CAPITULO 11
—Hmm —respondió.
El corazón de Rain dio un grito de dolor en su interior. Sus ojos evitaban encontrar los de Phayoo. Se quedó en cama hasta que Phayoo ingresó al baño, fue entonces que se apresuró a vestirse. Aun chorreaba de su ano el semen que había sido depositado en él, hace unos momentos. Sin embargo, el dolor que embargaba su ser tomó control de sus decisiones.
Por su parte, Phayoo, aun en la ducha, pensaba en cada una de las palabras. Golpeaba una y otra vez la pared, se maldecía a sí mismo por haber dicho eso. Dejó que el agua fluyera por su rostro hasta que salió, pero para su sorpresa, Rain no estaba.
—Rain, ¿adónde fuiste? —preguntó, creyendo que se encontraba dentro de la habitación.
<toc toc>
—Adelante.
—¿Por qué salió n'Rain de esa manera de casa, Phayoo? —preguntó Pete.
—¿Salió? ¡¿Eh?!
—Espera...
Aun con su bata de baño, corrió escaleras abajo tratando, en un desesperado momento, alcanzarlo. Imposible, Rain ya no se encontraba por allí. Al menos para sus ojos, porque sí seguía allí.
Mientras esperaba un taxi, se escuchaban los gritos de Phayoo nombrarlo. Fue entonces que corrió a un parque infantil para escabullirse entre los padres y familiares de los niños. Con su aspecto devastado, todos posaban sus miradas sobre Rain.
"¿Qué habrá pasado", "¿tendrá familia?", "parece ser rico", los murmullos no pararon.
—¡Rain!
Una voz conocida detuvo su acelerado corazón y corrió hacia él.
—Venice, sácame de aquí. Llévame a casa —gritaba Rain. Toda su frustración fue sacada de golpe. Sus ojos ya no pudieron aguantar más, se desbordaron.
—Está bien... primero avisemos a Phayoo.
—¡No! ¡No, Venice, por favor! —su voz temblaba, ¿de miedo? ¿vergüenza? A la vez que su cuerpo también lo hacía.
—Ven aquí, ven —dijo Venice, atrayendo a Rain a sus brazos para consolarlo— No le avisaré, no te preocupes ya.
Rain caminó hacia el auto aun abrazado a Venice, su cuerpo no tenía la fuerza necesaria para algo tan simple como caminar por sí solo. Al ingresar al auto, rain se quedó dormido durando el camino; Venice, por su lado, no quiso despertarlo. Él más que nadie, incluso que sus padres, conoce el temperamento de su hermano, sabe que esta vez fue una discusión muy fuerte para que Rain quedara en este estado.
—Rain, despierta —dijo—. Llegamos.
—Hmm —respondió abriendo lentamente los ojos, la oscuridad ya ha caído sobre Bangkok. Mira su teléfono y descubre las innumerables llamadas de Phayoo, pero sorpresivamente, desde un tiempo han parado.
—¿No me dirá nong Rain lo que ha pasado? —preguntó Venice.
—Es mejor que no, P'Venice —susurró con vergüenza. ¿Cómo le diría que su hermano lo tomó por la fuerza por celos y lo dejó tirado sobre su cama?
—Sin embargo, si nong Rain no me lo cuenta, ¿cómo podré ayudarte en el futuro?
Las palabras de Venice resonaban en la debilitada mente de Rain.
—Es... es... Phayoo...
—¿Celos? —preguntó.
—Sí.
—Sabes, Phayoo nunca ha sido serio con nadie, me sorprendió cuando empezó a andar con nong Rain. En el pasado tuvo muchas aventuras. Pero creo que Phayoo ama a nong Rain, solo que es muy estúpido.
Ambos rieron. Al menos el ánimo de Rain ha cambiado.
—Dale tiempo, conozco a mi hermano y si dijo o hizo algo malo, se disculpará.
<piii piii>
El sonido del auto que se estacionaba detrás hizo que ambos giraran. Venice soltó su cinturón de seguridad y salió del coche. Para su sorpresa, era Phayoo.
—¿Entonces eres tú? —gritó Phayoo.
—¿Soy qué? —dijo Venice sonriendo.
—¡Phayoo, cálmate primero! —dijo Rain.
