CAPÍTULO 14
La copiosa lluvia que cubre todo Bangkok, acompañada con estruendosos truenos y relámpagos, hacen que Porsche, aun con su edad, continúe teniendo miedo para dormir en días así. Sin embargo, sus pensamientos fueron dispersados con el sonido de su celular. Un número desconocido.
—Hola.
—Hola, Porsche... no digas mi nombre —se apresuró a decir la persona que llama desde el extranjero—. Tengo información de algo muy malo. Se trata de Venice, vigílalo. Por ahora no puedo darte muchos detalles, estoy volando a Tailandia en unas horas.
—¿De qué se trata todo esto? —preguntó Porsche aun desconcertado.
—Prometo que te contaré todo al llegar a Tailandia. Por ahora, solo vigílalo. Es peligroso, Porsche.
—¿Por qué lo haces?
—Tengo mucho que agradecerle a la familia Therapanyakul.
Luego de esto, la llamada se colgó. Porsche quedó en silencio. La imagen de Venice anunciando el noviazgo con Rain hizo aparición en sus recuerdos, pero inmediatamente intentó olvidarlo. No quería pensar en algo como eso. No quiero pensar que su sobrina estuviera reviviendo un pasado en su familia, un pasado con final feliz, pero que no deja de ser doloroso para todos.
***
Al amanecer, todos duermen en la mansión de la primera familia, muchos invitados se han quedado a dormir después de la ceremonia de anoche. Sky fue una excepción, pidió ir a casa con sus padres, quería tener esta noche con ellos, Phai no se negó, siquiera mostró disgusto.
Sky condujo su auto hasta la mansión, al llegar, los sirvientes lo reciben como un miembro más. Sin embargo, su cuento de hadas estaba a pocos pasos de acabar.
—Phai, buenos días... —su corazón se arrugó. Una figura masculina se encontraba sobre la cama con Phai, sosteniéndolo por sus brazos, al parecer, todo indica que había pasado la noche aquí, ambos cuerpos están desnudos.
—Oh, Sky... —dijo el intruso.
—¿Sky? ¡Sky! —gritó Phai al despertar—. ¿Qué diablos haces aquí?
—Vee vino porque Phai lo invitó anoche. ¿Phai lo olvidó?
—No puedo soportar esto —dicho esto, Sky salió de la habitación. Phai solo pudo enrollar las sabanas sobre su cuerpo y correr tras él. Muchas personas ya están despertando debido a las voces en los pasillos, muchos ya se estaban enterando de lo que acababa de pasar.
—¡Sky, detente! —gritó Phai enojado. Sky detuvo sus pies a la entrada de la casa.
—Nunca cambiarás, ¿verdad?
—¿Confías en mí?
Si le preguntaran a Sky ayer diría que sí, hoy no.
—No.
—Sky —Phai intento acercase, Sky retrocedió. No quería ser tocado por Phai. En su intento de detenerlo, Sky vio el anillo en su dedo, el anillo que llevaba menos de doce horas de ser colocado y que ahora, retiró.
—Entrégaselo a él, al final siempre lo elegirás a él.
Al decir esto, el anillo fue lanzado a la cara de Phai. Los pies de Sky lo llevaron a salir de la mansión, había olvidado rotundamente que había venido en su propio auto. Pero las desgracias están lejos de acabar. Sky fue golpeado por un auto que cruzaba a alta velocidad. El cuerpo de Sky fue arrojado al costado de la carretera.
El cuerpo de Phai quedó inmóvil. De inmediato los empleados llamaron una ambulancia, todos se apresuraron a brindarle ayuda a Sky que yacía el suelo de la calle. Un destello cruzó por la mente de Phai, soltó las manos que lo sostenían y corrió a su propia habitación.
—Oh, Pi Phai... yo...
