Sam Gus
Su cuerpo en forma y contorno podría confundirse con el de cualquier humano, pero hasta allí llegaba todo. Sam Gus, era de un color blanco que no era más que fibra de carbono y polietileno de alta densidad, mientras que otras partes como su abdomen y las uniones de las extremidades en medio de fuertes y pequeños cableados dejaban ver circuitos digitales, electrónicos y mecánicos hechos de cobre, oro, hierro, silicio y tungsteno. Y aunque tenía un procesador principal en su cabeza hecho principalmente de silicio y Grafeno tenía uno secundario en su pecho. Mientras que procesadores terciarios en cada una de sus extremidades.
Los ojos de Sam Gus eran azules, un azul metálico que brillaba como focos bajo el agua. Algunas luces en su cuerpo tenían el mismo color.
Casi todos los robots digitales tenían la misma apariencia pero él tenía algo que lo diferenciaba del resto. Para Sam Gus era imperceptible que el fuese un robot. Él se veía como un humano. Un pálido hombre con piel suave y extremidades completamente normales.
—¡Neomor! —gritó Party mientras abrían la compuerta de emergencia en el pecho de la armadura gigante y observaban cómo arrojaban la CCT dónde estaban Neomor y Telev bien lejos.
—Murieron —dijo Sam Gus y sabía lo que significaba, era algo triste. Sí, estaba casi seguro que era algo triste. Pero no sentía tristeza ¿Por qué no sentía tristeza? Bueno. Tampoco llevaba tanto tiempo conociendo a Neomor pero él le había enseñado muchísimas cosas en tan solo cinco días. Era su amigo ¿O no?
Party guardó silencio unos segundos y ambos entraron con la CCT a la armadura y la entrada de emergencia se cerró de golpe. Unas alarmas empezaron a avisar sobre la llegada de un intruso.
—Somos el intruso —dijo él.
—Solo cállate Sam —le ordenó Party. Que estaba con la cabeza hacia abajo. Abrió la compuerta de la CCT y bajó de ella. Sam pudo escuchar un suspiro intenso.
—¿Estás triste cierto? —preguntó.
—¿Sam, no te dije que te callaras?
—No me quiero callar. Solo quería decirte que no tenemos tiempo para estar tristes tú lo dijiste debemos cumplir la misión porque somos soldados —explicó Sam, quería sentirse molesto. Sabía qué era estar molesto pero por alguna razón no sintió nada.
—Tienes razón, tenemos que centrarnos, hay una perra que tenemos que matar.
—¿Te refieres a la chica que mató a Kyle correcto?
—Siiiii Sam, sí.
—Yo no conocí a Kyle. Pero Neomor me habló de él. Era buen chico.
—Sí que lo era —asintió Party y empezó a caminar por el pasillo —. ¿Recuerdas bien como te describió Neomor dónde tomaremos el control de la armadura?
—Es curioso que lo preguntes desde que perdí la memoria ahora tengo buena memoria. Es gracioso.
—Guiame hasta allá. Creo que dejaremos la CCT aquí. No creo que quepa por todos los pasillos —Party no parecía suficientemente concentrada pero estaba haciendo un gran esfuerzo.
—Nos dirigimos a la sala de control allá hay dos personas y estoy casi seguro de que son mujeres las dos —explicó Sam Gus —. Son similares en apariencia. Es gracioso, puede que te confundas en matar a tu "perra".
—¿Cómo lo sabes?
—Neomor me lo contó. Y yo las conocí mediante "sueños o recuerdos" es gracioso.
—Para tí todo es gracioso.
—Tengo un buen humor —sonrió Sam Gus y se dio cuenta que al menos sí recordaba como reír y sentir gracia.
Los dos iban armados, pero no tenían prisa. No sabían lo último que Neomor había descubierto.
Neomor había introducido mediante lo que Sam Gus llamaba sueños. Varios vídeos grabados en primera persona de todas sus vivencias en la realidad virtual. Entonces Sam Gus en cierto modo ya conocía a las Gemelas y además que también tenía experiencia con el control de armas. Cuando estaban en la CCT Party consideraba que hacía un buen trabajo cubriéndola con disparos.
