Capítulo 90. Kunoichis del Clan Hamato

Sara no era capaz de procesar la inesperada situación. Ni siquiera sabía qué pensar acerca de que Ángel escribiera sus voluntades dirigiéndolas únicamente para ella.

Cuando volvió a la mansión, Lara sabía que algo grande había sucedido para que esta entrara con la cara pálida.

La pelirroja quedó igual de atónita en cuanto lo supo. Tampoco sabía qué pensar, sólo llegó a la conclusión de que ese canalla daba problemas incluso muerto.

Pero Sara no era capaz de llegar a ninguna conclusión. Estaba tan confundida e impactada que ni siquiera podía tomar una decisión tan simple como aceptar o rechazar el testamento.

Su hermana, reacia a que se metiera en problemas por culpa del difunto desgraciado, le aconsejó que ni se le ocurriera aceptarlo.

Pero Sara sabía que debía pensárselo demasiado bien, analizarlo, y meditarlo. Tener en cuenta los pros y los contras , y si saldría ganando, o perdiendo.

Una cosa tenía por segura, no era el momento de concentrar la mente en la nueva situación en la que se veía comprometida.

Muy pronto, junto a Lara y April iban a ser bautizadas como Kunoichis por Splinter.

Eso era lo más importante en estos momentos. La decisión del testamento podría tomar lugar más adelante. Aunque, era consciente de que Jack dejó claro que se decidiera pronto.

Por lo tanto, no podrá dejarlo pasar demasiado tiempo.

Aún así, no estaba dispuesta a que se  estropeara un acontecimiento tan importante cómo la noche en la que dejarían de ser simples luchadoras, para ser unas Kunoichis.

Al día siguiente, Nora visitó la mansión para verse con Sara y Lara, pensó que lo mejor era contarles lo de Charles en persona.

Las chicas se quedaron atónitas tras descubrir que desde el principio Charles resultaba ser las dos caras de una moneda.

La rubia todavía se encontraba un tanto conmocionada por las inesperadas intenciones de Charles.

Estas le ofrecieron nuevamente su apoyo, pues sin duda ha sido una experiencia completamente desagradable para la rubia.

Para compensarlo con una buena noticia, las chicas le anunciaron su inminente ceremonia junto con April para ser bautizadas como Kunoichis.

Nora se alegró tremendamente por sus amigas, y por supuesto que no dudó de que estaba dispuesta a estar allí para verlo.

Claro que también se lo contaron a Roth en cuanto este estaba disponible para una larga llamada contándose novedades entre padre e hijas.

Roth se alegró con tremendo entusiasmo, pues después de tanto, sus hijas han llegado tan lejos hasta convertirse en mujeres ninja.

Se entristeció tras comprobar que debido al trabajo no podría estar ahí para verlo, pero las chicas lo comprendieron.

El trabajo era de lo más importante, y ambas entendían la postura de su padre y de sus obligaciones. Además, él era quien llevaba adelante la familia y su hogar.

Roth pronto volvería a estar disponible para dedicarles un rato a sus hijas, así que solamente les deseó lo mejor hasta que podrían hablar de nuevo.

Desde entonces, las chicas, sobre todo Lara, hicieron el esfuerzo de cumplir la petición de Splinter de que se pasaran por la guarida hasta que llegara la ceremonia.

Junto con April, se reunían en el dojo para terminar de prepararse para la ceremonia, y finalmente, estar listas para ser auténticas Kunoichis.

Cómo era de esperar de Lara, esta continuaba evadiendo a Raph. Por su lado, la tortuga hacía el intento por compartir aunque fuesen un par de palabras con ella.

El resto era consciente de ello, pero se trataba únicamente de la pareja. No permitieron que eso afectase al ambiente, era algo que debía quedarse entre ellos dos.

Tras semanas de espera, finalmente llegó la noche, una iluminada noche acompañada por la luna llena.

Las tortugas estaban sentadas detrás de las chicas, admirando en primera fila la especial ceremonia. Nora y Casey también se encontraban como espectadores en la entrada del dojo.

Tras realizar la formación de la ceremonia, Splinter les entregó un arma con un simbolismo especial para cada una:

A Sara le brindó una katana, arma sagrada y digna de ser manejada por una guerrera con fuertes valores morales.

