Capítulo 84. Alguien más
Lara salía del gimnasio de Kick boxing en plena noche, acompañada de una ligera lluvia que estaba empezando a caer.
Al menos podía cubrirse la cabeza gracias a la capucha que llevaba consigo la sudadera de su cazadora.
Ya que debía caminar un largo rato hasta su casa, optó por sacar su móvil y auriculares para distraerse con música.
Pero un estruendo grito la detuvo, salió de un callejón prácticamente al lado de la pelirroja.
No dudó en acercarse a ver lo que estaba sucediendo, y no temía por detener a quien hiciera falta.
Se asomó ligeramente, viendo a los dragones púrpura asaltando a un hombre, por desgracia para él, no era la única vez que lo asaltaban.
Fong: Te diré lo que vamos a hacer: Nos vas a dar tu cartera, después todos tus objetos de valor, y te dejaremos marchar. —Indicó amenazante.—
Sid: Pero no te irás de aquí sin antes darnos lo que te hemos pedido.
Tsoy: Así que, por tú bien, será mejor que nos entregues todo lo que llevas. —Amenazó extendiendo la mano hacia el hombre.—
Dadas sus insistencias, el señor no cedía a lo que le pedían a pesar del miedo que lo paralizaba.
La paciencia de los dragones púrpura se veía afectada por la resistencia del tipo.
Fong: Amigo, te lo estamos pidiendo amablemente. Será mejor que nos des todo antes de que nos pongamos serios. —Advirtió amenazante acercándose a él.—
Lara: ¿Qué tal si os doy esta? —Preguntó con sarcasmo lanzándoles su pesada bolsa deportiva.—
La bolsa alcanzó a Sid derribándolo, al mismo tiempo alarmando a los otros.
La pelirroja se puso frente a ellos dispuesta a detenerlos.
Tsoy: ¿Tú otra vez? —Preguntó sorprendido recordando encuentros anteriores con la pelirroja.—
Fong: Vaya, se hace extraño verte sin compañía. ¿Al fin las tortugas se han ido al río del qué vinieron?
Lara: Nah, más quisiérais, perdedores. Pero estar sin ellos no me impide daros una lección. —Amenazó dedicándoles una descarada y burlesca sonrisa.—
Gracias a la intervención de la chica, el hombre huyó pudiéndose librar del robo intencionado por parte de los dragones púrpura.
Tsoy: Genial, se nos ha escapado...
Fong: Bravo, guapa, acabas de cometer un grave error. Lástima que no esté aquí "tú chico tortuga" para ayudarte. —Dijo burlón devolviéndole la misma sonrisa.—
Lara: —Oír aquello le cambió su expresión a una de enfado.— Deberías asegurarte de quién es el que acaba de cometer el grave error. —Amenazó para rápidamente atacarles con una rápida patada giratoria.—
Fong, Tsoy: ¡Agh! —Ambos cayeron al suelo tras ser sorprendidos.—
Sid: —Después de ponerse en pie, corrió hacia ella para atacarla.—
Lara: —Lo esquivó con facilidad apartándose a un lado, y cuando este tenía su espalda expuesta lo aprovechó para lanzarle una fuerte patada.—
Sid: —De nuevo cayó cara al suelo por el inesperado ataque.—
Tsoy: —De su bolsillo sacó una navaja, la cuál usaría para atacarla, y corrió hacia ella.—
Lara: —Dio una voltereta hacia atrás logrando esquivar sus ataques. Justo a sus pies tenía su bolsa deportiva, al instante se le ocurrió una idea.—
Tsoy: —Optó por atacarla de nuevo con la navaja, y preparando un puñetazo con el otro puño.—
Lara: —Justo cuando estaba frente a él, agarró la bolsa deportiva, y la usó para golpearlo.—
Tsoy: —Fue sorprendido por el ataque con aquella bolsa, imponiéndole atacarla.—
Lara: —Aprovechando su aturdimiento, dio un salto lanzándole una patada en el aire dando una voltereta hacia atrás.—
Tsoy: —Fácilmente cayó al suelo dolido por el ataque.—
Fong: —Armado con su navaja, corrió hacia ella, y la atacó.—
Lara: —Se apartó a un lado esquivando su ataque al mismo tiempo que lo agarró del brazo, y se lo torció bruscamente.—
Fong: ¡A-agh! ¡Suéltame! —Exclamó rogando.—
Lara: Nah, prefiero esto. —Sin dudarlo le brindó un puñetazo en la cara, y otro más derribándolo al instante.—
La pelirroja quedó complacida tras ver a los tres dragones derribados en el suelo. Sonrió de lado orgullosa de sí misma, aunque tampoco es que fuese un reto.
