Neomor
Habían pasado tan solo seis días desde que Neomor había llegado a la gigantesca estatua y había concluido algo. No era solo una estatua.
Estaba obsesionado con ella. Y recordando obsesivamente a detalle la armadura gigantesca descubrió que funcionaba con la misma energía venía de la sangre de la estatua.
Pero la estatua era más bien como una coraza que se formó de un ser que ya casi no tenía su energía vital un ser que utilizó todo su poder, hizo una fusión atómica de él mismo. Y con esto redujo de tamaño una ciudad entera. Pero Neomor sabía de física y sabía que seres tan pequeños no podrían existir tan fácilmente con los mismos principios de gravedad que el mundo de Alhel ofrecía.
Tan el cambiante incluso cambió la física para ellos. Es como sí el país de Moat fuese un nuevo mundo o más bien un microverso que comparte las mismas leyes que el mundo Alhel pero en miniatura.
El insomnio lo tenía ansioso, Neomor no podía quedarse quieto, leía, estudiaba y analizaba repetidamente la estatua.
Con tan solo un poco de sangre de la estatua Neomor fue capaz de dar energía a su reloj para activar su escudo por mucho más tiempo.
También se dió cuenta que la coraza de la estatua era prácticamente indestructible quizás solo el láser más potente podría romperla.
¿Era posible que el mundo ocultara tantos secretos?
—¿Cómo vas? —preguntó Party.
—El escudo del reloj ya está mejorado. Necesitaré ayuda para empezar a fabricar otros, el mayor problema es que no queda tanta energía en la estatua se la llevaron toda —respondió Neomor, pero su mente estaba pensando en otras cosas.
Neomor estaba seguro que el General Arthur ya sabía todo, pero ¿por qué quería empezar una guerra con el resto del mundo? Quizás el sabía algo que ninguno de ellos sabía.
—Tienes que descansar, tienes esa mirada perdida. Te necesitamos activo. Después de todo eres el más listo del grupo —Party también se notaba cansada a pesar de sus mejoras robóticas que le permitían descansar más por dormir menos.
—Está bien.
—Kyle ya nos dió la ubicación de la Armadura de seguro la moverán en algún momento debemos darnos prisa. El plan es hackearla y movernos por varios puntos de la ciudad mientras nos mantenemos a distancia así no nos atraparán.
—¿Eso se puede hacer así de fácil? —preguntó Neomor.
—Kyle lo puede hacer el conoce algunos códigos y la tecnología de defensa.
—Me parece un buen plan —expresó Neomor somnoliento.
—Además afeitate y báñate que estás bastante descuidado.
Neomor se tocó la barba y se dió cuenta que realmente estaba bastante peludo y sus ojos le empezaron a arder, había estado mucho tiempo viendo hologramas, a pesar de que estaba acostumbrado a pasar horas en la realidad virtual nunca se había sentido tan cansado.
Se metió a su habitación que no había usado casi desde que llegó. Ni tampoco se había bañado, a penas y había comido. Prefería tomar píldoras de alimentación que te saltaban el proceso de comer.
En la ducha mientras se enjabonaba y se afeitaba una idea loca se le vino a la cabeza.
¿Quién realmente tenía miedo? Aquellos que luchaban para mantenerse ocultos o aquellos que querían defenderse y hacerse notar en una guerra.
Neomor se dió cuenta que el complejo de inferioridad de algunos de los hombres de Moat era su tamaño. Un complejo que querían llenar con su tecnología.
El General Arthur entonces estaba buscando... volver a su tamaño normal. Entonces nadie sería capaz de enfrentarse a Moat.
Salió de la ducha y tomó la toalla y corrió a la sala común dónde estaban varios viendo un holograma de deportes mientras que otros hacían guardia.
—Ya sé el plan de el General Arthur —dijo Neomor agitado.
—Vamos amigo, vístete puedo verte las pelotas desde aquí —dijo Kyle y todos rieron. Neomor se tapó bien con el paño y retrocedió.
—Ya regreso —dijo apenado.
Neomor se vistió lo más rápido posible y regresó con todos, esta vez con un diagrama de todo lo que había descubierto.