Para Lara tenía preparado algo diferente. Splinter era consciente de que ella se conformaba con sus armas de fuego sin pertenecer a la tradición de los ninja.

Por ello, para que permanezca fiel con la tradición, le entregó un precioso Kyduo, un arco y flechas. Un arma con el que arco y camino se entrelazan para ofrecer la oportunidad de una experiencia ligada al mejor conocimiento de uno mismo.

Y para April, un Tanto dragón, un arma que simboliza fuerza física y mental, digna de estar en sus manos.

Una vez entregadas las armas dignas para cada una, finalmente, a partir de este momento...

Sara, Lara y April son dignas guerreras Kunoichis del clan Hamato.

Splinter les dedicó una sonrisa llena de emoción y orgullo, mientras que las tortugas, Casey y Nora aclamaron a sus amigas, para otros respectivas parejas, de tan especial logro.

Tras finalizar la ceremonia, las tortugas les ofrecieron a las chicas salir a patrullar.

Leo: Vamos a salir de patrulla. ¿Os venís, chicas? —Ofreció a su pareja ya su hermana.—

Lara: —No le convencía la invitación, por lo que preferiría no tener que salir a patrullar. Iba a responder, cuando la morena se adelantó.—

Sara: ¡Claro! Estaba deseando salir a patrullar con vosotros. —Respondió entusiasmada y sonriente.—

Lara: Sí, claro... —Dijo aceptando con resignación.—

Nora: Nosotros nos vamos, chicos. —Anunció dirigiéndose a sus amigos.—

Casey: Sí, se está haciendo tarde, y mi padre me estará esperando en casa. —Indicó.—

Donnie: Oye, Nora, ¿quieres qué te acompañe a casa? Ya sabes, si así te sientes mejor. —Preguntó mostrándose preocupado por la rubia.—

Nora: Oh, no es necesario. Pero te lo agradezco, Donnie. —Respondió dedicándole una sonrisa.—

Donnie: No hay de qué, es sólo que me preocupo por ti... —Admitió tímidamente rascándose la nuca.—

Nora: Lo sé, por eso te lo agradezco. Nos vemos mañana, ¿vale? —Propuso con una sonrisa.—

Donnie: Genial, cuando quieras. —Aceptó alegremente.—

Nora: Bien. —Respondió.— Chicas, me alegro muchísimo por vosotras, os lo merecéis. —Dijo a las nuevas kunoichi dirigiéndose a ellas orgullosa y entusiasmada.—

Sara: Muchas gracias, Nora. —Agradeció con una cálida sonrisa.—

Abril: Sí, gracias. —Agradeció -

Nora: No hay de qué. —Respondió sonriente.— Nos vemos, chicos. Hasta otra, Splinter. —Se despidió de los demás formalmente, recibiendo una amistosa despedida por parte del resto.—

Casey: Nos vemos, chicos. —Se despidió también de sus amigos.—

Abril: Adiós, Casey. —Se despidió dedicándole una sonrisa.—

Cuando se fueron sus amigos, las tortugas junto a las chicas salieron a la superficie.

Todos admiraron la calma que reinaba en la Ciudad tras salir victoriosos en la lucha contra los Triceraton.

Pero aquella calma fue interrumpida por una misteriosa chica de vestimenta oscura, y con apariencia de bruja.

Su nombre es Shinigami.

Las tortugas junto con las chicas se enfrentaron a ella. La pelea era peculiar, pues las habilidades de la chica eran un tanto extrañas.

Por no hablar de que era capaz de alcanzarles con sus golpes. En aquellos ataques hacia las tortugas, Sara y Lara los defendían.

Inesperadamente para Raph, fue defendido por Lara, quien estaba a punto de recibir un ataque de la bruja, y la pelirroja se lo impidió, contraatacando en su lugar.

El encuentro terminó cuando Shinigami desapareció arrebatándole el Tanto que Splinter recientemente le entregó a la nombrada Kunoichi.

Los demás quedaron sorprendidos, pero April se frustró por semejante humillación.

Regresar a la guarida tras el extraño encuentro con esa bruja. Pero antes de volver, Raph esperó a ser el último para bajar por las alcantarillas.