Pero a pesar del dolor, se pusieron de nuevo en pie con mucho esfuerzo. Al parecer no estaban dispuestos a dejarse ganar todavía.
La pelirroja había terminado de colocarse la bolsa deportiva, cuando no esperó que esos tres se levantaran de nuevo, para llevarse otra lección.
Lara: Oh, estáis guerreros hoy, ¿eh? Pues vamos, lo estoy disfrutando. —Vacilona ladeó la cabeza sonriendo.—
Quienes estaban dispuestos a continuar con la pelea eran Sid y Tsoy. Y de nuevo, corrieron para atacarla.
Pero una figura en sombra apareció de la nada, derribando al instante a esos dos.
Por otro lado, Fong intentó pillarla por sorpresa con su navaja, pero un extraño objeto arrebató el arma de sus manos, y también cayó derribado.
La pelirroja totalmente confundida miraba su alrededor sin saber lo que estaba ocurriendo.
No supo lo que había pasado hasta que se encontró con un objeto más que familiar.
Lara: —Se agachó para alcanzar aquel deslumbrante objeto del suelo. Su expresión había cambiado a una de sorpresa cuando encontró el símbolo del Clan Hamato en el centro de dicho objeto... un shuriken.—
No le bastó ni dos segundos para saber quién la había ayudado frente a los dragones púrpura.
Segura de su conclusión, alzó la mirada apuntando a una azotea cercana a su alrededor.
Como era de esperar, sus ojos se quedaron viendo a la tortuga que la había ayudado.
Raphael sabía que Lara no tendría ningún problema frente a los dragones púrpura, pero su necesidad de protegerla le incitó a hacerlo.
Ambos se quedaron mirando entre ellos a pesar de la distancia. Pero Lara no quiso continuar compartiendo las miradas.
Le brindó una mirada parcial, aunque era fácil saber que no transmitía ningún agradecimiento por la ayuda.
Se colocó de nuevo la capucha tras caerse durante la pelea, y continuó su camino a casa.
En cambio, Raph estaba convencido de que ya había hecho bastante por ella en esa ocasión, y sin más se retiró.
❇
De manera pacífica fue como terminó el resto de la noche. Aunque los dragones púrpura no se libraron de los huesos rotos.
Era por la mañana en la Ciudad. Las tortugas habían tenido entrenamiento en el dojo una hora temprana.
Todos rindieron bien en dicho entrenamiento, aunque todos notaron que Donatello tenía la cabeza en las nubes.
Eso les confundió a todos, pero la realidad es que no era la primera vez por parte de Donnie.
Cuando acabaron, Donnie aprovechó la vuelta del resto en sus cosas para escabullirse a su laboratorio.
Pero no pudo engañar a Michelangelo, y este decidió esconderse para averiguar el motivo por el que su hermano estaba tan distraído.
Donnie: Estoy hecho un lío... No sé cuánto tiempo más esperar... —Dijo pensando en alto notándose su desesperación. Se paró en seco recordando uno de los consejos de Sara.—
«Mira, Donnie, nada más volver, seguro que vais a seguir pasando tiempo juntos como antes. Pero tienes que esperar el momento más acertado para confesar tus sentimientos.»
Aquel recuerdo le hizo dudar y reflexionar aún más a la tortuga. Si antes estaba hecho un lío, ahora lo estaba no el doble, sino el triple...
Donnie: Ayns, es que... No sé qué hacer. Por un lado siempre es mejor esperar. Pero, aquel momento fue tan... hipnótico...
Susurró dulcemente, recordando el momento en el que le confesó a Nora que habló con un holograma de ella durante el espacio.
Las miradas cruzadas, las sensaciones en el pecho, las emociones, todos esos signos mutuos significaban algo.