Las luces se apagaron y las alarmas dejaron de sonar, de repente todo se tornó rojo.
—La armadura se detendrá ya que un protocolo de emergencia ha sido activado —dijo una voz digital que provenía de los altavoces.
—Hola hola, sé que son unos completos desconocidos. Al menos yo no los recuerdo —dijo Juliet, su voz chillona retumbó en las paredes, los altavoces esta vez se escucharon más fuertes —. Pero debo decirles que necesito que salgan de la armadura o sino tendré que matarlos a la chica de piel verde y a la ojalata traicionera que lo acompaña.
—¡Pudrete! —gritó Party y siguieron avanzando.
—¡Como quieran! —soltó entre risas.
—Me dijo ojalata traicionera. ¿Por qué? Yo solo la conozco en sueños y recuerdos —preguntó Sam Gus.
—No le hagas caso, está loca. Y ya vamos a matarla.
Unos destellos seguidos del estruendo de disparos se escucharon. Party se cubrió detrás de una de las paredes y Sam Gus la imitó.
—¿Son ellas? —preguntó Party.
—Parece más bien un sistema de defensa de la armadura.
Los disparos eran más y más frecuente y no daban chance de apertura para que ellos pudieran arremeter.
—¡¿Neomor no te habló sobre esto?! —Party estaba gritando el sonido estruendoso que hacían los disparos no dejaban escuchar muy bien.
Sam Gus miró a su alrededor. Cerró los ojos y cómo sí diera un salto en el tiempo estaba en el camión. Allí estaba Neomor.
—Sé que te crees un humano y no te lo cuestiono... En Moat todo el mundo era lo que quería cuando quería y cómo quería y eso estaba bien y sí tú quieres ser un humano pues yo no soy nadie para decirte que no. ¿Entiendes? —Neomor estaba vivo de nuevo. Pensó Sam Gus, pero no era así. Era un recuerdo.
Sam Gus asintió.
—Aunque seas una persona no eres común, eres especial. Tú puedes recordar lo que sea y lo sentirás como sí lo estuvieras viviendo nuevamente. Esto lo puedes usar para recordar lo que tú quieras, y por eso quiero que aprendas estos días muchas cosas que me tomó años aprender —dijo Neomor entusiasmado, lucía cansado y bastante preocupado pero solo hasta ahora Sam Gus se daba cuenta.
De pronto abrió los ojos y nuevamente regresó al presente.
—¿Te dijo algo? —volvió a preguntar Party se pasaba la mano por la cara y respiraba agitada.
Sam Gus se levantó y activó el reloj inteligente que le había dado Neomor un escudo emergió y empezó a detener cada una de los disparos cómo sí nada.
Party aprovechó el momento para visualizar dónde estaban los disparadores y los destruyó con varios tiros certeros. Siguieron avanzando con la misma dinámica hasta que llegaron a la entrada de la sala de control, dónde estaban las gemelas.
La entrada tenía un campo de fuerza que lucía impenetrable hecho de una forma parecida al escudo del reloj.
—¡Atrás! —gritó Party y Sam Gus retrocedió. Ella prácticamente gastó toda su munición disparando a la entrada pero está no cedió.
—Conozco otra forma de entrar, Neomor me enseñó —dijo Sam Gus.
—Vamos muéstrame có.. —soltó Party ansiosa casi brincaba de la adrenalina.
—Llegaron hasta aquí y son invitados ya los hago pasar —interrumpió Juliet sonriendo y lse abrió.
—Puede ser una trampa dijo él. Pero Party respiró profundo entró dando un giro en el suelo apuntando en todas las direcciones. Sin observar mucho. Pero casi enseguida tres disparos arremetieron sobre la arma que ella tenía sacandola de sus manos, seguido de esto le lanzaron un paralizador que la aturdió.
Sam Gus entró también pero las dos Gemelas Juliet e Isabel apuntaban a Party.
—Hola ojalata ¿cómo estás? Meeee entieeendes cussando teeeee haaaablo —se burló Juliet.
—¡No me trates como estúpido! —gritó Sam Gus.