En cuanto Lara se acercó, fue detenida por Raph.

Raph: Lara... ¿Me das dos minutos? Por favor, quiero decirte aunque sean más de tres palabras. —Rogó dedicándole una mirada desanimada.—

Lara: —Se mostraba reacia a mantener en este momento la conversación que ella y todos sabían. Pero intrigada por sus palabras, suspiró resignada a escuchar.—

Raph: No es por nada, pero... ¿Por qué me has defendido antes? —Preguntó con incertidumbre.—

Lara: No quiero que nada me estropee la noche, y no me apetecía ver cómo una niñata vestida de bruja te daba una paliza... Aunque debí dejar que te diera al menos un pequeño golpe como escarmiento... —Respondió burlona y fríamente.—

Raph: Sé que eres dura cuando te lo propones, pero sé que conmigo no puedes serlo. Incluso por todo por lo que llevamos pasando estos meses. —Dijo seriamente, tratando de hacerla entrar en razón.—

Lara: Si no he sido lo dura que debería ser contigo... No hagas que cambie de opinión. Porque ninguno de los dos queremos eso, Raphael. —Indicó seriamente.—

Raph: Está bien... —Respondió decaído.— También quería darte la enhorabuena. Realmente te lo mereces más que nadie.

Lara: —No quería ser demasiado flexible a pesar de que en cierto modo le conmovió un poco su enhorabuena.— Gracias.

Raph: —Dio una pequeña sonrisa viendo el buen resultado de la pequeña conversación.— Me gustaría compartir aunque sea alguna conversación entre nosotros...

Lara: —Estaba completamente segura de que volvería a lo mismo incluso utilizando una manera diferente. Agotada de su insistencia, se mostró rancia con él.— Se acabaron los dos minutes. —Respondió para bajar a las alcantarillas.—

Raph: —Soltó un pesado suspiro lleno de frustración. Al menos había podido compartir con ella una muy pequeña conversación, ya era algo. Frustrado bajó también por las escaleras.

Cuando volvieron a la guarida, April compartió su frustración con Splinter una vez le contaron lo sucedido.

Mientras que Lara pasaba el rato con los demás en el laboratorio investigando a cerca de Shinigami, Sara se sentó junto con Leo, Splinter y April.

La morena le transmitió su apoyo a la decepcionada y decaída pelirroja, esta se le agradeció, pero aún así no bastó para subirle el ánimo.

Por lo que Splinter le pidió a April que se reuniera con él en el dojo, pues quería tratar de aconsejarla para motivarla.

De manera que la pareja quedó a solas en la cocina.

Sara: April está bastante desanimada, aunque no le culpo, la verdad. —Comentó sirviéndose un tazón de té que había preparado su pareja.—

Leo: Yo tampoco, esa chica nos pilló por sorpresa. Pero ahora sabemos sus trucos, ya no tendrá la misma suerte. —Dijo tomando de su té.—

Sara: —Tomando su tazón de té se sentó a su lado.— La verdad es que la entiendo. Que te arrebaten algo que es tuyo en una noche especial... —Dijo rememorando ciertos recuerdos del pasado, notándose en la voz.—

Leo: —Se fijó en la expresión de su pareja, le llamó la atención su cambio de ánimo en tan pocos segundos. Lo cierto es que no era la primera vez que la veía así.— Dime, ¿qué es lo que te tiene tan desconcertada?

Sara: —Reaccionó exaltada tras escuchar las claras sospechas de su pareja.— ¿Eh?

Leo: Vamos, sé que algo te pasa. —Destacó mostrándose preocupado por ella.—

Sara: No es nada, cielo. De verdad. —Respondió tratando de sonar convincente y dedicándole una pequeña sonrisa.—

Leo: Sara, durante estas semanas nunca te había visto tan desconcertada. Como si sintieras incertidumbre, o estuvieras inquieta por algo. —Indicó preocupado.— Dime, ¿qué es lo que pasa?

Sara: —Aquella pregunta le pilló desprevenida. Ni siquiera sabía si estaba preparada para contarle a cerca de aquella carta.— Bueno, es que... Ya sabes que todavía tengo algunas pesadillas por la mafia en la que me crié.