Eso era lo que tanto le hacía dudar, si continuar su espera, o...
Declararse.
Donnie: —Suspiró pesadamente, agotado por la tan desquiciada indecisión.— No importa el tiempo, tarde o temprano acabaré declarándome. Esta espera me está volviendo loco. Ella es tan... bonita...
Su voz cambió de notarse indignación a cierta atracción amorosa. No lo podía negar, realmente le gustaba Nora. Y cada vez saltaba más a la vista.
Por mucho que continuara pensando, caminando de un lado a otro por el laboratorio, no se decidía.
Acabó por detenerse en seco llevándose las manos a la cabeza explotando de desesperación.
Donnie: ¡Esto es tan confuso! ¡No sé qué debería hacer! Y lo peor de todo es que he quedado con ella esta tarde... Si tan sólo supiera cómo decirle a Nora lo que siento...
Mikey: Ajáaaa...
Donatello se quedó petrificado tras oír aquello proveniente de detrás de la entrada al salón.
Reconoció la voz de quien lo hizo, pero solamente giró la cabeza para comprobarlo.
Desde luego, le aterrorizó ver que ni Leo ni Raph lo había descubierto, sino que fue Mikey.
Mikey: Así que, Nora, ¿eh? —Preguntó pícaro sonriendo con picardía.—
Donnie: Oh, genial...
❇
La luz del día invadía la habitación de Lara, quien se estaba desperezando por tanta cantidad de luz.
Además de la luz, notaba algo extraño sobre ella, concretamente, subido en su pecho.
La pelirroja trató de identificar lo que era con la palpación de la mano, pero se topó con unos extraños fragmentos puntiagudos unidos a lo que parecía una superficie dura y rocosa.
Lara se terminó de despertar sobresaltada por desconocer lo que parecía tener sobre ella.
Pero cuando vio la cara del culpable, no pudo dar crédito a lo que estaba sobre ella.
Era Chompy.
La tortuguita bebé la miró con una expresión simpática, sacando su lengua prestando atención a cada movimiento de la pelirroja.
Por su parte, Lara llena de confusión y sorpresa sujetó a la tortuguita para que no se cayera al suelo mientras se sentaba sobre la cama. Y sin soltarlo, lo miraba de arriba abajo toda confundida.
Lara: ¿Pero qué di...? —Preguntándose mirando a la tortuguita por todos los ángulos.— ¿Cómo...? ¿De dónde has...?
Tras hacerse la última pregunta, su expresión cambió radicalmente cuando cayó en la cuenta de cómo fue que Chompy llegó hasta su cama.
Justo entonces, la puerta de su habitación se abrió abruptamente, entrando Raph en la habitación.
La pelirroja ni se inmutó, pues no se había equivocado en absoluto. En cambio, Raph parecía fatigado y agotado.
Raph: Había venido de visita... Se me ha escapado de las manos... y lo he estado buscando por todas partes. —Explicó fatigosamente entre cortado.—
Lara: ¿Me estás tomando por imbécil? —Preguntó de manera ofensiva levantándose de la cama acercándose a él llevando consigo a Chompy en sus manos.—
Raph: No, no. He venido de visita, de verdad. —Respondió alzando las manos desesperado porque le creyera.—
Lara: Vas mal encaminado si sigues por ahí... —Advirtió ladeando la cabeza en señal de amenaza.—
Raph: Vale, está bien... Quería asegurarme de que habías llegado bien anoche. —Confesó cabizbajo.—
Lara: Pues felicidades, acabas de perder el tiempo. Ya te aseguraste bien anoche. Que, por cierto, no hacía ninguna falta. —Dijo fríamente.—
Raph: Lara...
Lara: Eran los dragones púrpura. ¿Te pensabas qué no podría con ellos? ¿Qué no soy lo bastante capaz para derrotar a esos capullos? —Cuestionó ofendida por sentirse subestimada.—
Raph: Aunque quisiera, no podría dejar de preocuparme por ti. Con eso no te estoy subestimando, pero no puedo evitar protegerte... como he hecho desde siempre. —Respondió retractándose emocionalmente.—
Lara: —Respondió con un pesado suspiro de agotamiento. De nuevo, se sobresaltó cuando Chompy dio un salto hasta su hombro.— Oye, ¿me puedes explicar qué hace esto aquí?