El primer golpe rompió la nariz de Vee. Phai sostuvo su cuello y lo tiró al suelo. Fuertes puños golpean su rostro una y otra vez. Sus pies entraban en juego, pateando el cuerpo de la persona que agoniza en el suelo. Sin pensarlo, su ira se acumuló, sus manos dolían, sostuvo la silla de madera que acompaña su pequeño escritorio y golpeó el cuerpo moribundo en el suelo.
El fuerte sonido hizo que muchos ingresaran al dormitorio y vieran a Phai golpear una y otra vez el cuerpo de Vee.
—¡Phai! ¡Detente! —gritó su padre Kinn.
—Es mejor que te mueras primero. Si le pasa algo a Sky, te mataré yo mismo —gritó Phai mientras su padre lo sostiene.
—Phai, escúchame —dijo Porsche tratando de calmar a su hijo—. Ya se llevaron a Sky al hospital, ya he hablado con los padres de Sky y ellos saben toda la verdad. Están esperándote en el hospital, ese es tu lugar. Tu padre Porsche se encargará de él.
Phai se abalanzó a los brazos de su padre. Sollozaba incontrolablemente. Todo su cuerpo temblaba. Ni siquiera notaba que estaba desnudo y solo la fina sabana cubría su parte inferior.
Pete, que se encontraba en la casa, se ofreció en llevar a su sobrino al hospital. Porsche sostuvo el cuerpo ensangrentado de Vee por el cuello de la camisa que llevaba y lo dejo caer al suelo nueva vez con una cara de desprecio.
—Será mejor que reces porque no le pasa nada a Sky, porque seré yo quien acabe con tu miserable vida.
Recibir una amenaza de un mafioso de los Therapanyakul no era broma. Pero Vee contaba con un aliado, contaba con la ayuda de Venice. Autor intelectual de todo.
Al llegar al hospital, Phai llegó a la sala donde atienden a Sky. Los padres de Sky abrazaron al abatido Phai. Ellos sabían la verdad, sabían cómo habían pasado las cosas.
—Tranquilo, hijo. Se pondrá bien —dijo Fiat. Leo aún tenía su cara preocupada, desde que ingresaron con Sky, no ha salido nadie a informales.
—Familiares de Sky.
—Nosotros.
Todos caminaron hasta el doctor que llegaba.
—El joven Sky sufrió un fuerte golpe en su cerebro tras el choque, por lo que tiene todo su cerebro inflamado. Además de múltiples facturas en su cuerpo. Los ortopedas han trabajado sus fracturas. Sin embargo, debido a la inflamación de su cerebro no vemos en la obligación de inducir el coma al paciente para poder mejorar su pronóstico.
La fuerza de las piernas de Phai se perdieron. Su cuerpo cayó sobre el suelo del pasillo. La noticia del coma de Sky lo hizo perder toda fuerza. Se culpaba a sí mismo. Los padres de Sky sostuvieron a Phai y lo llevaron a ser revisado, los médicos tranquilizaron el atormentado cuerpo y lo hicieron dormir, por ahora descansará, sin embargo, en la mansión, las cosas no mejoran.
Todos echan de menos una persona. Todos se preguntan dónde está Rain. Ayer, después de ser dejado en su casa, su teléfono vibró. Era Phayoo. Era él quien habría seguido el auto de Venice y habría venido a su casa.
—¿Qué deseas?
—Está Rain con Venice, ¿es verdad?
Las palabras de Phayoo se clavaron en el pecho de Rain. No quería ver a Phayoo sufrir, él también sufría al verlo así.
—Um —respondió.
—Rain, Venice no es buena persona...
—¿Y tú sí?
Phayoo fue sorprendido cuando la voz de su hermano provino detrás de él. Venice habría previno que esto pasaría. Desde que salieron de la mansión, supo que Phayoo los seguía.
—No quiero verte cerca de mi novio otra vez, Phayoo —dijo Venice en un tono duro. La piel de Rain se estremeció al ver este lado de Venice.
—Venice...