Leo: Sí, pero eso no es algo nuevo. Hay algo más que te perturba, ¿verdad? —Preguntó mostrando su preocupación por ella.—

Sara: —Pensó nuevamente en contarle la verdad, pero sintió que todavía no era el momento.— Me inquieta pensar qué será de ellos...

Leo: Se supone que Jack está al mando. No creo que debas preocuparte por ellos. —Respondió tratando de calmar sus inquietudes.—

Sara: Lo sé, pero esa gente necesita tomar otro camino distinto al que han llevado hasta ahora. Y no estoy segura de que Jack les proporcione lo que necesiten... —Reflexionó en voz alta, pensando así en la tan confusa situación.—

Leo: —Observó las expresiones de su pareja en su reflexión. Estaba convencido de que algo más le inquietaba, pero tal vez sólo se tratase de lo que esa gente significaba para ella.— Son cómo una familia, ¿no es así?

Sara: —Reaccionó un tanto asombrada al concepto con el que ligaba aquella mafia con ella. La realidad es que era cierto.— Quizá no merezcan que se les llame así, pero incluso ellos fueron capaces de respetarme y de tratarme como a una más.

Leo: Pero para ellos eras la hija de su jefe, no podían tratarte de otra manera. —Replicó con confusión.—

Sara: Sí, eso está claro. Pero las redes mafiosas no son amables con nadie, ni siquiera entre ellos. Nunca me miraron con indiferencia, o con desprecio. Me brindaron el más mínimo cariño con el que una mafia nunca tratará con nadie. —Explicó.—

Leo: Entiendo. —Respondió comprendiendo a su pareja. En cierto modo no la culpaba, su pasado fue verdaderamente duro, y daba gracias a que esa gente la trató con significante aprecio.— Sé que no es algo agradable para ti, por eso, quiero darte mejor la enhorabuena.

Sara: —Reaccionó con confusión ladeando la cabeza. La tortuga ya le había felicitado por lo de esta noche, pero parecía ser que no fue suficiente.—

Leo: Te he visto antes delante del sensei, y me acordé del día que te conocí. Sabía que llegarías lejos, pero nunca has dejado de sorprenderme desde entonces. Estoy muy orgulloso de ver hasta donde eres capaz de llegar, y de que todavía puedes llegar aún más lejos. —Dijo dedicándole una cálida sonrisa.—

Sara: —Conmovida por las palabras de su pareja le dedicó una dulce y amplia sonrisa.— Gracias, Leo. Tus palabras significan mucho para mí, desde aquel día. —Con cariño le acarició suavemente su mejilla.—

Leo: No creo que tanto como lo que significas tú para mí. —Le dedicó la misma sonrisa, acercándose cada vez más a sus labios.

A l a morena no le dio ni tiempo a reaccionar cuando la tortuga atrapó sus labios con los suyos.

Ambos se besaron acompañadas de unas pequeñas caricias. No podían mentir, les encantaba alargar cada uno de sus besos.

Pero lamentablemente, Donnie se vio obligado a interrumpirlos. Ambos se separaron exaltados por la llegada de la tortuga.

Leo: ¿Qué pasa, Donnie? —Preguntó.—

Donnie: Em... Nos está costando encontrar algún tipo de información cerca de Shinigami. Pero tenemos algo que quizás pueda valer. Y Lara lleva rato quejándose, quiere volver a casa. —Informó.—

Sara: Entonces ya es hora de retirarnos. Siento no ayudaros con esa "chica misteriosa". —Se disculpó lamentándose por la nula participación.—

Leo: No te preocupes, no es algo que tengáis que cubrir necesariamente. Ahora descansad, os lo habéis ganado. —Dijo dedicándole una sonrisa.—

Sara: —Respondió devolviéndole la sonrisa, y depositando un cálido beso en su mejilla.— No vemos, chicos. Id con cuidado.

Leo: Descuida. —Respondió sonriente.—

Donnie: Hasta pronto, Sara. Y de nuevo, felicidades a las dos. —Felicitó alegremente.—

Sara: Gracias, D. —Agradeció sonriente.— 

Al día siguiente, ya todo empezaba mal para Nora.