Raph: —Tras la pregunta, se paró a pensar en qué responderle. Pero no se le ocurría nada mejor que la verdad.— Quería conocerte.
Lara: —Ladeó la cabeza expresando su confusión ante la respuesta.—
Raph: Le he estado hablando tanto de ti, que parece ser que ha aprovechado la ocasión. —Terminó de explicar con una risita.—
Lara: —Frunció el ceño tras escuchar su explicación, y dirigió la mirada hacia la tortuguita. Este como respuesta lamió cariñosamente la mejilla de la chica. En cierto modo le conmovió, no podía negarlo.—
Raph: Desde que me lo quedé, se ha convertido en mí pequeño, y eso también lo hace tú pequeño. —Dijo enternecido junto con una pequeña sonrisa.—
Lara: Ya... —Estaba teniendo demasiada paciencia con Raph en esta ocasión. No solo por estar recién levantada, sino porque la adorable tortuguita ablandaba a cualquiera.— Pues que sea la última vez que "nuestro pequeño" me da un susto de muerte. Y ahora tiene que dejarme preparar el desayuno, y...
Raph: Tienes el desayuno abajo. —Interrumpió dedicándole una sonrisita.—
Lara: —Ladeó la cabeza frunciendo el ceño.—
Raph: No quería venir e irme como si nada. —Sonrío nervioso encogiéndose de hombros.—
Lara: —Rodó la vista soltando un pesado suspiro. Sujetó a Chompy con delicadeza, y se lo dio a Raph cuidadosamente.— Voy a darme una ducha... Y no esperes un "gracias". Agradece que me hayas pillado de buenas...
Raph: —Se quedó mirando a la pelirroja hasta salir de la habitación. Miró a la tortuguita en sus manos, y suspiro aliviado.— Gracias por la ayuda, pequeño. Al menos, esta vez no ha sido desagradable...
❇
Donnie: Vale, a ver: Pros a destacar si me declaro hoy. Y también contras a tener en cuenta. —Pensativo empezó a anotar en una pizarra.—
Mikey: Ays. —Soltó agotado dejando caer la cabeza.— ¿No puedes decírselo y ya está?
Donnie: No, Mikey. Esto no es como decirle que me cae divinamente por ser una amiga genial. Se trata de confesarle mis sentimientos. —Explicó.—
Mikey: ¿Y por qué no lo dejas para otra ocasión? —Preguntó encogiéndose de hombros.—
Donnie: Porque llevo meses con estos sentimientos, y cada vez aguanto menos. Me estoy volviendo loco. —Respondió desesperado llevándose las manos a la cabeza.—
Mikey: Me pasaba lo mismo con Renet. Aunque no sea mí novia... todavía. La tengo en el bote. —Dijo victorioso junto con una sonrisa triunfadora.—
Donnie: Mikey, no tiene nada que ver con Nora y yo. Tengo que pensarlo bien. No quiero estropear la conexión que hay entre los dos. —Se preocupó tras pensar en que eso podría estropear la conexión entre ambos.—
Mikey: Mira, tío, seguro que eso no va a pasar. Has hecho mucho por ella: salvaste a su hermana, la salvaste a ella, incluso desde siempre estáis muy unidos. —Indicó tratando de animar a su hermano.—
Donnie: Sí, pero... Eso no entra en los pros para decírselo. —Respondió.—
Mikey: Ays... —Agotado se dio una palmada en la frente.— Tío, sólo díselo.
Donnie: ¿Así? ¿Sin pensar en las alternativas, ni pros ni contras? —Preguntó indeciso.—
Mikey: Tío, hiciste un organigrama en el que planeaste varias alternativas para estar con April. ¿Y te funcionó? No, acabó en la basura. ¿Crees qué con Nora lo necesitas? —Preguntó ladeando la cabeza.—
Donnie: —Se quedó pensando en lo que le dijo su hermano. Y, a pesar de que Mikey no era ningún experto en el amor, tenía razón.— ¿Sabes? La realidad es que estás en lo cierto.