Les explicó que la estatua era la base de todo el plan del General. Hacía mucho tiempo, tanto que nadie lo recordaba el dios Tan el cambiante redujo la ciudad por razones desconocidas pero probablemente para mantenerlos ocultos. Requirió de tanto poder que murió y de él solo quedó esa coraza que todos creen que es una simple estatua.
De alguna forma el General Arthur se enteró de esto y por años ha estado creando una armadura y a esa armadura le dió la sangre y energía del dios Tan el cambiante que quedaba en la estatua.
—¿Entonces todo esto es simplemente por una estúpida armadura? —preguntó Gary uno de los soldados —. Nosotros y los civiles se están matando allá afuera por una armadura gigantesca y por unos simples mitos de dioses.
—Creeme que yo más que nadie estoy sorprendido. Pero sí, todo esto es por esa armadura, y ellos la quieren usar para conseguir no a un dios, sino a dos dioses eso lo sé porque sí se requirió la energía de uno para hacernos pequeños al menos se necesita el doble para volvernos a nuestro tamaño normal.
—¿Eso no es posible y la materia y la conservación de la energía? —dijo Kyle y empezó a tocarse los cachos de la cabeza —. A caso estos dioses se pasan la física por el hueco del ...
—Kyle cálmate. Él solo está diciendo su teoría —defendió Party.
—Tienes toda razón Kyle. Y respondiendote sí. Yo creo que ellos pueden burlar la física que conocemos, sí son tan poderosos como tan solo un poco de la sangre de esta estatua. Entonces tienen una energía tan grande como la de un sol.
Los civiles presentes se miraron con incertidumbre, ellos estaban en un sitio sagrado y aunque la religión no era igual que antes. Todavía tenían su fe por Tan el cambiante y lo que había dicho Neomor les aterraba.
Los soldados dudaron por un momento pero empezaron a reírse a carcajadas
—Party, te traíste a un loco a nuestro refugio —dijo Kyle.
—Yo creo en él —dijo uno de los civiles, estaba en muletas, tenía la piel oscura. Era aquél hombre que Neomor le había aplicado primeros auxilios —. Además yo no creo que sea la voluntad de nuestro dios Tan el cambiante que vayamos a guerra.
—Yo tampoco lo creo —lo siguieron unos civiles.
—Nosotros apoyamos la teoría del científico —dijo el señor en nombres de todos. Su nombre era Mateus.
—Kyle, chicos. No pueden negar que la estatua tenía una fuente de energía única. Y ellos la absorbieron toda —soltó Party acercándose a Neomor —. Ya eso suena increíble y fantástico además la coraza es indestructible. ¿Tienen al menos una idea de quién hizo esta estatua y por qué estaba tan custodiada o por qué tiene tanta tecnología de almacenamiento de energía dentro?
Antes de que los soldados le respondieran un zumbido sonó.
Uno de los soldados se levantó rápido de la silla y vio en su computador que unos siete misiles estaban a punto de impactar sobre ellos.
—Por el dios Tan, estamos muertos —susurró el soldado y solo pasó un segundo después de sus palabras cuando una gran explosión hizo temblar toda la ciudad del Avance.
La base escondida debajo de la estatua ya no existía. Todo estaba hecho escombros fuego y destrucción. Sin embargo la estatua seguía ilesa. Pasaron solo tres segundos cuando nuevamente volvieron a lanzar siete misiles en el mismo punto y en la tierra se hizo un agujero con la semejante explosión.
Ya no quedaba rastro de la tecnología que ahí había estado casi nada se había salvado, los cuerpos de algunos soldados se habían vuelto polvo y se esfumaron con el viento.
Pero Neomor, los civiles y soldados cerca de él estaban ilesos.
Energía al 20% dijo el reloj en la muñeca de Neomor. Hacía unos momentos él lo había activado justo antes del impacto de los misiles. Había creado un escudo lo suficientemente grande como para cubrirlos a todos en un área.
—¡Estamos vivos! —gritó Party y corrió a abrazar a Neomor, Kyle también corrió a abrazarlo y él se sintió incómodo. Más cuando Kyle eufórico le dió un beso en la frente y en los cachetes.
