mirada fija hacia su ventana.
<Bzzz bzzz>
La vibración de su teléfono móvil hizo que la persona que se encontraba perdida en sus pensamientos, se estremeciera.
—¿No va a contestar, nong Sky? —preguntó Venice.
—Número equivocado —respondió Sky. Sin embargo, la persona que había llamado, estaba perfectamente registrado en su lista de contactos.
"¿Por qué llamas ahora, Phai?", murmuró para sí mismo Sky. Aunque quería contentar el teléfono en aquel momento, prefirió no hacerlo, aún persistía su rostro avergonzado por las palabras de Phai, antes de que llegara Venice.
—Nong Sky, ¿quieres que te lleve a algún lugar? —dijo Venice, rompiendo el silencio dentro del auto.
—No, P'Venice —respondió—. Khun Venice es muy amable por ofrecerme a traerme.
—No es nada, cuando nong Sky quiera ir a algún lado, puede decírmelo. Te llevaré —respondió Venice. Ambas figuras se sonrieron y permanecieron en silencia hasta que el gran auto de Venice, aparcó frente a la residencia de Sky.
—Gracias por traer a nong Sky, Khun Venice —dijo, saliendo lo más rápido posible del auto. Sus padres, levantaron sus manos en respuesta a Venice, quien había levantado las manos para presentar sus respetos.
***
Dos cuerpos yacen sobre una cama, desbordando toda la pasión acumulada. Phayoo, luego de salir de la casa de la primera familia, condujo hasta la universidad de su nong para recogerlo.
—¿Por qué llegaste tan temprano? —preguntó Rain al acercarse a Phayoo con ambos brazos llenos de planos por corregir.
—Salí más temprano de la oficina, tenía unas cosas que hacer por aquí —decía— después de terminar, decidí venir a recogerte. Fue cuando te llamé.
Rain miró a Phayoo con ojos dudosos, aunque con una sonrisa, antes de asentir.
—¡Muero de hambre! —dijo Rain, colocando todos los planos en el asiento trasero del auto.
—Vayamos a comer, luego vayamos a mi casa —dijo Phayoo, acomodándose en el asiento del conductor. Rain volteó a verlo.
—¿¡Eh!? —exclamó Rain.
—Vi que tienes muchos planos por revisar. Te ayudaré —respondió Phayoo, volviendo su vista al frente para conducir.
—Estoy jodidamente cansado, demasiadas tareas —se quejó Rain—. Este último año es complicado.
Al llegar a su residencia, Phayoo ayudó a Rain a llevar todos sus planos a su habitación, donde pasaron largo rato entre planos y apuntes luego de comer. El tiempo se había olvidado dentro de la habitación. Rain comunicó a sus padres que se quedaría en casa de un amigo para hacer sus pendientes, por tanto, no fue preocupación para sus padres que se quedara fuera esa noche.
Después de cenar, ambas figuras revisaban uno de los planes dispuesto sobre el escritorio, haciendo que sus manos comúnmente se encuentren, así también como sus miradas, sin expresar palabras.
—Creo que iré al baño —dijo Rain, para ocultar su vergonzoso rostro.
—Rain —dijo Phayoo, haciendo que la figura se detuviera—. ¿Te acuerdas de la fiesta del cumpleaños de Phrakin?
—Hmm —respondió—. La fiesta de disfraces, ¿no?
—Sí.
—¿Por qué preguntas? ¿Estuviste ahí?
Las preguntas hicieron girar el cuerpo de Rain quien ahora se encontraba frente a frente a Phayoo. Una extraña sensación estremeció el cuerpo de Rain, recuerdos de esa noche vuelven a su mente.
—¿Recuerdas lo que hiciste esa noche?
—¿Qué mierda es todo esto, Phayoo? —preguntó enojado Rain—. Creo que mejor me voy a casa.
—¡Fui yo! —dijo Phayoo—. Te acostaste conmigo, ¿no me recuerdas?
—¿De qué diablos hablas?
—Esa noche, te acercaste a mí, me dijiste que habías ido con un amigo y te había dejado solo, los dos estábamos borracho —explicaba Phayoo—, luego me besaste y nos fuimos y terminamos en mi cama.
—Yo... debería... irme —volvió a decir Rain, pero esta vez ni siquiera movió su cuerpo porque Phayoo se había acercado a él, sosteniendo su cuerpo por su cintura y posteriormente besarlo.
—Desde esa noche, no has salido de mi cabeza, ¿sabías? —susurró mientras besaba el cuello de Rain—. El día que te vi en casa de mis tíos, me puse tan nervioso que quería salir de allí para que no lo notaran.
—¿Por eso fingiste que tenías que irte?
—Sí, de haberme quedado, te habría besado delante de todos —respondió Phayoo.
Sus manos deslizaron la camisa de Rain que ahora estaba desbrochada y sus dedos empezaban a jugar con sus tetillas color carmesí. Su cuerpo no era tan musculoso como el de su amante Phayoo, pero dejaba notar sus músculos bien definidos.
El sonido de los besos se esparcía por toda la habitación. Los constantes jadeos por igual, se escuchaban aun fuera de ella. Ambos cuerpos desnudos se encontraban sobre la cama. Phayoo, acostado sobre su espalda totalmente desnudo, sostenía a Rain, quien se encontraba ahorcajadas sobre su miembro, jadeando con cada embestida que le daban.
—¡Estás más apretado, Rain!
—Tu miembro debió haber crecido, sigo igual —respondió, mientras balanceaba su cuerpo de arriba abajo sobre Phayoo.
—¡Ahhh! —gimió Rain, cuando Phayoo insertó su pene tan profundo como pudo en el ano de Rain.
—No puedo soportarlo más, Rain.
—¡Hazlo!
Rain, apoyó su cuerpo con sus rodillas y codos sobre la cama, dejando elevado su canal para una mejor vista a Phayoo, quien se encontraba apoyado en sus rodillas detrás de él.
—¡Agghh! —se escuchó gemir a Phayoo cuando su pene ingresó sin dificultad en el apretado agujero de Rain.
—Ahhhh —gimió Rain.
Con cada movimiento Phayoo ingresaba aún más profundo en Rain, haciendo que las piernas de su amante temblaran y cayera sobre la cama una vez todo su semen fue depositado dentro del canal de Rain.
—Deseaba tanto hacer esto —susurró Phayoo.
—Entonces hagámoslo otra vez, aun no recuerdo del todo esa noche.
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