Mikey: Pues claro, hermano. Esta tortuga no necesitó ningunas alternativas para resaltar sus encantos impresionando a Renet. —Dijo sintiéndose orgulloso de sí mismo.—
Donnie: Pero, un segundo. Todavía no entiendo porqué me estás ayudando en vez de salir corriendo para contárselo a los otros. —Cuestionó frunciendo el ceño.—
Mikey: Porque es bastante evidente. —Río burlándose de su hermano.—
Donnie: —Le dedicó una mirada asesina tras su burla.—
Mikey: ¿Qué? ¿No puedo apoyar a mí hermano para conquistar a la chica qué le gusta? —Preguntó encogiéndose de hombros.—
Donnie: No es lo más habitual viniendo de ti. —Respondió dudando del pecoso.—
Mikey: Cierto, pero esta vez quiero hacerlo. En serio, quiero ayudar. —Rogó con cara de cachorrito. Realmente quería apoyar a su hermano.—
Donnie: —No podía negar de que detestaba cuando sus hermanos se reían de él, y más en algo como los sentimientos amorosos. Pero la sinceridad de su hermano lo convenció.— Vale, está bien.
Mikey: ¡Genial! ¡Voy a ayudar a mí hermano a conquistar una chica! —Exclamó celebrándolo dando saltos de alegría.—
Donnie: ¡Eh, eh, cálmate! O harás que el resto se entere de verdad. —Lo detuvo tapándole la boca rogándole por silencio.—
Mikey: —Asentó riéndose nervioso levantando el pulgar.—
Donnie: —Lo dejó libre y soltó un pesado suspiro.— De acuerdo, entonces... Iré a buscarla, y le confesaré mis sentimientos.
❇
En plena tarde, la pelirroja había salido para dar una vuelta por la Ciudad tranquilamente.
Estaba cansada de quedarse en la mansión el resto del día, o de solamente pasar el rato haciendo Kick boxing.
En la mansión había espacio de sobra para tomar el aire, pues por nada tenían un jardín trasero. Pero Lara prefería la Ciudad para desconectar.
Aunque empezaba a arrepentirse de la idea. Se sentía de mal humor cada vez que se cruzaba con alguna pareja aparentemente feliz, y no eran pocas parejas.
Cada calle por la que caminaba continuaba encontrándose con más parejas. Hasta que se hartó. Decidió mirar cada uno de los escaparates con los que se topaba.
Pero no solucionó nada, continuaba viendo a las parejas con el reflejo del cristal de los escaparates.
Su respiración empezaba a agitarse y a bujar, realmente le enfurecía ver a tantas y tantas parejas felices.
Hasta que uno de los escaparates captó toda su atención.
Lara: —La expresión de su rostro cambió cuando delante de ella había un escaparate, en el cual podían verse diferentes animales. Era una tienda de animales. Aquello le hizo pensar en Raph y Chompy.—
La pelirroja se quedó pensando en lo que era Chompy para Raph, incluso lo que era para ella también.
«Desde que me lo quedé, se ha convertido en mí pequeño, y eso también lo hace tú pequeño.»
Lara no era una amante de los animales como lo es Sara. Pero en cierto modo sí que le gustaban.
Muy de vez en cuando Lara jugaba con Brandy, pero aún así el no se aparta del lado de su dueña.
Y últimamente, estaba en busca de nuevas distracciones a parte del gimnasio de Kick boxing.
Así que no pudo evitar hacerse una pregunta:
«¿Y por qué no una mascota para mí?»
La pelirroja no se lo pensó más, y entró en la tienda.
Dependienta: Hola, jovencita. ¿En qué te puedo ayudar? —Preguntó amablemente.—
Lara: Hola, am... Quería preguntar por los perros que tenéis en adopción.
Dependienta: Estupendo. Tenemos una variedad de perros. ¿Hay alguno qué te gustaría tener específicamente? —Preguntó en cuanto a la raza o edad.—
Lara: ... No lo sé. —Sonrío nerviosa encogiéndose de hombros.—
Tras su "clara respuesta", la dependienta muy amablemente fue a mostrarle la variedad de perros en adopción.