—¿Qué potencia le diste a ese reloj? —preguntó Kyle.
—Le puse solo una minúscula parte de la energía de un dios y lo mejoré con la tecnología de almacenamiento que había en esta base—respondió Neomor que también estaba impresionado por la hazaña del reloj.
El escudo desapareció. Neomor soltó rápido el reloj y lo guardó en su bolsillo. Se había sobrecalentado y le quemó la muñeca.
—¿Cómo rayos supieron dónde estábamos? —preguntó uno de los soldados Gary quién tenía dos piernas robóticas.
—No lo sé Gary —respondió Kyle y se tocaba los cachos pensando.
—Cuando intentabas localizar la armadura... fue eso estúpido inservible—replicó Gary.
—Creo que tenemos que salir de aquí —Party estaba preocupada, con su tecnología era bastante probable que ya se dieran cuenta que estaban vivos.
—No peleen chicos, somos un equipo, tenemos que salir de aquí cuánto antes —dijo el señor Mateus a penas sosteniendose con sus muletas.
Una lluvia de balas arremetió, uno de los soldados cayó al suelo, le habían dado en el cuello y se estaba empezando a desangrar escupía sangre de la boca.
—¡Abajo! —gritó Party y todos se agacharon pero siguieron disparando.
—¡Usa el escudo! —exclamó Kyle, pero aunque Neomor intentó activarlo de nuevo no pudo, estaba caliente todavía y no encendía.
Negó con la cabeza y varias de las balas arremetieron contra unos civiles.
Party tomó una de las pocas armas que se habían salvado y se levantó a disparar. Recibió unos cuantos disparos pero no parecían afectarle.
Neomor pudo ver a una de las soldadas que le disparaban. Era Juliet, una de las gemelas. Y además la más atrevida.
—Party agáchate no podremos con ella y además tiene a muchos otros soldados acompañándola —explicó Neomor e intentaba agacharla.
—Tenemos que salir de aquí, ya tengo la ubicación de la armadura solo tengo que estar cerca de ella y la podré hackear —dijo Kyle y se levantó para intentar escapar por uno de los escombros, todos lo siguieron.
El cabello morado de Party estaba lleno de su propia sangre al igual que su piel verde se mezclaba con ese color rojizo, pero ella casi no sentía dolor, su cuerpo no era tan humano como Neomor pensaba, las balas no le habían hecho el mayor daño.
Mientras escapaban escondidos en los escombros Juliet salió de la nada y le dió un disparo en la cabeza a Kyle quién cayó muerto al instante.
Neomor se congeló. Pero Party le disparó a la gemela Juliet haciéndola retroceder.
—Está muerto, ya no podemos hacer nada —Neomor sostuvo el cadáver de Kyle en sus brazos —. Él era nuestro hacker.
—Vamos muchacho solo sigue o nos matarán a todos. Ya encontraremos otra forma —el señor en muletas avanzó.
Neomor impactado siguió pero ya había perdido casi toda esperanza.
Party los guió a un túnel que antes existía dentro de la base ahora solo quedaba la entrada. Según ella esos túneles conectaban con varios sitios de la ciudad, en ese momento era su única alternativa, pero sentía que no tenía tiempo.
—No miren atrás —dijo Party ella sabía que en cualquier momento serían alcanzados.
Neomor casi podía escuchar la risa de Juliet a lo lejos. Los disparos se habían detenido, los estaban buscando y ellos corrían a través del túnel para tomar la mayor ventaja posible.
De repente los disparos se empezaron a escuchar otra vez.
—¡Maten al ejército! —escucharon gritos —. ¡Qué viva el presidente Lance!
—¿Los civiles empezaron a atacarlos? —Neomor a penas y había reaccionado.
—Neomor no podemos detenernos debemos seguir. Ellos nos están dando tiempo —dijo uno de los soldados.
—Party van a terminar matandolos a todos —Neomor escuchaba los disparos y estaba alterado, no era como en la realidad virtual, eran vidas reales.
Party le disparó un paralizador a Neomor quien cayó inconsciente.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top