En todas estas semanas había recibido montones y montones de llamadas de Charles, a pesar de tenerlo bloqueado en Whatssap. Y hoy tampoco iba a ser una excepción.

Cada día que se repetía lo mismo, la rubia estaba más angustiada y asustada. No veía por ninguna parte al Charles del que incluso se llegó a enamorar.

Era consciente de que esto estaba llegando demasiado lejos, incluso su hermana pequeña se lo repitió.

Nora: Esto ya es demasiado. Siempre espero cada día a que recapacite. Pero no cede, esto es...

Alex: Nora, eres consciente de que ese tío está para que lo encierren. Hay que hacer algo, porque tenemos comprobado que no piensa parar. —Indicó seriamente.—

Nora: Ya lo sé. Mira... Por lástima no he querido decirle nada más a papá. Hemos tenido tantos momentos buenos juntos... —Rememoró con desánimo.—

Alex: Tú misma lo has dicho, ese Charles se quedó en San Francisco. Y aunque te pese, tenemos que hacer algo.

Ambas se exaltaron por otra llamada entrante de Charles. Se miraron compartiendo la angustia mutua que les provocaba cada llamada.

Cuando la llamada cedió, ambas suspiraron pesadamente.

Alex: Mencionaste que tú amigo fue capaz de derribar a ese loco... ¿Qué tal si lo hace de nuevo? Tal vez funcione. —Propuso encogiéndose de hombros.—

Nora: Otro golpe no bastará, Alex. Me temo que tenemos que actuar con la solución más inmediata a la vez que complicada... —Pensó en voz alta, mirando a su hermana.—

Alex: ¿Qué papá se lo lleve detenido? —Preguntó.—

Nora: Exacto. —Respondió.— Tienes razón, por mucho que me pese... El Charles que conocía ya no está.

Alex: Bien, al fin. —Celebró sarcástica.— Bueno, ¿alguna idea?

Nora: No sé muy bien qué hacer. Por eso, voy a llamar a Donnie. —Concluyó sonriente.—

Alex: Buena idea, y de paso que le proporcione otra lección. No... Mejor que me lo deje a mi si tengo oportunidad. —Planificó frotando las manos con una sonrisa malvada.—

La rubia no esperó más a llamar a Donnie, consideró que esta vez no tenía necesidad de alejarse de su hermana para hablar con él.

Nora le contó la situación, y cómo pensaba concluir esta angustiosa situación con Charles.

Donnie también estaba agotado a la vez que enrabietado de que ese loco continuara acusándola, por lo que sabía perfectamente cómo terminar con esto.

Lara se había animado a darle prueba a su nuevo arco y flechas. A pesar de no disponer de una diana, improvisó una con las dianas de tiro.

Pensó que el patio interior era la zona más adecuada para el tiro con arco. Así que no se lo pensó más.

Por ahora, los resultados eran buenos, pero podrían ser mejores, y la pelirroja era consciente.

Recogía las flechas una y otra vez, practicando obteniendo una mejor técnica, y como logro un mejor resultado.

Cuando se disponía a disparar de nuevo, los ladridos de su perrita la exaltaron deteniendo su inminente disparo.

La joven suspiró pesadamente, y llevándose consigo el arco y flechas entró en la casa.

Cuando entró, se encontró a Luna ladrando nuevamente a Raph.

Raph: Tengo la impresión de que esta cachorrita me confunde con un cartero comercial. —Dijo sarcástico a la vez que un tanto asustado por el comportamiento del animal con él.—

Lara: Tenía la esperanza de que fuera lo contrario... —Respondió soltando un pesado suspiro de agotamiento.—

La cachorrita se acercó hasta los pies de su dueña, teniendo en cuenta las sospechas de que la recién visita no era alguien a quien ladrar.