—Entonces, te estás cogiendo a mi hermano también, Rain, ¿quién sigue? ¿mi padre? ¿Phai?
—¡Bastardo! —Venice se abalanzó sobre su hermano golpeando su rostro—, ¿escuchas tus propias palabras, bastardo?
—¡Basta! ¡basta! ¡basta! —gritó Rain, con cada grito su voz se apagaba, hasta que su cuerpo cayó sobre el pavimento. Venice corrió a socorrer el debilitado cuerpo que yacía sobre el suelo. Phayoo estaba allí, sin saber qué hacer, qué decir, sus manos en su cabeza denotaban lo desesperado que estaba. Tomó las llaves de su coche, empujó a Venice, colocó el cuerpo de Rain es su propio auto y salió de allí. Conducía muy rápido, excediendo los límites de velocidad, pero en su mente solo podía pensar en llevar a Rain a un hospital.
***
—¿Me extrañaste? —preguntó Phai al contestar la llamada de Sky.
—¿Y tú? ¿tanto me extrañaste que contestaste de una vez? —replicó Sky. Ambos rieron. El sol brillaba aun en Londres, Sky se encontraba en su balcón, observando el parque que prometieron visitar juntos.
—Hoy hace menos frío, ¿qué tal el calor en Bangkok? —preguntó Sky.
—No lo sé... digo, el calor no desaparecerá.
—Al menos...
—¿Sky?
—Sí.
—¿Me crees si te digo que te extraño?
Ambos quedaron en silencio, pero un silencio incómodo, fue un silencio donde ambos mostraban una sonrisa sincera.
—Te creo, porque también me siento así.
—Hoy hace buen tiempo como dices, sería una pena si se desperdiciara dentro de una casa, ¿no lo crees?
En su interior, Sky añoraba ver a Phai. Llego a confundir a otros, como ahora, que divisaba esa alta figura en el parque que le ondeaba la mano.
—¿Vas a tardar en bajar? —preguntó Phai.
—¿Phai? ¡Phai! —gritó, corriendo a salir de la casa. Ni siquiera se detuvo a observar para cruzar la calle, corrió hasta él, corrió hasta Phai.
Phai abrazó la delgada figura de Sky sobre su cuerpo, el pequeño había saltado hacia él. Ambos giraban producto de la felicidad. Los transeúntes observaban la romántica escena, nadie dijo nada, todos eran felices de verlos.
—¿Cuándo llegaste? —preguntó Sky con lágrimas en sus ojos.
—Hace unas horas —tomó su pulgar y frotó la cara de Sky para secar las lágrimas—. Ya no llores.
—Phai, ¿estás seguro de esto?
—Ahora estoy más que seguro de esto, Sky —dijo, besando los labios de Sky—. Ven, veamos el parque.
—¿Cómo sigue Rain?
—Ayer fui a verlo al hospital, ha estado mejor. El doctor dijo que puede salir en unos días —ha sido una semana desde el desmayo de Rain. Una semana de muchas noticias y acontecimientos. Phai se pierde en sus pensamientos mientras respondía.
—¿Qué pasó en realidad, Phai?
—Primero debes escuchar todo lo que te diré y luego haces las preguntas.
—Sí —respondió mientras ambos se sentaban en uno de los bancos del parque.
—Cuando Rain fue admitido en el hospital, los doctores revisaron a Rain, tenía muchos días bajo estrés, pero su desmayo no fue por estrés, Rain tiene...
—Phai, por favor, dímelo.
—Rain tiene cáncer de médula ósea.
—Ca... Cáncer... —Sky se paró de aquel banco, su mejor amigo estaba sufriendo en Tailandia y él no sabía. Un sentimiento de culpa le invadió—. ¿Qué dicen los doctores?
—Por ahora él está bien, los médicos están buscando la manera de curarlo...
—¡Vámonos! ¡Vámonos, Phai! —dijo Sky. Tomó la mano de Phai y lo arrastraba a casa de su abuela.
—¿A dónde vamos, Sky?
—A Tailandia.
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No se asusten, un diagnóstico de Cáncer de Médula Ósea en estos tiempos, tiene muchas maneras de curarse o en su defecto, la remisión. Aseguramos que, buscaremos la mejor manera de sobrellevar el diagnóstico.
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