Desde cachorros con pocos meses de vida, hasta perros adultos. Lo mismo con la variedad de razas: Pitbull, buldog, yorkshire, husky, golden retriever, entre otros.
Dependienta: Todos los perros que ves aquí están en adopción. Hasta que llegue un futuro dueño o dueña, los alimentamos y mantenemos cada uno de sus cuidados. —Explicó a su clienta.—
Lara: —Escuchó mientras miraba cada uno de los perros. Aunque le pareció más que evidente, pues todos tenían buena cara y buen aspecto.— Ya veo... Am, ¿cuál cree qué sería mejor?
Dependienta: Para mí todos. Me encantan todos y cada uno de ellos. Pero ya tengo tres, así que no puedo permitirme más. —Río levemente.— Pero en mí opinión, el mejor es el que más te llame la atención con diferencia del resto.
Lara: Vale, pues, a ver... —Caminaba por delante de cada una de las jaulas, mirando cada uno de los perros. Algunos le parecían más bonitos que otros, pero ninguno le llamaba la atención.—
Dependienta: Puedes tomarte tú tiempo, lo que importa es que un perrito más tendrá nuevo hogar. —Dijo alegremente.—
Lara: —Continuó paseando por toda el área, mirando todos y cada uno de los perros. Hasta que se topó con un husky cachorro, de un pelaje bonito. Pero lo más llamativo fueron sus ojos, captó total atención de la pelirroja.— Mm...
Dependienta: —Notó fácilmente que aquel cachorro captó la atención de la pelirroja.— Oh, esa cachorrita es una monada, aunque a veces tiende a ser un poco impulsiva. Pero siempre me quedo viéndola cuando paso por aquí.
Lara: No le culpo. ¿Cuánto tiempo tiene? —Preguntó dirigiéndole la mirada.—
Dependienta: Tan sólo dos meses. Por si no lo sabes, los perros de esta raza suelen ser grandes. Así que esa monada crecerá con el pasar del tiempo. —Explicó.—
Lara: —Tras escucharla, volvió a dirigir la mirada hacia la perrita. Notó que la cachorra también la miraba a ella, por lo que se agachó para verla más de cerca, incluyendo sus ojos.—
Sus ojos eran de un azul brillante, recordando al cielo. La cachorra le dedicó un dulce ladrido notando la continua observación de la pelirroja.
Como respuesta, Lara le dedicó una pequeña sonrisa. Parecía que ambas habían conectado de algún modo.
Así que ya lo tenía claro.
Lara: Me la quedo. —Concluyó sonriente y en cierto modo alegre.—
❇
No muy lejos, por las calles también se encontraba Nora caminando. Hasta que entró en el Starbucks que visitaba de vez en cuando.
Al entrar, se encontró con su hermana pequeña con sus amigas de siempre.
Nora: Hola a todas. —Saludó sonriente.—
Noah, Andy: Hola. —Saludaron mutuamente.—
Alex: Oye, ¿otra vez te manda mamá a buscarme? Porque esto ya es acoso. —Dijo con indignación.—
Nora: No, en realidad he venido por el simple motivo de que me apetecía tomarme un batido. Y la recurrente preocupación de una madre no implica acoso. —Explicó riéndose de la indignación de su hermana.—
Alex: Ya llevo tiempo sin salir tanto, y cuando lo hago soy responsable. Ahora no se puede quejar. —Replicó agotada de la preocupación de su madre.—
Nora: Tranquila, papá la mantiene controlada, por ahora. —Río levemente.— ¿Os invito a algo?
Alex: Nah, no hace falta. Nos hemos quedado bien con lo que hemos tomado. —Respondió.—
Andy: Así es. No te preocupes, pero igualmente gracias. —Agradeció amablemente.—
Nora: No es nada. —Respondió sonriente.—
Sin ellas darse ninguna cuenta, un chico de entre los clientes se quedó observando a la rubia.
Parecía alegre y sorprendido de verla, pues no esperó encontrársela en el mismo local.
La conocía bastante bien, a pesar de verla cambiada a la última vez que la vio.