Raph: ¿Estabas probando el arco qué te dio Splinter anoche? —Preguntó con curiosidad viendo el arco en sus manos.—

Lara: No, le estaba sacando brillo a mi casco de la moto... —Respondió sarcástica frunciendo el ceño.—

Raph: Aún así quería asegurarme. —Respondió con una sonrisita nerviosa.—

Lara: ¿Se te ha perdido algo? —Preguntó sarcástica agotada de la pérdida de tiempo en la conversación.—

Raph: Quería pasarme a ver qué tal ibas por aquí. ¿Tú padre aún no ha vuelto? —Preguntó.—

Lara: ¿Lo ves por alguna parte? Porque yo no. —Respondió agotada mientras se acercó a una de las mesas del salón para dejar el arco y flecha.—

Raph: Por lo que veo tiene bastante trabajo, y eso me alegra mucho. —Dijo alegremente y sonriente.—

Lara: —Suspiró pesadamente rodando la vista aún más agotada.— Raph, me estoy cansando. ¿A dónde quieres llegar?

Raph: A nada, sólo quería hablar contigo sea de lo que sea. —Respondió tratando de calmarla.—

Lara: Pues resulta que a mí no me apetece. Porque además, sé que cuando menos me lo espere, me vas a hablar de todo esto. —Dijo cruzando los brazos y frunciendo el ceño.—

Raph: Lara... Están pasando los meses, y no estamos llegando a ninguna parte. No quiero que sigamos así. —Indicó preocupado y afectado por toda la situación.—

Lara: ¿Crees qué a mí me gusta esto? ¿Qué disfruto de la mierda en la que estamos metidos? No, Raph. Yo ya no disfruto nada desde que os vi...

Raph: Lara, si hubiera una verdadera intención en lo que pasó, créeme que ya te lo habría confesado. —Respondió seriamente, tratando de hacerla entrar en razón.—

Lara: Me da lo mismo, Raph. El dolor que sentí, el que siento, no cede habiendo sido intencionado o no. Para ti es muy fácil hablar porque tú no has visto lo que yo tuve que ver. —Dijo seriamente.—

Raph: He visto muchas cosas, Lara. He visto a Jack intentando ir a por ti como si fueras un premio. ¿Crees qué eso no me duele? —Cuestionó despectivamente frunciendo el ceño.—

Lara: ¿En serio piensas qué nací ayer? Me doy cuenta de las cosas aunque tú no lo veas. —Replicó seriamente.—

Raph: ¿Entonces también te habrás dado cuenta de qué hice todo por devolverte a tú familia, por qué lo eres todo para mí? —Preguntó fría y seriamente.—

Lara: —Se asombró tras escuchar lo que la tortuga acababa de decirle. El que metiera a su familia en la situación entre los dos, fue la gota que colmó el vaso.— No me lo puedo creer... ¿Quién te crees qué eres para echarme en cara a mí familia?

Raph: —Reaccionó tras escuchar la pregunta ofensiva de la pelirroja. Se asombró cuando cayó en la cuenta de que había cometido un grave error.— Em... Lara, no... No quería ..

Lara: Piensa muy bien lo que me dices. Porque no esperaba esto de ti... —Respondió despectiva.— ¿A caso yo te pedí que fueras en busca de mí familia?

Raph: —Nervioso y angustiado no sabía qué responder a su enfado.—

Lara: Y aunque fuiste tú quién me recuperaste a Sara y a mí padre no te da el derecho de jugar como lo hiciste en esa estúpida nave. —Rememoró con enfado.—

Raph: Lara no te equivoques, no he jugado contigo de ninguna manera. —Replicó seriamente.—

Lara: Oh, claro que no. Pretendes que me chupe el dedo haciéndome la tonta de lo que vi solo porque fuiste tú quien me devolvió a mí familia. ¿Y sabes qué? Que eres un completo imbécil por intentar eso. —Respondió despectiva y acentuando cada vez más su enfado.—

Raph: —Sintió la angustia invadirle por dentro, sin duda era consciente de que había usado unas palabras muy desafortunadas.—

Lara: Y, ¿sabes también qué te digo? Que no tienes idea de lo jodidamente mal que estoy desde que te vi justo delante de mi besándote con esa puta lagarta. —Indicó cada vez más enfadada.—

Raph: Lara, te pido que te calmes. No quiero que esto empeore. —Dijo preocupado tardando de tranquilizarla.—

Lara: ¿Me estás diciendo qué esta mierda puede empeorar más? Eres tú quien ha dado el tropiezo. El único que empeora las cosas eres tú cada vez que vienes. —Dijo despectivamente.—

Raph: Lara... Sólo quiero hablar contigo, no he venido a discutir. Solo te pido eso. Hablemos, por favor... —Rogó casi desesperado.—

Lara: Siempre que lo intentas acabamos peor. Cuando aprendas a dejar de cagarla entonces podrás intentarlo. Mientras tanto, deja de restregarme mí familia, Raphael —Concluyó alejándose de él brindándole un agresivo golpe de hombro contra el suyo.