—Vamos chico, solo deja de apuntarnos, ves a mi hermana y a mí apuntandolos a ustedes. Pero la realidad es que toda esta sala está llena de armas apuntandolos y no creo que te dé tiempo de salvar a tu amiga verde. Así que tu mayor posibilidad es que sueltes el arma y aceptes un trato.
—No la sueltes —dijo Party con un poco de fuerza. Sam Gus intentó acercarse a ella. Pero en cuánto lo hizo Isabel la segunda gemela le dió un disparo en el hombro. Party gimió de dolor y se puso de rodillas en el piso.
—¡Déjala! No me moveré más —dijo.
—Eres listo... Me sorprende lo que hicieron contigo. Guau, ¿eres bueno peleando? —preguntó Juliet mientras se acercaba sin dejar de apuntar, Sam Gus apuntaba a una gemela y luego a la otra intentando analizar todas las posibilidades pero en ninguna Party sobrevivía.
—¡Neomor me entrenó!
—Él era muy bueno peleando. Yo quería que fuese él, el que llegara hasta aquí pero por accidente lo matamos, ya sabes "accidente" y ahora llegó una simple ojalata.
—¡Estás loca! Y Party dice que eres una perra. Así que no me digas ojalata —reclamó, Sam Gus pero empezó a temblar no entendía el porqué pero tenía una nueva sensación, él sabía lo que era pero no recordaba haberla sentido. Era miedo.
—Sabes la única razón por la que llegaron tan lejos es porque no usamos nada con pulsos eletromagneticos. Porque sí lo fuésemos usado entonces sus armaduras CCT o como se llamen fuesen sido desactivadas. Pero el general prohibió usarlas para que no afectaran nuestra armadura gigante ni mucho menos ese portal que está allá esperándonos. Además pudimos matarlos cuando iban escalando los pies, peeeeero yo quería diversión. Así que deja de temblar y ven a pelear conmigo.
—Sí suelto el arma nos matarás —dijo y no pudo evitar parpadear con angustia.
—Ella ya dijo que no —habló Isabel que estaba en el rincón bastante callada sin dejar de apuntar. Party estaba callada sangrando.
Sam Gus cerró los ojos por un instante y pudo recordar y revivir absolutamente todo lo que Neomor le había enseñado sobre los combates. Justo en ese momento dejó de temblar y soltó el arma.
—Te digo algo. He destruido unos doscientos robots como tú —la cara de la rubia delgada era siniestra —. Hagamoslo simple, sí te gano los arrojo por la cubierta. Y sí tú me ganas a mí y después a mí hermana entonces te cederé la armadura gigante, ves... así de simple.
Isabel procedió a abrir la cubierta que era la que le permitía observar hacia fuera eran como el visor de la armadura. También recogió las armas de ambos y la de Party y las puso lejos de su alcance. En su lugar les arrojó dos espadas a cada uno. Party se quedó viéndolas y eran similar a la espada de plasma que tenía el general Arthur con su armadura pero a diferencia estas no solo eran de plasmas la mitad de la hoja vertical estaba hecha de un acero alterado.
—Es como aquella vez, que la voz dijo «¡Activando prueba física!» —sonrió Sam Gus. Juliet miró a su hermana gemela Isabel algo extrañada
—Vamos a ver cuánto te dura la gracia ojalata —Ambos agitaron sus espadas en guardia.
Juliet no dudó en atacar directamente a la cabeza de Sam Gus. Lo hacía como con ira, era bastante obvio que no estaba bien de la cabeza.
Sam Gus sin querer estaba observando fragmentos de una pelea que había tenido Juliet con Neomor en la realidad virtual. Para él todo parecía repetirse.
Detuvo todos los golpes con las espadas podía preveer sus movimientos frenéticos.
—Es gracioso —murmuró. A Juliet esto no parecía gustarle.
Juliet molesta apuntó hacía una de sus manos y cuando Sam Gus intentó detenerla ella cambió su movimiento con forma curva y le cortó un dedo y retrocedió.
—¡Te tengo ojalata! —declaró ella y en ese momento intentó colocar la espada en el cuello de Sam Gus tal cual como había hecho antes con Neomor. Pero él rápidamente la esquivó retrocediendo, la arremetió de frente con una embestida y en el suelo envainó la espada para punzarla pero ella se escabulló rápido y se levantó.