Alex: De todas formas, ya hemos pagado para irnos enseguida. —Dijo.—
Nora: Genial. Y, ¿vais a ir a algún lado? —Preguntó con curiosidad.—
Noah: Pues hemos pensado en dar vueltas por la ciudad, y mirar en alguna tienda de ropa. —Respondió alegremente, pues a las tres les gustaba mirar tiendas.—
Alex: Y tú, ¿a dónde irás después? —Preguntó con la misma curiosidad.—
Nora: Pues no lo sé. A lo mejor estaré un rato con mi
¿?: ¿Nora? —Interrumpió tras acercarse a ella y preguntando con notoria alegría.—
Nora: —Cuando dirigió la mirada hacia el chico que se acercó a ella, se quedó petrificada. Después de tanto tiempo, no esperó encontrarse con aquella persona en la misma ciudad.— ¿Charles...?
Alex y sus amigas se quedaron mirándolos, pues sus caras eran dignas de admirar, sobre todo la cara de Nora.
Pero no querían estar en medio de ellos y quedarse mirando como observadoras entrometidas.
Ambas se miraron entre ellas, y coincidieron en la mutua decisión de irse.
Alex: Bueno, nos vemos en casa. Y no llegues tarde. —Dijo a su hermana con ironía burlesca, y salió del local junto con sus amigas.—
Charles: Vaya, qué sorpresa verte después de tanto tiempo. —Dijo sonriente y alegremente.—
Nora: ¿Qué... qué estás haciendo tú aquí? —Preguntó sin tener claro si estar alegre de verlo, o no.—
Charles: Vine a visitar a un amigo que decidió estudiar aquí. Habíamos quedado en reunirnos aquí, y lo que menos esperaba era encontrarte a ti. —Respondió con una gran sonrisa.—
Nora: Vaya, qué casualidad... —Respondió con una pequeña pero fingida sonrisa.—
Charles: Has cambiado, aunque no tanto desde la última vez. —Dijo recordando aquel último momento.—
Nora: Bueno, algunas personas cambian cuando se mudan de ciudad, y otras no tienen porqué. —Respondió riéndose levemente encogiéndose de hombros.—
Charles: Exacto, tú lo has dicho. —Río levemente.— Oye, ¿quieres algo? Justo iba a pedir cuando te he visto.
Nora: Sí, pero yo me lo pido, no te preocupes. —Respondió.—
Charles: Tranquila, no es nada. Déjame hacerte un detalle, porfa. —Pidió amablemente.—
Nora: Bueno, está bien. Un café helado, por favor. —Pidió mientras se sentaba en el asiento que Alex y sus amigas habían ocupado.—
Charles: Genial, marchando. —Dijo para después ponerse en la cola del mostrador.—
Nora: —Se aseguró de que el chico no volteaba a verla para sacar el móvil por un momento. Se encontró con un mensaje de Whatssap de Donnie.—
Donnie: Se me ocurre una gran idea: Tú, yo, y pasando la tarde en alguna azotea que te guste. ¿Qué me dices? 😉😊
Nora: —La expresión de su cara cambió a una de desánimo, dirigiendo la mirada hacia Charles. Si no fuera porque se había encontrado con él, aceptaría sin dudarlo. Pero esta vez, le apenaba no poder estar con la tortuga.—
❇
M
ikey y Donnie se desplazaban por las azoteas a toda prisa. Pues no habían noticias de Nora, y Donnie había decidido declararse hoy.
La noche estaba cada vez más cerca, y por lo menos querían hacer el intento que habían propuesto.
Habían llegado a la casa de Nora, concretamente, a su azotea, y ella no aparecía.
Donnie: No lo entiendo, ella ha terminado el curso, así que no tiene nada que estudiar. ¿Dónde estará? —Preguntó con confusión.—
Mikey: ¿A lo mejor ha tenido qué cuidar de su hermana? Dices que a veces tiene que quedarse con ella. —Supuso encogiéndose de hombros.—
Donnie: Últimamente, ya no cuida de Alex. Y Nora no suele salir mucho de casa. —Se quedó pensativo, tratando de averiguar a donde pudo ir.—
Mikey: —Se quedó sorprendido cuando miró hacia la calle. Vio algo que no le iba a gustar nada a su hermano.— Em... Por casualidad, ¿Nora también cuida de algún chico?