Raph: —Abatido por el error que había cometido, bajó la mirada decaído soltando un pesado suspiro.—

Cuando la noche llegó sobre la Ciudad, Nora nuevamente iba a reunirse con Charles. Pero antes, miró hacia las azoteas, encontrándose con Donnie en lo alto de los edificios. 

La tortuga le dedicó una sonrisa acompañada de un guiño, indicándole que todo iba a salir bien. La rubia le devolvió la sonrisa a pesar de la distancia, y partió a reunirse con Charles. 

Se lo encontró a unas calles antes de llegar el tan famoso parque en el que se reunían. 

Nora: No vas a parar con esto, ¿verdad? —Preguntó seriamente.—

Charles: Ya te lo dije, Nora. No estoy dispuesto a perderte otra vez. —Respondió.—

Nora: Me perdiste desde que me fui de San Francisco, cuando dejaste de ser tú. —Indicó fríamente.—

Charles: Querías recuperar nuestra amistad, ¿no? Entonces podemos empezar por ahí, y así volver a ser pareja cómo antes. —Dijo tratando de sonar convincente.—

Nora: No, Charles, esto no va así. Por ser tú amiga otra vez, no implica que lo aproveches de tal manera para considerarme como posesión. —Replicó despectivamente.—

Charles: Quiero estar contigo, Nora. —Sentenció seriamente.—

Nora: Yo no. Así que, ya puedes olvidarte de mí número, de mi ciudad, de mi familia, y de mí. —Concluyó fría y despectivamente.—

Charles: No, no lo haré. —Dijo acercándose cada vez más a ella.—

Nora: —Tras su respuesta, suspiró con resignación.— Lo he intentado, Charles. He intentado que lo nuestro termine de buenas maneras. Pero no me dejas otra opción... —Dio media vuelta, y caminó deprisa hacia su casa.—

Charles: ¡Nora, espera! —Exclamó corriendo por ella, restándole importancia su decisión.—

Donnie observaba fijamente lo que sucedía con Nora y Charles, el plan estaba teniendo éxito.

La rubia continuó corriendo hasta llegar a su vecindario, finalmente, estando a muy pocos metros de su casa.

Cuando Charles logró detenerla, agarrándola de la mano, y así logrando atraparla entre sus brazos.

Charles: ¡Nora, estemos juntos de nuevo! ¡Dame una oportunidad, por favor! —Exclamó rogándole dificultándole cualquier movilidad.—

Nora: ¡Charles, no! ¡Tú tiempo conmigo se acabó! ¡Suéltame! —Exclamó tratando de liberarse.—

Afortunadamente, estaban a ojos de la ventana de la habitación de Alex. Por lo que a la pequeña se le ocurrió la brillante idea de capturar la situación sacándoles una foto con el móvil.

Sin consentir ni un segundo más, Donnie le lanzó un Shuriken a Charles, quien reaccionó con dolor soltando así a la rubia.

Nora aprovechó la ventaja para correr hasta la entrada al edificio de su casa, y le dio el tiempo suficiente como para entrar antes de que Charles la detuviera.

Charles: ¡Nora! —Exclamó corriendo por la rubia justo cuando esta entró finalmente a su casa.—

Alex: —Con una pequeña regadera echó un chorro de agua sobre Charles, logrando rociarle en la cabeza.—

Charls: ¡Eh, ¿qué haces?! —Preguntó exclamando exaltado.—

Alex: Vaya, perdona. Estaba regando las plantas. —Respondió con incredulidad.—

Charls: Pero no tenéis plantas. —Respondió confundido y enfadado.—

Alex: Y agradece que no tengamos para tirártelas a la cabeza. —Dijo volviendo adentro de su casa.—

Charles: ¡Nora! —Exclamó nuevamente buscando a la rubia.—

Cuando este se dirigió a la entrada del edificio intentando acceder, justo salió alguien que Charles conocía muy bien.