—Te atreviste a tocarme —dijo ella. Sam Gus estaba recogiendo sus dedos cercenados. Neomor había curado sus brazos anteriormente pero él ya no iba a poder hacerlo.
—Presta atención que la próxima vez no serán tus dedos, será tu cabeza —rió Juliet empezó a acercarse en zigzag balanceando la espada de una mano a otra en el aire. Sam Gus ni se movió hasta que la tuvo al frente.
Aunque había dicho que iría por su cabeza esta vez la delgada mujer lo atacó hacia el pecho. Pero para Sam Gus sus movimientos cada vez resultaban más predecibles y retrocedió ligeramente Y lanzó un tajo hacia su cabeza pero ella lo esquivó. Un pedazo de su cabello amarillo quemado por la espada cayó al suelo.
—Entonces sí sabes luchar. No eres como los otros robots inútiles —dijo Juliet.
—¡Hermana, no te confíes hay algo raro con este robot!
—¿A caso me dicen robot porque soy muy tieso al pelear? —se preguntó Sam Gus y esta vez optó por una extraña posición que la había visto en los recuerdos que le había dejado Neomor.
Sus dos piernas abiertas en paralelo con las rodillas flexionadas y con los brazos a la espera.
Juliet empezó a lanzarle tajos de arriba abajo sosteniendo su espada con una sola mano. Y Sam Gus empezó a danzar esquivando todo.
—¿Está imitando a Neomor? —preguntó Isabel desde la distancia.
Mientras Sam Gus retrocedía con su extraño baile y sostenía su espada firmemente se podía escuchar como en ocasiones colisionaba con la espada de Juliet.
Cuando ya estaban lo suficientemente cerca de la cubierta ambos sintieron el abismo de la enorme caída.
Él se dió cuenta que no solo podía imitar a Neomor sino que también podía imitarla a ella. Y casi enseguida tomó la espada con más fuerza y empezó a dar tajos en círculos mientras balanceaba su espada en el aire y la cambiaba de una mano a otra haciéndola retroceder hasta casi caer.
—¡Basta! —gritó Isabel impidiendo que Sam Gus terminara con la vida de su hermana.
—Solo mátala Sam Gus —gritó Party y enseguida Isabel le disparó un paralizador que la tumbó al suelo y esta vez la dejó inconsciente.
—No mates a mi hermana ella ya se rindió. ¿Cierto hermana? —dijo Isabel. Juliet que estaba al borde del precipicio siendo amenazada por una espada no se mostraba muy convencida pero asintió.
—Está bien, entonces ahora me toca derrotarte a ti —dijo Sam Gus e Isabel empezó a salir del precipicio y cuando ya estaba al lado de su hermana.
—Con respecto a eso... A mí no siempre me gustan este tipo de juegos y ahorita no me apetece pelear contigo —dijo Isabel y al instante le dio seis disparos a Sam Gus, el impacto lo arrojó al vacío cayendo para su muerte.
De pronto mientras caía. Su mente viajó a otro recuerdo.
En él estaba Neomor solo entrenando en la realidad virtual ya se había hecho bastante bueno pero aún así no había sido aceptado en el ejército, a pesar de que era mucho mejor que los estaban allí. Sam Gus sintió eso. Estaba frustrado. Había fracasado en su único objetivo en la vida y ahora estaba cayendo... Pero no iba a morir. Cuando el suelo ya estaba cerca, activó el escudo de su reloj inteligente.
Y todo se tornó oscuro unos segundos. El impacto había sido fuerte y aunque el escudo se activó el rebote había destruido parte de sus extremidades mecánicas, aunque para él todo eran fracturas. Empezó a ver borroso porque sus ojos habían sufrido daños.
Pero aún así pudo visualizar como la armadura gigante seguía su camino hacia la fisura que lo transportaría a otro lugar. Quiso levantarse pero aunque no le dolía, sus piernas no respondieron. Observó como la fisura y la armadura desaparecían.
—Party, Neomor y todos... Fracasamos.
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