Donnie: Pues... Espera, ¿qué? —Se exaltó en cuanto escuchó a su hermano, y dirigió la mirada hacia la calle. La vio junto con un chico desconocido.—
Mikey: Oye, Nora también tiene un hermano. ¿Es posible qué sea él? —Preguntó.—
Donnie: No, he visto a Liam desde lejos alguna vez, y ese no es él. —Respondió empezando a preocuparse. Pues según Nora, no solía salir con ningún chico, ni con los de clase, ni con nadie.—
Mikey: Entonces... Parece ser que ella se ve con alguien más a parte de contigo. —Dijo igual de preocupado que su hermano. Estaba entusiasmado de que Donnie se declarase, pero al parecer, las cosas no iban a ser fáciles.—
Donnie: —Mirando a la rubia, sentía un angustioso nudo en el pecho. Justo cuando había decidido confesar sus sentimientos, había aparecido un chico nuevo para ponerle las cosas difíciles.—
Nora: No hacía falta que me acompañases, Charles. Habías quedado con tú amigo, aunque no haya aparecido... —Dijo confusa por el extraño hecho de que, su mencionado colega, no apareciese.—
Charles: No importa, ya le echaré la bronca por teléfono. Para serte sincero, me ha encantado pasar el rato contigo. Ha sido genial después de tanto tiempo. —Admitió sonriente.—
Nora: Bueno, también me ha resultado una tarde agradable. Aunque un poco raro por el simple hecho de que esperaba no verte más... —Indicó con una sonrisa nerviosa encogiéndose de hombros.—
Charles: —Se rió levemente tras el comentario de la rubia.— No te preocupes, lo entiendo. Podemos vernos otro día si quieres.
Nora: —Se quedó un tanto parada tras el ligero atrevimiento del chico. Aunque tampoco tenía nada de malo.—
Charles: Lo siento, perdona si me he apresurado torpemente. No pretendía
Nora: No, tranquilo. Es solo que no salgo mucho de casa, solamente suelo visitar diariamente a unas buenas amigas, y amigo. —Respondió en un tono bajo sintiéndose mal por estar ausente para Donnie esta tarde.—
Charles: En eso no has cambiado. En los Ángeles no solías salir. Sólo salías con algunas amigas, y conmigo...
Nora: Ya... Bueno, eran otros tiempos, y eso quedó atrás. —Dijo sonriente.—
Charles: Claro. Por lo que me has contado te va bastante bien, y me alegro mucho. —Sonrío dulcemente.—
Nora: Gracias. En cambio, no me has contado mucho de ti. —Ladeó la cabeza un tanto confundida.—
Charles: Cierto. Bueno, la próxima vez que nos veamos. —Propuso indirectamente.—
Nora: Me has dado tú número, así que lo iremos hablando. —Concluyó junto con una sonrisita.—
Charles: Genial. Bueno, pues ya nos veremos. —Le dedicó la misma sonrisita como despedida.—
Nora: Vale. Adiós, Charles.
Charles: Hasta pronto, Nora. —Se despidió para alejarse.—
Nora: —Justo cuando se fue, cayó en la cuenta de que debía hablar con Donnie.—
Mikey y Donnie se fueron justo cuando Charles se había ido. No debían dejarse ver por Nora, no querían hacerle pensar que la espiaban o la perseguían.
Rato después de subir a casa, Nora le mandó un mensaje a Donnie. Realmente se sintió mal por ausentarse para él sin aviso.
Nora: Sé que no es algo propio de mí, pero perdona por haberme ausentado sin aviso. De verdad, me apetecía llamarte, pero tuve un inconveniente.
Nora: 😧
Donnie: No te preocupes.
Donnie: ¿Todo bien?
Nora: Sí. Salvo que ha aparecido alguien que realmente esperaba no volver a ver.
Nora: 😶
Donnie: ¿Puedo preguntarte quién es?
Nora: Me resulta algo delicado de explicar, y sobre todo por Whatssap.
Nora: Ni tampoco me gusta tener que mencionarlo, pero...
Nora: Era mi ex...
❇
El actor de Charles está incluido en el reparto de personajes para que podáis ponerle cara en la lectura.
Bueno, veremos hasta dónde llega la situación entre Charles, Nora y Donnie. 😉
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top