William, el padre de Nora. Quien resultaba ser el capitán de Policía.

Charles se asustó cuando se lo encontró, pues Nora le mencionó que su padre fue ascendido como capitán de Policía.

William sonrió de lado siendo consciente de la intimidación que tenía sobre el joven.

William: ¿Buscas a alguien, chaval? —Preguntó sarcástico.—

De su bolsillo sacó unas esposas con las que detuvo a Charles, para así llevárselo hasta su coche policial.

En vivo y en directo, Nora, Alex y Donnie eran espectadores de la detención se Charles por el padre de ambas.

Charles: Oiga, no puede hacerme esto. Tengo derechos. —Replicó tratando de liberarse.—

William: ¿Sabes una cosa, hijo? Nunca me has gustado. Adentro, y calladito hasta que lleguemos. —Respondió retórico y burlón, metiéndolo en su coche policial.—

El capitán de Policía dio marcha a su vehículo una vez haber detenido a Charles.

Donnie sonrió victorioso, al igual que Nora y Alex chocaron las manos celebrando que el plan resultara con éxito.

R

aphael le contó a Sara la grave discusión que tuvo con la pelirroja. Esta se preocupó por la cada vez más delicada situación entre la pareja.

La morena le aconsejó que no se pasara por la mansión durante los próximos días, ni enviarle cualquier mensaje por Whatssap.

Tras sus consejos la tortuga no era capaz de reanimarse, no esta vez. Este se encontraba deprimido, sentado en el sofá junto a Chompy.

La tortuguita bebé descansaba sobre un cojín, mientras que Raph se sentía totalmente destrozado.

Leonardo no era capaz de ignorar el dolor que sentía su hermano. Se acercó, y se sentó a su lado.

Leo: Sara me lo ha contado. No quiero que pienses que vengo a consolarte, pero me gustaría apoyarte. —Dijo mostrando su preocupación.—

Raph: Ya... —Respondió ni siquiera prestándole atención.—

Leo: Venga, Raph. Vuestra relación no acabará así, te lo puedo garantizar. —Indicó con optimismo.—

Raph: —Continuó sin prestarle atención, decaído y con la mirada baja.—

Leo: Os he visto durante estos años, y estoy convencido de que el amor que os tenéis es real. Y nada cambiará eso. —Dijo dedicándole una cálida sonrisa.—

Raph: —Tras las palabras de su hermano, finalmente captaron su atención. Quedó un tanto asombrado, y sonrió ligeramente cuando vio la luz en ellas.—

Leo: ¿Estás bien? —Preguntó con preocupación.—

Raph: Lo estaré... —Respondió con una pequeña sonrisa, la cual desapareció al instante.—

De vuelta en la mansión, Sara se encontraba en el sofá, rodeada de Brandy y Luna.

Se encontraba preocupada y angustiada, pues su hermana no salía de su habitación desde la discusión con Raph.

Sabía que esta necesitaba de su ayuda, pero conociéndola, estaba convencida de que lo mejor era darle su espacio, al menos el resto de la noche.

Reaccionó exaltada cuando llamaron a la puerta de la entrada. Fijó la mirada cuando sospechó de quién podría ser.

Se acercó hacia la entrada, y cuando vio a la recién visita, sus sospechas fueron ciertas.

Jack había vuelto, y ella sabía el motivo de su visita.

Jack: Sara, te lo diré una segunda vez, y no pienso hacerlo una tercera: Toma una decisión, o tendremos que arreglar esto de manera que ninguno de los dos queremos. —Sentenció y advirtió seriamente.— Y tú sabes bien de lo que hablo.

Sara: —Manteniendo su postura firme y seria, fijó la mirada hacia él. Sabía perfectamente de lo que hablaba, por lo que ambos se enfrentaban entre miradas.—

Después de tanto tiempo, ni yo misma me creo haber llegado a estos capítulos.

Cada capítulo que actualizo, me emociono aún más, y sobre todo, por lo que está por venir. 😄

Los próximos capítulos prometen, os lo aseguro. 😉

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top