—Ven —tomó la muñeca de Rain y lo subió a su auto. Sin decir una palabra condujo, tan rápido que asustó a Rain. Ninguno dijo una palabra.
El camino los llevo a una casa fuera de Bangkok. Es un pueblo pequeño, hay pocas casas.
—¿Por qué estamos aquí, Venice?
No hubo respuestas. Venice seguía caminando de aquí allá.
—¡Venice!
—¡Cállate! —un fuerte golpe fue depositado en el rostro de Rain. Perplejo, se disponía a salir de la casa, pero Venice lo detuvo y lo ató a una cama que se encontraba en el sótano.
—Venice, suéltame, ¿qué es esto?
—Solo te di una única regla para hacer esto y no puedes cumplirla. ¡Tanto deseas la verga de un Therapanyakul?
Las palabras de Venice hieren el orgullo de Rain, nunca ha sido así.
—Venice, suéltame y vámonos. No me gusta esto.
—¿No te gusta? Pero si ahora es que esto empieza, querido.
La ropa de Rain fue rasgada de su cuerpo. Con ambos brazos y piernas atadas, era poco lo que podía hacer para defenderse. La gruesa verga de Venice roza abruptamente por el rostro de Rain. Las lágrimas cubren su rostro asustado gritando por auxilio.
—¡Ahhhgggggg! Ja, ja, ja, ja, —gritó y luego rio Venice—. Puedes gritar todo lo que quieras, nadie te escuchará. Esta noche tendrás un verdadero Therapanyakul dentro de ti.
Una fuerte mano golpeó el trasero de Rain quien se estremeció de terror. El dolor recorrió todo su cuerpo cuando la verga de Venice fue introducida descuidadamente dentro de él.
—¡Agghh! —gimió Venice—. Por eso te busca mucho mi hermano.
—Suéltame, Venice, suéltame.
—¡Deja de luchar! —dijo halando el cabello de Rain y golpeando sus caderas más fuertes.
—Estás muy apretado, nong Rain.
Los gemidos de placer de Venice, mezclados con los desgarradores gritos de terror de Rain, eran la más imperfecta melodía de la noche.
Su cuerpo golpeaba una y otra vez contra Rain. La fuerza ejercida sobre las muñecas de Rain por las cadenas, marcaban toda su piel haciéndole sangrar.
En un intento por soportar, el cuerpo de Rain se tensó apretando la verga de Venice dentro de él, provocándole placer inconscientemente.
—¿Ves? Te gusta —dijo—, prefieres hacerlo conmigo que, con mi hermano, ¿verdad? ¿quién lo hace mejor?
—Estúpido, déjame ir —gritaba Rain. Su cuerpo exhausto cayó sobre la cama, mientras Venice saciaba una y otra vez sus oscuros deseos con el cuerpo de Rain.
El teléfono de Porsche sonó. Un numero loca esta vez se comunicaba con él, pero era la misma voz que había llamado el día de ayer.
—Estoy en Bangkok. veámonos.
—¿No puedes venir a la misión?
—Es mejor que no, se daría cuenta —dijo la otra persona—, nos vemos en el restaurante de aquella vez, ¿te acuerdas?
—Sí.
—Te espero.
La otra persona colgó. Porsche aún está perplejo ante todo esto. Pero una llamada de Phai del hospital le hizo dudar. Rain no ha llegado al hospital. Porsche no quiere repetir el error de hace veinte años. No quiere que nadie más sufra por sus culpas al no hacer nada.
Al llegar al restaurante, la persona que viene del extranjero está allí sentada tomando un café.
—Porsche, viniste.
—Debo saber de qué se trata todo esto, Tawan.
La persona al otro lado del teléfono era él. Era Tawan.
—Tengo pistas de lo que está haciendo Venice. Esta investigación lleva a culpar a Venice del accidente de Phai donde sus frenos fallaron.
Tawan entregó un sobre con unas fotos y documentos que Porsche leyó. Atónito, puso los documentos sobre la mesa.
—¿Cuál es el plan?
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